-->

Llank'aymanta presenta el libro:

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario

La actualidad de las tesis de Marini para entender el proyecto del Capitalismo "Andino - Amazónico

Reseña al libro de Tania Aillón, "Japonización" de la dominación patronal y respuesta obrera

Subcontratación, reforma laboral y lucha obrera: El caso de los obreros del sector industrial en Bolivia

1 2 3 4 5

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Cuándo el capitalismo también es popular: Una crítica al libro de la Economía Popular (parte 1)




Luis Fernando Castro López



Esta es una reseña sobre el libro: La economía popular en Bolivia: Tres miradas, está dirigida a comentar la primera parte del libro por dos razones: primero, por las características del libro, el cual está compuesto por tres ensayos que constituyen textos independientes, que analizan diferentes aspectos de lo que en el mismo, se entendería por “economía popular. La segunda razón es que los autores no tienen una posición completamente definida de lo que es la economía popular, ellos mismos aceptan que en sus trabajos la economía popular tien
e distintos matices.

La primera parte es un estudio de Juan Arbona, María Elena Canedo, Carmen Medeiros y Nico Tasi, se titula: “El sistema económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia”.

Fotografía: http://www.bolivianueva.com. 26/05/2014
El presente trabajo, es un estudio antropológico, inspirado en las teorías de la economía étnica[i], que vuelca la mirada sobre “las prácticas económicas de aquellos grupos excluidos de las instituciones capitalistas oficiales”[ii].  Sujetos emprendedores aimaras o quechuas que no rompen sus vínculos y tradiciones comunitarias,  más al contrario, en la llamada economía popular, encontramos una serie de actores, que al ser desplazados  por la economía global hacia procesos de precarización y fragmentación, son empujados “a apostar, consolidar y expandir sus propias formas sociales y su lógica económica, por la imposibilidad de participar en la  sociedad y en la economía oficiales”[iii].

Ya en el inicio del libro los autores se oponen a los enfoques que ven a los actores de la economía popular como sujetos pasivos y subordinados a las reglas del mercado global y del capitalismo. Para ellos la economía popular es un proceso en el que los actores emprendedores construyen sus relaciones económicas inyectándoles, mediante su práctica, su singular rúbrica.

Entonces, la economía popular es la construcción de un sistema económico en el que se relacionan actores excluidos, que desde su emprendedurismo, articularían zonas económicamente desarticuladas, creando una sinergia económica que enlaza el comercio con la producción local, que crea relaciones económicas locales, translocales e internacionales, que establece instituciones y relaciones de intercambio que desafían la lógica impersonal y “meramente económica” del capitalismo,  para incluir en ellas, formas religiosas, étnicas y vínculos personales. Además,  esta economía  popular se caracterizaría por estar volcada a la economía local, planteando desde ese espacio, su propia forma de articulación con la economía global; es decir, actores e instituciones desde los cuales  se negocian los vínculos con la economía global, esto desembocaría en último término,  en el establecimiento de una “propuesta propia de modernidad y desarrollo”[iv],  diferente a la de las clases dominantes que excluyeron a estos actores.

La economía popular desafia la posición de enclave productivo al que habría sido destinado nuestro país dentro de la estructura “económica global” y estaría erigiendo un sistema económico flexible capaz de aprovechar nichos de mercado y periodos de bonanza, mediante procesos de aprendizaje de un “know how” sobre el funcionamiento de los mercados locales e interncacionales, y una readaptación de la tecnología y de las mercaderías extranjeras a la demanda local.

Una de las virtudes de este trabajo es que cuestiona las visiones tradicionales de la economía, que basan sus estudios en la gran empresa y los flujos masivos de importaciones y producción, e ingresa a estudiar las dinámicas locales de la economía, para describir de manera detallada, las formas concretas de funcionamiento del capitalismo en nuestro país. El trabajo, muestra la forma en que las relaciones étnicas de las comunidades y las relaciones familiares se convierten en los principales pilares de un sistema de relaciones económicas. Además,  en el estudio se pone en evidencia,  cómo esa economía catalogada como informal genera una sinergia económica que “eslabona sujetos, territorios y fases económicas”.

En síntesis, en el trabajo se muestra que la economía boliviana no puede ser comprendida sin el estudio detallado de esos sectores mal llamados informales en los cuales se agrupan “sujetos excluidos” de los mercados oficiales de exportación. Lo segundo que se rescata,  es que la comprensión de estos elementos puede ayudarnos,  a entender porque las crisis económica en Bolivia toma un ritmo muchas veces laxo, es decir, explicar por qué las crisis tienen un efecto retardado sobre la economía boliviana, pues estas sinergias llamadas  "economía popular",  tratan de mantener una dinámica económica constante a nivel local (aquí las readecuaciones de productos importados o la reproducción local de algunos productos que antes se importaban, forman cadenas productivas enlazadas con la actividad comercial), la flexibilidad para acomodarse a diferentes situaciones es una de las ventajas de los emprendimientos de la “economía popular”, otra ventaja de estas sería la conformación de sus márgenes de autonomía,  mediante la construcción de sus propias formas de articulación al mercado global.

