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Llank'aymanta presenta el libro:

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario

La actualidad de las tesis de Marini para entender el proyecto del Capitalismo "Andino - Amazónico

Reseña al libro de Tania Aillón, "Japonización" de la dominación patronal y respuesta obrera

Subcontratación, reforma laboral y lucha obrera: El caso de los obreros del sector industrial en Bolivia

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lunes, 20 de marzo de 2017

La norma en cuestión, como reguladora del empleo obrero




Tania Aillón Gómez

El actual periodo se caracteriza por una suerte de retroceso del MAS, respecto de las reformas normativas que impulsó, en el campo laboral.  Un conjunto de prácticas como el cierre de ENATEX, la disposición arbitraria de recursos del Fondo de Pensiones de los asalariados, los oídos sordos a las denuncias obreras permanentes sobre el incumplimiento a la normativa laboral en las empresas chinas, nos motivan a reflexionar, acerca del papel que jugaron las reformas normativas, en la configuración de los mercados de fuerza de trabajo en Bolivia en la era del MAS.  Para esto, recurrimos a la referencia empírica recogida entre los obreros de la industria manufacturera y de la construcción, y al debate con enfoques contemporáneos de inspiración institucionalista, como las sociologías del empleo. Para las sociologías del empleo,  son las normas las que explican las relaciones laborales, al punto que en la sociedad contemporánea (la sociedad salarial), son ellas las que dieron el papel central al trabajador; por lo que el auge neoliberal significó; al mismo tiempo, la pérdida de centralidad de la norma social del empleo y el verdadero cuestionamiento a todo el orden social[i].

Desde nuestra perspectiva, más allá de los cambios normativos, la explicación sobre la forma que  asumen  las  relaciones laborales en un determinado periodo histórico, debe buscarse en las características de las relaciones capitalistas de producción que la contienen; relaciones de dominación, explotación, resistencia y lucha continuas, entre patrones y obreros,  alrededor de  la pugna   que produce el intento patronal por subsumir la compra-venta de la fuerza de trabajo (relaciones de empleo), a la lógica de acumulación capitalista.  Por esto; retomando a Thompson[ii], en el seno de estas relaciones sociales de producción, la norma forma parte del campo de contienda, entre obreros y patrones; forma parte de la palestra en que intereses opuestos, hacen reclamaciones contrarias, un espacio de lucha, donde los individuos hacen su historia y; como parte de ella, sus normas, mostrando el carácter activo de los sujetos, cuyo accionar está lejos de ser el producto mecánico de normas prescritas. Cabe precisar que estas luchas juegan el papel que juegan, justamente, a causa de las mediaciones específicas de esta sociedad; es decir, que la lucha de clases es una fuerza motriz de las transformaciones de las relaciones laborales, porque ella está incrustada en las formas sociales mercantiles del capital[iii].

1. ALGUNOS DERROTEROS DE LA REORGANIZACIÓN SINDICAL OBRERA.

Fotografía: http://www.democraciaobrera.org, 01/05/2016
Con la finalidad de promover la reorganización sindical, el gobierno del MAS dictó el Decreto Ley 038, referido al fuero sindical, que establece el libre ejercicio de la actividad sindical. Sin embargo, pese a  esta disposición legal, los patrones pusieron trabas a su cumplimiento. Los propios obreros testimonian que se toparon con la resistencia patronal, para evitar que se organicen en sindicatos y/o reorganicen el sindicato antiguo. Un obrero de la industria nos decía:
“[H]emos tenido que castigar, nosotros el brazo a torcer para tener un sindicato, porque el empresario nos daba trabas de que no, de que, si no te vas no más, entonces la única manera de que podamos o no el sindicato era ya darles a sus mejores trabajadores que se hagan cargo de su sindicato, como el Secretario General…” (Entrevista a un obrero de la industria manufacturera -Grupo Llank’aymanta).

Frente a las prácticas patronales dirigidas a evitar la reorganización sindical, los obreros realizaban reuniones clandestinas, con el riesgo de que no asistan muchos obreros y el intento de reorganización sindical se trunque. El temor al despido persistía, aunque el DS 21060 fuera derogado. Un dirigente sindical nos refería:
“[Y]o le decía,  José [un compañero de trabajo] habla con la gente, hay que articular el sindicato, y él me decía la gente está, tu dime cuando, cuando ustedes quieran. En eso se deroga el Artículo 55 del 21060, ya estaba el MAS en el 2006 y dijimos ahora es cuando, habla; y un día agarra y me dice, el día domingo nos estamos reuniendo en el complejo, tienes que venir (…) y había cinco compañeros en la puerta, pucha ya dije esto es un fracaso, esto es un total fracaso, se me acerca uno de ellos y me dice apúrate, te están esperando la gente, me doy la vuelta en las graderías llenita la gente… “(Extracto de la entrevista a un dirigente obrero de las industria manufacturera- Grupo Llank’aymanta).

El reavivamiento de la reorganización sindical llegó incluso a empresas tercerizadoras como POTEMSA, donde los obreros, luego de una lucha sostenida, lograron formar el primer sindicato de obreros fluctuantes. Los obreros de POTEMSA, sin alcanzar a los 20 trabajadores que exige la norma como mínimo, para formar un sindicato, organizó su sindicato que logró ser reconocido por la Central Obrera Departamental (COD). El impulso de esta organización sindical, que como vemos,  fue más allá de la norma, nace en las propias condiciones de trabajo de los obreros fluctuantes, como nos decía uno de sus dirigentes: “[E]sto ¿con que fin lo hicimos? había bastante mercantilización del trabajo de los trabajadores que estaban ahí porque era rotativo, se iban a FINO, se iban a UNILEVER, así, queríamos hacer algo y ya les cambiaban a otra empresa, los mercantilizaban bastante…” (Entrevista a un dirigente obrero de las industria manufacturera-Grupo Llank’aymanta). La reorganización sindical, de acuerdo a estos testimonios, no aparece como una aceptación tácita de la patronal a las reglas del juego planteadas por la nueva normativa; más bien, ella surge de la organización y lucha obreras, frente a una patronal que se resiste. 

