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Subcontratación, reforma laboral y lucha obrera: El caso de los obreros del sector industrial en Bolivia

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jueves, 13 de junio de 2019

Los giros y contragiros de la política laboral del MAS




Luis Fernando Castro López


En estos últimos meses, el escenario político ha sido permeado por los problemas de la recesión económica mundial en la economía boliviana, muestra de la larga recesión que vive el capitalismo desde 2008. Pero lo particular de los últimos meses, es que aparece en la escena publica el problema del empleo y del trabajo, esta vez desde la voz de los empresarios privados nativos y de los patrones de las empresas transnacionales, quienes hablan de los efectos de la crisis sobre la economía interna de sus empresas[i]. La reacción no se ha dejado esperar desde los sindicatos, que presionaron a la COB, para pronunciarse en contra de la propuesta de Ley General del Trabajo presentada por los empresarios privados. El hecho es que, en este tiempo de recesión, la burguesía nativa ha tomado una posición activa y sistemática para la modificación normativa sobre el empleo y el trabajo, sus voces no solo han hecho eco en los obreros que advierten peligro en su estabilidad laboral, sino también, en el gobierno, que ha propuesto un aumento salarial irrisorio favoreciendo a los patrones y mostrando una posición conservadora en relación a los años de auge[ii].  En este nuevo escenario nos preguntamos: ¿cuáles son los zigzags de la política laboral del gobierno?

1      1. LA REFORMA LABORAL DEL MAS: DE LA REORGANIZACIÓN SINDICAL AL CONTROL POLÍTICO DE LOS SINDICATOS

El ascenso del MAS al poder del Estado, fruto de la crisis política de la antigua oligarquía, apertura una etapa de reposicionamiento de los grupos y clases en Bolivia muy importante para entender los cambios en las relaciones entre obreros y patrones. Los primeros años de gobierno (2006 – 2009), se caracterizaron por la polarización entre la antigua oligarquía (que aun controlaba varios gobiernos locales) y el gobierno del MAS, en esta polarización se disputaba el control del aparato estatal y la hegemonía[iii]. Una polarización que posicionó a la clase obrera, a lado del gobierno del MAS.

En esos años se aprobaron reformas laborales que restituían la vigencia de la Ley General del Trabajo (LGT) y se anularon artículos del DS. 21060, que legalizaban la libre contratación. Esta reforma estuvo encaminada; inicialmente, a prohibir la subcontratación y la tercerización, bajo la forma de contratos civiles o comerciales.  Hubo, también, un cambio de orientación en la intermediación laboral de las Jefaturas Departamentales de Trabajo, a favor de los trabajadores. Las inspecciones laborales se volvieron frecuentes, se apoyaban los pliegos petitorios y las direcciones sindicales establecieron una alianza con el gobierno, mediante la elección de los directores de trabajo a nivel departamental. La correlación de fuerzas favorable a los obreros, se tradujo en el fortalecimiento de las organizaciones sindicales obreras y la restitución de sindicatos en sectores estratégicos de la economía boliviana, como el de hidrocarburos y el de minería[iv].

La reforma normativa facilitó la reorganización sindical, en un momento de correlación de fuerzas favorable para los obreros, estas posibilidades de reorganización se tradujeron en una presión política, por parte de las direcciones sindicales, exigiendo la profundización de la reforma laboral orientada a restituir antiguas conquistas laborales:  La reorganización sindical y la mayor regulación del trabajo, se dieron, además, en una etapa en la que el MAS orientó al movimiento obrero, hacia la lucha contra la oligarquía tradicional por el control del Estado[v],  en una fase de auge del ciclo económico, en la cual, los conflictos entre obreros y patrones (fruto de la intensificación del trabajo y la sobreexplotación) fueron contestados con la lucha por el reconocimiento de derechos laborales y con la disputa por una redistribución de la plusvalía, mediante la demanda de nuevos bonos o retribuciones salariales no contempladas en la ley.

