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miércoles, 25 de agosto de 2021

La duplicidad de la moral burguesa en la gestión del trabajo obrero durante la cuarentena por Covid-19 en Bolivia

 El presente articulo de T. Aillon y Luis F. Castro fue publicado en el onceavo numero de la Revista Latinoamericana de Antropologia del Trabajo. Se puede acceder a la revista completa en el sguiente link: http://www.ceil-conicet.gov.ar/ojs/index.php/lat/issue/view/36



viernes, 30 de abril de 2021

Los trabajadores frente al uso capitalista de la cuarta revolución tecnológica

 


Tania Aillón Gómez

 

“La creencia en la omnipotencia de la tecnología es la forma específica de la ideología burguesa en el capitalismo tardío” (Mandel,1979).

 

La pandemia ha sido la ocasión para que los recursos de la cuarta revolución tecnológica se expandan por diversos espacios de la vida laboral, con la intención de revertir la abrupta caída de la tasa de ganancia, bajo el imperativo de “fuerza mayor”. En este artículo, dedicado a conmemorar la lucha de los trabajadores contra la explotación y la opresión capitalistas, queremos reflexionar, sobre estas trasformaciones y su significado para esta lucha. 

  1. EL USO CAPITALISTA DE LA DIGITALIZACIÓN: SU IMPACTO EN EL TRABAJO Y EL EMPLEO

Fotografía: https://elportaluco.com, 13/08/2019

Cabe aclarar que la pandemia no originó la crisis económica, sino que la profundizó, al mismo tiempo que la cuarentena desmovilizó al movimiento obrero, facilitando los ajustes en que está empeñado el capitalismo a nivel mundial, para revertir la tendencia recesiva que no lo abandona, desde la crisis financiera de 2007. En este escenario, la pandemia se convirtió en un momento de inflexión marcado por los despidos masivos que recorrieron el mundo, desde los países centrales a los periféricos, y por la aceleración de la reorganización de los procesos de trabajo, sustentada en la digitalización de la producción, la circulación y la distribución de bienes y servicios[i]. Según el último informe de la OIT[ii], el número de las organizaciones empresariales en línea, en el mundo, creció de 142 en 2010 a más de 777 en 2020.

 El primer resultado de la reorganización de los procesos de trabajo, fue el ensanchamiento del ejercito industrial de reserva, que, en los países periféricos, como los de Latinoamérica, resultó en el incremento del desempleo con tasas que alcanzan hasta el 11,5%  y en el consecuente aumento del sector denominado informal, que ya en 2019, generaba el 54% del empleo en los países de la región[iii].  En los países centrales,  el aumento del paro es resaltado por  la oficina de estadística de la Unión Europea (UE), la que estima, que 15.663 millones de hombres y mujeres en la UE estaban desempleados para enero de 2021, de los cuales, 13.282 millones pertenecían a la zona euro, por lo que, en comparación con enero de 2020, el desempleo había aumentado  en 1.465 millones en la UE y en 1.010 millones en la zona del euro[iv]; mientras que las empresas de plataforma concentraban la riqueza producida. De acuerdo a datos de la ONU, de los  52.000 millones de dólares en ganancias que generaron estas plataformas en 2019, la mayor parte  se concentra en dos países como  Estados Unidos y China[v].

Mandel (1979) afirmaba que el capitalismo tardío[vi], con todas las características combinadas de la tercera revolución tecnológica, había  intensificado  las contradicciones del modo de producción capitalista; consideramos que la cuarta revolución tecnológica, como continuación de la tercera,  no ha hecho más que profundizar estas contradicciones, que se muestran en las condiciones de empleo y de trabajo ofertadas por el  “capitalismo de plataforma”.  Estas condiciones sacan a relucir,  el carácter contradictorio  del proceso de  automatización capitalista; una automatización que; potencialmente, podría liberar a la humanidad de la obligación de trabajar para subsistir, o al menos de realizar un trabajo mecánico, forzado  y enajenante;  pero los patrones  la  convierten   en una amenaza; sin precedentes, para la estabilidad y generación de empleo; con mercados virtuales sin protección social, sin contrato laboral, en los que se  mistifica la  relación de sujeción del trabajo al capital, con la denominación a los obreros de  “colaboradores independientes”.

La organización digital del proceso de trabajo, torna difusos los límites de la jornada laboral, tanto en términos de extensión como de intensidad. Una característica de esta forma de organización del trabajo, es que el costo de los “tiempos muertos”, contra los que lucharon los patrones, mediante la introducción del cronómetro, la cadena de montaje o el management participativo, es ahora asumido por los trabajadores de las plataformas (los “trabajadores del clic “o “proletariado digital”) imbricados en el denominado “ digital labor”[vii], cuyos rasgos organizativos más generales, están asociados a una jornada laboral configurada por la dinámica de la demanda; con medios  propios para la realización del servicio (medio de transporte, teléfono móvil, computadores, internet, etc.) y con el domicilio como centro de operaciones; son trabajadores vinculados a plataformas digitales de propiedad de un empresario,  que actúa como mediador[viii]; trabajadores que subordinan su tiempo de trabajo a la “disponibilidad digital”, en espera de una nueva orden o un nuevo pedido, habida cuenta que sus “ingresos”; más propiamente, sus salarios a destajo, dependen del número de entregas o de tareas que realicen.

