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miércoles, 30 de diciembre de 2015

Cuándo el capitalismo también es popular: Una crítica al libro de la Economía Popular (parte 1)




Luis Fernando Castro López



Esta es una reseña sobre el libro: La economía popular en Bolivia: Tres miradas, está dirigida a comentar la primera parte del libro por dos razones: primero, por las características del libro, el cual está compuesto por tres ensayos que constituyen textos independientes, que analizan diferentes aspectos de lo que en el mismo, se entendería por “economía popular. La segunda razón es que los autores no tienen una posición completamente definida de lo que es la economía popular, ellos mismos aceptan que en sus trabajos la economía popular tien
e distintos matices.

La primera parte es un estudio de Juan Arbona, María Elena Canedo, Carmen Medeiros y Nico Tasi, se titula: “El sistema económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia”.

Fotografía: http://www.bolivianueva.com. 26/05/2014
El presente trabajo, es un estudio antropológico, inspirado en las teorías de la economía étnica[i], que vuelca la mirada sobre “las prácticas económicas de aquellos grupos excluidos de las instituciones capitalistas oficiales”[ii].  Sujetos emprendedores aimaras o quechuas que no rompen sus vínculos y tradiciones comunitarias,  más al contrario, en la llamada economía popular, encontramos una serie de actores, que al ser desplazados  por la economía global hacia procesos de precarización y fragmentación, son empujados “a apostar, consolidar y expandir sus propias formas sociales y su lógica económica, por la imposibilidad de participar en la  sociedad y en la economía oficiales”[iii].

Ya en el inicio del libro los autores se oponen a los enfoques que ven a los actores de la economía popular como sujetos pasivos y subordinados a las reglas del mercado global y del capitalismo. Para ellos la economía popular es un proceso en el que los actores emprendedores construyen sus relaciones económicas inyectándoles, mediante su práctica, su singular rúbrica.

Entonces, la economía popular es la construcción de un sistema económico en el que se relacionan actores excluidos, que desde su emprendedurismo, articularían zonas económicamente desarticuladas, creando una sinergia económica que enlaza el comercio con la producción local, que crea relaciones económicas locales, translocales e internacionales, que establece instituciones y relaciones de intercambio que desafían la lógica impersonal y “meramente económica” del capitalismo,  para incluir en ellas, formas religiosas, étnicas y vínculos personales. Además,  esta economía  popular se caracterizaría por estar volcada a la economía local, planteando desde ese espacio, su propia forma de articulación con la economía global; es decir, actores e instituciones desde los cuales  se negocian los vínculos con la economía global, esto desembocaría en último término,  en el establecimiento de una “propuesta propia de modernidad y desarrollo”[iv],  diferente a la de las clases dominantes que excluyeron a estos actores.

La economía popular desafia la posición de enclave productivo al que habría sido destinado nuestro país dentro de la estructura “económica global” y estaría erigiendo un sistema económico flexible capaz de aprovechar nichos de mercado y periodos de bonanza, mediante procesos de aprendizaje de un “know how” sobre el funcionamiento de los mercados locales e interncacionales, y una readaptación de la tecnología y de las mercaderías extranjeras a la demanda local.

Una de las virtudes de este trabajo es que cuestiona las visiones tradicionales de la economía, que basan sus estudios en la gran empresa y los flujos masivos de importaciones y producción, e ingresa a estudiar las dinámicas locales de la economía, para describir de manera detallada, las formas concretas de funcionamiento del capitalismo en nuestro país. El trabajo, muestra la forma en que las relaciones étnicas de las comunidades y las relaciones familiares se convierten en los principales pilares de un sistema de relaciones económicas. Además,  en el estudio se pone en evidencia,  cómo esa economía catalogada como informal genera una sinergia económica que “eslabona sujetos, territorios y fases económicas”.