 Después de la derrota política de la “media Luna”, se apertura una segunda etapa, caracterizada por la extensión de la hegemonía del gobierno del MAS[vi], en la su política laboral toma un giro. Para el gobierno ya no se trataba de fortalecer el movimiento obrero sindical de la COB, sino más bien, de cómo controlarlo[vii]. El MAS buscó frenar las movilizaciones obreras y establecer un periodo de estabilidad política que le permita encausar su proyecto de desarrollo de un capitalismo andino amazónico; en este sentido, se pueden entender, las disputas intrasindicales, en las que se generaban direcciones paralelas en las federaciones departamentales de trabajadores fabriles[viii]. Dentro de esta dinámica, se pueden entender las posiciones contradictorias de la burocracia de la COB, entre la fidelidad a la exigencia de las bases obreras o la fidelidad al llamado “proceso de cambio”[ix], pero también, el cambio de orientación de las jefaturas departamentales y la aprobación de una ley que legalizaba la tercerización y la subcontratación con su respectiva regulación, por la que se establecía que los obreros fluctuantes gocen de los derechos laborales vigentes en la Ley del Trabajo, pero solo mientras duren sus contratos temporales.

            Esta segunda etapa de estabilización, se caracterizó por la presencia de quiebres entre las demandas obreras, la política económica y la reforma laboral del gobierno. La reorganización de la clase obrera habría significado, además, la emergencia de un movimiento combativo al interior de las matrices sindicales. En este escenario, la propia reforma laboral del gobierno quedó rebasada por las reivindicaciones de fábrica de los obreros y la emergencia de movimientos con demandas “ilegales”. Las movilizaciones por la restitución de beneficios salariales, regulados legalmente, dieron paso a la disputa por el excedente al interior de las fábricas, las limitaciones encontradas por los obreros en las leyes laborales fueron sustituidas por nuevas reivindicaciones salariales, por ejemplo, varios sindicatos se vieron imposibilitados de elevar el salario mediante los procesos de categorización, ya sea porque las condiciones técnicas no permitían dicha categorización o porque la categorización solo permitiría el ascenso de muy pocos, o porque la mayoría ya había llegado al tope de su categoría sin posibilidades de elevar su salario; en estos casos, los obreros optaron por la exigencia de bonos  o compensaciones no contempladas en la ley, en muchos casos primó un sentido colectivo (todos debían beneficiarse de la situación de auge económico) y pusieron en aprietos a las jefaturas departamentales y a la burocracia sindical. Uno de los puntos de disputa[x], giró en torno a la apropiación del excedente generado en las fábricas, donde el Estado, junto a la burocracia sindical aliada, trataba de poner límites a la lucha obrera, abogando por la sostenibilidad de la empresa.  En esta etapa, las aristas combativas del movimiento obrero sindicalizado llegaron al grado más alto de movilización en la protesta contra las elevadas tasas de inflación y el gasolinazo en los años 2010 a 2012.

            Las disputas por la distribución del excedente pasaron del espacio de la fábrica hacia el escenario estatal, ya no se trató de la medida del trabajo ligado a algún oficio o puesto, sino en torno a la medida general del salario, en relación a la canasta familiar, el punto de disputa central no fue en sí la medida del salario, ya que esta medida siempre está en disputa, sino la referencia de esta medida. El gobierno proponía equilibrar el salario a la tasa de inflación y las posiciones obreras ponían en discusión la capacidad adquisitiva del salario. La resolución del conflicto fue la negociación de incrementos salariales por encima de la tasa de inflación y una serie de medidas destinadas a bajar las tasas de inflación desde la venta de productos subvencionados hasta las restricciones de exportación de alimentos para bajar los precios de productos de la canasta familiar.