El control del trabajo prestado se realiza con algoritmos que funcionan a través un sistema de ranking, que pondera cada uno de los ítems, con los que se califica la confiabilidad, la disponibilidad y la rapidez del trabajador; para   sancionarlo o premiarlo. Paradójicamente, la posibilidad liberadora de la digitalización de los procesos de trabajo, convierte a los algoritmos en nueva fuente de sujeción de los trabajadores a los requerimientos patronales. Este control técnico de la empresa (cuya función es la de administrar la información que contiene sobre los proveedores y clientes) dificulta la lucha de los trabajadores; al menos en dos sentidos: individualiza al extremo el control: porque debilita  la posibilidad de un reclamo colectivo y porque hace ver que la tecnología y no una persona, es la responsable automática de las calificaciones, sanciones y asignaciones (despersonalización del control), desviando la presión de los reclamos, a una dimensión tecnológica inapelable. Parecería que la dominación clasista tradicional dejó lugar a la dominación anónima de la tecnología, que, según la ideología burguesa, estaría construyendo una sociedad neutral entre los grupos o las clases; una sociedad organizada sobre principios técnicos[ix]. 

 Mediante esta forma de gestión de la fuerza de trabajo, se subcontrata una multitud de trabajadores a nivel mundial, cuya fluctuación alcanza niveles deletéreos, en base a una división del trabajo que toma el trabajo, tradicionalmente realizado por un trabajador, y lo fragmenta en micro tareas online, para que sean cumplidas con la mediación de las plataformas, como la Mechanical Turk de Amazon.  Un trabajo que ocuparía 20 años a un asalariado equipado de un ordenador, un año entero a 20 asalariados en CDD [contrato de duración determinada] o seis meses a 40 becarios, puede realizarse de forma mucho más rápida y barata gracias a la diáspora de las tareas, como hace el servicio de Amazon[x].  Es una forma de división del trabajo, que, con la digitalización, distribuye tareas a escala planetaria de forma instantánea, pero que, sin embargo, paradójicamente, se asimila en su forma, al trabajo a domicilio de inicios de la industrialización[xi].  Esta organización del trabajo vuelve a ser un testimonio de que las posibilidades liberadoras de la automatización, son convertidas en el capitalismo, en  su contrario, en la pauperización material, intelectual y moral de masas cada vez más amplias de trabajadores, que resulta de dos procesos: la creciente expulsión de fuerza de trabajo por la implementación capitalista de la cuarta revolución tecnológica, aparejada a las dificultades de valorización que enfrenta el capital a medida que se expande la automatización. De forma que el “trabajador de las plataformas” se encuentra aplastado entre las proclamaciones de independencia que brinda la automatización de los procesos de trabajo y las relaciones sociales de producción que lo exponen a bajas o inexistentes remuneraciones, a ritmos y a finalidades hetero determinadas, y a una separación cada vez más amplia entre su gesto productivo y el resultado de éste[xii].

 

2. LA CUARTA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA ATRAVESADA POR LAS CONTRADICCIONES CAPITALISTAS  

Fotografía: https://www.losandes.com.ar/, 19/02/2021

La digitalización como parte de la cuarta revolución tecnológica, se produce paralela al declive en los países centrales de las actividades de producción en masa y de la expansión sin precedentes del sector servicios, una característica del capitalismo tardío[xiii]; que muestra la ascendente sobreacumulación de capitales que no encuentran espacios de inversión en la esfera de la producción de bienes materiales. En estas circunstancias, la gigantesca expansión de todas las fuerzas sociotécnicas y científicas de la producción, que posibilita la satisfacción de las necesidades culturales y civilizatorias de los seres humanos, es puesta al servicio de superar los límites de valorización del capital, mediante una fragmentación sin precedentes del trabajo a nivel mundial. Se trata de una fragmentación que saca a relucir, la más radical contradicción del capitalismo tardío, entre la socialización del trabajo, que se hace evidente en su progresiva integración (capacidad del trabajo socialmente integrada), facilitada por la automatización (con capacidad para producir en segundos lo que antes llevaba días) y la apropiación privada de estas capacidades, una apropiación privada que se convierte en traba para esta integración del trabajo.  En este caso, la compulsión a ahorrar la máxima cantidad de trabajo humano en los procesos de trabajo, con el propósito de optimizar la ganancia particular de los patrones, se traduce en un desperdicio de trabajo humano en la sociedad en su conjunto, materializado en el progresivo desempleo y subempleo de millones de trabajadores, incluso de aquellos que tienen una alta calificación.

 

En última instancia, la contradicción entre la racionalidad parcial y la irracionalidad general del capitalismo (la creciente desocupación e incertidumbre) saca a relucir que la fuente de valorización de  capital(la extrema fragmentación de las tareas a nivel mundial) choca, no solo con la realización optima de hombres y mujeres, sino con las posibilidades de su subsistencia, repartiendo incertidumbre y desesperación a medida que se ahonda la fluctuación de los trabajadores entre el empleo y el desempleo.   Como nunca antes en esta etapa del capitalismo tardío,  los medios de trabajo (las plataformas) con sus algoritmos, se enfrentan a los trabajadores como algo ajeno, hostil y separado de ellos; un  algo abstracto y misterioso, que los mide, premia o censura; una instancia técnica, que como indicaba Marx(1989)[xiv], se convierte en  una  forma de socialización objetiva del trabajo, tan opresiva para el  trabajador, debido a que éste participa de  forma atomizada, de un proceso  de producción en el que su propia fuerza productiva se convierte en una cosa separada, en un ente ajeno y  preexistente[xv]. En el caso del “capitalismo digital”, los trabajadores carecen de todo control sobre la información o administración de las plataformas, para organizar la prestación del servicio; una situación reconocida como el “despotismo de los algoritmos”[xvi].