2. LA EVENTUALIDAD AMPLIADA EN UN MARCO NORMATIVO QUE LA RESTRINGE.

 La orientación de las reformas del MAS, al menos discursivamente, se dirigió a desmontar la flexibilización laboral que se legalizó con la aplicación del Decreto Supremo 21060 en gobiernos neoliberales. En esta perspectiva, se promulgó el Decreto Supremo Nro. 28699 del 1ro de mayo de 2006, que deroga el artículo 55 del Decreto Supremo 21060, que estableció la libre contratación en la era neoliberal.  Con el mismo espíritu, de paliar la baja cobertura y la inestabilidad laboral en el sector público, la Ley Nro. 321, del 20 de diciembre del año 2012 incorporó al ámbito de aplicación de la Ley General del Trabajo (LGT), a trabajadoras y trabajadores asalariados permanentes, que desempeñen funciones en servicios manuales y técnico operativo administrativos en los Gobiernos Autónomos Municipales de capitales de departamento y de El Alto de La Paz.

            Paradójicamente, es en el sector público, donde en mayor grado, permaneció y se amplió la eventualidad. Como podemos apreciar en la siguiente información, la eventualidad permea, en significativa proporción, todas las ocupaciones de los obreros dedicados a obras públicas:

Gráfico 1: OCUPACIÓN DE OBREROS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL SECTOR PÚBLICO SEGÚN CONDICIÓN DE CONTRATO[iv]



 En el sector privado manufacturero, la eventualidad en los mercados de trabajo obrero, abarca entre el 30% y 35% de la fuerza de trabajo[v]. Todo esto pone en cuestión la validez de la norma como dimensión explicativa irreductible de la configuración de los mercados de fuerza de trabajo. ¿Dónde encontramos, entonces, la explicación a las posibilidades de  reducir y/o controlar el aumento de la  eventualidad?

            Los testimonios obreros dan cuenta de que los decretos supremos del MAS, dirigidos a garantizar la estabilidad laboral o una mayor protección estatal a los trabajadores (D. S No 496 y D.S 110) no fueron suficientes, la patronal continúo resistiéndose a cumplir la normativa. En ciertos casos, el contenido ambiguo de la norma (D.S 501), abrió un amplio espacio de maniobra para los patrones. Aunque el Decreto 501 afirma que no se pueden tercerizar, ni subcontratar tareas centrales de la empresa, muchos empresarios sí lo hacen. Un dirigente obrero decía en ese sentido:
“[Y]o he tenido a principios de año un juicio por contratos a plazo fijo, pero lo malo es que en la ley existen los contratos a plazo fijo; entonces, como le digo, se contradice la ley, por ejemplo, nosotros pedimos que entre a la planta y ellos me dicen aquí mira esto la ley dice por obra y nos dice yo les estoy contratando para una obra, entonces les voy a contratar por 10 meses …” (Extracto de entrevista a un dirigente obrero- Grupo Llank’aymanta).

Otro testimonio obrero, se refiere al abuso patronal, en relación al manejo de la eventualidad:
“[¡S]e está haciendo su agosto [se refiere a los patrones] con esos jóvenes, los están yo le puedo decir en contratos a plazo fijo por ejemplo en mi empresa, dice la ley que después de recibir dos contratos plazo fijo por año, o sea son dos años perdidos y en esos dos años los acomodan en los trabajos más famosos, más contaminados o pesados ya! Porque él sabe que dentro de o cuando el cumple los dos contratos, el tercero ya no le va a contratar, porque el tercero por ley es indefinido. ¡Pero él sabe que no le va a volver a contratar y le dice a finalizado tu contrato chauuu gracias!! Y meto a otro, con esa ley que dice que puede meter a plazo fijo por obra, mete lo explota, lo hace enfermar y como no tiene seguro nada y entonces se lo manda así…” (Extracto de entrevista a un obrero- Grupo Llank’aymanta).

Existen casos extremos, como el de las empresas chinas dedicadas a la construcción de infraestructura caminera en el país, donde, en palabras de obreros de estas empresas: « [B]ueno nosotros, por ejemplo, si hablamos de estabilidad laboral, hasta este momento no conocemos un contrato de trabajo, no lo conocemos ¡no sé cómo será! ¿Existirá o no existirá? No lo conocemos, porque si no, lo hubiésemos conocido, lo habríamos tenido en la mano» (Testimonio de un obrero de la empresa SINAHYDRO- Grupo Llank’aymanta).

Otro obrero, en el mismo sentido, mencionaba: [C]omo te digo ¡sí!, para su constancia de ustedes no es, no tengo contrato yo, no he firmado con la empresa, yo no sé si yo soy eventual, mensualero, no sé qué soy, no he firmado contrato, no tengo contrato con la empresa.» (Entrevista a d un obrero de la empresa SINAHYDRO- Grupo Llank’aymanta).

Como vemos, existen casos en que la patronal no asume ningún compromiso escrito con los obreros, como forma de dejar las puertas abiertas al despido arbitrario. De esta forma se evade el cumplimiento del Decreto Supremo 107 de 1ro de mayo de 2009, el mismo que determina la garantía beneficios laborales y estabilidad laboral (regulación de la flexibilización laboral), incluso a los obreros fluctuantes (a subcontrato).  

3. LA SEGURIDAD INDUSTRIAL, SÓLO SI LOS OBREROS SE MOVILIZAN.

El Decreto Supremo 108, de 30 de octubre de 2008, estableció la obligatoriedad para el empleador, de garantizar la higiene y seguridad ocupacionales. En este marco, las entidades públicas, deberían proveer a sus trabajadores, ropa de trabajo y equipos de protección personal adecuados contra riesgos ocupacionales. Sin embargo, recogimos testimonios obreros, que hacen evidente, la evasión permanente de esta norma, por los dueños de las empresas que fueron contratadas por el Estado, para la construcción  de infraestructura pública. Es paradigmático; nuevamente, el caso de las empresas chinas encargadas de la infraestructura caminera. Los testimonios obreros son muy elocuentes al respecto:
“[S]egundo lugar en el tema del de la seguridad industrial, muchos compañeros no cuentan con lo referido, en tema…por ejemplo,  yo soy encargado del equipo pesado de las volquetas, es una pena que las volquetas de la empresa china, que son una empresa supuestamente grande, pero no les gusta cambiar los repuestos, estamos andando amarrando con una liga, increíblemente y de toda una empresa y poniendo en riesgo la vida del conductor y la vida de los demás que estamos trabajando,  porque no se olvide que en el lugar de trabajo pasamos pueblos, pasamos niños, hay niños, hay jóvenes, hay ancianos, tenemos miedo y como no entienden el idioma, es más algunos entienden, se están escondiendo en la palabra ‘no entiendo’, lo que no les conviene no entienden y lo que les conviene entienden.” (Entrevista un obrero de SINAHYDRO- Grupo Llank’aymanta).