Si la reforma laboral facilitó la reorganización obrera, ahora con ella se buscaba ahogar el impulso combativo de los obreros sindicalizados. Lo interesante es que las normas legales sirvieron como instrumento de control de las movilizaciones y eso se debe, en primer lugar, a que el gobierno logró imponer el espacio legal e institucional como espacio privilegiado de la lucha por reivindicaciones obreras, de manera que las direcciones sindicales adoptaron el espacio legal como principal espacio de disputa. En segundo lugar, las direcciones sindicales se forjaron en una escuela política legalista y reformista y desde esa línea ayudaron a reprimir y direccionar las movilizaciones obreras por la lucha estrictamente legal. La finalización de este periodo se da con la paulatina supresión de las movilizaciones nacionales contra el Estado, pero que abre nuevos escenarios de lucha, ya no por la recuperación de otros derechos laborales, tampoco por el avance y profundización de las reivindicaciones conseguidas en los primeros años de gobierno del MAS, sino en defensa de estos derechos, lucha que, además, se libra con la recesión económica como telón de fondo, desde el año 2014.

2. RECESIÓN Y AJUSTES NORMATIVOS EN LA REFORMA LABORAL
Hay algunos rasgos que muestran, cómo la caída de los precios de las materias primas y la crisis de la economía europea y norteamericana, afectaron la economía en Bolivia; uno de estos indicadores fue la caída del gasto corriente y del gasto en capital del gobierno, desde el 2014, junto a la caída del precio de las materias primas[xi]. En el mismo sentido, el crecimiento acelerado de empresas hasta el 2013, desde el 2014, experimenta una disminución significativa, junto al incremento del cierre de empresas[xii].
En los mercados laborales, esta nueva situación económica, se manifestó en la caída del número de empleados y de obreros, y el crecimiento significativo de la población dedicada a actividades por cuenta propia[xiii]. En el escenario político, se viven movimientos de protesta por el incumplimiento del pago de salarios y amenazas de despido; los casos más emblemáticos, son los de ENATEX (desde el 2014 hasta su cierre definitivo el 2016) y de HUANUNI (Desde el 2013 a la actualidad). La burocracia sindical presionada por sus bases frente al cierre de empresas, buscó que el gobierno apruebe una ley que permita la reversión de las empresas a manos obreras.

Este periodo, que comprende los últimos 4 años, se caracteriza porque la política laboral del gobierno da un nuevo giro en su orientación normativa. Ahora en el gobierno prima una orientación de carácter, eminentemente económico, sus diversas reformas y acciones se dirigen a manejar el salario y el empleo, como mecanismos de ajuste. Por ejemplo, se establecieron dispositivos que frenen los gastos en salarios en las empresas municipales y estatales autónomas[xiv]. El gobierno llevó adelante un proceso de racionalización en las empresas estatales que derivaron, de una parte, en el cierre de ENATEX y ECOBOL y de otra, en la propuesta de procesos de reingeniería en YPFB y la COMIBOL[xv].

Por otra parte, el ajuste económico se ha plasmado en la reestructuración de los sistemas de jubilación y de seguridad a corto plazo, para ponerlos bajo control del gobierno, con la creación de instancias estatales de administración y control centralizadas, como la gestora de las pensiones de jubilación y la creación del ASUS. Es decir, el gobierno en esta etapa recesiva, no solo ha tratado de normar y regular el gasto de gobierno dirigido al empleo, sino que se ha propuesto controlar los más grandes fondos de recaudación de excedentes, en la perspectiva de contar con fondos, para remontar el peligro inminente de un déficit fiscal, esto explica, por ejemplo, que el gobierno haya utilizado los fondos de pensiones para el financiamiento de la agroindustria privada a fondo perdido, de esta manera, el Estado ha pasado de ser el garante y sostenedor del sistema social a ser el administrador financiero.