En síntesis, en el trabajo se muestra que la economía boliviana no puede ser comprendida sin el estudio detallado de esos sectores mal llamados informales en los cuales se agrupan “sujetos excluidos” de los mercados oficiales de exportación. Lo segundo que se rescata,  es que la comprensión de estos elementos puede ayudarnos,  a entender porque las crisis económica en Bolivia toma un ritmo muchas veces laxo, es decir, explicar por qué las crisis tienen un efecto retardado sobre la economía boliviana, pues estas sinergias llamadas  "economía popular",  tratan de mantener una dinámica económica constante a nivel local (aquí las readecuaciones de productos importados o la reproducción local de algunos productos que antes se importaban, forman cadenas productivas enlazadas con la actividad comercial), la flexibilidad para acomodarse a diferentes situaciones es una de las ventajas de los emprendimientos de la “economía popular”, otra ventaja de estas sería la conformación de sus márgenes de autonomía,  mediante la construcción de sus propias formas de articulación al mercado global.

Algo que llama la atención en el presente trabajo es que, en su análisis, los  actores  y las  instituciones,  aparecen como realidades autóctonas externas al capitalismo, de ahí que en el estudio se encuentra de manera reiterada, la figura de algo externo que entra y modifica las formas “puras”, para crear un híbrido que desafía desde adentro las formas dominantes de la economía capitalista. No negamos, como diría Certeau[v], a que  los actores sean capaces de conformar sus propias “formas de empleo” de los espacios y objetos y relaciones y que algunas desafíen al capitalismo dentro del mismo, la cuestión radica en que, como resaltan los autores,  la “economía popular” esté al nivel de ser catalogada como un sistema diferente que desafié  a la llamada “economía global” (capitalismo).

Fotografía: http://www.bbc.com/. 25/02/2015
Tal vez nos serviría para el análisis partir de identificar, cómo los actores se conforman dentro de la economía popular y para ello es necesario preguntarnos si estos emprendedores: ¿son emprendedores de qué? Y si construyen un tipo de modernidad y desafían sus procesos de exclusión ¿en que se basa esta modernidad, para definir a la economía popular como algo diferente? ¿Qué tipo de exclusión desafían?

Partamos desde el actor que conforma la economía popular: los emprendedores. Los autores describen a sujetos conformados desde una historia de exclusión étnica y económica, éstos buscan formas de superar la precariedad y la fragmentación a la que llevaría dicha exclusión, no conformándose con su situación actual, reinventan formas de articulación con la economía más allá de las opciones de trabajo que se les presentan en una primera instancia, . El desafío a ese destino de exclusión, desembocaría en la conformación de emprendimientos desde los cuales no sólo cambian su rumbo, sino que renegocian su vínculo con la economía global, articulando dentro de ella, su propia lógica de pensamiento y relacionamiento con la conformación exitosa de relaciones comunitarias y familiares no ancladas en lo “estrictamente económico”[vi]. Así,  el emprendedor es un sujeto que ha logrado constituir, con cierta autonomía, su propia forma de relacionamiento; resiste el destino fatal del capitalismo y su modernidad dominante y reinventa un espacio “propio” desde sus propios términos.

Nos parece que los autores parten de una identificación petrificada del capitalismo. En él,  el movimiento y la dinamicidad la tienen los emprendedores, una relación entre contexto y sujeto en que se sobredimensiona los movimientos del actor, en la forma de una obra de teatro donde el fondo del escenario queda inmóvil,  mientras se aprecia el movimiento dramático del actuante, se trata en definitiva, de los rasgos de un individualismo metodológico.

Pero en seguida,  extractos del texto,  nos persuaden a retractarnos de esta primera apreciación, nos muestran por ejemplo, que los emprendedores parten de algo: "la exclusión étnica y económica del capitalismo oficial"  y, además, éste siempre pone límites a sus acciones; entonces,  la virtud del emprendedor estaría en la reinvención de recursos para superar la exclusión étnica y económica. Otra vez el fondo queda inmutable mientras que del acto de varios emprendedores nace algo que está fuera, que no está relacionado al contexto, al punto de partida: “la economía popular”.