Existen ocasiones en que los managers de estas empresas chinas obligan a los obreros enfermos a continuar trabajando, sin importar que se ponga en riesgo la salud de estos obreros, uno de ellos nos mencionaba:
“[E]s otro tema que hay que aclararlo, en el tema de seguridad industrial de salud; por ejemplo, a veces los trabajadores tienen algún accidente,  pero la empresa, el encargado el capataz,  como no entiende mucho el idioma y si entiende no le da la gana, no te da permiso ni aunque se hayan accidentado, ni aunque este saliendo, ni aunque te hayas partido el dedo, no te da permiso para que vayas a hacerte curar, o sea no son humanitarios, no en vano hemos hecho el primer paro bloqueo…” (Entrevista a un obrero de SINAHYDRO- Grupo Llank’aymanta).

En otras empresas dedicadas a la construcción, encontramos otros testimonios obreros referidos a que los patrones, pese a la normativa vigente, se niegan a gastar en mejorar las condiciones de seguridad industrial, como dice un obrero:
“[¡S]i…, porque antes heee!...  No nos pagaban la alimentación, la alimentación salía de nuestro bolsillo, del salario que nos pagaban, cuando querían nos daban, ropa de trabajo no nos daban, teníamos que trabajar con abarcas, con plástico, no había esas cosas…, ha cambiado harto! ¡Ahora nos dan dotación, nos dotan ropa de trabajo dos veces al año y el calzado de seguridad una vez al año, los botas igual, solo las ropas nos datan dos veces y ha habido un poco de mejora hee! Porque el sindicato es respetado en la federación y todo, nos apoya harto y entonces, antes como no había sindicato, no había nadie y veían que alguien no sirve y les desechaban y listo, lo retiraban, entonces, ahora las alimentaciones nos pagan aparte y los bonos, las cenas también…» (Entrevista a un obrero de obras civiles de CORANI-Llank’aymanta”.

La lucha por la organización sindical; en este caso, también, fue definitiva, para mejorar las condiciones de seguridad industrial en los espacios de trabajo.  

4. CONSIDERACIONES FINALES.

A partir de nuestra referencia empírica, se ve que las reformas laborales son un elemento significativo del nuevo campo de contienda, entre obreros y patrones, en la medida en que son  recurso  argumentativo de la lucha obrera: “[P]ara que la norma se cumpla”.  Sin embargo, es el resultado de la lucha, la que finalmente define, si se respeta y/o aplica la norma, si se la evade y/o; en algunos casos, se la sobrepasa (caso POTEMSA).  Los testimonios obreros dan cuenta del papel constitutivo de la realidad que tienen los propios obreros, como grupo humano organizado y niegan el determinismo  de las normas, atribuido por las sociologías del empleo, sobre  la  conducta, tanto de obreros como de patrones. Así se establece la correcta relación, entre la praxis humana y la legalidad objetiva de la historia, mostrando que tras la superficie de las normas, está siempre, la relación social entre humanos y que, el ser humano socializado es; en última instancia, el sujeto del devenir histórico[vi].

Sin embargo, cabe precisar que si bien en un caso, la norma constituye un medio argumentativo, para cambiar una situación (reorganización sindical); en otro caso, puede constituir un límite para los alcances de la propia lucha obrera (la lucha contra la eventualidad); sobre todo, cuando sabemos que la eventualidad, no sólo depende de una relación de poder, sino que responde a requerimientos estructurales de la industria capitalista, que continuamente forma un ejército industrial de reserva, de este modo,  se explica  la paradoja de una mayor eventualidad, pese a la restricción normativa. Sin embargo, la dinámica de lucha de clases, sí nos permite   explicar los dos procesos, tanto cuando la norma es un recurso argumentativo, como cuando es solo una forma. Podemos concluir, que tampoco se puede juzgar a un régimen político, en base a sus reformas normativas, sino por lo que realmente pasa.  El caso de la generalización de la eventualidad en sus distintas formas; por ejemplo, nos muestra que erradicarla no pasa; fundamentalmente, por transformaciones normativas, sino por cambiar las propias relaciones sociales de producción que la reproducen a escala ampliada; al mismo tiempo que pone en evidencia,  los límites explicativos e interpretativos de  corrientes como las sociologías del empleo, que centran el análisis de las relaciones de empleo,  en el devenir de la norma.




[i] El enfoque de la norma social del empleo puede encontrarse en: Prieto, Carlos (2000), “Trabajo y orden social: de la nada a la sociedad de empleo (y su crisis)”, en Rev. Política y Sociedad, nº 34. Madrid: UCM, pp.19-32 y Maruani, Margaret (2000) “De la sociología del Trabajo, a la Sociología del empleo”, en Política y Sociedad, n° 34. Madrid: UCM, pp. 9-17.
[ii] Thompson, Edward (1984) Tradición, revuelta y consciencia de clase estudios sobre la crisis de la sociedad preindustrial. Barcelona: Crítica.
[iii] Postone, Moishe (2009) Temps, travail et domination sociale. Paris : Éditions Mille et une nuit.
[iv] Elaboración propia, en base a datos de la. Encuesta departamental Cochabamba a obreros de la construcción del sector público (IESE - 2015).
[v] Datos extraídos de la Encuesta laboral 2014-IESE.
[vi] Karel, Kosic (1967) Dialéctica de lo Concreto. México D. F.: Editorial Grijalbo.

miércoles, 15 de febrero de 2017

Comentario al libro de Luis F. Castro, Obreros fluctuantes frente a la dominacion patronal



Lorgio Orellana Aillón[i]