En el caso del empleo en el sector privado, la política del gobierno se ha dirigido a prolongar los procesos judiciales en materia laboral, entre los trabajadores que no tienen sindicato organizado y que son objeto de despido y de no reconocimiento a sus beneficios regulados por ley, de forma frecuente. Sin embargo, hay dos medidas que destacan en este periodo, la primera, tiene que ver con los programas que subvencionan la inserción laboral en empresas privadas, en los que el Estado ha sido convertido en mediador de los procesos de inserción laboral[xvi], para el sector privado( con el fin de paliar el crecimiento del desempleo en la etapa recesiva) y la segunda, tiene que ver con que ha consentido que las patronales tomen la declaración en quiebra, como una estrategia de evasión de derechos laborales, mediante el cierre de la empresa y el traspaso de algunos empleados a otra empresa,  con diferente  razón social.  De hecho, el gobierno ha utilizado esta estrategia en el cierre de ENATEX, y solo la presión obrera, le ha impuesto poner cláusulas que excluyan a los empresarios privados de esta práctica. 


CONSIDERACIONES FINALES
      
     La política laboral del MAS en el curso de sus gobiernos consecutivos, pasa por diferentes etapas, que generan distintos puntos de disputa con las organizaciones obreras. Puntos de disputa que muestran la dirección que tomó la reforma laboral, como resultado, no solo de las acciones seguidas por el gobierno dentro de su programa; sino también, de los efectos de la lucha de clases sobre la misma reforma. Así se identifica que los puntos de disputa en cuanto a reforma laboral han pasado de una posición ofensiva de los trabajadores, en la búsqueda de profundizar en la reconquista de derechos laborales a una posición defensiva de los derechos adquiridos en el periodo previo.  Esto último se debe a que el gobierno ha transitado de una posición que favorecía a los avances en las conquistas laborales de los trabajadores, a una posición conservadora. La regulación estatal ha pasado de poner límites a la explotación capitalista, a controlar la movilización de los obreros, para favorecer a los intereses patronales; al mismo tiempo que, ha convertido al salario y al empleo en variables de ajuste en la etapa recesiva del ciclo económico. Lo que nos muestra el claro carácter de clase del Estado, al mismo tiempo que los límites de una política laboral reformista, que, encasillada en los marcos del Estado capitalista, no puede menos que volcar la cara a la clase obrera, cuando la nave de los patrones empieza a naufragar, tratando de salvarla con medidas que la favorezcan directa o indirectamente.




[i] Empresarios de Cochabamba demandan cuatro medidas tras alza salarial. Publicado en: http://www.opinion.com.bo, el 02 de mayo de 2019.
[ii] COB rechaza propuesta gubernamental sobre incremento salarial de 2,5%. Publicado en: https://www.paginasiete.bo, el 29 de abril de 2019.
[iii] Castro, Luis; Aillon, Tania y Peredo, Samuel (2014) La lucha del MAS por la hegemonía al interior de la
COB en Bolivia
[iv] Ídem.
[v] Ídem.
[vi] Castro, Luis; Aillon, Tania y Peredo, Samuel (2014) La lucha del MAS por la hegemonía al interior de la COB en Bolivia. 
[vii] Ídem.
[viii] Ídem.
[ix] Ídem.
[xi] Aillón, Tania (2019) El empleo industrial dentro del patrón de acumulación primario exportador en Bolivia (mimeo).
[xii] FUNDEMPRESA (2018) Estadísticas del Registro de Comercio de Bolivia - julio 2018. Visto en: http://www.fundempresa.org.bo, ultima vista el 10 de junio de 2019.
[xiii] INE (2018) Anuario estadístico 2017. Visto en: https://www.ine.gob.bo, ultima vista el 10 de junio de 2019. 
[xiv] Castro, Luis  (2017) La sobreexplotación de los obreros, sostén de los servicios municipales. Visto en:  https://llankaymantabolivia.blogspot.com, ultima vista el 13 de junio de 2019.
[xv] Castro, Luis y Peredo, Samuel (2017) Ajuste patronal en YPFB: ¿reingeniería o carga de la crisis sobre los trabajadores? Visto en:  https://llankaymantabolivia.blogspot.com, ultima vista el 13 de junio de 2019.
[xvi] Castro, Luis  (2017) El PAE: ¿Una solución para el desempleo? Visto en:  https://llankaymantabolivia.blogspot.com, ultima vista el 13 de junio de 2019.

