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lunes, 11 de junio de 2018

La huelga chilena alojada en el espacio público frente al poder de la propiedad privada




Domingo Pérez Valenzuela*



Fotografía: https://periodicoelpueblo.wordpress.com, 28/06/2017
La empresa capitalista, al estructurarse por relaciones de explotación, dominación y hegemonía y resistencia, constituye una mezcla inseparable de cooperación y conflicto entre empleadores y trabajadores. En este campo, ahondando entre las múltiples vías por donde se expresa la conflictividad (estrés, desgano, rotación laboral, negociaciones, e inclusive mediante múltiples formas por fuera de la vida laboral misma), la huelga es la primera acción que pone objetivamente en jaque dicha relación laboral, siendo por ello un recurso central para los trabajadores organizados. No obstante, a pesar de su importancia, es común que se confunda la huelga, en cuanto paralización del trabajo para presionar por reivindicaciones, con la paralización de la producción. Para ser exactos, lo que ocurre es que la huelga persigue paralizar la producción, pero no siempre lo consigue.

En el caso del Chile neoliberal: ¿dónde se lleva a cabo este proceso huelguista, según la institucionalidad dominante expresada en la ley? El poder político de la propiedad privada aparece mediante dos estrategias. Por una parte, los huelguistas no pueden permanecer en sus puestos de trabajo y, por lo mismo, deben retirarse de la empresa. Esto, de partida, elimina el diálogo con el resto de trabajadores y superiores; y, además, abre una primera posibilidad práctico-material para que sus puestos sean reemplazados. Por otra parte, la táctica de la “ocupación de la empresa” también se encuentra prohibida. De hecho, si bien el Comité de Libertad Sindical de la OIT permite la ocupación de la empresa de forma pacífica, por significar una extensión normal del “piquete”, en Chile el piquete debe ser externo al lugar de trabajo. En este sentido, por una y otra parte, el resultado final es que los huelguistas carecen de derechos en la propiedad privada de la empresa capitalista y la acción de la huelga solo tiene permiso para desplegarse, paradójicamente, en el espacio público. Es en este espacio, entonces, donde encontramos un conjunto de tácticas desarrolladas por los trabajadores, para enfrentar a la patronal.


1. LA ESTADÍSTICA DE LAS TÁCTICAS DE MOVILIZACIÓN HUELGUISTA

Fotografía: https://redlatinasinfronteras.wordpress.com, 30/12/2013
De acuerdo al Informe de Huelgas Laborales 2016 del OHL (Observatorio de Huelgas Laborales), un 66,3% de las huelgas del sector privado tuvieron tácticas complementarias de movilización. Las más utilizadas fueron de tipo convencional o culturales, como marchas y piquetes pacíficos, con un 44,2%.  Luego las disruptivas, como interrupción del tránsito o del acceso al establecimiento por un piquete, con un 20%. Y, finalmente, las violentas, como agresiones a personas u ocupación de edificios, sean ajenos o de la empresa, con un 2,1%[i].

En este contexto, el rol del piquete es interesante para comprender la cultura de huelga existente en Chile, en específico, para comprender la legitimidad del derecho a huelga entre los trabajadores frente a otros derechos. De acuerdo al Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC) del COES, el 61% de los encuestados encuentra justificable que los trabajadores bloqueen la calle (y por ende el tránsito) en un proceso de huelga, es decir, que el piquete utilice forzosamente el espacio público[ii].

En la otra cara de la moneda, son poco frecuentes los casos donde la ocupación del espacio de la empresa, efectivamente, sucede. En rigor, sólo el sindicalismo de los empleados públicos emplea regularmente esta táctica. En específico, en el Informe de Huelgas 2015, se puede constatar que la táctica más utilizada por este sector fue el turno ético (i.e. se mantienen activos puestos de trabajo para atender situaciones urgentes del público) (25,6%)[iii], fenómeno al cual subyace, entonces, una ocupación pacífica del centro de trabajo. Los empleados públicos logran lo anterior, básicamente, por los niveles de organización y lucha que han mantenido en este periodo. Se trata de un sector que está a la vanguardia en el debilitado sindicalismo chileno. Inclusive, este sector no tiene derecho alguno a huelga, por lo que todas sus huelgas son ilegales.