Algo que llama la atención en el presente trabajo es que, en su análisis, los  actores  y las  instituciones,  aparecen como realidades autóctonas externas al capitalismo, de ahí que en el estudio se encuentra de manera reiterada, la figura de algo externo que entra y modifica las formas “puras”, para crear un híbrido que desafía desde adentro las formas dominantes de la economía capitalista. No negamos, como diría Certeau[v], a que  los actores sean capaces de conformar sus propias “formas de empleo” de los espacios y objetos y relaciones y que algunas desafíen al capitalismo dentro del mismo, la cuestión radica en que, como resaltan los autores,  la “economía popular” esté al nivel de ser catalogada como un sistema diferente que desafié  a la llamada “economía global” (capitalismo).

Fotografía: http://www.bbc.com/. 25/02/2015
Tal vez nos serviría para el análisis partir de identificar, cómo los actores se conforman dentro de la economía popular y para ello es necesario preguntarnos si estos emprendedores: ¿son emprendedores de qué? Y si construyen un tipo de modernidad y desafían sus procesos de exclusión ¿en que se basa esta modernidad, para definir a la economía popular como algo diferente? ¿Qué tipo de exclusión desafían?

Partamos desde el actor que conforma la economía popular: los emprendedores. Los autores describen a sujetos conformados desde una historia de exclusión étnica y económica, éstos buscan formas de superar la precariedad y la fragmentación a la que llevaría dicha exclusión, no conformándose con su situación actual, reinventan formas de articulación con la economía más allá de las opciones de trabajo que se les presentan en una primera instancia, . El desafío a ese destino de exclusión, desembocaría en la conformación de emprendimientos desde los cuales no sólo cambian su rumbo, sino que renegocian su vínculo con la economía global, articulando dentro de ella, su propia lógica de pensamiento y relacionamiento con la conformación exitosa de relaciones comunitarias y familiares no ancladas en lo “estrictamente económico”[vi]. Así,  el emprendedor es un sujeto que ha logrado constituir, con cierta autonomía, su propia forma de relacionamiento; resiste el destino fatal del capitalismo y su modernidad dominante y reinventa un espacio “propio” desde sus propios términos.

Nos parece que los autores parten de una identificación petrificada del capitalismo. En él,  el movimiento y la dinamicidad la tienen los emprendedores, una relación entre contexto y sujeto en que se sobredimensiona los movimientos del actor, en la forma de una obra de teatro donde el fondo del escenario queda inmóvil,  mientras se aprecia el movimiento dramático del actuante, se trata en definitiva, de los rasgos de un individualismo metodológico.

Pero en seguida,  extractos del texto,  nos persuaden a retractarnos de esta primera apreciación, nos muestran por ejemplo, que los emprendedores parten de algo: "la exclusión étnica y económica del capitalismo oficial"  y, además, éste siempre pone límites a sus acciones; entonces,  la virtud del emprendedor estaría en la reinvención de recursos para superar la exclusión étnica y económica. Otra vez el fondo queda inmutable mientras que del acto de varios emprendedores nace algo que está fuera, que no está relacionado al contexto, al punto de partida: “la economía popular”.

Pensamos que el problema está en la visión estereotipada del capitalismo de la que parten los autores, esta posición no nos parece  inocente,  es más bien una forma de desvincular a los sujetos (los emprendedores) de cualquier relación comprometedora y necesaria con aquello que puede desnudar otro tipo de sentido de sus acciones. Partamos; más bien,  de una concepción dinámica del capitalismo, no lo circunscribamos a una visión de modernidad,  sino que veamos,  cómo dentro de las relaciones capitalistas, las proyecciones hegemónicas tienen una inestabilidad política y mutable. Entonces,  podremos entender que los emprendedores de los que escriben los autores, son sujetos que (viviendo un proceso de exclusión por una clase dominante de burgueses de pensamiento gamonal, que oligarquizan el poder y las vías de acceso al Estado) buscan en los mismos intersticios de la economía capitalista,  sus propias posibilidades. Este será el inicio de un proceso originario de acumulación de capital[vii], a partir de pequeños comerciantes que aprovecharon las vías de fuga del mercado, respecto al control del Estado,  para llevar adelante prácticas de importación; primero, desde Arica y luego desde China. Así, la llamada economía popular no es pues un proyecto alternativo de relaciones económicas que desafían la modernidad y su capitalismo, sino el desarrollo de la economía capitalista en el mundo de la comunidad aymara, al final, el éxito de los emprendedores empuja, a los mismos integrantes de la comunidad y a sus familias, a entrar en el sistema, como engranajes importantes de la circulación de mercancías. Entonces, no son los “actores” de la economía popular, como sujetos libres per se, los que definen su situación y la transforman, sino que lo hacen en una dinámica relación con su medio social, al mismo tiempo que este medio social se transforma constantemente.

Los Limachi, por ejemplo, no se plantean la vía de la importación sino después de una larga trayectoria en la que ellos se constituyen como sujetos inmersos en un mundo de mercancías y adoptan esta lógica desde sus propias cargas culturales e históricas. Al llevar adelante su emprendimiento, no sólo innovan formas de importación o formas de reproducción de tecnología y productos locales, sino que ellos se adaptan a  las modificaciones del capitalismo (eso responde porque justo ahora importan mercancías desde China y no de EEUU). Estén o no conscientes los Limachi, la liberalización del mercado Boliviano y sus fronteras abrió una vía de desarrollo que hasta hoy muestra sus consecuencias. Al mismo tiempo que el capital imponía sus propias reglas del juego,  las comunidades las adoptaron y se convirtieron en una  forma particular de capitalistas; adoptaron la ley del valor,  pero la asumieron con nuevo ropaje.