3. LAS CONDICIONES MATERIALES PARA LA FORMACIÓN DE UN PROLETARIADO MUNDIAL

Fotografía: ttps://www.federacionanarquista.net, 20/02/2021

Se observa que la cuarta revolución tecnológica afianza la tendencia del capitalismo tardío a incrementar el control sobre todos los procesos de producción, circulación y reproducción, un control sistemático que requiere una creciente regimentación de la vida económica y social (algo que parece dar bases materialistas a la mirada conspirativa sobre el manejo de la pandemia)[xvii].  Estas circunstancias son propicias, para reavivar la creencia en la omnipotencia de la tecnología, que proclama la capacidad del orden social existente, de encontrar una solución técnica a todas sus contradicciones[xviii]; una percepción que se inspira en una mirada estática de la sociedad; sin embargo, la dialéctica de los procesos históricos  permiten percibir que,  la propia  digitalización  de los procesos de trabajo, crea las condiciones para la consolidación de un proletariado mundial unificado por  la concentración de las firmas que comandan el “capitalismo digital”, pero también, y fundamentalmente, por condiciones de trabajo estandarizadas y condiciones de empleo que se homogenizan, mucho más que en otras etapas históricas; un proceso que  afianza las bases materiales de la consigna del  manifiesto comunista :”proletarios del mundo uníos”.

De suerte  que en la última década, se  abrió paso, entre el proletariado digital, la discusión acerca de estrategias organizativas de lucha en contra de las condiciones de explotación en que trabaja; un proletariado que está abocado al  intercambio de información de distintas latitudes, con el fin de  planificar un apoyo mutuo y estrategias comunes de  lucha; es el caso de los trabajadores de Amazon en Poznan y Wroclaw en Polonia (2015) o de los paros generales de carácter internacional, que en el curso de la pandemia llevaron adelante los trabajadores de las plataformas “Glovers”, “Rappi” y “Pedidos Ya”, exigiendo  un aumento salarial del 100 por ciento" y denunciando  la precariedad laboral agravada  por la crisis sanitaria . Se trató de una movilización respaldada por Glovers Unidos Argentina, la Asociación de Trabajadores de Reparto (ATR), Glovers Unidos España, Glovers Ecuador, Glovers Costa Rica, Glovers Elite de Guatemala; todos organizados en un “Frente Único Internacional” (2020).  En Bolivia los trabajadores de “Pedidos Ya”, realizaron paros, cuando en plena pandemia, los patrones anunciaron la reducción de sus salarios por el servicio de delivery; un reajuste que no consideraba los costos de prestación del servicio, que corren a cuenta de los trabajadores (costos de gasolina, pago de impuestos emisión de facturas, etc.), en situación de pandemia, con el agravante de que la empresa no dio barbijos ni otros implementos de bioseguridad, para el desempeño del trabajo.  Son luchas en las que los trabajadores van adquiriendo experiencia, tanto con sus fracasos como con sus éxitos, uno de los cuales cabe resaltar: el fallo de la justicia, a favor de un grupo de trabajadores que fueron “bloqueados” por la aplicación de “Rappi” en Argentina, en noviembre de 2020. La sentencia ordenó el cese de las prácticas antisindicales y determinó un plazo de 24 horas para que la empresa cumpla con la disposición. En la medida en que el “bloqueo” fue considerado como un despido antisindical; se trató de un reconocimiento de la relación laboral, al ordenar la reinstalación de los trabajadores en la plataforma, negando el criterio patronal, de que se trataría de “colaboradores independientes”.   De cómo se asimilen estas experiencias de lucha, dependerá que las condiciones objetivas producidas por las contradicciones del capitalismo tardío, en la era de la cuarta revolución tecnológica, faciliten la formación de una clase trabajadora a nivel mundial, en los términos establecidos por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. Una clase trabajadora cuyas posibilidades organizativas se ensanchan, con el uso de la digitalización, que facilita una coordinación de acciones a nivel mundial y en tiempo real, atravesando fronteras de tiempo y espacio.

 

CONSIDERACIONES FINALES

Se observa que la contradicción entre la creciente socialización del trabajo y la apropiación privada, en la era de la cuarta revolución tecnológica, adquiere niveles explosivos que sacan a la luz  la irracionalidad  general del capitalismo tardío, que se manifiesta en la expansión sin precedentes del desempleo, el subempleo y la precariedad, pero también, en  la explotación irracional de las fuentes naturales del trabajo,  cuyas consecuencias, como la pandemia, desatada por el COVID-19, han  puesto en peligro, no solo la forma existente de sociedad , sino a toda la civilización humana.