Así, entonces, la mayoría de movilizaciones huelguistas en Chile se despliega en el espacio público-civil, lugar donde las empresas ven expuesta su imagen y marca, los trabajadores o consumidores su integridad física, y el Estado con las fuerzas policiales su aparente neutralidad.

Con este escenario, de acuerdo al Informe 2017 del Observatorio de Conflictos (OCS) del COES, puede observarse que, en el universo de acciones contenciosas de todas las movilizaciones en el Chile actual, las de tipo laboral-sindical son las más numerosas del país, alcanzando el 36% del total[iv]. Esto puede ser la consecuencia de otro dato: continuando con el Informe 2016 del OHL, se constata que desde el 2006 (año de explosión del movimiento subcontratista primario-exportado) emerge un ciclo de huelgas que todavía está en crecimiento. Al punto de llegar, hasta al presente, a ser la huelga la forma de movilización más recurrente. En este sentido, asistimos a una revitalización moderada, pero novedosa, del alicaído sindicalismo chileno, la que se expresa, principalmente, mediante la lucha huelguista.

2. REFLEXIONES FINALES

Fotografía: https://www.laizquierdadiario.cl, 04/03/2017
¿Cuál ha sido entonces la relevancia de las huelgas y sus tácticas complementarias de movilización en Chile, de un tiempo a esta parte? En específico, estos elementos han evidenciado una distribución geográfica desigual del derecho a huelga entre el espacio público y privado: la huelga existe, casi exclusivamente, fuera de la empresa, producto de que es forzada a salir, justamente, del espacio que busca problematizar. De esto resulta que, en Chile, es legal dejar de trabajar grupalmente para presionar (huelga), como derecho humano laboral; pero, únicamente, si la conflictividad que se abre no es internalizada por la empresa y la propiedad privada, sino por el espacio público. Literalmente, esto reorganiza y cambia la vía de expresión de la conflictividad, sin que se sepan con claridad los efectos asociados para el resto de la sociedad.

Con lo anterior, el actual ciclo de huelgas nos permite comprender mejor los derechos de asociación y lucha que se aceptan o no dentro de la empresa capitalista y, con su auge, reflota una pregunta evidente, a saber: ¿puede desarrollarse el derecho a huelga, para todos los actores involucrados, mediante la ocupación del centro de trabajo, es decir, del espacio físico y social desde donde emanan las contradicciones?

En este sentido, es posible afirmar que, en el debate sobre los derechos sociales en el Chile actual, desde los movimientos sociales, se ha tematizado poco la aplicación de los diversos derechos reclamados al interior del mundo del trabajo privado. Es decir, si deben existir o no derechos civiles básicos en el centro productivo capitalista, como la libertad de organización, de propaganda o de movilización de los trabajadores.



* Investigador del Observatorio de Huelgas Laborales, del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES) y la Universidad Alberto Hurtado (UAH). Sociólogo por la Universidad de Chile. Magíster Internacional en Políticas del Trabajo y Relaciones Laborales por la Universidad Central de Chile y la Universitá di Bologna de Italia. Magíster en Ciencias Sociales por la Universidad de Chile. Y estudiante de Doctorado en Geografía por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Sus áreas de investigación son estudios laborales, sindicalismo, política y geografía del trabajo.
[i] OHL-COES (2017)  Informe de Huelgas Laborales 2016. Santiago: Observatorio de Huelgas Laborales, Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social. Visto en: https://www.coes.cl/, última visita el 10 de junio 2018
[ii] ELSOC (2017)  Informe 2017. Estudio Longitudinal Social de Chile (ELSOC). Santiago: Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social. Visto en: http://www.elsoc.cl, última visita el 10 de junio 2018
[iii] OHL-COES (2016)  Informe de Huelgas Laborales 2015. Santiago: Observatorio de Huelgas Laborales, Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social. Visto en: https://www.coes.cl/, última visita el 10 de junio 2018
[iv] OCS (2017) Conflicto Social en Chile 2015-2016: disputando mitos. Santiago: Observatorio de Conflictos (OCS), Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social. Visto en: https://www.coes.cl/, última visita el 10 de junio 2018