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Llank'aymanta presenta el libro:

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario

La actualidad de las tesis de Marini para entender el proyecto del Capitalismo "Andino - Amazónico

Reseña al libro de Tania Aillón, "Japonización" de la dominación patronal y respuesta obrera

Subcontratación, reforma laboral y lucha obrera: El caso de los obreros del sector industrial en Bolivia

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domingo, 1 de mayo de 2016

La flexibilidad laboral institucionalizada o la respuesta de los patrones a la crisis capitalista



Tania Aillón Gómez


Fotograía: http://www.diariodeleon.es, 10/03/2016
Hace más de una década que el neoliberalismo enfrentaba su crisis de legitimidad. En el caso de los países latinoamericanos como Bolivia, el alto costo económico y social que las políticas neoliberales significaron para los sectores más empobrecidos de la población, se buscó saldar, con la puesta en marcha de políticas consideradas por sus precursores como anti neoliberales. En algunos casos, como en el de Bolivia, el Movimiento Al Socialismo (MAS) ascendió al poder con el discurso de eliminar la flexibilización laboral, la que se identificó como fuente principal de los males que aquejaban a la clase trabajadora. Hoy, primero de mayo de 2016, con dos tercios de los trabajadores en el mundo que están sin contrato y sin derechos o sufren discriminación o reciben una remuneración muy por debajo de sus capacidades o están sobreexpuestos a accidentes o enfermedades laborales o carecen de protección social[i] o padecen todas esas deficiencias a la vez[ii], cabe preguntarnos : ¿Qué rumbo tomó la flexibilización laboral, dentro de las reformas promovidas por los gobiernos reformistas en América Latina y dentro de las estrategias asumidas por los países centrales, para remontar la crisis capitalista que los golpea desde hace 7 años ?

1. FLEXIBILIDAD “REGULADA”, EVASIÓN PATRONAL E INCONSECUENCIA REFORMISTA

 La mayoría de los gobiernos reformistas en América Latina, en los últimos 15 años, ante la imposibilidad de erradicar del mercado laboral las distintas formas de flexibilización, se propusieron regularla, mediante una diversidad de normas. Se trató de iniciativas de carácter intencional, promovidas desde el Estado, en las que se introdujo el principio de “responsabilidad solidaria”[iii], como mecanismo de protección para los trabajadores, pero que; sin embargo, no dieron el resultado esperado, frente a la creatividad patronal, para generar un abanico de formas fraudulentas de flexibilización laboral, es el caso de empresas capitalistas registradas como cooperativas que en realidad terciarizan la producción de otras o el caso de “cooperativas” que son empresas capitalistas para la contratación precaria de trabajo (o “maquila de nómina”). Este es el caso del Brasil, donde el gobierno de Lula logró restringir, aparentemente, la flexibilización en relación a los años noventa, pero los patrones recurrieron a distintas formas de contrato civil, con el fin de escapar a las obligaciones laborales, contratos dentro de los cuales, la compra –venta de la fuerza de trabajo, asume la forma de compra de servicios a un consultor o a una microempresa; se trata de la creación de empresas sin empleados, falsas cooperativas, que devienen en formas veladas de tercerización[iv](Dari:2015). En el caso de Chile, la Reforma Laboral que modifica el código del Trabajo(2015) (como parte de la oferta del gobierno de Bacheler), paradójicamente (pese a que los cambios propuestos remueven, en alguna medida, la excesiva subordinación que los trabajadores soportaron durante más de tres décadas, como herencia de la dictadura pinochetista) abre la posibilidad de flexibilizar la jornada laboral, porque favore­ce las decisiones unilaterales de los empresarios debido a la debilidad negociadora de gran parte de los sindicatos. En un país donde las jornadas de trabajo en son ya extremadamente largas, inexplicablemente, la reforma laboral ofrece a los empresarios la posibilidad de que las jornadas sean aún más largas y que incluso se pueda trabajar en los días de descanso.