Es evidente que en un periodo de progresiva contradicción, entre las fuerzas productivas y las relaciones sociales de producción, no se puede esperar que sean las innovaciones tecnológicas o los descubrimientos científicos, antes de que las relaciones sociales de producción se transformen, los que eliminen esta contradicción, que ha puesto en peligro  la vida humana en el planeta;  es decir, antes de que la apropiación privada de la riqueza producida por el trabajo, de paso a una forma de organización de la producción y distribución de la riqueza, que corresponda con las grandes posibilidades,  para una vida más plena y humana, que abre el desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas.  Esta es la tarea que tienen los trabajadores del mundo entero y sus aliados, una tarea que en lugar de verse lejana y utópica, parece estar tocando a la puerta (por los efectos del uso capitalista de la cuarta revolución tecnológica), para superar esa oposición objetiva en el capitalismo, de la que nos hablaba Mandel (1979): entre la racionalidad parcial (la búsqueda de ganancia de cada caótañosta) y la irracionalidad general (la generación de desocupación, hambre y muerte).



[i] El modelo de acumulación que encarna Google y facebook, Apple y microsoft, Siemens y General Electric, Uber, AirBnb se ha generalizado en el contexto de la pandemia, y ha permitido verificar que los datos y las plataformas realizan una serie de funciones capitalistas claves como la capacidad para impulsar la deslocalización y la precarización e la fuerza de trabajo. Ver:  (Kohen,2020).

[ii] Osganizacion Internacional del Trabajo (2021) Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo. Visto en: https://www.ilo.org/, última vista el 29 de abril de 2021.

[iii] CEPAL/OIT (mayo 2020) “El Trabajo en tiempo de pandemia, desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (COVID-19)”, coyuntura laboral, No 22. Visto en: https://www.cepal.org/, última vista el 29 de abril de 2021.

[iv]España sigue liderando el paro en la UE con un desempleo juvenil que casi dobla al resto de países, según Eurostat. Publicado en: https://www.rtve.es/, el 04 de marzo de 2021

[v] El boom del empleo en las plataformas digitales genera tantas oportunidades laborales como desafíos. Publicado en: https://news.un.org/, el 23 de febrero de 2021.

[vi] Mandel con el concepto de capitalismo tardío diferencia una era del capitalismo que se abre después de la segunda guerra mundial, luego del fracaso de una revolución socialista mundial. Es la era cuando el capitalismo muestra características decadentes, con más claridad que en etapas anteriores.  

[vii] Abdelnour, Sarah y Bernard, Sophie (octubre 2018) “Vers un capitalisme de plateforme ? Mobiliser le travail, contourner les régulations”, en  La nouvelle revue du travail, Nº 13.  Visto en: http://journals.openedition.org/nrt/3797, última vista el 30 de abril de 2021.

[viii] Existen dos tipos de plataformas: “las basadas en la web”, en las que los trabajadores realizan sus tareas en línea y de modo remoto, y “las basadas en la ubicación”, como chóferes de taxis o repartidores que trabajan en una localización geográfica determinada.

[ix] Mandel, Ernest (1979)  El Capitalismo Tardío, México: Ediciones ERA.

[x] Para esto, la empresa publica un anuncio solicitando, por ejemplo,  a 500.000 personas que transcriban dos líneas cada una; mediante este anuncio recluta a centenares de miles de trabajadores de todos los lugares del mundo, con el fin de que transcriban documentos, etiqueten fotos o filtren vídeos, tareas que las máquinas no son capaces de realizar. Ver: Confavreux,  Joseph (2019) “Los trabajadores del clic, nuevos proletarios digitales”. Visto en: En: https://ecuadortoday.media/2019/02/12/los-trabajadores-del-clic-nuevos-proletarios-digitales/, última vista el 29 de abril de 2021.

[xi] Abdelnour, Sarah y Bernard, Sophie (octubre 2018) “Vers un capitalisme de plateforme ? Mobiliser le travail, contourner les régulations”, en  La nouvelle revue du travail, Nº 13.  Visto en: http://journals.openedition.org/nrt/3797, última vista el 30 de abril de 2021.

[xii] Confavreux,  Joseph (2019) “Los trabajadores del clic, nuevos proletarios digitales”. Visto en: En: https://ecuadortoday.media/2019/02/12/los-trabajadores-del-clic-nuevos-proletarios-digitales/, última vista el 29 de abril de 2021.

[xiii] Mandel, Ernest (1979)  El Capitalismo Tardío, México: Ediciones ERA.

[xiv] Marx, Karl (1989) Los Grundisse (1857-1858), Tomo I, México: Siglo XXI Editores.

[xv] Contrariamente a las plataformas de trabajo por pedido, en las que los conflictos sociales permiten hacer reconocer la relación de sujeción entre el prestatario y las empresas que organizan el trabajo en el siglo XXI, las reglas de gestión algorítmica del trabajo y las condiciones de contractualización del micro-trabajo oscurecen  aún más,  la actividad de producción de valor  y, debido al estallido geográfico, los trabajadores no encuentran interlocutores patronales frente a ellos, como en el caso de Uber y otros Deliveroo”. Amazon encarna perfectamente el “papel de plataforma neutra, de útil técnico de puesta en contacto que desintermedia el trabajo y desaparece en tela de fondo”, como si fuera un “tercer beneficiario”. Ver: Confavreux,  Joseph (2019) “Los trabajadores del clic, nuevos proletarios digitales”. Visto en: En: https://ecuadortoday.media/2019/02/12/los-trabajadores-del-clic-nuevos-proletarios-digitales/, última vista el 29 de abril de 2021.