Su empuje emprendedor, en la búsqueda de una vía de salida a la exclusión no es inocente. Esta búsqueda ya no es inicial, los emprendedores se la plantean porque ya están dentro de estas relaciones sociales mercantiles[viii], ya pasó un proceso de comprensión y adopción de un razonamiento mercantil y es que los seres humanos estamos “todo el tiempo reescribiendo historia, dando retroactivamente a los elementos su peso simbólico incluyéndolos en nuevos tejidos”[ix]. Desde las acciones de sentido mercantil de los emprendedores de la economía popular, la apertura del mercado, a causa de las reformas neoliberales, no sólo beneficia a la nueva clase dominante de neoliberales,  sino que al mismo tiempo, deja espacios vacíos no cubiertos por ella, donde los emprendedores aimaras y quechuas encuentran  vías de solución a su proyecto de vida. Ahora,  tal vez podamos entender su posterior empuje emprendedor, ya introducidos ellos, en la carrera de la acumulación, las relaciones mercantiles los empujan a seguir el juego, dentro del cual, se reproduce la alienación, en  que los sujetos viven para el capital, visten al capital y festejan el capital ¿o será que el empuje de los emprendedores se puede explicar al margen de estas relaciones? Los autores del omiten este proceso previo de constitución de los actores que conforman la "economía popular"; pero esta omisión no es casual, ya Riesco advierte que las teorías de las economías étnicas, dejan sobreentendido el proceso previo de constitución de los emprendimientos, para llevar adelante un análisis desde lo que Riesco llama la temporalidad truncada, refiriéndose a que el análisis se concentra en momentos fragmentados de una secuencia temporal (de un proceso más largo), no explicitado[x].   

Esta omisión lleva a los autores a mantener la dualidad tan criticada por ellos a las teorías de la informalidad.
Fotografía: http://www.lapatriaenlinea.com/. 31/08/2014
Si bien ellos superan la discusión en torno a designar un  espacio del mercado como formal y otro espacio (el no regulad
o por el Estado) como informal, crean otra dualidad y todo para validar la importancia de su concepto de “economía popular”. Para los autores, hay una economía oficial y otra popular, mientras una es impulsada por el Estado, la otra  nace en los intersticios de la economía global y articula espacios abandonados por esta ¿Que  hace diferentes a estas economías?

Un proyecto de modernidad o un diferente proyecto de acumulación, nosotros creemos que, al mismo tiempo,  la llamada  economía  popular es complementaria y necesaria  a la expansión del capital.

De todas formas, como para cualquier proyecto capitalista, lo más incómodo es referirse al lugar de donde se genera la riqueza, para los autores, que adoptan la posición de los capitalistas indígenas y aimaras, hablar del trabajo se vuelve problemático. Ellos aceptan que  los trabajadores de la economía popular están bajo procesos de explotación y precarización, pero prefieren no abundar en el tema para referirse a la relativa autonomía que tienen en su trabajo y la posibilidad de dejar de ser obreros explotados, para convertirse en emprendedores autónomos al igual que sus jefes. Aquí otra vez, la visión estereotipada del capitalismo, ¿Acaso la contingencia de los productores, desligados de sus condiciones de trabajo, no es una condición histórica para la expansión del capitalismo? La autonomía de los trabajadores a la que se refieren, los autores de la economía popular, no es ajena al capitalismo. Como ya indicó Marx[xi],  y lo resaltaron posteriormente Naville[xii], Rolle[xiii], Garcia[xiv], el capitalismo se funda en la desvinculación  del productor directo de su producto y de sus medios de producción, así las relaciones entre el trabajador y el empleo llegan a ser contingentes.  Desde esta perspectiva,  podremos observar que la economía popular o los emprendedores de la economía popular,  están en mejores condiciones para aprovechar esta relación contingente y  la ponen a su servicio. Ahora tal vez podamos decir que la riqueza de los emprendedores no es sólo fruto de su esfuerzo emprendedor,  como nos tratan de mostrar los autores de la “economía popular”, sino de la explotación desplegada por los emprendedores sobre otros miembros de su comunidad. Parecería que, para los autores, les es incómodo hablar de la profunda naturaleza de la economía popular y de la verdadera esencia de los emprendedores.

Fotografía:http://lapatriaenlinea.com/. 14/11/2014
Este estudio, de la economía popular, es un análisis sobre un capitalismo configurado  alrededor de una pequeña burguesía y una burguesía aimara, que amasó capital en la especulación comercial fruto de la liberalización del mercado y que luego aumentó su capital,  mediante procesos de producción basados en la sobre-explotación y precarización del trabajo. Pero los autores de este estudio, sólo hablan del ropaje con el que se viste este proceso de acumulación de capital, prefieren hablar de las solidaridades que la pequeña burguesía y burguesía tejen,  resaltando el  etnocentrismo de su análisis. Pero no profundizan acerca de la explotación sobre la  que se levantan los emprendimientos de los actores de la economía popular.