Pensamos que el problema está en la visión estereotipada del capitalismo de la que parten los autores, esta posición no nos parece  inocente,  es más bien una forma de desvincular a los sujetos (los emprendedores) de cualquier relación comprometedora y necesaria con aquello que puede desnudar otro tipo de sentido de sus acciones. Partamos; más bien,  de una concepción dinámica del capitalismo, no lo circunscribamos a una visión de modernidad,  sino que veamos,  cómo dentro de las relaciones capitalistas, las proyecciones hegemónicas tienen una inestabilidad política y mutable. Entonces,  podremos entender que los emprendedores de los que escriben los autores, son sujetos que (viviendo un proceso de exclusión por una clase dominante de burgueses de pensamiento gamonal, que oligarquizan el poder y las vías de acceso al Estado) buscan en los mismos intersticios de la economía capitalista,  sus propias posibilidades. Este será el inicio de un proceso originario de acumulación de capital[vii], a partir de pequeños comerciantes que aprovecharon las vías de fuga del mercado, respecto al control del Estado,  para llevar adelante prácticas de importación; primero, desde Arica y luego desde China. Así, la llamada economía popular no es pues un proyecto alternativo de relaciones económicas que desafían la modernidad y su capitalismo, sino el desarrollo de la economía capitalista en el mundo de la comunidad aymara, al final, el éxito de los emprendedores empuja, a los mismos integrantes de la comunidad y a sus familias, a entrar en el sistema, como engranajes importantes de la circulación de mercancías. Entonces, no son los “actores” de la economía popular, como sujetos libres per se, los que definen su situación y la transforman, sino que lo hacen en una dinámica relación con su medio social, al mismo tiempo que este medio social se transforma constantemente.

Los Limachi, por ejemplo, no se plantean la vía de la importación sino después de una larga trayectoria en la que ellos se constituyen como sujetos inmersos en un mundo de mercancías y adoptan esta lógica desde sus propias cargas culturales e históricas. Al llevar adelante su emprendimiento, no sólo innovan formas de importación o formas de reproducción de tecnología y productos locales, sino que ellos se adaptan a  las modificaciones del capitalismo (eso responde porque justo ahora importan mercancías desde China y no de EEUU). Estén o no conscientes los Limachi, la liberalización del mercado Boliviano y sus fronteras abrió una vía de desarrollo que hasta hoy muestra sus consecuencias. Al mismo tiempo que el capital imponía sus propias reglas del juego,  las comunidades las adoptaron y se convirtieron en una  forma particular de capitalistas; adoptaron la ley del valor,  pero la asumieron con nuevo ropaje.

Su empuje emprendedor, en la búsqueda de una vía de salida a la exclusión no es inocente. Esta búsqueda ya no es inicial, los emprendedores se la plantean porque ya están dentro de estas relaciones sociales mercantiles[viii], ya pasó un proceso de comprensión y adopción de un razonamiento mercantil y es que los seres humanos estamos “todo el tiempo reescribiendo historia, dando retroactivamente a los elementos su peso simbólico incluyéndolos en nuevos tejidos”[ix]. Desde las acciones de sentido mercantil de los emprendedores de la economía popular, la apertura del mercado, a causa de las reformas neoliberales, no sólo beneficia a la nueva clase dominante de neoliberales,  sino que al mismo tiempo, deja espacios vacíos no cubiertos por ella, donde los emprendedores aimaras y quechuas encuentran  vías de solución a su proyecto de vida. Ahora,  tal vez podamos entender su posterior empuje emprendedor, ya introducidos ellos, en la carrera de la acumulación, las relaciones mercantiles los empujan a seguir el juego, dentro del cual, se reproduce la alienación, en  que los sujetos viven para el capital, visten al capital y festejan el capital ¿o será que el empuje de los emprendedores se puede explicar al margen de estas relaciones? Los autores del omiten este proceso previo de constitución de los actores que conforman la "economía popular"; pero esta omisión no es casual, ya Riesco advierte que las teorías de las economías étnicas, dejan sobreentendido el proceso previo de constitución de los emprendimientos, para llevar adelante un análisis desde lo que Riesco llama la temporalidad truncada, refiriéndose a que el análisis se concentra en momentos fragmentados de una secuencia temporal (de un proceso más largo), no explicitado[x].   

