Lorgio Orellana Aillón[i]
Quiero agradecer a Luis y a los miembros del Grupo de Estudios Llank’aymanta, por invitarme a comentar el trabajo de Luis.
Creo
que hay muchos aspectos que hay destacar. En primer lugar, quiero destacar que
se trata de una investigación a la que yo llamaría militante, que demuestra
mucha convicción, porque como ya dijo Tania en la presentación, nadie paga a
estos compañeros, para hacer este tipo de trabajo, ellos se autofinancian. Si
bien esto, en una buena medida, limita materialmente el trabajo que ellos
realizan (como Tania ha indicado, este trabajo se ha realizado a lo largo de
varios años), dicha autonomía ha permitido independencia ideológica, es decir,
escribir lo que ellos piensan. Normalmente esto no se puede hacer en un ONG,
eso no se puede hacer en una entidad del Estado, porque efectivamente, el
control económico limita las posibilidades de manifestar lo que se percibe. Bueno,
en definitiva, estos compañeros se autofinancian, se podría decir que sacan el
lazo del propio cuero y yo creo que eso es un aspecto que; ciertamente, vale la
pena destacar.
Tapa del libro |
Otro
aspecto que quiero destacar es la gran calidad del trabajo de Luis, en un
contexto universitario donde el desempeño académico de los estudiantes está por
lo debajo de lo mediocre, yo soy docente y bueno, no existen buenos trabajos,
prolifera la ley del que no lee, la ley del mínimo esfuerzo. Por lo tanto,
encontrar un trabajo así, con esta calidad, es totalmente remarcable. Bueno, yo
le otorgo esperanzas, porque viendo en este terreno llano que tiende a
convertirse la universidad, no todo está perdido.
Bueno,
como indicaba anteriormente Luis ha escrito un aporte, tanto en el plano
teórico metodológico, como en el plano de la investigación científica. Pero ¿En
qué consiste este aporte? En primera
instancia, como indicaba, evidentemente, hay un aporte teórico. Es decir, en el
escenario del debate Latinoamericano en el cual él se sitúa, donde él trata de
hacer realmente una redefinición de un objeto de estudio, sobre el cual, la
gran y apabullante bibliográfica que hay sobre la temática, ha tendido a un
enfoque juridisista, un enfoque legalista. La propia definición del sujeto
obrero subcontratado, ya es en sí una categorización jurídica; es decir, el
subcontratado tiene un estatuto legal que se diferencia del llamado obrero
estable, porque el obrero estable tiene un contrato fijo. Entonces, pensar de
ese modo al sujeto obrero limita ciertamente la mirada. Entonces, aquí el autor
busca arreglar cuentas con el pensamiento jurídico en el espacio concreto de la
fábrica. Entre paréntesis quiero decir, que se trata de una cuenta pendiente
que existe en muchos terrenos, es decir, el pensamiento jurídico ejerce una
especie de lógica imperialista en las ciencias sociales en Bolivia. En el
terreno más político en el que yo me muevo, eso lo veo todo el tiempo, basta
pensar en este espacio que nos estamos moviendo denominado Estado
Plurinacional, cuando el ejército, la policía las leyes, todo lo que conforma
el Estado en sí mismo, no ha cambiado. Y así uno puede encontrar un sesgo
jurídico en muchas áreas del pensamiento social y en el campo de la Sociología
del Trabajo, particularmente, Lucho busca
arreglar cuentas con este pensamiento jurídico y centra su crítica en la
categoría de subcontratado. Para de-construir, para desmitificar esta categoría,
él hace dos planeamientos teóricos. El primero de ellos, insiste ciertamente, en
recuperar la discusión sobre las relaciones capitalistas de producción;
o sea, Lucho como lo dijo en su presentación, muestra a partir de la discusión teórica sobre el origen del capitalismo, que la situación de la contingencia del obrero
es una característica inherente a las
relaciones capitalistas de producción, o sea, quien tenía una relación si ustedes quieren vitalicia con su puesto de
trabajo, se constituía un esclavo en la
sociedad antigua, o era un siervo, era un pongo de las haciendas en el valle
cochabambino antes de la revolución del 52. El origen del capitalismo lo que
hace es romper esta relación, el proceso de acumulación originaria del capital,
que consiste en la expropiación de los cultivadores de tierra, es decir, la
separación del productor directo respecto a los medios de producción, un
proceso de expropiación de los campesinos, inicia esta época de contingencia.