Así queda  claro que si bien, los autores escriben acerca de la forma en que se desenvuelve este capitalismo andino (refiriéndose a los actores que  articula en su constitución y las redes, instituciones y mercados que teje),  prefieren denominar a esta dinámica como  “economía popular”,  con lo que dejan las cosas sumidas en la ambigüedad, ya que el término popular es tan general,  que puede comprender escenarios de explotación y dominación, como procesos de reivindicación y resistencia de grupos oprimidos y explotados. Así no nos queda claro que tiene de diferente y desafiante la “economía popular” frente al capitalismo, dentro del cual somos aún hoy,  una neocolonia. A no ser que lo desafiante, sea hacer práctico el derecho y reclamo a que  los aimaras, y los indígenas en general, puedan también ser, a su modo, capitalistas. Por su parte, el capitalismo muestra que en su desenvolvimiento, es fuente de un abanico de oportunidades para la acumulación (más allá de que lo quieran las fracciones de clase que han dominado tradicionalmente este país); solo que el precio a pagar es cruzar una línea y estar en el mismo carril que la oligarquía tradicional, a la que supuestamente, se tendría que oponer el proyecto histórico que respalda  a los emprendedores de la “economía popular”.  




[i]  Arbona, Juan;  Canedo, María; Medeiros, Carmen y Tasi, Nico (2015) “El sistema  económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia” en La Economía popular en Bolivia: Tres miradas. La Paz: Centro de Investigaciones Sociales .
[ii] Ídem.
[iii] Ídem.
[iv] Ídem.
[v] Certeau, Michel (2000) La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. Mexico D. F.: Universidad Iberoamericana.
[vi] Arbona, Juan;  Canedo, María; Medeiros, Carmen y Tasi, Nico (2015) “El sistema económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia” en La Economía popular en Bolivia: Tres miradas. La Paz: Centro de Investigaciones Sociales .
[vii] Marx, Karl (1985) El Kapital, tomo I, volumen 3. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores
[viii] Riesco, Alberto (2003) “Enclaves y economías étnicos desde la perspectiva de las relaciones salariales” en Cuadernos de Relaciones Laborales, n° 2. Madrid: UCM.  
[ix] Página 89 en Zizek, Slavoj (2003)       El sublime objeto de la ideología. Buenos Aires: Siglo XXI.
[x] Riesco, Alberto (2003) “Enclaves y economías étnicos desde la perspectiva de las relaciones salariales” en Cuadernos de Relaciones Laborales, n° 2. Madrid: UCM.al respecto el autor indica los siguiente: “En las teorías de los enclaves y economías étnicos, pese a que amplían el ámbito de estudio considerado, al final, el trabajo es nuevamente recluido en un espacio/esfera social sustantiva delimitada: el trabajo formaría parte de la esfera de lo económico, identificada por otro lado con el mercado. El resto de elementos intervinientes configurarían, como vimos, «lo social», «lo cultural», etc., entidades todas ellas cuya génesis y procesos de configuración nunca son del todo explicados ni explicitados… […]. La mayor parte de iniciativas emprendedoras por parte de los inmigrantes suponen un punto en un recorrido de mucho mayor alcance, una travesía en la que la constitución de un negocio propio ha sido antecedida por un proceso de «acumulación» por medio del ahorro y de jornadas de trabajo interminables en empleos poco atractivos del mercado de trabajo «autóctono». Igualmente, muchos de quienes participan en economías y enclaves étnicos lo hacen compaginándolo con otro tipo de empleos ajenos a dichas economías. Todas estas fluctuaciones y movilidades —tan características de la fuerza de trabajo capitalista y que en el caso de los inmigrantes parecen radicalizarse— no suelen aparecer en el análisis de los enclaves y economías étnicos. Lo único que sabemos es que el inmigrante ocupaba una posición (en un grupo determinado y el grupo en la sociedad) y que disfrutaba —o carecía— de una posesión (de recursos étnicos y/o de clase, de capital social, humano, financiero...) y que esto le permitía entrar en una relación determinada con el empleo (abrir o no una empresa étnica, participar o no de la economía del enclave...). La heterogeneidad de las secuencias temporales con las que se partía queda disuelta al constituirse el vínculo del inmigrante con su puesto de trabajo, aplanada desde el momento en que el inmigrante queda imbricado con los trabajos de la economía étnica y del enclave, de ahí que nos refiriéramos a esta temporalidad como una temporalidad truncada…”
[xi] Marx, Karl (1985) El Kapital, tomo I, volumen 3. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores
[xii] Naville, Pierre (1957) De l’aniénation à la jouissance. La genèse de la sociologie du travail chez Marx et Engels. París: Ediciones Marcel Rivière.
[xiii] Rolle, Pierre (1988)    Travail et salariat. bilan de la sociologie du travail (Tome I). Grenoble: Presses Universitaires.
[xiv] García, Jorge (2003)  “La fuerza de trabajo es una mercancía...” en Cuadernos de Relaciones Laborales. Año 21, Nº 2. Madrid: UCM.

viernes, 2 de octubre de 2015

El saber/fazer obrero en tiempos de destrucción: Una reseña crítica del libro de Carlos Lucena


Luis Fernando Castro López

El libro que reseñamos: “Tempos de destruição: educação, trabalho e indústria do petróleo no Brasil”, es un aporte importante al conocimiento de una época de transformaciones profundas en la clase obrera.  Estas transformaciones se caracterizaron por  la eliminación las principales conquistas de los movimientos obreros de varios países del continente. Este libro es  acerca de esos tiempos de destrucción que hoy más que nunca, forman parte de la memoria y la situación actual de los obreros en Latinoamérica.