Fotografía: http://www.pts.org.ar, 28/05/2014
El otro caso paradigmático de las contracciones que enfrentan los gobiernos reformistas en América Latina frente a la flexibilización laboral, es el del Ecuador. Inicialmente el año 2008, se promulgó un Mandato Constituyente, el Nº 8, por el cual se prohíbe la tercerización e intermediación laboral y cualquier otra forma de precarización de las relaciones laborales en aquellas actividades que realice la empresa o empleador, en consideración a que “la tercerización de servicios complementarios, la intermediación laboral generalizada y la contratación por horas, constituyen modalidades de relación laboral que vulneran los derechos del trabajador y los principios de estabilidad, de pago de remuneraciones justas, de organización sindical y contratación colectiva”. Sin embargo, pese al reconocimiento de la flexibilización laboral es una medida pro patronal que vulnera los derechos, en los primeros meses de este año(2016), el gobierno de Correa da un franco paso atrás cuando en las propias palabras del presidente se menciona la necesidad de “un poco de flexibilidad para capear el temporal que estamos enfrentando…”, el significado de este “poco de flexibilidad” es la propuesta de retornar al contrato a plazo fijo; es decir, que luego del año de prueba las empresas tendrán la facultad de decidir si prefieren conservar al trabajador o prescindir de sus servicios, sin necesidad de pagar indemnización; la “contratación por horas”, la reducción de la jornada laboral y paga de acuerdo a las horas trabajadas, con contratos adaptados a las necesidades de los sectores productivos; es decir, se trata de un ajuste a los requerimientos de la patronal, que desde el 2012 presionaba por mayor flexibilidad.
             En Bolivia, la reforma laboral del gobierno del MAS, consistió en la eliminación de los decretos que sustentaban la libre contratación y restituyó el reconocimiento del derecho a la estabilidad laboral y al goce de beneficios sociales. Pese a la intención inicial de abolir la flexibilidad laboral heredada del neoliberalismo, al no poder erradicar la subcontratación ni la tercerización, tuvo que legalizarlas, poniendo como condición a las empresas intermediarias, que cumplan con los beneficios sociales reconocidos por ley a los trabajadores, mientras dura el contrato de trabajo. Lo paradójico en este caso, es que el gobierno del MAS, supuesto paladín de la lucha contra la flexibilidad laboral, se constituyó al correr de los años, en el principal productor de empleos temporales regidos por la Ley del Funcionario Público (contratación de consultores en línea y funcionarios de inserción eventual) y en importante utilizador de obreros bajo régimen de subcontratación, para la realización de las obras públicas( aproximadamente 70% dela fuerza de trabajo ocupada en el ramo)[v]. En el mismo sentido, con la legalización de la subcontratación, el gobierno conservó la estructura jerárquica empresarial vigente, en la que un gran puñado de micro y pequeñas empresas de servicios viven articuladas a las prácticas flexibilizadoras de las empresas de capital transnacional (Unilever, Coca Cola, etc.). El crecimiento al doble del número de empleadores para el 2012, según los datos del INE (Instituto nacional de Estadística), se debe al incremento del número de medianas, pequeñas y micro empresas, muchas de las cuales, se articulan a procesos de producción de empresas grandes por medio de relaciones de tercerización o de subcontra­tación, relaciones dentro de las cuales, se sujetan a los tiempos fijos de contrato y subsumen a sus trabajadores a estos tiempos cortos de operación, porque dejan de operar en periodos de licitación o cambian el personal, debido a que migran a otro rubro con empresas-clientes de otras características.

2. REMONTAR LA CRISIS CAPITALISTA A COSTA DE LOS TRABAJADORES

En Europa y Estados Unidos; la crisis capitalista de larga duración que se inicia en 2008, cuyos rasgos responden a las políticas de liberación financiera que dominaron las tres últimas décadas, no promovió, precisamente, un retorno a políticas de corte keynesiano o el abandono de los preceptos neoliberales. En materia de política laboral, aunque la onda neoliberal dejó fuertes secuelas de desempleo y subempleo en las economías occidentales, tampoco sus gobiernos apostaron por fundar el reanimamiento de la economía en políticas de pleno empleo, los referentes empíricos muestran un rumbo diferente. De forma general, en la mayoría de los países europeos, ciertas reformas laborales han sido prioritarias entre los años 2008 y 2012, las mismas que han buscado facilitar las modalidades de despido individual y colectivo, suavizar la legislación sobre el tiempo de trabajo y ampliar las posibilidades de los patrones, para que contraten obreros en condiciones precarias[vi]