Esta omisión lleva a los autores a mantener la dualidad tan criticada por ellos a las teorías de la informalidad.
Fotografía: http://www.lapatriaenlinea.com/. 31/08/2014
Si bien ellos superan la discusión en torno a designar un  espacio del mercado como formal y otro espacio (el no regulad
o por el Estado) como informal, crean otra dualidad y todo para validar la importancia de su concepto de “economía popular”. Para los autores, hay una economía oficial y otra popular, mientras una es impulsada por el Estado, la otra  nace en los intersticios de la economía global y articula espacios abandonados por esta ¿Que  hace diferentes a estas economías?

Un proyecto de modernidad o un diferente proyecto de acumulación, nosotros creemos que, al mismo tiempo,  la llamada  economía  popular es complementaria y necesaria  a la expansión del capital.

De todas formas, como para cualquier proyecto capitalista, lo más incómodo es referirse al lugar de donde se genera la riqueza, para los autores, que adoptan la posición de los capitalistas indígenas y aimaras, hablar del trabajo se vuelve problemático. Ellos aceptan que  los trabajadores de la economía popular están bajo procesos de explotación y precarización, pero prefieren no abundar en el tema para referirse a la relativa autonomía que tienen en su trabajo y la posibilidad de dejar de ser obreros explotados, para convertirse en emprendedores autónomos al igual que sus jefes. Aquí otra vez, la visión estereotipada del capitalismo, ¿Acaso la contingencia de los productores, desligados de sus condiciones de trabajo, no es una condición histórica para la expansión del capitalismo? La autonomía de los trabajadores a la que se refieren, los autores de la economía popular, no es ajena al capitalismo. Como ya indicó Marx[xi],  y lo resaltaron posteriormente Naville[xii], Rolle[xiii], Garcia[xiv], el capitalismo se funda en la desvinculación  del productor directo de su producto y de sus medios de producción, así las relaciones entre el trabajador y el empleo llegan a ser contingentes.  Desde esta perspectiva,  podremos observar que la economía popular o los emprendedores de la economía popular,  están en mejores condiciones para aprovechar esta relación contingente y  la ponen a su servicio. Ahora tal vez podamos decir que la riqueza de los emprendedores no es sólo fruto de su esfuerzo emprendedor,  como nos tratan de mostrar los autores de la “economía popular”, sino de la explotación desplegada por los emprendedores sobre otros miembros de su comunidad. Parecería que, para los autores, les es incómodo hablar de la profunda naturaleza de la economía popular y de la verdadera esencia de los emprendedores.

Fotografía:http://lapatriaenlinea.com/. 14/11/2014
Este estudio, de la economía popular, es un análisis sobre un capitalismo configurado  alrededor de una pequeña burguesía y una burguesía aimara, que amasó capital en la especulación comercial fruto de la liberalización del mercado y que luego aumentó su capital,  mediante procesos de producción basados en la sobre-explotación y precarización del trabajo. Pero los autores de este estudio, sólo hablan del ropaje con el que se viste este proceso de acumulación de capital, prefieren hablar de las solidaridades que la pequeña burguesía y burguesía tejen,  resaltando el  etnocentrismo de su análisis. Pero no profundizan acerca de la explotación sobre la  que se levantan los emprendimientos de los actores de la economía popular.

Así queda  claro que si bien, los autores escriben acerca de la forma en que se desenvuelve este capitalismo andino (refiriéndose a los actores que  articula en su constitución y las redes, instituciones y mercados que teje),  prefieren denominar a esta dinámica como  “economía popular”,  con lo que dejan las cosas sumidas en la ambigüedad, ya que el término popular es tan general,  que puede comprender escenarios de explotación y dominación, como procesos de reivindicación y resistencia de grupos oprimidos y explotados. Así no nos queda claro que tiene de diferente y desafiante la “economía popular” frente al capitalismo, dentro del cual somos aún hoy,  una neocolonia. A no ser que lo desafiante, sea hacer práctico el derecho y reclamo a que  los aimaras, y los indígenas en general, puedan también ser, a su modo, capitalistas. Por su parte, el capitalismo muestra que en su desenvolvimiento, es fuente de un abanico de oportunidades para la acumulación (más allá de que lo quieran las fracciones de clase que han dominado tradicionalmente este país); solo que el precio a pagar es cruzar una línea y estar en el mismo carril que la oligarquía tradicional, a la que supuestamente, se tendría que oponer el proyecto histórico que respalda  a los emprendedores de la “economía popular”.  