1. ¿DE QUÉ TRATA EL LIBRO?

Fotografía: http://www.laprensa.com.bo. 09/04/2012
En el Libro de Lucena, se analizan las trasformaciones efectuadas en el proceso productivo y  sus consecuencias  en la cualificación de los operadores de las refinerías de la estatal brasilera PETROBRAS. El libro gira en torno a tres objetivos:

1. “Establecer la dialecticidad entre la PETROBRAS y las transformaciones del capitalismo monopolista”.
2. “Verificar,  cómo los trabajadores petroleros son afectados  por las trasformaciones en el mundo del trabajo  y su resistencia  a esas metamorfosis”.
3. “En tiempos de crisis, analizar la historia de la cualificación profesional de esos trabajadores, polemizando con los principales cambios que están ocurriendo”[i].

La tesis central en el libro, parte de la idea de que PETROBRAS, representante del proyecto de desarrollo económico en el Brasil,  está siendo destruida por las políticas gubernamentales que cumplen con los intereses del capital transnacional y por la imposición de relaciones precarias de trabajo que  (des)cualifican profesionalmente a los operadores de la empresa estatal.  La retirada continua de conquistas sociales y económicas, articulada al creciente empobrecimiento intelectual  de las actividades laborales de sus trabajadores,  es viabilizada por el chantaje del desempleo. “El objetivo es el control del trabajo y la abolición de la resistencia. Los trabajadores rechazan ese proceso, construyendo formas de lucha dentro y fuera del trabajo”.

El libro está dividido en cuatro capítulos, en el primero, se hace un análisis del proceso histórico en el que se crea PETROBRAS.   Lucena demuestra cómo es que la empresa estatal es creada como parte de un proyecto de desarrollo nacionalista, proyecto que surgió como respuesta a la presión económica y política de los países capitalistas desarrollados y de los monopolios,  por controlar las principales fuentes de materias primas.
Fotografía: https://tupiwire.wordpress.com 12/12/2014

En el segundo capítulo, el autor relaciona las transformaciones del capitalismo monopolista (desde la segunda mitad del  siglo XX) con las transformaciones al interior del proceso productivo: cómo las contradicciones generadas en el desarrollo del capitalismo monopolista, marcan los límites del proyecto de desarrollo nacionalista y  de la transformación de la PETROBRAS, de una empresa nacional, en una empresa penetrada por el capital  transnacional.  En este análisis se evidencia,  que el proyecto nacionalista de desarrollo implementado en Brasil,  va retrocediendo en la medida en que el capitalismo monopolista desarrolla  respuestas para contener las contradicciones generadas en su interior.

En los capítulos posteriores, el autor analiza las consecuencias de la política neoliberal en el Brasil. Sitúa la destrucción de las conquistas sociales de los trabajadores de la PETROBRAS, en un proceso de incremento del desempleo y precarización de las condiciones de trabajo. Así, demuestra que el avance de la privatización de PETROBRAS tiene una relación positiva con el aumento del número accidentes laborales (con saldos alarmantes de obreros muertos y heridos). Además identifica, que la estrategia de elevación del plusvalor, en una etapa de recesión económica, consiste en la reducción del valor de la fuerza de trabajo (la eliminación de beneficios salariales y estrategias de flexibilización laboral como la subcontratación) y la precarización de las condiciones de trabajo. 

La  reflexión de Lucena desemboca en la identificación de las contradicciones del capitalismo monopolista respecto a la cualificación. Por una parte, identifica que el capital impulsa la formación polivalente de los obreros, con el objetivo de aprovecharla sin reconocer, por ella, ninguna  remuneración al obrero; la educación formal aseguraría la formación de esta polivalencia. Por otra parte,  el sistema de educación superior, al mismo tiempo que posibilita el acceso al conocimiento, crea barreras que excluyen a una parte de la población de ciertos segmentos del mercado de fuerza de trabajo. En este sentido, el acceso a la formación superior no significa acceso a más empleos, pero sí un mecanismo de competencia que media la inserción de unos y la exclusión de otros. Este proceso, provocaría  una carrera por la obtención de títulos, más que por la obtención del  conocimiento mismo.

       En el último capítulo, Lucena analiza las modificaciones en la cualificación de los operadores de PETROBRAS.  Él identifica que la cualificación de los petroleros se basaba en la construcción de un conocimiento no formalizado (un saber construido desde los años sesenta), obtenido de la relación directa de los obreros con las máquinas y  que era conservado por ellos como una propiedad a la que no podía acceder la empresa. A este tipo de cualificación era el “conocimiento tácito”. 

Lucena afirma que la dirección de PETROBRAS logró la “sistematizar” de este conocimiento tácito con la neotaylorizacion del proceso de trabajo, que consistió en la incorporación de tecnología informática destinada a registrar todas las variaciones y formas de funcionamiento de las maquinas, en la adopción de un control directo de los ingenieros que acompañan las labores de los operadores en la sala de control, un sistema de capacitación formal, la reducción del tiempo de formación en el trabajo y la profundización de la división entre las tareas de concepción y ejecución.