martes, 30 de abril de 2019

La dinámica de la ocupación ante la automatización de los procesos productivos




Tania Aillón Gómez
Luis Fernando Castro López

En los últimos meses, varias empresas han despedido a un importante contingente de trabajadores, tanto de planta, como a trabajadores fluctuantes. Se trata de una ola de despidos que, en la coyuntura es una manifestación de la serie de ajustes que la patronal lleva adelante, para mantenerse en un mercado, cada vez más exigente, al mismo tiempo que más estrecho, dada la situación de recesión económica que caracteriza la economía capitalista a nivel mundial, desde el año 2008 y, que, en países como Bolivia, se hizo sentir con más fuerza desde el año 2014. En este artículo, dedicado a los obreros del mundo entero, recordando sus valerosas luchas contra la explotación capitalista, buscamos algunas vetas explicativas de esta ola de despidos, que consideramos, seguirá extendiéndose durante los próximos años.

1. LA AUTOMATIZACIÓN COMO RESPUESTA A LA RALENTIZACIÓN ECONÓMICA

Dibujo:  https://rpp.pe/ciencia/mas-ciencia, 13/07/2016
La crisis de la economía capitalista desde el año 2008, puso en el orden del día, la búsqueda de alternativas de salida; una de ellas, parece haberse concentrado en encontrar nuevas fuentes de productividad, para responder a la exacerbación de la competencia en los mercados. En este escenario, las economías capitalistas avanzadas, entraron en la era de la “cuarta revolución tecnológica”, con una política agresiva de innovación tecnológica (industria 4.0)[i]. Con este impulso tecnológico, los capitalistas buscan un relance económico, basado en la digitalización y robotización de los procesos productivos, proceso que volverá obsoleto el actual mercado del trabajo, haciendo desaparecer muchas ocupaciones que podrán automatizarse a bajo costo y alta confiabilidad[ii].

Esta corriente de la economía capitalista a nivel mundial, llega a la región, con sus propias formas y limitaciones, en este sentido, la CEPAL, por ejemplo, anota que en América Latina el Internet industrial es aún incipiente y que la región todavía está muy atrasada, respecto a indicadores como el grado de conectividad y automatización de la producción, respecto de los países europeos. Frente a índices de digitalización en la industria manufacturera, que oscilan, entre el 20%y el 33% en América Latina, en países europeos, este índice oscila entre el 43% y el 52%[iii].

Sin embargo, el mensaje es muy claro, se trata de “automatizar o morir”. En Bolivia, uno de los países más atrasados de América Latina, este mensaje parece, también, haber sido escuchado; frente a dos hechos, de un parte, ante a la ralentización económica, que ha terminado con la etapa de auge, caracterizada por el ensanchamiento del mercado interno, y debido a una política laboral, que ha puesto un límite relativo, a la posibilidad de contar solo con la reducción de costos laborales, como variable de ajuste, para los patrones.

Encontramos en el país, un proceso de automatización de las industrias o de parte de los procesos productivos de las mismas, como una de las respuestas de los patrones, para continuar operando en los mercados, tanto en el sector público como en el privado. Algunos ejemplos, pueden ilustrar nuestra afirmación: el caso de INCERPAZ, que ha automatizado todo el proceso central de su producción de materiales de construcción, su sistema de tratamiento de residuos y de  fabricación de revestimientos[iv]. COBOCE CERAMIL está en camino de poner en funcionamiento su planta de producción en Santibáñez, que cuenta con elementos de una factoría de nivel mundial, para ofrecer mejor calidad y garantizar el abastecimiento del mercado[v]. Otras empresas como DURALIT, parte de una empresa corporativa latinoamericana, productora de materiales de construcción en Cochabamba, ha mejorado su sistema de automatización, con la instalación de silos para deposito del material requerido, así como con la automatización de partes del proceso de moldeado de tejas y del sistema de dosificación de áridos en materia prima[vi]. FABOCE ha modernizado su planta de fabricación de porcelanato, completamente automatizada, con la introducción de formatos diferenciados, cumpliendo con los estándares exigentes que son parte de la demanda y competencia en el rubro a nivel mundial, a un costo de inversión de 25 millones de dólares[vii].