[i]  Arbona, Juan;  Canedo, María; Medeiros, Carmen y Tasi, Nico (2015) “El sistema  económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia” en La Economía popular en Bolivia: Tres miradas. La Paz: Centro de Investigaciones Sociales .
[ii] Ídem.
[iii] Ídem.
[iv] Ídem.
[v] Certeau, Michel (2000) La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. Mexico D. F.: Universidad Iberoamericana.
[vi] Arbona, Juan;  Canedo, María; Medeiros, Carmen y Tasi, Nico (2015) “El sistema económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia” en La Economía popular en Bolivia: Tres miradas. La Paz: Centro de Investigaciones Sociales .
[vii] Marx, Karl (1985) El Kapital, tomo I, volumen 3. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores
[viii] Riesco, Alberto (2003) “Enclaves y economías étnicos desde la perspectiva de las relaciones salariales” en Cuadernos de Relaciones Laborales, n° 2. Madrid: UCM.  
[ix] Página 89 en Zizek, Slavoj (2003)       El sublime objeto de la ideología. Buenos Aires: Siglo XXI.
[x] Riesco, Alberto (2003) “Enclaves y economías étnicos desde la perspectiva de las relaciones salariales” en Cuadernos de Relaciones Laborales, n° 2. Madrid: UCM.al respecto el autor indica los siguiente: “En las teorías de los enclaves y economías étnicos, pese a que amplían el ámbito de estudio considerado, al final, el trabajo es nuevamente recluido en un espacio/esfera social sustantiva delimitada: el trabajo formaría parte de la esfera de lo económico, identificada por otro lado con el mercado. El resto de elementos intervinientes configurarían, como vimos, «lo social», «lo cultural», etc., entidades todas ellas cuya génesis y procesos de configuración nunca son del todo explicados ni explicitados… […]. La mayor parte de iniciativas emprendedoras por parte de los inmigrantes suponen un punto en un recorrido de mucho mayor alcance, una travesía en la que la constitución de un negocio propio ha sido antecedida por un proceso de «acumulación» por medio del ahorro y de jornadas de trabajo interminables en empleos poco atractivos del mercado de trabajo «autóctono». Igualmente, muchos de quienes participan en economías y enclaves étnicos lo hacen compaginándolo con otro tipo de empleos ajenos a dichas economías. Todas estas fluctuaciones y movilidades —tan características de la fuerza de trabajo capitalista y que en el caso de los inmigrantes parecen radicalizarse— no suelen aparecer en el análisis de los enclaves y economías étnicos. Lo único que sabemos es que el inmigrante ocupaba una posición (en un grupo determinado y el grupo en la sociedad) y que disfrutaba —o carecía— de una posesión (de recursos étnicos y/o de clase, de capital social, humano, financiero...) y que esto le permitía entrar en una relación determinada con el empleo (abrir o no una empresa étnica, participar o no de la economía del enclave...). La heterogeneidad de las secuencias temporales con las que se partía queda disuelta al constituirse el vínculo del inmigrante con su puesto de trabajo, aplanada desde el momento en que el inmigrante queda imbricado con los trabajos de la economía étnica y del enclave, de ahí que nos refiriéramos a esta temporalidad como una temporalidad truncada…”
[xi] Marx, Karl (1985) El Kapital, tomo I, volumen 3. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores
[xii] Naville, Pierre (1957) De l’aniénation à la jouissance. La genèse de la sociologie du travail chez Marx et Engels. París: Ediciones Marcel Rivière.
[xiii] Rolle, Pierre (1988)    Travail et salariat. bilan de la sociologie du travail (Tome I). Grenoble: Presses Universitaires.
[xiv] García, Jorge (2003)  “La fuerza de trabajo es una mercancía...” en Cuadernos de Relaciones Laborales. Año 21, Nº 2. Madrid: UCM.