Para el autor, PETROBRAS incorporó algunos rasgos toyotistas  en el proceso de trabajo (como la producción según la demanda, la alta exigencia de constante capacitación dela fuerza de trabajo, etc.) y los combinó con las medidas despóticas del fordismo (como la mantención de los niveles de jerarquía y de niveles salariales que no se corresponden a las exigencias de trabajo y de formación).

Fotografía: http://memoria.petrobras.com.br/
Lo más destacable del trabajo es el esfuerzo del autor por ligar los cambios en el proceso productivo de PETROBRAS con las transformaciones de la economía nacional y, estas últimas, con las contradicciones del capitalismo monopolista a nivel mundial. El análisis dialéctico logra articular la lucha de clases y las transformaciones en la cualificación de los operadores de PETROBRAS. En este sentido,  Lucena  muestra el papel activo de un movimiento obrero petrolero, que se construyó al interior de un proyecto nacionalista de desarrollo económico y que se consolidó alrededor de la defensa del “saber obrero”.

Al exponer las transformaciones de la cualificación de los operadores de PETROBRAS, el autor propone un concepto diferente de cualificación. Para él, la cualificación no solo se referirá a los conocimientos técnicos de una máquina, sino también, a la posibilidad política que abre este conocimiento en la adquisición de  conciencia de la posición de clase de los obreros en el proceso productivo  y, por tanto, la conciencia de su poder. Este concepto de cualificación se contrapone, según el autor, al de capacitación, que hace referencia a un conocimiento apolítico, limitado por una concepción tecnicista del proceso productivo. Este último tipo de conocimiento, según Lucena,  predomina actualmente entre los obreros de PETROBRAS.

2. LAS CONTRADICCIONES ENTRE LA AUTOMATIZACIÓN DEL PROCESO DE TRABAJO Y LA LECTURA TAYLORISTA.-

Lucena analiza la transformación del proceso productivo,  del fordismo con rasgos tayloristas a un neotaylorismo, en el que la separación de las actividades de concepción y ejecución se acentuaron.  En  dicho proceso,  se habría llevado adelante una “(des)cualificación” de los operadores, una prueba de ello estaría en la reducción del tiempo de cualificación de éstos y en la pérdida de los espacios de formación al interior del proceso de trabajo. Esta situación reciente, de (des)cualifiacion, está contrapuesta a la situación anterior en la que un saber obrero habría sido construido pese a los rasgos tayloristas del proceso de trabajo. Todo este marco de interpretación esta cruzado por una certeza a priori: “la tesis bravermaniana de la constante descualificación de la fuerza de trabajo en el capitalismo” [ii], que opera en el proceso de trabajo como un despojo constante de este conocimiento obrero por medio de la introducción capitalista de la tecnología. En este escenario de (des)cualificación constante, el conocimiento tácito se presenta como una barrera de resistencia y poder de los obreros contra la explotación y la creciente (des)cualificación de su fuerza de trabajo.

Fotografía: https://www.oilandgaspeople.com 16/09/2015
Pese a lo fructífero que pueda ser este corpus teórico para el análisis de ciertos procesos productivos, creemos que encuentra sus límites a la hora de analizar procesos de trabajo de flujo continuo, que no responden al principio de la cadena, como en el caso de la industria automovilística[iii]. De hecho Lucena brinda una descripción de las características del proceso de trabajo e identifica las características particulares del flujo continuo; sin embargo, a partir de la categoría “neotaylorismo”, no logra retomar todos los elementos expuestos en su descripción. Así por ejemplo, la afirmación de un proceso de (des)cualifacion del trabajo de los operadores, se contrasta con la descripción de un proceso unificado en el que se requiere de un operador que conozca el proceso de refinación en conjunto. ¿Cómo se puede al mismo tiempo requerir un obrero cualificado y, por otro lado, llevar adelante un proceso de (des)cualificación? Lucena responde a esta pregunta aseverando que “el imperativo de controlar la fuerza de trabajo lleva a la gerencia a un proceso de sistematización de los conocimientos de los operadores y este último a una (des)cualifiacion”; pero si el autor afirma que el conocimiento tácito es inasimilable a un conocimiento formal ¿cómo sistematiza éste, la dirección de PETROBRAS?  

Según el autor, con el establecimiento de un control directo del grupo de ingeniería sobre los operadores y una separación aún más profunda de las tareas de concepción y ejecución, facilitados estos dos, por la tecnología informatizada que registra la forma de funcionamiento de las máquinas integradas en un autómata. El mismo autor muestra, que la dirección de PETROBRAS no puede apropiarse del conocimiento tácito directamente, si lo hace es sólo movilizando al obrero que detenta este conocimiento, en un proceso de trabajo que le exige al mismo, conocer de manera holista el proceso. Esto vuelve a traer a colación el problema de por qué en varias empresas de flujo continuo, ha sido difícil para las direcciones de empresa, el reemplazo de los obreros. Incluso en Bolivia, en  la industria  petrolera[iv], y en especial, en la industria productora de electricidad[v], se observa que en un proceso de flujo continuo, el conocimiento tácito y el poder obrero, encuentran sus condiciones de posibilidad en las características objetivas del proceso de trabajo. El resultado es que el conocimiento tácito sigue aún presente como elemento de disputa en el sistema neotaylorista descrito por Lucena; pero como un elemento suelto que no puede ser asimilado totalmente a la tesis de la (des)cualificación.