Quiero agradecer a Luis y a los miembros del Grupo de Estudios Llank’aymanta, por invitarme a comentar el trabajo de Luis.
Creo que hay muchos aspectos que hay destacar. En primer lugar, quiero destacar que se trata de una investigación a la que yo llamaría militante, que demuestra mucha convicción, porque como ya dijo Tania en la presentación, nadie paga a estos compañeros, para hacer este tipo de trabajo, ellos se autofinancian. Si bien esto, en una buena medida, limita materialmente el trabajo que ellos realizan (como Tania ha indicado, este trabajo se ha realizado a lo largo de varios años), dicha autonomía ha permitido independencia ideológica, es decir, escribir lo que ellos piensan. Normalmente esto no se puede hacer en un ONG, eso no se puede hacer en una entidad del Estado, porque efectivamente, el control económico limita las posibilidades de manifestar lo que se percibe. Bueno, en definitiva, estos compañeros se autofinancian, se podría decir que sacan el lazo del propio cuero y yo creo que eso es un aspecto que; ciertamente, vale la pena destacar.
Tapa del libro
Otro aspecto que quiero destacar es la gran calidad del trabajo de Luis, en un contexto universitario donde el desempeño académico de los estudiantes está por lo debajo de lo mediocre, yo soy docente y bueno, no existen buenos trabajos, prolifera la ley del que no lee, la ley del mínimo esfuerzo. Por lo tanto, encontrar un trabajo así, con esta calidad, es totalmente remarcable. Bueno, yo le otorgo esperanzas, porque viendo en este terreno llano que tiende a convertirse la universidad, no todo está perdido. 
   