[xvi] Scasserrra, Sofia (enero-febrero 2019) “El despotismo de los algoritmos como regular el empleo en las plataformas”, en Rev. Nueva sociedad, Nº 79, Visto en: https:// www.nuso.org, última vista el 29 de abril de 2021.

[xvii] Una tendencia que encuentra su origen en la concentración sin precedentes del poder económico en manos de unas pocas docenas de firmas, que presionan para monopolizar el poder político y social. Ver: Mandel, Ernest (1979)  El Capitalismo Tardío, México: Ediciones ERA. 

[xviii] Ídem.


domingo, 7 de marzo de 2021

Las formas de explotación del trabajo femenino desde dos estudios de caso en Bolivia

 

Luis Fernando Castro López




La OIT[i] calcula que en la actualidad, solo el 49% de las mujeres lograron acceder a un empleo, mientras que los varones con un empleo o económicamente activos, representan el 75%; es decir, la brecha en el porcentaje de participación económica, entre hombres y mujeres, es de más del 20%. Pese a la persistencia de esta brecha, el trabajo femenino ha ido experimentado un importante aumento en su participación; sobre el cual, es necesario poner la mirada, para entender la forma en que el capitalismo; actualmente, incide en la reproducción de las desigualdades y la opresión de género. Una de estas trasformaciones está relacionada con la extensión de la industria de servicios o la industrialización de los servicios, sector que acoge a un gran número de mujeres.

Bolivia no es la excepción; desde hace una década, el trabajo femenino dentro del sector servicios creció de manera significativa (de 43% en 1996 a 69% en 2019). Un importante número de mujeres se insertan en trabajos de servicio de todo tipo: de cuidado, comercio, hoteles, restauració0n, salud, limpieza, servicios sociales colectivos, administración pública, etc.  Este crecimiento hace contraste con la reducción de la población femenina dedicada a la agricultura, que cayó del 44% en 1996 al 27% en 2019; mientras que la participación femenina en el sector manufacturero se mantuvo casi igual en 30 años (10% aproximadamente)[ii]. Es decir, el índice de participación por género, prácticamente no cambió en 20 años, pero sí la forma de ocupación de las mujeres. Actualmente, los 3 sectores que absorben más trabajo femenino son los servicios de comercio, hoteles y restaurantes, los servicios de administración pública, los servicios sociales y comunales y la industria manufactura. En este artículo, en base a dos estudios de caso, se busca responder a la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las formas de explotación subordinación y disciplinamiento de las obreras en los servicios de limpieza en hospitales y servicios municipales?

1. EL CONTROL DE LOS CUERPOS EN LOS SERVICIOS DE LIMPIEZA HOSPITALARIA

En Bolivia, la industrialización de los servicios[iii] significó la incorporación cada vez más amplia de mujeres en el trabajo asalariado. El servicio de limpieza se convirtió en una actividad industrial[iv] a partir de la creación de empresas especializadas que venden este servicio como producto de consumo final o intermedio. Este es el caso de los hospitales privados, que transfieren la labor de limpieza a manos de empresas pequeñas,  sin dejar de controlar y explotar a las obreras de limpieza; pues este servicio, aunque parezca periférico y no vinculado a las actividades relacionadas directamente con la salud,  es en realidad, una dimensión central del funcionamiento de un hospital. Hoy los grandes hospitales venden la bioseguridad como un servicio a ser garantizado a sus pacientes y esto solo se logra mediante la explotación de fuerza de trabajo destinada a la limpieza.

Las tareas de limpieza hospitalaria son organizadas en flujo[v], o sea, hay una constante movilidad de la fuerza de trabajo ( un flujo continuo que no cesa) en las tareas de limpieza y mantenimiento de las secciones de alto riesgo de infección; en este caso, nos referimos a las secciones de internación de pacientes, quirófano, servicios de hemodiálisis, etc.; además, de la constante desinfección de las áreas comunes como pasillos y salas de espera; la fuerza de trabajo es movilizada dependiendo de los eventos infecciosos que surjan en cualquier lugar del centro hospitalario.

Toda esta organización del trabajo, requiere; al mismo tiempo, un control espacial y temporal de la movilidad de las trabajadoras de limpieza; en ese sentido, la empresa de servicios contratada por la dirección del hospital, despliega una serie de medidas de control del trabajo de las obreras de limpieza, una de estas medidas es el control directo ya sea mediante la vigilancia personal o la vigilancia con cámaras. El objetivo no es solo controlar la movilidad de las obreras de una sección a otra; sino también, controlar las operaciones físicas en la realización de sus diversas tareas, buscando en último término, el disciplinamiento del cuerpo de las obreras.