 En consecuencia, encontramos en el autor, una explicación no contundente de la forma en que este conocimiento obrero fue “sistematizado por la empresa” y cómo es que ahora se despliega ese conocimiento tácito en relación a la forma de encadenamiento de las tareas y la resolución de posibles eventos de paro en las plantas. Creemos que el enfoque del neotaylorismo, no le permite, asimilar la totalidad del proceso contradictorio de la “sistematización” del saber/fazer obrero por parte de PETROBRAS. Aunque se dan algunas claves para entender que incluso en “tiempos de destrucción”  hay lucha y los operadores de las refinerías crean escenarios de resistencia, avance y retroceso en la defensa de su margen de autonomía y su saber tácito; pero  esta beta no es explotada por el autor. Por otra parte, este enfoque no brinda una explicación contundente de la posición contradictoria de PETROBRAS, que al mismo tiempo que trata de eliminar el conocimiento tácito, recurre a él  para asegurar la “continuidad operativa”; Esto último, se debe a que los  requerimientos de un proceso automatizado vuelven a aparecer y a cuestionar que una (des)cualificación total  sea  posible.

Desde la experiencia del trabajo de campo en Bolivia, se pudo comprobar que existe una contradicción, entre las formas rígidas de control de la fuerza de trabajo y la necesidad de cualificación y autonomía que los mismos obreros necesitan en procesos de flujo continuo[vi]. Esto  debido a su alto grado de automatización y, en cierto grado, a la  posibilidad permanente del “evento” que bloquee todo el sistema productivo[vii]. Esta última contradicción nos remite a los límites de las formas de organización del trabajo desplegadas por las patronales frente a un proceso que, en la medida en que se automatiza, se vuelve aún más integrado y complejo[viii]. Acerca de automatización y sus consecuencias en las prácticas de explotación y de resistencia, las categorías de taylorismo y neotaylorismo muestran  sus limitaciones analíticas[ix].

Fotografía: Geraldo Falcao / Banco de Imágenes Petrobras
Por otro lado, este mismo enfoque lleva, a nuestro parecer, a una concepción un tanto idealista de la procedencia del conocimiento tácito y sus potencialidades. Uno de los problemas del enfoque del taylorismo, el fordismo y el neotaylorismo, es que tiende a poner al conocimiento tácito como un conocimiento creado fuera del circuito de relaciones capitalistas[x], por tanto, se sobredimensiona sus potencialidades y se lo sitúa como uno de los bastiones de la lucha obrera anticapitalista. Este enfoque lleva a la idealización del saber obrero, como alternativa que contradice las relaciones capitalistas en el proceso de trabajo, caracterizadas como relaciones de constante (des)cualificación de la fuerza de trabajo. Antes,  debemos ser conscientes  de que, con la extensión del trabajo asalariado al conjunto de la sociedad, se opera una separación la composición de los procesos productivos y los trabajadores directos[xi], la conformación de la fábrica y su configuración técnica y política, en un primera instancia, no es controlada por los obreros; por tanto, los conocimientos adquiridos por los ellos: el conocimiento tácito, serán adquiridos de acuerdo a las exigencias prácticas y formales de este proceso de trabajo[xii]. Por tanto, estos conocimientos no se generan al margen de las relaciones capitalistas, sino al interior de un proceso configurado y dispuesto antes de que el obrero adquiera esos conocimientos, así la naturaleza del conocimiento tácito  tendrá que ser puesta dentro de las relaciones de explotación, dominación y hegemonía desplegadas por la patronal, para tener una idea más precisa de su verdadera naturaleza, alcances y limitaciones.

Partiendo de estas consideraciones, se evidencian las  limitaciones de este conocimiento tácito, que  al responder a un tipo de configuración técnica, social y política, puede llegar a ser, no  sistematizado (pues las máquinas no pueden apropiarse de las operaciones realizadas por el obrero, pues estas son de diferente naturaleza)[xiii] sino mutado[xiv] en el marco de una correlación de fuerzas favorable a la dirección de PETROBRAS. Desde este marco interpretativo tal vez entender las limitaciones del movimiento petrolero que analiza Lucena.

Ahora bien, esta imprecisión no está completamente desplegada en el trabajo de Lucena, él mismo afirma las limitaciones de este conocimiento tácito, como conocimiento alienado; pero, al mismo tiempo, sobredimensiona  el contenido político de la detención de éste, al punto de rozar con una posición romántica sobre la cualificación.  Entonces, en el trabajo se observa la tensión constante entre una posición marxista, como concepción general  del análisis (relaciones de explotación, lucha de clases, acumulación de capital, alienación, etc.) y una postura regulacionista de la que toma  algunas categorías de análisis (Taylorismo, fordismo, neotaylorismo).