Fotografia: https://www.eldeber.com.bo, 23/10/2018
    PIL, la Planta Industrializadora de Leche, procedió a la automatización del proceso de envasado[viii], mientras que el gobierno entregó una planta automática de alimentación de ganado a la Asociación de Productores de Leche (APL), con el fin de reducir los costos de producción e incrementar la eficiencia en la comercialización de la leche[ix]. Las empresas estatales como CARTONBOL, tampoco quedan fuera de esta creciente automatización de los procesos productivos; en su reingeniería, el gobierno invirtió 8 millones de bolivianos, para la automatización de su planta productiva[x].

Kimberly-Clark, importante transnacional dedicada a los productos de higiene personal, que opera en Bolivia, procedió a automatizar el área de empaques y líneas productivas, para acelerar la velocidad de la producción, además, realizó la ampliación de naves industriales para futuras expansiones e incremento su inversión en tecnología, para minimizar el consumo energético y potenciar el uso de gas natural. Se calcula que entre 2007 y 2019 invirtió 10 millones de dólares en innovaciones tecnológicas[xi].

El ingenio azucarero “La Bélgica “está invirtiendo tiempo y recursos en tecnología; se trata de un proyecto de automatización total del ingenio. Inicialmente, se pondrá en marcha la automatización de una nueva línea de trapiche, de la destilería, del sistema de tratamiento de caldo y de las calderas. En una segunda etapa, se prevé automatizar la fábrica de azúcar, con una inversión de 47 millones de dólares[xii].

    En el sector de servicios financieros, los bancos bolivianos han registrado los mayores índices de crecimiento de la región en cuanto a la inversión relacionada con automatización de procesos, banca móvil personalizada, cuentas virtuales, mejoras en experiencia de usuario y pagos en tiempo real[xiii]. Por otro lado, Bolivia es el país que más ha aumentado sus niveles de inversión en innovación digital con un 3%, seguida por Panamá con el 1.58% y Argentina con 1.4%, con una inversión promedio en 2018 de 20% del presupuesto total de los bancos, lo que representa un aumento del 4% en comparación con el 2017[xiv].  Esta ola de automatización de la industria y de los servicios en Bolivia, ha tenido su impacto en la dinámica del empleo en la fase recesiva de la economía, aspecto al que nos referimos a continuación.

2. LA DINÁMICA DE LA OCUPACIÓN EN LA FASE RECESIVA DEL CICLO

Un proxy de la ralentización del ciclo económico puede ser la dinámica la de formación de empresas. Como se observa en la gráfica siguiente, el notorio crecimiento de la inscripción de empresas entre 2010 y 2013 en FUNDEMPRESA (cuando aún se vivían los efectos del clima de auge económico que caracterizó los años precedentes), decae a partir de 2014, para recuperar muy lentamente a partir del año 2017; paralelamente, a partir de 2014, la cancelación de matrículas va en aumento, sobre todo, entre 2014 y 2016, los años en los que la manifestación de la recesión económica se hace más evidente en el país y en la región[xv].


Gráfico 1. DINÁMICA DE LA INSCRIPCIÓN Y LA CANCELACIÓN DE MATRICULAS DE EMPRESAS (2010-2018)[xvi]


De forma más o menos simultánea, encontramos en el gráfico siguiente, una subida significativa de la desocupación, entre 2014 y 2016, el momento de cambio de tendencia del ciclo económico, de uno de auge a uno de contracción económica.

Gráfico 2. RELACIÓN ENTRE POBLACIÓN OCUPADA Y DESOCUPADA EN EL ÁREA URBANA (EN MILES DE PERSONAS) (2008 - 2017)[xvii]


El análisis de la composición de la población desocupada en el gráfico 3, muestra que esta compuesta, sobre todo, por cesantes, es decir, que su crecimiento se debe ha trabajadores que han sido despedidos de sus fuentes de trabajo desde el inicio de la fase recesiva del ciclo económico.
  