Bueno, como indicaba anteriormente Luis ha escrito un aporte, tanto en el plano teórico metodológico, como en el plano de la investigación científica. Pero ¿En qué consiste este aporte?  En primera instancia, como indicaba, evidentemente, hay un aporte teórico. Es decir, en el escenario del debate Latinoamericano en el cual él se sitúa, donde él trata de hacer realmente una redefinición de un objeto de estudio, sobre el cual, la gran y apabullante bibliográfica que hay sobre la temática, ha tendido a un enfoque juridisista, un enfoque legalista. La propia definición del sujeto obrero subcontratado, ya es en sí una categorización jurídica; es decir, el subcontratado tiene un estatuto legal que se diferencia del llamado obrero estable, porque el obrero estable tiene un contrato fijo. Entonces, pensar de ese modo al sujeto obrero limita ciertamente la mirada. Entonces, aquí el autor busca arreglar cuentas con el pensamiento jurídico en el espacio concreto de la fábrica. Entre paréntesis quiero decir, que se trata de una cuenta pendiente que existe en muchos terrenos, es decir, el pensamiento jurídico ejerce una especie de lógica imperialista en las ciencias sociales en Bolivia. En el terreno más político en el que yo me muevo, eso lo veo todo el tiempo, basta pensar en este espacio que nos estamos moviendo denominado Estado Plurinacional, cuando el ejército, la policía las leyes, todo lo que conforma el Estado en sí mismo, no ha cambiado. Y así uno puede encontrar un sesgo jurídico en muchas áreas del pensamiento social y en el campo de la Sociología del Trabajo, particularmente, Lucho    busca arreglar cuentas con este pensamiento jurídico y centra su crítica en la categoría de subcontratado. Para de-construir, para desmitificar esta categoría, él hace dos planeamientos teóricos. El primero de ellos, insiste ciertamente,   en  recuperar la discusión sobre las relaciones capitalistas de producción; o sea, Lucho como lo dijo en su presentación,  muestra a partir de la discusión teórica  sobre  el origen del capitalismo,  que la situación de la contingencia del obrero  es una característica inherente a las relaciones capitalistas de producción, o sea, quien tenía una relación  si ustedes quieren vitalicia con su puesto de trabajo,  se constituía un esclavo en la sociedad antigua, o era un siervo, era un pongo de las haciendas en el valle cochabambino antes de la revolución del 52. El origen del capitalismo lo que hace es romper esta relación, el proceso de acumulación originaria del capital, que consiste en la expropiación de los cultivadores de tierra, es decir, la separación del productor directo respecto a los medios de producción, un proceso de expropiación de los campesinos, inicia esta época de contingencia. Los campesinos son lanzados al mercado de trabajo, campesinos sin tierras, como te dice Marx, en condiciones de una gallina desplumada, el obrero no tiene nada más que vender que su fuerza de trabajo. Entonces,  la relación del trabajador y el puesto de trabajo como contingencia se origina con el mismo capitalismo, no es una invención del periodo neoliberal. O sea, basta pensar en una crisis, el cierre de una empresa donde se despide a los trabajadores y ya está. Es importante esta recuperación de la discusión de la acumulación originaria que hace Luis, porque eso le va permitir, ciertamente, dejar claro que la contingencia en la situación del trabajo es una característica inherente al capitalismo.
Ahora bien, el otro desplazamiento teórico indicado, se refiere fundamentalmente, a la categoría de obrero fluctuante. Pero qué es lo nuevo de esta nueva categoría de obrero, como obrero fluctuante, y ciertamente lo diferente es este proceso de renegociar constantemente la condición de obrero, esta constante búsqueda de renegociar y vender tu fuerza de trabajo. El sujeto y la fuerza de trabajo se hallan constantemente mercantilizada, se halla de ir renovando permanentemente el contrato para final preservar su condición de obrero, en términos de lo que el mismo Marx te plantea, es el sujeto proletario por excelencia, porque es un trabajador que constantemente está en pos del asalaramiento. Entonces, aquí hay un reemplazo de la categorización tradicional de obrero subcontratado por la de obrero fluctuante. Esto te plantea una redefinición del objeto de estudio y una nueva forma de entender y comprender la realidad obrera, eso es un aporte teórico   Te está planeando una nueva forma de mirar los problemas y los procesos, y me parece que es importante destacar.
Al desmitificar la subcontratación a partir de estos desplazamientos teóricos, es que Luis; finalmente, logra situar su objeto de estudio en el marco de las relaciones capitalistas de producción, que como él ha indicado, son relaciones de dominación, lucha y resistencia frente a la explotación. Lo relevante de esto es que él va a buscar; ciertamente, a partir de un caso concreto, poner a prueba su reflexión teórica, y su propia problematización desde una situación concreta que se desarrolla el 2007 en la refinería Gualberto Villarroel, donde los obreros subcontratados llevan a adelante una movilización para llegar a construir un sindicato, que fracasa, donde las bases quedan desbandándose, los obreros no logran alcanzar su objetivo. Su pregunta de investigación es ¿Cómo y por qué a partir de una situación    los obreros fluctuantes de la refinería, conscientes de su dominación la resisten y luchan contra ella?   A partir de esta pregunta Luis va a desplegar una estrategia metodológica que, en primera instancia, al ver el foco de su observación se puede definir como tradicional, el enfoque marxista tradicional pone su atención en la fábrica, o sea el enfoque marxista tradicional que esta planteado en Marx, cuando una lee el primer capítulo del capital, ve este tránsito que Marx hace desde la venta de la fuerza de trabajo hasta el secreto mas intimo del capitalismo que es el espacio de la producción. Entonces, eso siempre ha ido a orientar la atención de los marxistas, no solamente los que hacen investigación; sino también, quienes hacen o han hecho acción política en la fábrica. Entonces, la fábrica se convierte en el escenario predominante, en el foco de atención del estudio como también de la acción política.
            Así se planteó desarrollar una estrategia  etnográfica, es decir, hacer una observación in situ  en la fábrica, claro que eso implicó muchos problemas ya que la patronal no permitiría acceder a la misma. Pero además, se le presento otro problema, que para este tipo particular de proletario, que es el obrero fluctuante, era muy difícil solamente quedarse mirando el estrecho marco de la fábrica, para tratar de entender cómo piensan, cómo vivencian los obreros, de construir sus trayectorias laborales, porque lo que encontró el autor es que los trabajadores venían de experiencias pasadas de subcontratación, de gente que había transitado de un lugar a otro, entonces ahí cambió y complejizó la estrategia para aplicar trayectorias laborales. Aquí hay una suerte de deconstrucción, de una complejización de la estrategia metodológica a partir del sentido complejo que asume el objeto de estudio, no se está hablando de obrero que vive durante 20 o 30 años como pasaba con los trabajadores mineros en una empresa, y que ha construido todo una cultura obrera en el marco de esa empresa, aquí de lo que estamos hablando es de un trabajador que esta un año, dos años en una empresa y que migra a otras, transitando de un espacio a otro, por eso tratar de comprender quedándote en un fábrica o en  una sola empresa no sería la forma correcta de analizar la temática, por eso  el autor se pone el desafió de aplicar una herramienta metodológica que permita desbordar el marco limitado de la fábrica.
En el marco no solamente de la aplicación de esta metodología, sino también, del hallazgo, es que puedo identificar un cuarto aspecto que me parece importante remarcar. Como dije, los estudios marxistas generalmente se concentraron en el espacio privilegiado de la fábrica,  para comprender cómo los trabajadores construyen relaciones de solidaridad, entretejen relaciones y cómo construyen finalmente,  su identidad de clase;  sin embargo,  lo que las trayectorias laborales han  posibilitado es  encontrar cómo estos procesos van mas allá del espacio de la fábrica, por ejemplo, entre familiares se entretejen relaciones que se expresan en formas en cómo hacer gancho para que hijos   también se han recomendados y entren a trabajar en un empresa contratista. Por tanto, en esa medida el entretejimiento de las relaciones sociales excede el espacio de la fábrica, es decir, relaciones que no tienen que ver exclusivamente al espacio inmediato de la producción. No estamos hablando de los tradicionales barrios mineros, donde existieron grandes concentraciones obreras, Llallagua, Catavi, Siglo XX, donde existían barriadas obreras, estamos hablando de un fenómeno distinto, de un proceso de articulación de los trabajadores que existe a pesar de la fragmentación de los espacios de trabajo que el neoliberalismo y el capitalismo ha tratado de generar en la propia clase obrera. A colación quiero realizar una reflexión que te plantea David Harvey. David Harvey considera que, en el capitalismo contemporáneo, el tomo 2 y 3 del capital ganan relevancia mayor a la que tenían en la época de Marx. Y bueno, dando vuelta a este asunto, he logrado ver que, en el trabajo de Luis, ciertamente, es en el espacio de la reproducción social, no únicamente en el proceso inmediato de producción; sino también en los espacios de reproducción social de la fuerza de trabajo, donde los trabajadores pueden entretejer relaciones, a pesar de la fragmentación que ha devenido el capitalismo durante las últimas décadas.
Hacer este remarque tiene consecuencias no solamente sociales; sino también, políticas. El autor sugiere en el libro, aunque no saca del todo todas las conclusiones políticas, sobre las luchas de estos trabajadores superando el estrecho limite que te plantea el sindicato, es decir, el autor muestra los procesos de movilización y lucha de los trabajadores que van mas allá de los límites del sindicato.  El autor muestra estos procesos no como procesos de lucha abierta, sino como lucha velada de la clase obrera. Sin embargo, en una investigación que realice en el 2003 en El Alto, una zona de las que tuvo importancia decisiva en el derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada el 2003, fue Santiago Segundo, donde desde décadas pasadas existían mineros que vivían en esa zona, no era extraño pensar que los ex sindicalistas mineros estén encabezando la lucha en esa barricada, pero lo que era realmente interesante era ver que estos ex trabajadores de la minería mediana, que en su vida se hubieran imaginado luchar contra Gonzalo Sánchez de Lozada como propietario de la mina de Porco, en ese momento se encontraban luchando contra él. Es decir, es de esas tantas sociedades en la que ese espacio muestra ver un escenario social como posibilidad de lucha contra el patrón desde una perspectiva más amplia. Luis lo menciona en el libro,  el caso de un cooperativa que no es para nada un sindicato, o sea la cooperativa es una organización; en este caso,  que también lucha contra la sobreexplotación, no quiere convertirse en una empresa intermediaria, que los sobreexplotan a pesar de que la empresa madre los quiere obligar a convertirse en un empresa tercerizada, entonces,  ellos luchan, resisten y defienden su cooperativa, es decir,  es una cooperativa que les permite contrarrestar la explotación. Estamos hablando de una forma de lucha que no es la habitual o tradicional como la sindical, pero es definitivamente una lucha de clases. Entonces, es importante tomar estos aspectos porque nos pueden  llevar, sin dejar de lado a las fábricas, sino tomar mayor atención a esos otros espacios donde las clases subalternas y la clase obrera,  en particular, va creando una comunidad de sentido y de relaciones, que estuvieron presentes en la Guerra del Agua del 2000, han estado en la Guerra del Gas el 2003, han estado en mayo y junio del 2005, movilizaciones que usualmente las hemos entendido bajo el lente étnico pero sin lograr a comprender a cabalidad su matriz clasista y proletaria. Yo creo que el desafío es  tratar de entender, cómo la lucha de clases, que se expresa veladamente en el terreno de la fábrica,  se expresa de modo abierto en escenarios sociales específicos, como estos procesos de insurrección que hemos tenido en el país. 
Otro de los aportes del trabajo de campo del autor ciertamente se encuentra en mostrar las potencialidades y limitaciones de las movilizaciones y luchas de los obreros fluctuantes. Una de las principales contradicciones de los trabajadores, se encuentra entre los obreros propios de la empresa madre  -en este caso PETROBRAS- y los obreros fluctuantes. Tanto en los casos de las luchas de cooperativa analizada 2007, como el caso de la movilización analizada del año 2009, en ambos casos, los obreros de la empresa madre, los denominados obreros propios, boicotearon esa movilización y se alinearon a favor de la patronal. Entonces, hablamos de una contradicción irresuelta que atraviesa gran parte de las fábricas, es decir,  entre los obreros que tienen una situación estable y los trabajadores fluctuantes. Otro de los problemas pendientes en el marco de estas contradicciones irresueltas está relacionada a esta fuerte confianza que los trabajadores de Gualberto Villarroel tenían con el gobierno del MAS. En el año 2007, ellos le apuestan a la movilización, se acercan a una ministra y la ministra les dice que no debería haber subcontratación, así que ellos le apuestan a que el gobierno los va a proteger, estos obreros no confiaron en sus propias fuerzas. Resulta que los trabajadores propios boicotearon la movilización, después sucede la escenificación de la nacionalización que se vivió en el país el año 2007 donde el gobierno retira su apoyo a este grupo de obreros y terminan solos. La alianza de los obreros propios con la patronal termina derrotando a esta movilización y los trabajadores fluctuantes bajo el riesgo de perder su fuente de trabajo se dispersan y se desmovilizan. Entonces, como se verá,  es otro de los problemas pendientes, es decir cómo los trabajadores , van superando esa idea de que tiene que ser un salvador el que tiene que resolverle los problemas, cuando es cada uno que  debe confiar en sus propias fuerzas colectivas.
Para finalizar, el libro platea un cierto número de preguntas que el autor las resuelve satisfactoriamente, sin embargo, también lleva a plantear un conjunto de dudas y que las quiero manifestar a Luis. No obstante, que a lo largo de la investigación se indica que las organizaciones de los trabajadores como las cooperativas que permiten amortizar la lucha de clases a través de la transferencia del conflicto, es decir,  gran parte de los conflictos y contradicciones entre la empresa madre y los obreros se lateralizan y se desvían, entonces ,esto es un fenómeno que existe, donde en la representación de los obreros, el origen de sus problemas no está en la empresa madre ,sino que terminan peleando entre ellos, es decir el conflicto surge de ellos, no responsabilizando a la empresa madre. Sin embargo, lo que muestra el ultimo acápite es que los obreros fluctuantes, ya sea por la vía de la ocupación y la huelga de brazos caídos, terminan responsabilizando a la empresa madre, es decir orientan sus luchas contra la empresa madre y en el trabajo yo no puedo encontrar porque pasa eso, porque se orientan contra la empresa madre, sabiendo que la empresa tercerizada trata de lateralizar el conflicto.
Otra duda que planteo es que la cooperativa, que se presenta como una alternativa visualizada por los obreros, como alternativa que de alguna manera pondría freno al carácter depredador de la empresa intermediaria, entonces, desde esta perspectiva ¿Cuáles serían las proyecciones que surgen de tu terreno sobre las posibilidades de las cooperativas como espacios de organización de los obreros contra la sobre-explotación que ejercen las intermediarias? Pienso esto contrastando un poco con la figura de las cooperativas mineras donde la situación y explotación de los obreros es aun más descarnada por las empresas intermediarias.  Una tercera duda, no obstante, como autor indica, las formas de lucha de estos obreros que asumen formas que exceden las formas sindicales, en definitiva, estos obreros terminan luchando por construir un sindicato. Entonces, eso tampoco queda muy claro en el terreno que has realizado.
Bueno, para concluir, más allá de que en el trabajo de investigación haya podido responder de forma satisfactoria con los problemas planteados, lo que debe remarcarse es que este trabajo propone y muestran nuevas betas de análisis que hay que explotar, nuevas preguntas de indagación, y creo consistentemente, que eso hace el libro de Luis Castro, en vista de ello lo felicito, en este prometedor inicio como investigador militante de la clase trabajadora. Gracias.