Desde el momento en que una obrera entra a trabajar en el servicio de limpieza, la calificación de su trabajo se mide por la calidad de sus operaciones de limpieza, esta calificación no solo se basa en la evaluación del producto final, también se califica el desenvolvimiento del cuerpo de las obreras. No solo se trata de controlar, cómo la obrera agarra la escoba o la franela; sino como logra resolver una serie de obstáculos y demandas de la limpieza; el siguiente extracto es muy esclarecedor, sobre el trabajo de una obrera de limpieza en el área de informática de un hospital:

“No entendía porque los trabajadores del sector de informática se mostraban insatisfechos con el trabajo de Silvano, hasta que se fue y tuve que poner en su lugar a Doña Ligia… ya habiendo pasado unas dos semanas desde que  se cambió al trabajador por la obrera de limpieza la actitud del personal de informática ha cambiado y ya no protestan por la limpieza… fui a ver como realizaba la limpieza doña Ligia y ella se encontraba limpiando uno de los escritorios y me dice: ‘Joven ya estoy terminando ya salgo, después de esto me voy al pasillo grande ¿no?... […] Me he tardado porque este ingeniero [refiriéndose a uno de los trabajadores de informática] deja su escritorio mugre y no quiere que le toquemos nada, el primer día que fui me dijo que no toque nada, pero yo no le hice caso igual lo acomode… […] igual cuando me vio mover me ha mirado y no me dijo nada… pero yo le he arrinconado como debe ser… aquí los lapiceros, aquí sus hojas, es este lado se lo pongo sus cosas estas de las computadoras… y así… y te cuento que al día siguiente me ha pedido que se lo ordene el escritorio… […] hay que ordenárselos como su mama aunque no quieran les pones un orden y se acostumbran… igual es con la licenciada… ella es delicada de que toquen y desordenen sus cositas… sus fotitos y sus adornitos…’, cuando me dijo todo eso me di cuenta que Silvano no tenía un criterio de orden solo limpiaba y para el personal de oficina significaba un desorden de sus propias cosas”[vi]

El trabajo de limpieza requiere, como indica la trabajadora, un criterio de orden, en este caso, la obrera dice “ordenárselos como su mama”, consciente de que lo que despliega es un criterio que ella misma se ha formado en su experiencia de madre; luego, habla de lo “delicadas que son las licenciadas con sus adornos” y que, en ese caso, ella capta esa delicadeza. Este sentido de orden, no es constituido en el espacio de trabajo, por lo general viene de afuera, de las habilidades formadas por las obreras, no solo en el espacio domestico privado del hogar (por eso mismo la obrera equiparaba su forma de limpiar al de la forma de limpiar de “su mama”); sino también, en un larga trayectoria de empleos como limpiadora de casas; se trata a veces, de una tradición generacional, son  hijas de madres que trabajaron años en la limpieza; las obreras no abandonan estas actividades, sino que las heredan.

Este sentido de orden formado en sus actividades domésticas, hace carne en el cuerpo y se convierte en una forma de apropiación[vii] de este espacio: “le doy un orden”; una forma de apropiación de la que; por lo general, carecen los obreros, quienes son destinados a trabajos de fuerza como el manejo de máquinas de limpieza. En el trabajo de la limpieza, la modelación del cuerpo se da sobre la explotación de las habilidades adquiridas fuera del trabajo; en este caso, las habilidades adquiridas por la obrera en el marco de los roles de género establecidos por la reproducción de la división social del trabajo por sexos[viii]; se trata del primer paso hacia su disciplinamiento; las obreras que demuestren el desarrollo de estas disposiciones tienen mayores posibilidades de quedarse en el puesto.

Pero ¿por qué es necesario un disciplinamiento aun después de que las obreras demuestran tener ciertas disposiciones desarrolladas en el oficio de la limpieza?

Se debe a que, a diferencia del espacio del hogar, los procedimientos de limpieza en los hospitales que industrializan este servicio, requieren ser estandarizados a un ritmo y a una calidad de trabajo. Las habilidades de las obreras son enmarcadas dentro de una economía de movimientos y de tiempos[ix], donde se mide el minuto: “Limpiar un cuarto solo lleva media hora si tarda más no sirve!!”, decía uno de los dueños de la empresa de servicios.

Los estándares de tiempos son complementados con la inculcación de un sentido en el procedimiento de limpieza, éste debe ser pulcro y cuidadoso en presencia del paciente internado, que en este caso, es el cliente. Al respecto, el control a las obreras, de parte del personal médico, consistía en observar y corregir la forma en que usaban la franela; con que guante abrían la puerta; con que guante limpiaban el velador; también, la forma del servicio; la presentación de la obrera; la forma en que se para y en que entabla la comunicación con el paciente. 

El objetivo final de toda la vigilancia era que las obreras, mediante el desenvolvimiento corporal y los procedimientos adecuados en el manejo de los materiales, no incomoden al paciente y muestren cuidado en la bioseguridad. Ello implicaba muchas veces, que frente a los malos procedimientos el personal de jerarquía del hospital les diga: “¡¡usted no está en su casa, este es un hospital!!”, dando a entender, que en ese espacio se cumple un protocolo estandarizado, que no contempla las costumbres de limpieza que traen de casa las obreras. Se trata de pulir sus propios cuerpos a la minuciosidad y la actuación, pero también, a la resistencia física, ya que todo eso debe ser hecho con una economía del tiempo cronometrado (una correlación entre tareas, que significa la medición del tiempo de movilidad de una sección a otra) y densificado con la incorporación de nuevas actividades. El tiempo densificado con tareas ponía en evidencia, cualquier retraso, ya que  partir de este primer retraso, se forma una cadena de actividades desfasadas de tiempo.

En el servicio industrial de limpieza, el disciplinamiento del cuerpo, significa un proceso de subsunción real del trabajo por el capital[x], porque lo que se busca no es solo la subordinación y la explotación de las habilidades desarrolladas por las obreras en el espacio doméstico, sino su modelación y su transformación, bajo una anatomía política[xi] del cuerpo[xii], que responda a las exigencias de valorización de capital. En esta repetición constante de tiempos y procedimientos, las correcciones y las llamadas de atención, calan la subjetividad de las obreras, que terminan por asumir una “forma ideal” en los procedimientos de limpieza y en su apariencia.