Gráfico 3. COMPOSICIÓN DE LA POBLACIÓN DESOCUPADA EN EL ÁREA URBANA (En Miles de Personas) (2008 - 2017)[xviii]


Sin embargo, la población desocupada, a medida que nos desplazamos del año 2016 al 2017(gráfico 2) disminuye, pero esta disminución, de acuerdo a la información que podemos ver en el gráfico 4, no parece explicarse por una inserción de la población desocupada en el trabajo asalariado; sino más bien en el trabajo por cuenta propia.

Gráfico 4. POBLACIÓN OCUPADA, SEGÚN SITUACIÓN EN EL EMPLEO EN CIUDADES CAPITALES (En Porcentaje) (2010 - 2017)[xix]

 De esta forma, se alimenta el ya amplio ejército industrial de reserva, que caracteriza a formaciones económicas como la boliviana, donde los despedidos o se refugian en actividades por cuenta propia, ensanchando el sector, que los organismos internacionales denominan “informal” o se convierten en trabajadores fluctuantes, que vendedores servicios a empresas de forma temporal. Pero esta dinámica del crecimiento de la población desocupada y ocupada, no solo se explica por la estrategia de automatización de los procesos productivos que asumió la patronal frente a la crisis y a la subida de los costos laborales( con medidas como la el doble aguinaldo), sino también, por la consecuente quiebra de las pequeñas y medianas empresas, que no contaron con los recursos económicos, para automatizar y modernizar sus procesos productivos y mejorar sus posibilidades de competir en los mercados. Son emblemáticos; en este sentido, el cierre de empresas como “Punto Blanco”, “Polar”, “Cerámica Victoria” y la planta textil “Hilbo” y la empresa Hitrabol. Otro caso ilustrativo es el de los pequeños productores textileros de Santa Cruz que, en un contexto de recesión económica, no pudieron resistir a las cargas laborales, el contrabando de ropa y la venta de prendas usadas[xx].

CONSIDERACIONES FINALES
En la búsqueda de explicar la ola de despidos que enfrentan los obreros en la etapa de ralentización económica en el país, hemos encontrado algunos indicios, que nos permiten platear la hipótesis, de que una parte de estos despidos se explican, por una respuesta clásica de los patrones en las etapas de crisis, la de innovar tecnología, como un recurso para reducir los costos de producción e incrementar la productividad.

   En el caso de Bolivia, la ralentización económica ha provocado que los patrones de las empresas más grandes, recurran a una automatización creciente de los procesos productivos, para no solo incrementar la productividad, sino también, para eludir el alza de los costos laborales, que les supone el respeto a ciertas disposiciones de la ley del trabajo. En el caso de las empresas más pequeñas, ellas han incidido en el aumento de la desocupación y del desplazamiento de la población hacia ocupaciones por cuenta propia, por su inminente cierre, ante la imposibilidad de responder a las demandas de la automatización.


Estaríamos ante un proceso de centralización de capitales, vía automatización de los procesos productivos, que al mismo tiempo que genera las condiciones para un nuevo relanzamiento capitalista, lo hace a costa de incrementar el desempleo y las actividades por cuenta propia, con su secuela de precariedad en las condiciones de reproducción de las familias (bajos ingresos, sin beneficios sociales, etc.), lo que pone nuevamente en cuestión, los derroteros por los que transita la automatización capitalista, que solo sirve a los patrones, mientras que perjudica a los oprimidos y explotados, que quedan al margen de sus beneficios.