Los campesinos son lanzados al mercado de trabajo, campesinos sin tierras, como
te dice Marx, en condiciones de una gallina desplumada, el obrero no tiene nada
más que vender que su fuerza de trabajo. Entonces, la relación del trabajador y el puesto de
trabajo como contingencia se origina con el mismo capitalismo, no es una
invención del periodo neoliberal. O sea, basta pensar en una crisis, el cierre
de una empresa donde se despide a los trabajadores y ya está. Es importante
esta recuperación de la discusión de la acumulación originaria que hace Luis,
porque eso le va permitir, ciertamente, dejar claro que la contingencia en la
situación del trabajo es una característica inherente al capitalismo.
Ahora
bien, el otro desplazamiento teórico indicado, se refiere fundamentalmente, a
la categoría de obrero fluctuante. Pero qué es lo nuevo de esta nueva categoría
de obrero, como obrero fluctuante, y ciertamente lo diferente es este proceso
de renegociar constantemente la condición de obrero, esta constante búsqueda de
renegociar y vender tu fuerza de trabajo. El sujeto y la fuerza de trabajo se
hallan constantemente mercantilizada, se halla de ir renovando permanentemente
el contrato para final preservar su condición de obrero, en términos de lo que
el mismo Marx te plantea, es el sujeto proletario por excelencia, porque es un
trabajador que constantemente está en pos del asalaramiento. Entonces, aquí hay
un reemplazo de la categorización tradicional de obrero subcontratado por la de
obrero fluctuante. Esto te plantea una redefinición del objeto de estudio y una
nueva forma de entender y comprender la realidad obrera, eso es un aporte
teórico Te está planeando una nueva forma de mirar los
problemas y los procesos, y me parece que es importante destacar.
Al
desmitificar la subcontratación a partir de estos desplazamientos teóricos, es
que Luis; finalmente, logra situar su objeto de estudio en el marco de las
relaciones capitalistas de producción, que como él ha indicado, son relaciones
de dominación, lucha y resistencia frente a la explotación. Lo relevante de
esto es que él va a buscar; ciertamente, a partir de un caso concreto, poner a
prueba su reflexión teórica, y su propia problematización desde una situación concreta
que se desarrolla el 2007 en la refinería Gualberto Villarroel, donde los
obreros subcontratados llevan a adelante una movilización para llegar a construir
un sindicato, que fracasa, donde las bases quedan desbandándose, los obreros no
logran alcanzar su objetivo. Su pregunta de investigación es ¿Cómo y por qué a
partir de una situación los obreros fluctuantes de la refinería,
conscientes de su dominación la resisten y luchan contra ella? A partir de esta pregunta Luis va a desplegar
una estrategia metodológica que, en primera instancia, al ver el foco de su
observación se puede definir como tradicional, el enfoque marxista tradicional
pone su atención en la fábrica, o sea el enfoque marxista tradicional que esta
planteado en Marx, cuando una lee el primer capítulo del capital, ve este
tránsito que Marx hace desde la venta de la fuerza de trabajo hasta el secreto
mas intimo del capitalismo que es el espacio de la producción. Entonces, eso
siempre ha ido a orientar la atención de los marxistas, no solamente los que
hacen investigación; sino también, quienes hacen o han hecho acción política en
la fábrica. Entonces, la fábrica se convierte en el escenario predominante, en
el foco de atención del estudio como también de la acción política.
Así
se planteó desarrollar una estrategia
etnográfica, es decir, hacer una observación in situ en la fábrica, claro que eso implicó muchos
problemas ya que la patronal no permitiría acceder a la misma. Pero además, se
le presento otro problema, que para este tipo particular de proletario, que es
el obrero fluctuante, era muy difícil solamente quedarse mirando el estrecho
marco de la fábrica, para tratar de entender cómo piensan, cómo vivencian los
obreros, de construir sus trayectorias laborales, porque lo que encontró el
autor es que los trabajadores venían de experiencias pasadas de
subcontratación, de gente que había transitado de un lugar a otro, entonces ahí
cambió y complejizó la estrategia para aplicar trayectorias laborales. Aquí hay
una suerte de deconstrucción, de una complejización de la estrategia
metodológica a partir del sentido complejo que asume el objeto de estudio, no
se está hablando de obrero que vive durante 20 o 30 años como pasaba con los
trabajadores mineros en una empresa, y que ha construido todo una cultura
obrera en el marco de esa empresa, aquí de lo que estamos hablando es de un
trabajador que esta un año, dos años en una empresa y que migra a otras,
transitando de un espacio a otro, por eso tratar de comprender quedándote en un
fábrica o en una sola empresa no sería
la forma correcta de analizar la temática, por eso el autor se pone el desafió de aplicar una
herramienta metodológica que permita desbordar el marco limitado de la fábrica.