Para salir del problema, que el préstamo de las categorías del regulacionismo trae consigo, es mejor partir del enfoque de la subsunción[xv], o sea, un enfoque que antes de cerrar la mirada sobre una tendencia preestablecida (la descualificación), trata de analizar la forma en que el proceso de valorización de capital tiende a dominar todos los elementos presentes en el proceso de trabajo, incluso la subjetividad obrera. Desde esta mirada, los procesos de descomposición y recomposición de los saberes obreros se muestran  más conflictivos y dinámicos. Este enfoque nos ayuda a entender la diversidad de situaciones en las que no siempre ocurren procesos de (des)cualificación, sino más bien, de cualificación, me remito otra vez a algunos resultados del trabajo etnográfico en  Bolivia, donde existen empresas que antes de atacar estos conocimientos y aptitudes tratan de incorporarlos mediante ciertas estrategias manageriales como el Total Productive Maintenance (TPM)[xvi]. Esto no deja de generar contradicciones, ya que el TPM impulsa a los obreros a buscar cualificarse más allá de los intereses de la empresa, generando episodios de disputa entre la patronal y los  obreros. Aquí el problema no es la (des)cualificación, sino más bien, los límites y el control que la empresa busca tener sobre estas cualificaciones[xvii].

Esta  breve crítica nos conduce a reflexionar sobre el estado de la investigación en nuestros países. Creemos que en Latinoamérica, el problema de la cualificación y la lucha obrera en la industria petrolera tiene pendiente un debate importante en el que se puedan contrastar resultados de investigación y enfoques de diversos lugares del continente. De hecho, el valioso trabajo de Lucena nos presenta un tema no muy estudiado: “Los avatares de la cualificación y la resistencia obrera en tiempos de destrucción (de neoliberalismo)”. Sin embargo, la lucha obrera se abre paso aun en periodos en que la vorágine capitalista y todos sus males (por ejemplo la alienación, la (des)cualifación, la precarización laboral) se imponen. Tenemos,  entonces,  la certeza que los tiempos de destrucción también generan tiempos de construcción, tiempos de creación de resistencia obrera, tiempos de reconstitución de movimientos y luchas, tiempos de recomposición de los conocimientos obreros. Una tarea pendiente es ayudar a su visibilización.

El libro de Carlos Lucena, nos confronta con esta tarea y su lectura puede ayudar al lector a visibilizar otros problemas y temas aún no planteados sobre la relación entre educación y el trabajo.



[i] Traducción nuestra, del libro original en portugués.
[ii] Para profundizar acerca de la tesis de descualificación se pude revisar: BRAVERMAN, Harry (1980) Trabajo y capital monopolista. México D.F., Editorial Nuestro Tiempo. 
[iii] SAUNIER, Pierre (2005) “Las tribulaciones de la autonomía y el saber de los obreros” en Lo que el trabajo esconde, García, Jorge et al. (ed.). Madrid, Traficantes de sueños.
[iv] Al respecto se puede consultar el trabajo de AILLON, Tania (2011) L’évolution du travail  au cours de la restructuration productive: l’enjeu  entre  efficacité productive  et  controle au sein de l’automatisation croissante. Deux études de cas dans l’industrie  pétrolière en Bolivie. Tesis doctoral en sociología, Universidad Paris-X Nanterre, Paris (Mimeo)
[v] PEREDO, Samuel (2013). Dominación, control y resistencia en el curso de las transformaciones del proceso de trabajo en la era Neoliberal: El caso de la hidroeléctrica “Corani S. A.”. Tesis de pregrado en sociología, Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba (Mimeo).
[vi] AILLON, Tania (2009) “El control como freno a la eficiencia de la fuerza de trabajo en industrias de flujo continuo: el caso de las empresas petroleras en Bolivia” en La precarización del trabajo en América Latina. Perspectivas del capitalismo global, de Claudia Figari y Giovanni Alves (org.). Buenos Aires, Praxis
[vii] Ver: TERSSAC, Gilbert de (1992)  Autonomie dans le travail. Paris, Presses Universitaires de France y  VATIN, François (2004) Trabajo, ciencias y sociedad. Ensayos de sociología y epistemología del trabajo. Buenos Aires, Ceil/Piette/conicet.
[viii] TERSSAC, Gilbert de (1992)  Autonomie dans le travail. Paris, Presses Universitaires de France.
[ix] SAUNIER, Pierre (2005) “Las tribulaciones de la autonomía y el saber de los obreros” en Lo que el trabajo esconde, Garcia, Jorge et al. (ed.). Madrid, Traficantes de sueños.
[x] Ídem.
[xi] GARCIA, Jorge (2003) “La fuerza de trabajo es una mercancía…” en Cuadernos de Relaciones Laborales, Vol. 21, número 2. Madrid.
[xii] Rolle, Pierre (1974)  Introducción a la sociología del trabajo.  Barcelona, Planeta.
[xiii] GARCIA, Jorge et al. (2005) “El trabajo como relación social” en Lo que el trabajo esconde, Garcia, Jorge et al. (ed.). Madrid, Traficantes de sueños.
[xiv] GARCIA, Jorge (2009) ¿Explica el trabajo la sociedad? En torno a la sociología del asalariado de Pierre Naville” en Rev. Laboreal, vol. 5, n° 2. Ciudad Real, UCLM.
[xv] MARX, Karl (1985) El Capital, Libro I, Capítulo VI (inédito). México D. F., Ed. Siglo XXI.
[xvi] AILLON, Tania (2011) L’évolution du travail  au cours de la restructuration productive: l’enjeu  entre  efficacité productive  et  controle au sein de l’automatisation croissante. Deux études de cas dans l’industrie  pétrolière en Bolivie. Tesis doctoral en sociología, Universidad Paris-X Nanterre, Paris (Mimeo).
[xvii] Ídem.