[i] Al respecto, el estudio de Castillo, Mario (2016), La Internet industrial para el cambio estructural en América Latina. Barcelona: CEPAL, resalta que; por ejemplo, en Alemania, el programa Industria 4.0 es liderado por los ministerios de economía e investigación, con una alianza público-privada (Consortium, AllSeen Alliance, Open Interconnect Consortium y la iniciativa sobre Internet industrial lanzada por el Foro Económico Mundial en 2014), que incluye a representantes del gobierno, de asociaciones empresariales, sindicatos de trabajadores y la academia. A partir de estos programas, se organizan grupos de trabajo para abordar temas como la arquitectura y estandarización, la investigación y el desarrollo, la seguridad de redes de comunicación, el marco legal, el trabajo y la capacitación. Estados Unidos, en el mismo sentido, es uno de los países con mayor inversión en la Internet industrial, con aplicaciones en industrias verticales (manufactura, retail, agricultura y salud, áreas transversales, smart cities, smart grids, connected cars y smart supply chains) y bienes de consumo (smart homes y wearables). El estudio destaca, además, el importante papel de las grandes empresas trasnacionales, que llevan adelante iniciativas emblemáticas en este campo, en un amplio abanico de industrias (manufacturera, redes de comunicación, hardware y software). En el caso de la industria manufacturera, las empresas más influyentes en la Internet industrial son Bosch, General Electric (GE), Hitachi Data System, Samsung y Siemens.
[ii] Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señaló que los empleos en América Latina están en riesgo por el efecto de la automatización que permite la inteligencia artificial (IA). El informe apuntó al rango del 36-43 % de los empleos en peligro, un "valor intermedio entre los pronósticos más utópicos y los más pesimistas", y subrayó que los países con menor PIB per cápita y mayor desigualdad tienen un mayor riesgo de perder puestos de trabajo por las tecnologías.
[iii] Castillo, Mario (2016), La Internet industrial para el cambio estructural en América Latina. Barcelona: CEPAL
[iv] David Paz Rojas: “Incerpaz ya no solo maneja arcilla, sino tecnología en favor de la gente”. Publicado en: https://www.eldeber.com.bo, el 5 de febrero de 2019.
[v] Combo de COBOCE Ceramil llega a la FIC. Publicado en: http://www.opinion.com.bo, el 28 de abril de 2019.
[vi] Tres silos y un tanque impulsan a Duralit. Publicado en: http://www.opinion.com.bo, el 3 de abril de 2016.
[vii] Faboce invierte $us 5 millones en ampliar su planta. Publicado en: http://www.lostiempos.com, el 17 de noviembre de 2017.
[viii] Pil Andina (2017) Memoria Anual. Visto en: http://www.pilandina.com.bo, última visita el 29 de abril de 2019.
[ix] Automatizan planta de alimento para ganado. Publicado en: http://www.opinion.com.bo, 25 de agosto de 2018.
[x] Cartonbol invierte Bs8 MM en automatización de su planta. Publicado en: https://erbol.com.bo, el 26 de noviembre de 2014.
[xi] Kimberly-Clark invierte $us 10 millones en planta de Santa Cruz. Publicado en: https://www.eldeber.com.bo, el 15 de mayo de 2018.
[xii] Rodrigo Gutiérrez Fleig: “Para competir con los ingenios grandes hay que innovar e invertir”. Publicado en: https://www.eldeber.com.bo, el 26 de marzo de 2019.
[xiii] Bolivia resalta por crecimiento en inversión de bancos. Publicado en: https://www.eldia.com.bo, el 23 de septiembre de 2018.
[xiv] Castillo, Mario (2016), La Internet industrial para el cambio estructural en América Latina. Barcelona: CEPAL
[xv] Ídem.
[xvi] Elaboración propia, en base a datos de FUNDEMPRESA.
[xvii] Elaboración propia, en base a datos de UDAPE.
[xviii] Elaboración propia, en base a datos de UDAPE.
[xix] Elaboración propia, en base a datos de UDAPE.
[xx] De acuerdo a datos de productores textiles, el 50% del mercado es absorbido por la venta de ropa usada, otro 30% por el contrabando de prendas chinas, y solo un 20% de esta torta queda para los productores nacionales.