En
el marco no solamente de la aplicación de esta metodología, sino también, del
hallazgo, es que puedo identificar un cuarto aspecto que me parece importante
remarcar. Como dije, los estudios marxistas generalmente se concentraron en el
espacio privilegiado de la fábrica, para
comprender cómo los trabajadores construyen relaciones de solidaridad,
entretejen relaciones y cómo construyen finalmente, su identidad de clase; sin embargo, lo que las trayectorias laborales han posibilitado es encontrar cómo estos procesos van mas allá
del espacio de la fábrica, por ejemplo, entre familiares se entretejen
relaciones que se expresan en formas en cómo hacer gancho para que hijos también
se han recomendados y entren a trabajar en un empresa contratista. Por tanto,
en esa medida el entretejimiento de las relaciones sociales excede el espacio
de la fábrica, es decir, relaciones que no tienen que ver exclusivamente al
espacio inmediato de la producción. No estamos hablando de los tradicionales
barrios mineros, donde existieron grandes concentraciones obreras, Llallagua,
Catavi, Siglo XX, donde existían barriadas obreras, estamos hablando de un
fenómeno distinto, de un proceso de articulación de los trabajadores que existe
a pesar de la fragmentación de los espacios de trabajo que el neoliberalismo y
el capitalismo ha tratado de generar en la propia clase obrera. A colación
quiero realizar una reflexión que te plantea David Harvey. David Harvey
considera que, en el capitalismo contemporáneo, el tomo 2 y 3 del capital ganan
relevancia mayor a la que tenían en la época de Marx. Y bueno, dando vuelta a
este asunto, he logrado ver que, en el trabajo de Luis, ciertamente, es en el
espacio de la reproducción social, no únicamente en el proceso inmediato de
producción; sino también en los espacios de reproducción social de la fuerza de
trabajo, donde los trabajadores pueden entretejer relaciones, a pesar de la
fragmentación que ha devenido el capitalismo durante las últimas décadas.
Hacer
este remarque tiene consecuencias no solamente sociales; sino también,
políticas. El autor sugiere en el libro, aunque no saca del todo todas las
conclusiones políticas, sobre las luchas de estos trabajadores superando el
estrecho limite que te plantea el sindicato, es decir, el autor muestra los
procesos de movilización y lucha de los trabajadores que van mas allá de los
límites del sindicato. El autor muestra
estos procesos no como procesos de lucha abierta, sino como lucha velada de la
clase obrera. Sin embargo, en una investigación que realice en el 2003 en El
Alto, una zona de las que tuvo importancia decisiva en el derrocamiento de
Gonzalo Sánchez de Lozada el 2003, fue Santiago Segundo, donde desde décadas
pasadas existían mineros que vivían en esa zona, no era extraño pensar que los
ex sindicalistas mineros estén encabezando la lucha en esa barricada, pero lo
que era realmente interesante era ver que estos ex trabajadores de la minería
mediana, que en su vida se hubieran imaginado luchar contra Gonzalo Sánchez de
Lozada como propietario de la mina de Porco, en ese momento se encontraban
luchando contra él. Es decir, es de esas tantas sociedades en la que ese
espacio muestra ver un escenario social como posibilidad de lucha contra el
patrón desde una perspectiva más amplia. Luis lo menciona en el libro, el caso de un cooperativa que no es para nada
un sindicato, o sea la cooperativa es una organización; en este caso, que también lucha contra la sobreexplotación,
no quiere convertirse en una empresa intermediaria, que los sobreexplotan a
pesar de que la empresa madre los quiere obligar a convertirse en un empresa
tercerizada, entonces, ellos luchan,
resisten y defienden su cooperativa, es decir, es una cooperativa que les permite
contrarrestar la explotación. Estamos hablando de una forma de lucha que no es
la habitual o tradicional como la sindical, pero es definitivamente una lucha
de clases. Entonces, es importante tomar estos aspectos porque nos pueden llevar, sin dejar de lado a las fábricas, sino
tomar mayor atención a esos otros espacios donde las clases subalternas y la
clase obrera, en particular, va creando
una comunidad de sentido y de relaciones, que estuvieron presentes en la Guerra
del Agua del 2000, han estado en la Guerra del Gas el 2003, han estado en mayo
y junio del 2005, movilizaciones que usualmente las hemos entendido bajo el
lente étnico pero sin lograr a comprender a cabalidad su matriz clasista y
proletaria. Yo creo que el desafío es
tratar de entender, cómo la lucha de clases, que se expresa veladamente
en el terreno de la fábrica, se expresa
de modo abierto en escenarios sociales específicos, como estos procesos de
insurrección que hemos tenido en el país.