La trabajadora de limpieza presenta la “fachada”[xiii] de la bioseguridad, donde su apariencia de pulcritud (tener el uniforme muy bien cuidado) y los medios de trabajo limpios y clasificados, deben corresponder con ciertos modales de prudencia, de delicadeza, exactitud y energía inagotable. Se forma una “idealización”[xiv] de lo que es la obrera de limpieza, que trata de responder a las ideas estereotipadas y generales de los centros hospitalarios, como centros de pulcritud, limpieza y; sobre todo, de cuidado de la salud, aunque esto signifique poner en riesgo la salud física de sus obreras, por cuidar las apariencias y las ganancias.

Esta “fachada” de la obrera de limpieza, es rota en ocasiones en que una nueva trabajadora presenta una serie de disposiciones que contravengan a esta forma ideal de actuación, movimientos y apariencia. Estas trabajadoras pasan por la valoración moral de las antiguas, quienes la califican de “sucia, mal arreglada, que quita las ganas de trabajar”. En este caso, las obreras que no logran encajar en este marco son despedidas, y si algo impide su despido inmediato, son sometidas a actos de descalificación por parte de sus compañeras, que consideran que no son buenas trabajadoras.

En varios hospitales, donde los servicios de limpieza se organizan con cánones industriales, se siguen estos procesos de disciplinamiento de las obreras, que modelan la feminidad a un estándar productivo, mediante la economía del cuerpo; canal de acceso a la incorporación subjetiva de una disciplina que, luego se convierte en una ética de trabajo.

 

2. EXPLOTACIÓN Y NATURALIZACIÓN DE “LO FEMENINO” EN LAS EMPRESAS MUNICIPALES

Otro hecho, que se reproduce en la incorporación de las mujeres al espacio productivo, es la naturalización[xv] y la extensión de las habilidades designadas socialmente como propias de la feminidad; es el caso de las tareas destinadas al cuidado. En una empresa municipal de mantenimiento de áreas verdes; se realiza un contrato masivo de fuerza de trabajo eventual femenina, aprovechando los ciclos  del trabajo doméstico, por ejemplo, las vacaciones escolares son un momento de afluencia de fuerza de trabajo femenina disponible debido a que varias mujeres se liberan de la responsabilidad de atender las necesidades propias de la asistencia a clases de sus hijos (lavar los uniformes de sus hijos, preparar la comida a tiempo, ayudar en las tareas escolares, etc.); de manera que en tiempo de vacaciones escolares, existe una gran cantidad de mujeres que se presentan en la puerta de esta empresa buscando un trabajo temporal.

Esta empresa municipal, presenta una marcada división de las tareas básicas del mantenimiento de áreas verdes y parques. Mientras los trabajos de construcción de infraestructura son realizados por los hombres, las tareas de cultivo y cuidados de plantas se destina a las mujeres.  El trabajo de vivero es un trabajo cumplido, en su mayoría, por las mujeres. Cuando se consultaba a las obreras sobre por qué había más mujeres que hombres en viveros, ellas respondían lo siguiente:    

“Sí, pero como te digo vivero parece que es más para mujeres no para hombres porque las plantitas son muy delicadas, las cosas que hacemos son más para manos de mujeres yo pienso no por eso es que hay más mujeres que hombres, hay hombres pero esos hombres son para que trasladen cosas pesadas mezclen la tierra lleven en carretilla cualquier cosa pesado ¿no? y el resto son cosas muy delicadas las plantitas, si por eso yo creo que hay más mujeres aquí que hombres […] como te dije las plantitas son para mujeres porque son bien delicadas son… desde bebecitos tenemos que agarrar en las manos y de las manos poner a la tierra con calma[xvi]

 

La percepción de la obrera es que el trabajo de vivero, al ser un trabajo delicado, para manos de mujeres, es un trabajo solo apto para ellas.  Entre las obreras hay una tendencia a naturalizar las disposiciones atribuidas a la feminidad con las tareas productivas como algo dado, propio del sexo femenino, en contraposición al trabajo pesado atribuido a los hombres. No es que ellas no sientan que pueden realizar las tareas de los hombres, sino que aceptan esta división del trabajo.  Que para ellas tiene su   justificación en los roles de género de las trabajadoras en el espacio doméstico.  A diferencia del caso anterior, en este caso, la inserción de la mujer al espacio productivo se da por la subsunción formal[xvii] de las disposiciones de género adquiridas en el marco de la división social del trabajo por sexos, es decir que, las habilidades y disposiciones adquiridas  en el espacio domestico no pasan por un proceso de modelación, sino que se explotan directamente, como habilidades relacionadas con el cuidado doméstico  y el sentimiento materno.

