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sábado, 7 de marzo de 2015

La segregación Laboral por genero: Una constante de la sociedad de clases



Tania Aillón Gómez

El 8 de marzo de cada año, instituido como día de la mujer, nos recuerda el rol determinante  de las luchas obreras en la búsqueda de transformar la sociedad clasista y patriarcal en la que vivimos, puesto que  se rememora la lucha de las obreras   textiles contra la explotación de los patrones en Norteamérica.  Jornadas extenuantes  de hasta 12 horas de trabajo, bajos salarios e inseguridad en los lugares de trabajo, caracterizaban las condiciones laborales de estas obreras del textil, que desde mediados  del siglo XIX  manifestaron su descontento y su predisposición a luchar por mejores  condiciones laborales.  
Fotografía: http://www.laprensa.com.bo. 09/04/2012
Hoy, a  siglo y medio de estas luchas, que  fueron  respondidas con  la fuerte represión de los patrones,  el sexismo patriarcal continúa permeando las relaciones laborales de las trabajadoras, las que se ubican en los segmentos menos favorecidos del mercado de fuerza de trabajo, mostrando con claridad que en  la sociedad clasista, todo discurso de igualdad de género solo sirve para encandilar a los crédulos/as.
  En el caso concreto del sector industrial en Cochabamba, las obreras se ubican en los segmentos de mercado más segregados por la patronal.  Son las  obreras,  las que  en mayor   proporción no   tienen seguro de salud  ni aportes a la jubilación(cuadro 1).
CUADRO No 1

TRABAJADORES/AS DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA DE COCHABAMBA QUE NO CUENTAN CON SEGURO A CORTO Y LARGO PLAZO SEGÚN SEXO
Fuente: Encuesta IESE-2014

En el mismo sentido, la patronal concentra la capacitación de  fuerza de trabajo en la empresa, en   los trabajadores; mientras que  importante proporción de  trabajadoras son segregadas de la  misma, limitando sus posibilidades de estabilización laboral y ascenso. Esta  política patronal expresa  cómo, la propia división técnica del trabajo,  al interior de la industria,  está  atravesada por relaciones patriarcales  de dominación.
CUADRO 2
TRABAJADORES/AS  DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA DE COCHABAMBA QUE RECIBIERON CAPACITACIÓN, SEGÚN SEXO
Fuente: Encuesta IESE-2014

No es casual; entonces, que dentro de esta política patronal de segregación por sexo,  sean las trabajadoras las que en menor proporción gocen  de los beneficios del ascenso laboral (gráfico 1).

GRAFICO 1
TRABAJADORAS/RES BENEFICIADA/OS CON ASCENSO LABORAL

Fuente: Encuesta IESE-2014

El resultado de esta política patriarcal es que  sean;   principalmente obreras, las  que están asociadas al trabajo manual,  como operadoras directas y/o en tareas de servicios  de limpieza; mientras que son  trabajadores, los que  principalmente,  ocupan   los puestos de operadores de maquinarias y tienen  la exclusividad de ascenso a puestos como técnicos de campo y/o controladores de proceso, puestos que están asociados a mejores niveles salariales. No es casual; entonces, que  sean  obreras,   las que se concentren,  en los tramos de salarios más bajos (entre 700 y 1400 Bs); y que prácticamente,  sea insignificante, la proporción de obreras ganando de 3.500 a más de 4.200 bolivianos (gráfico 2).   Los bajos salarios tienen relación   con los empleos periféricos a los que se destina la fuerza de trabajo femenina; trabajos que  al no desarrollar tareas centrales a los procesos productivos, son trabajos subvalorados.  
Gráfico No 2
REMUNERACIÓN MENSUAL  SEGÚN SEXO
Fuente: Encuesta IESE-2014

Los datos expuestos,  muestran  al mercado de fuerza de trabajo de la industria regional, como un mercado sexista, un rasgo que por cierto,  caracteriza al mercado de fuerza de trabajo capitalista desde sus remotos orígenes;  debido a que los patrones re-funcionalizan la discriminación patriarcal entre los sexos , a los fines de acumulación que persiguen, colocando a las mujeres como fuerza de trabajo barata, fuerza de trabajo ocupada en tareas que aprovechen las “habilidades femeninas” configuradas  por  la sociedad patriarcal(tareas manuales, de limpieza y/o control de calidad) . Se trata de  una fuerza de trabajo secundaria respecto de  la del  trabajador, porque desde  la lógica patronal,  el salario femenino sólo complementa el salario principal, que es el salario del marido;  lógica que; sin duda,  reproduce la ideología patriarcal que desvaloriza el trabajo femenino colocándole en posición de subordinación, respecto  al trabajo masculino. Por esto, la lucha  por mejores condiciones de trabajo y vida, para la gran mayoría de las mujeres, las mujeres trabajadoras, está indisolublemente ligada a la lucha por una sociedad sin patrones.  La historia parece confirmar esta afirmación, luego de  siglo y medio, desde el 8 de marzo de 1857, la segregación laboral por sexo, que reproducen los patrones, continúa posicionando a las mujeres como a una fuerza de trabajo sobre-explotada y oprimida.