Otro
de los aportes del trabajo de campo del autor ciertamente se encuentra en
mostrar las potencialidades y limitaciones de las movilizaciones y luchas de
los obreros fluctuantes. Una de las principales contradicciones de los
trabajadores, se encuentra entre los obreros propios de la empresa madre -en este caso PETROBRAS- y los obreros
fluctuantes. Tanto en los casos de las luchas de cooperativa analizada 2007,
como el caso de la movilización analizada del año 2009, en ambos casos, los
obreros de la empresa madre, los denominados obreros propios, boicotearon esa
movilización y se alinearon a favor de la patronal. Entonces, hablamos de una
contradicción irresuelta que atraviesa gran parte de las fábricas, es decir, entre los obreros que tienen una situación
estable y los trabajadores fluctuantes. Otro de los problemas pendientes en el
marco de estas contradicciones irresueltas está relacionada a esta fuerte
confianza que los trabajadores de Gualberto Villarroel tenían con el gobierno del
MAS. En el año 2007, ellos le apuestan a la movilización, se acercan a una
ministra y la ministra les dice que no debería haber subcontratación, así que
ellos le apuestan a que el gobierno los va a proteger, estos obreros no
confiaron en sus propias fuerzas. Resulta que los trabajadores propios boicotearon
la movilización, después sucede la escenificación de la nacionalización que se
vivió en el país el año 2007 donde el gobierno retira su apoyo a este grupo de
obreros y terminan solos. La alianza de los obreros propios con la patronal
termina derrotando a esta movilización y los trabajadores fluctuantes bajo el
riesgo de perder su fuente de trabajo se dispersan y se desmovilizan. Entonces,
como se verá, es otro de los problemas
pendientes, es decir cómo los trabajadores , van superando esa idea de que
tiene que ser un salvador el que tiene que resolverle los problemas, cuando es
cada uno que debe confiar en sus propias
fuerzas colectivas.
Para
finalizar, el libro platea un cierto número de preguntas que el autor las
resuelve satisfactoriamente, sin embargo, también lleva a plantear un conjunto
de dudas y que las quiero manifestar a Luis. No obstante, que a lo largo de la
investigación se indica que las organizaciones de los trabajadores como las
cooperativas que permiten amortizar la lucha de clases a través de la
transferencia del conflicto, es decir,
gran parte de los conflictos y contradicciones entre la empresa madre y
los obreros se lateralizan y se desvían, entonces ,esto es un fenómeno que
existe, donde en la representación de los obreros, el origen de sus problemas
no está en la empresa madre ,sino que terminan peleando entre ellos, es decir
el conflicto surge de ellos, no responsabilizando a la empresa madre. Sin
embargo, lo que muestra el ultimo acápite es que los obreros fluctuantes, ya
sea por la vía de la ocupación y la huelga de brazos caídos, terminan
responsabilizando a la empresa madre, es decir orientan sus luchas contra la
empresa madre y en el trabajo yo no puedo encontrar porque pasa eso, porque se
orientan contra la empresa madre, sabiendo que la empresa tercerizada trata de
lateralizar el conflicto.
Otra
duda que planteo es que la cooperativa, que se presenta como una alternativa
visualizada por los obreros, como alternativa que de alguna manera pondría
freno al carácter depredador de la empresa intermediaria, entonces, desde esta
perspectiva ¿Cuáles serían las proyecciones que surgen de tu terreno sobre las
posibilidades de las cooperativas como espacios de organización de los obreros
contra la sobre-explotación que ejercen las intermediarias? Pienso esto
contrastando un poco con la figura de las cooperativas mineras donde la
situación y explotación de los obreros es aun más descarnada por las empresas
intermediarias. Una tercera duda, no obstante,
como autor indica, las formas de lucha de estos obreros que asumen formas que
exceden las formas sindicales, en definitiva, estos obreros terminan luchando
por construir un sindicato. Entonces, eso tampoco queda muy claro en el terreno
que has realizado.
Bueno,
para concluir, más allá de que en el trabajo de investigación haya podido
responder de forma satisfactoria con los problemas planteados, lo que debe
remarcarse es que este trabajo propone y muestran nuevas betas de análisis que
hay que explotar, nuevas preguntas de indagación, y creo consistentemente, que
eso hace el libro de Luis Castro, en vista de ello lo felicito, en este
prometedor inicio como investigador militante de la clase trabajadora. Gracias.
[i] El presente comentario pertenece
a la presentación de libro realizada en el Auditorio “Los Tiempos” – Ciudad de
Cochabamba, el 09 de septiembre de 2016.
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