[i] El presente comentario pertenece a la presentación de libro realizada en el Auditorio “Los Tiempos” – Ciudad de Cochabamba,  el 09 de septiembre de 2016. 


jueves, 19 de enero de 2017

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario


Luis Fernando Castro López


Después de las grandes expectativas que  despertó  el Censo Agropecuario del año 2013, sus resultados fueron presentados este último semestre. a la luz de esos datos, es necesario evaluar que tan cerca están de mostrar la realidad agropecuaria de nuestro país; sobre todo,  en un  aspecto muy importante  como es el del trabajo asalariado.

En este sentido,  nuestro breve artículo quiere problematizar, de manera puntual, los datos referidos al trabajo asalariado en la actividad agropecuaria. Según los datos del Censo Agropecuario ¿Qué lugar ocupa  el trabajo asalariado en la producción agropecuaria? ¿Cuáles son las dimensiones aún no exploradas al respecto? ¿Estas dimensiones no exploradas,  responden a algún tipo de concepción de la producción agropecuaria?

1. LA AUSENCIA DE LA DIMENSIÓN CUALITATIVA EN EL ESTUDIO DEL TRABAJO ASALARIADO 

Fotografía: http://www.10minutos.com.bo/?p=1955, 28/04/2015
Según los datos del Censo Agropecuario el 35,98% de las Unidad de Producción Agropecuaria (UPA) emplean personal remunerado en dinero o en especie, este dato muestra un aparente predominio de unidades de producción campesinas; sin embargo, al examinar el número total de trabajadores que perciben alguna remuneración en relación al total de personas que trabajan en el agro, se observa que más de la mitad de la población ocupada en la producción agropecuaria es asalariada (54,06%). La distribución geográfica de esta población asalariada denota una mayor concentración de asalariados en los departamentos del oriente,  respecto de la población ocupada no remunerada; mientras que Potosí, Chuquisaca y Oruro se concentra una menor proporción de población asalariada en relación a la población ocupada sin remuneración. El Departamento con mayor población asalariada es Santa Cruz, tendencia que confirma diversos hallazgos en estudios relacionados a la producción agropecuaria de soya y las diversas formas de expansión de la frontera agrícola,  junto a la extensión del monocultivo[i].