 

Las obreras que asumen estas tareas, soportan el trabajo monótono y pesado con la satisfacción que sienten cuando logran un óptimo cuidado de las plantas. Es como criar un hijo y verlo crecer con el esfuerzo de sus propias manos. Como afirma la obrera: “No. Más bien el trabajo para mi es bien tranquilo, porque me desestreso, digamos. Porque son tan chiquititas las plantas, y les veo como a mis hijos. Es un cariño bien grande, por las plantitas, yo que tengo. Son bien chiquititos, que cuando me viene otra persona y me lo riega digamos “! ay! ¡ya me pongo a llorar!” porque “¿por qué has hecho así? Tienes que hacer con calmita, como bebes recién naciditos”, entonces, tengo harto cariño por las plantas[xviii]

 

Se percibe que, en sus tareas en el vivero, este cuidado a las plantas, despierta entre las trabajadoras, una identificación afectiva equiparada con el cariño a un hijo, a la función materna. Esto explica en alguna medida, que estas trabajadoras soporten las intensas jornadas de trabajo y las afecciones reumáticas en los dedos por los cambios de temperatura en el uso de los guantes[xix].  En el mismo sentido, la naturalización de estas actividades ligadas al sexo femenino, ha hecho que las trabajadoras de vivero acepten una escala salarial estancada, por la imposibilidad de acceder a otros puestos que son monopolizados por varones, como la construcción de infraestructura, soldadura o el manejo de la fibra de vidrio para la construcción de parques. Se trata de una segregación ocupacional que da ventaja a los hombres, porque ellos pueden subir de categoría ocupacional, hasta ganar 7.000 bs. en promedio, mientras que las mujeres de vivero se quedan estancadas en un salario de 3.000 bs., si es que llegan a ser supervisoras del vivero.  Esta naturalización de la división de las tareas por sexo, en estas empresas de servicios municipales, termina legitimando las desigualdades laborales en términos de oportunidades de ascenso laboral y de mejoras salariales.

 

CONCLUSIÓN

La incorporación de las mujeres en los espacios productivos implica la subsunción de sus disposiciones y roles de género al servicio de los objetivos patronales. Ya sea por medio la modelación de estas disposiciones, para conseguir una disciplina corporal o por medio de la asimilación de estas disposiciones, sin ningún tipo de modelación o modificación. Estas formas de subsunción de las disposiciones femeninas a los objetivos patronales, reproducen la división social del trabajo por sexos y por ende las prácticas patronales de segregación laboral y discriminación salarial.  



[i] Revisar el siguiente enlace: https://www.ilo.org/infostories/es-ES/Stories/Employment/barriers-women#intro

[ii] Dossier de Estadísticas Sociales y Económicas:  https://www.udape.gob.bo/

[iii] Cuando nos referimos a la industrialización de los servicios tomamos como referencia a Albarracin, Daniel (2003) “La sociedad salarial de servicios a debate: Ciclo del capital, estructura social y subjetividad obrera quien también toma algunas reflexiones de Mandel” en Cuadernos de relaciones laborales, año 21, No 2, pp. 43 – 66; para explicar que la forma de servicios no se contrapone a la de productos atribuida a la industria, mas al contrario la “formación del servicio no sustituye a  la  forma  producto  en  la  misma.  Incluso puede promoverla. Este sería el caso, por ejemplo, de los servicios de entretenimiento o atención de salud personal que suponen, sea por caso, la producción de bienes de producción de maquinaria especializada de corte industrial (por ejemplo, la producción de las infraestructuras de un parque de atracciones, la fabricación de instrumental médico, etcétera...).  En definitiva, se produce una industrialización del servicio y una terciarización de la industria (pp. 196)

[iv] Castro, Luis (2020) “Resistencia de las obreras fluctuantes en los servicios de limpieza hospitalaria en Bolivia”, en Palermo, H. y Capogrosi, L., Tratado Latinoamericano de Antropología del trabajo. Buenos Aires: CEIL-CONICET  y CLACSO.

[v]  Ídem.

[vi] Extracto de notas de campo sobre el trabajo de limpieza en un Hospital de Cochabamba 2018 – 2019.

[vii] Kosik, Karel (1990) Dialéctica de lo concreto. Mexico D.F.: Editorial Grijalbo.

[viii] Aillon, Tania (1997) “Alienación y relaciones de género: las determinaciones comunes de clase y de género”, en Revista Escarmenar, No 2, año 1997, La Paz, plural

[ix] Foucault, Michael (1975) Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

[x] Marx, Karl (1971) El capital, libro 1, capítulo VI (inédito). Buenos Aires: Ediciones Signos

[xi] Una "anatomía política", que es igualmente una "mecánica del poder", está naciendo; define cómo se puede hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que ellos hagan lo que se desea, sino para que operen como se quiere, con las técnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina (Foucault, 1975)

[xii] Ídem.

[xiii] La fachada, está referida a la parte de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan dicha actuación. En Gofman, E. (2004) La presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu Editores, pp. 33 -34. La fachada de se conforma de medios, una apariencia y modales. 

[xiv] Ídem.

[xv] Trabajamos la naturalización en los términos que define Gramsci como naturalización de la dominación. Burawoy,  M. (2006) O marxismo contra Bourideu. Sao Paulo: UNICAMP

[xvi] (Extracto  de entrevista a una trabajadora de una empresa municipal)

[xvii] Marx, Karl (1971) El capital, libro 1, capítulo VI (inédito). Buenos Aires: Ediciones Signos

[xviii] (extracto de entrevista a trabajadora de vivero municipal).

[xix] Si bien hay obreras que ven el trabajo como satisfactorio; desde hace años hay una demanda  de solución a las afecciones físicas del trabajo.