Por otra parte, la distribución de trabajadores asalariados por UPA que pertenecen o no a una comunidad, muestra “que en el país existen 334.705 UPA que contratan trabajadores asalariados para la producción agropecuaria, de las cuales 306.950 (91,7%) forman parte de alguna comunidad y sólo 27.755 (8,3%) no pertenecen a ninguna”[ii].

Los datos del censo agropecuario revelan, en parte, el desarrollo importante del trabajo asalariado no sólo a nivel nacional; sino también,  al interior  de las comunidades originaria campesinas que, coincidiendo con los diversos estudios de caso[iii], actualmente,  se encuentran  en  proceso de disolución de las relaciones comunitarias que las caracterizó, ya que la presencia en su seno  de trabajadores remunerados en dinero o en especie,  es evidencia de un  proceso de separación de algunos productores de sus medios de producción.

Fotografía: http://www.lostiempos.com, 12/09/2016
La distinción del salario en dinero o en especie,  es importante,  pues nos muestra el desarrollo del divorcio de los asalariados de sus medios de producción y la conversión de su fuerza de trabajo en mercancía (una transformación cualitativa en las relaciones de producción). En este sentido, una de las deficiencias de los datos del Censo Agropecuario es que los trabajadores remunerados en especie y los trabajadores remunerados en dinero son agrupados en una sola categoría. Podríamos afirmar que en el trabajo asalariado del agro, se tiene formas combinadas de asalariamiento, por una parte, las formas de remuneración en dinero muestran que el valor de la fuerza de trabajo de una parte de los asalariados, ha tomado completamente su forma dineraria integrando la reproducción de la misma al mercado. Por otra parte, el “salario en especie”, se debe a la existencia de semiproletarios del agro que no están completamente integrados al mercado  o que la remuneración percibida en especie sólo es complementaria en la reproducción de su fuerza de trabajo, teniendo como sustento principal la producción en su propia parcela o actividad. Es decir, hay una parte de trabajadores del agro, que pasan por proceso de transición desde las formas tradicionales de uso de la fuerza de trabajo hacia las formas francamente mercantiles.

En términos generales,  en el análisis de los datos del Censo, se evidencia una  tendencia al creciente asalariamiento de la fuerza de trabajo en el agro (incluso dentro de las comunidades), sin embargo, los datos son  insuficientes para aproximarnos de forma precisa, a las relaciones sociales en las que se sustenta el trabajo en el agro, por ejemplo, no existen indicadores que nos ayuden a explorar el porcentaje de obreros estacionales,  no hay datos de las condiciones de trabajo de los obreros agropecuarios. Tampoco se tiene una aproximación exacta de sus características demográficas (edad y lugar de procedencia). En definitiva, si bien los datos del Censo ayudan a captar procesos generales de la extensión del trabajo asalariado, son insuficientes para analizar sus aspectos cualitativos.

2. TRABAJO ASALARIADO VS. SISTEMAS TRADICIONALES DE TRABAJO

En relación a los llamados "sistemas tradicionales de trabajo", en los datos del Censo, se unen en un solo indicador  formas de trabajo de  la mink’a y el ayni, esta forma de proceder,  parte de entender a estas formas "tradicionales de trabajo",  como totalmente opuestas al trabajo asalariado,  debido a lo cual,  pueden ser incluidas en un solo indicador. En este caso,  hay una confusión muy importante a la hora de unirlas en un solo indicador, ya que estos dos sistemas de trabajo tienen características diferentes, mientras el ayni responde a un sistema de trabajo interfamiliar[iv] que no ha sufrido un proceso de mercantilización, la mink’a es un trabajo realizado a nivel comunal, que con el tiempo empezó a adoptar un carácter mercantil[v] y pasó a  equipararse a una especie de peonaje, transformándose en “un intercambio de servicios a cambio de una retribución en especie (productos de la cosecha, alimentos) o en dinero; intercambio que se practica frecuentemente en actividades agrícolas , entre los que tienen tierra y los que no la tienen”[vi]. Al incluir el ayni y la mink’a en un mismo saco,  se invisibiliza la transición de las formas tradicionales de uso de la fuerza de trabajo hacia una su forma mercantil.

Fotografía: http://www.oxigeno.bo:81/node/14036, 13/01/2016
Además de estas imprecisiones, encontramos lugares vacíos en los datos del censo,  respecto a una precisa caracterización de los productores campesinos,  los mismos que en el Censo Agropecuario, están agrupados bajo las categorías de productores individuales y sociedades de hecho. Cuando analizamos los ciclos de producción en el año agrícola,  podemos observar que el 12,3% de los productores individuales y el 16,8% de las sociedades de hecho,  no sembraron en la campaña de invierno, ni en la campaña de verano. Además,  el 84,3% de los productores individuales y el 77,6% de las sociedades de hecho[vii] cultivaron en la campaña de verano,  y   apenas el 2,8% de los productores individuales  y 4,8% de las sociedades de hecho,  cultivaron sus tierras el año agrícola completo. Esto  nos muestra que más del 90% de los productores campesinos no realizan una explotación intensiva de sus tierras agrícolas; lo  que lleva a preguntarnos ¿qué hacen todo el resto del año?

En caso de que los "productores individuales" se dediquen a otras actividades agropecuarias, como la crianza de animales o la recolección de frutos, estas tendrían que acoger a una proporción significativa de productores agropecuarios; sin embargo, los datos del Censo muestran proporciones poco significativas (menos del 20%) de los productores agrícolas dedicados a estas otras actividades. Si uno cruza los datos de la cantidad de cultivos en las campañas de verano e invierno, se evidencia una población con un  tiempo flotante que no es completamente captado. Lo mismo pasa si examinamos el tiempo de dedicación de estos productores a sus actividades agropecuarias, pues alrededor del 52% de ellos respondió que no se dedica permanentemente a sus actividades agrícolas.

Si examinamos a esta población que declara no dedicarse todo el tiempo a la actividad agropecuaria,   encontramos que hay alrededor de en 41% de casos de productores individuales que no se dedican a otra actividad extra agropecuaria o simplemente no especifican. En este sentido, otra vez se evidencia la existencia de una especie de población con un tiempo flotante que no está totalmente especificado y que es un vacío del Censo Agropecuario. En realidad, se tiene a una gran cantidad de pequeños productores con parcelas muy pequeñas y con formas tradicionales de cultivo que producen a secano y que no se dedican a otras actividades económicas. Inferimos que parte importante de esta población es asalariada, pero no es asalariada en rubros de la construcción o de servicios, sino que es asalariada en actividades agropecuarias. El INE omite dicha  posibilidad,  y solo pregunta sobre sus actividades secundarias en ramos distintos al agropecuario, además, solo indagan por el rubro de la actividad secundaria, pero en ningún momento se especifica,  si en esa actividad se recibe salario. Sin estos indicadores no queda claro qué proporción de los productores individuales (productores campesinos en su mayoría) ha llegado a proletarizarse (o seemiproletarizarse) y con ello el análisis de los datos del Censo nos lleva a una visión parcial e imprecisa de la realidad del productor campesino.

Pero estos vacíos ¿son parte de un descuido o responden a una concepción del agro en Bolivia?

3. LA VISION TEORICA OCULTA EN EL CENSO AGROPECUARIO


Fotografía: https://bolagra.wordpress.com
Si el censo toma como objeto de estudio al productor agropecuario; entonces  la visión,  desde la que se concibieron las dimensiones de análisis del Censo, puede ser rastreada en la definición de este  productor. Cuando en el Censo se define como productor agropecuario, a los campesinos  y, en el caso de las empresas (sociedades accidentales, unipersonales, sociedades de responsabilidad limitada y sociedades anónimas), al conjunto de socios accionistas o al capitalista propietario, en los dos casos define al productor agropecuario en torno a la propiedad y la posesión de la tierra, dentro de esta definición los salariados del agro no están comprendidos.

Esta forma de concebir al productor agropecuario, parte de considerar que el agro boliviano aún se estructura bajo las formas tradicionales y no capitalistas de producción, en las cuales, el productor directo es el propietario de la tierra; así la unidad más simple de la estructura agraria boliviana sería el productor agrícola que tiene control directo de una UPA. Esta concepción tiene serios límites a la hora de abordar otras realidades como las UPA  que funcionan bajo relaciones capitalistas, en las que el productor directo esta desposeído y es explotado por patrones que controlan y poseen la tierra y la tecnología de producción agropecuaria. En este caso,  estudiar el productor agropecuario significaría estudiar al productor asalariado desposeído, que trabaja bajo el mando de los propietarios de las condiciones de producción, es decir al proletario agrícola.

Desde su concepción, en el INE, se obvia que; por ejemplo, varios productores campesinos están en franco proceso de proletarizarse en sus actividades agropecuarias. Para El INE, todos los productores individuales que se dedican a la producción agropecuaria como actividad principal o única actividad, son productores autosuficientes que viven de la producción de sus parcelas y con ello oculta los procesos de proletarización  dentro de la producción agropecuaria.

 En el mismo sentido, esta concepción del INE ha llevado a obviar por completo,  a los verdaderos productores agropecuarios en las UPA que funcionan bajo relaciones capitalistas (nos referimos a las UPA funcionan como sociedades accidentales, unipersonales, sociedades de responsabilidad limitada y sociedades anónimas): al obrero agrícola, el productor directo desposeído de condiciones de producción;  concepción con la que se opaca el acceso a las formas de existencia de este productor directo. De esta forma,  el Censo Agropecuario nos brinda un panorama incompleto sesgado de la realidad agropecuaria boliviana.




[i] Uriroste, M. (2011) Concentración y extranjerización de la tierra en Bolivia. La Paz: Fundación TIERRA; Perez, M. (2007) No todo grano que brilla es oro. Un análisis de la soya en Bolivia. La Paz: CEDLA; Urioste, M. y Kay, C. (2005) Latifundios, avasallamientos y autonomías. La reforma agraria inconclusa en el oriente. La Paz: Fundación TIERRA.
[ii] Ornachea, Enrique  (2016) Comunidades y trabajo asalariado en la agricultura. Visto en: https://www.cedla.org/content/51854, última visita el 14 de enero de 2017.
[iii] Algunos trabajos recientes son: Ormachea, E. y Ramirez, N. (2013) Propiedad colectiva de la tierra y producción agrícola capitalista: El caso de la quinua en el Altiplano sur de Bolivia. La Paz: CEDLA.; Urioste, M.; Barragan, R. y Colque, G. 2007 Los nietos de la Reforma Agraria: Tierra y comunidad en el altiplano de Bolivia. La Paz: Fundación Tierra; Ormachea, E. (2016) Desarrollo del capitalismo en la agricultura y transformaciones en la Sociedad Rural boliviana. La Paz: CEDLA
[iv] El ayni es: “El ayni es un intercambio simétrico o equilibrado, en el cual se presta un servicio a cambio de otro igual que se otorgará en el futuro, una deuda que queda pendiente y que se paga con lo mismo con lo que se ayudó: un servicio es pagado con otro igual (cf. Morrée, 1998b; Rodríguez, 1992 e Izko, 1986). Esta práctica también se manifiesta en la forma de préstamos de herramientas entre unidades de trabajo y personas estrechamente relacionadas, como
familiares y vecinos muy allegados”, en: Geffroy,  C.;  Siles, J. y Soto M.  (2008) La invención de la comunidad: migración de retorno y economía solidaria en Huancarani. La Paz: PIEB y Embajada de Francia
[v] Ídem. Geffroy,  C.;  Siles, J. y Soto M.  (2008) La invención de la comunidad: migración de retorno y economía solidaria en Huancarani. La Paz: PIEB y Embajada de Francia
[vi] Ídem, pp. 68.
[vii] Sociedades de hecho se denominan a los productores individuales agrupados o asociados mediante la unión de sus tierras agrícolas para llevar adelante una producción común