Fotografía: http://www.librered.net, 10/03/2016
 En los países europeos, encontramos, del mismo modo que en América Latina, muchos trabajos asalariados que se esconden bajo la forma de un contrato comercial, en muchos países europeos, aparecen trabajadores “independientes”, pero que en los hechos están subordinados a un patrón, con un estatus jurídico aparente de no asalariado; la generalización del contrato a plazo fijo es otro indicador de la vigencia y desarrollo de la flexibilización laboral en esta región, para el año 2011 en los países de la OCDE, prácticamente, la cuarta parte de los trabajadores asalariados entre 15 Y 24 años, trabajaban en estas condiciones[vii]. Luego de la crisis financiera de 2008, los estudios referidos al tema muestran una tendencia marcada a la desreglamentación del mercado de trabajo, durante este periodo, más de un tercio de los países de la OCDE suavizaron la reglamentación de los despidos individuales y colectivos. Sobresale en este sentido Portugal, que entre el 2009 y 2012 puso en marcha reformas, que acortaron, significativamente, la duración del preaviso de despido y redujeron la indemnización por este motivo.
            En Francia, donde en estos días, los trabajadores libran una lucha contra las reformas flexibilizadoras que el gobierno quiere introducir al código del trabajo (facilitar los despidos colectivos y disminuir las indemnizaciones), ya desde mayo del 2013, las reformas pro patronales del gobierno socialdemócrata d Hollande, dispusieron que cuando la empresa se encuentra en dificultades económicas, los patrones pueden negociar un reducción temporal de salarios. Una vez que dicho acuerdo es firmado entre los dirigentes y la patronal, cualquier trabajador que se resista a cumplir el acuerdo, puede ser despedido por motivo económico justificado, lo que significa una derogación de los derechos estipulados en el Código del Trabajo vigente hasta hoy. En Alemania y en general en los países nórdicos, de la misma forma se institucionalizó el trabajo temporal, como muestra de que la salida a la crisis avizorada por la patronal, pasa por la mayor flexibilización laboral, en este contexto, la patronal jugó la carta de la flexibilidad interna con el fin de conservar la fuerza de trabajo cualificada, para esto ha reducido el tiempo de trabajo de sus efectivos y aumentado el desempleo parcial, por lo que en Alemania entre el año 2008 y mediados del 2009, el número de desempleados parciales aumentó por diez, pasando de 130.000 en noviembre de 2008 a 1.2 millones en marzo de 2009[viii] Es decir que, como en Francia, la estrategia patronal carga sobre los trabajadores de las franjas más precarias, el costo de la crisis; quizá el caso más paradigmático en este sentido, sea el de España, donde los trabajadores subcontratados o a plazo fijo fueron los primeros en ser despedidos; en este país, entre Junio de 2008 y julio de 2009, el 90% de las pérdidas de empleo se produjeron entre los trabajadores con contrato temporal, proceso facilitado por medidas como la exoneración a la patronal de cotizaciones sociales, supresión de plazos de preaviso, etc.
Con este panorama, la realidad queda muy lejos de responder a las ofertas de una “flexseguridad” en los países centrales, mediante la cual se proponía combinar mercados de trabajo flexibles con elevados niveles de protección contra el desempleo y políticas activas del mercado de trabajo orientadas a facilitar una reinserción laboral eficiente y en condiciones favorables para el trabajador[ix] ( Weller: 2009), más bien, el recorte a los gastos sociales para superar las crisis fiscales, fue la medida asumida por los gobiernos de los países centrales, disminuyendo, sustancialmente, la protección al desempleo. Cabe preguntarse, entonces: ¿por qué en el mundo capitalista contemporáneo, la flexibilidad laboral no pudo ser erradicada y; más bien, como muestra la referencia empírica, en las últimas décadas se institucionalizó y ganó carta de ciudadanía?

CONSIDERACIONES FINALES
             
 La relación que hasta aquí expusimos, nos permite formular algunas conclusiones, que al mismo tiempo intentarán responder a la pregunta planteada líneas arriba. Sin duda, los derroteros por los que marchó la flexibilización laboral muestran con claridad el contenido de clase del Estado capitalista, el que tanto en los países latinoamericanos con gobiernos reformistas o con gobiernos de corte liberal en Europa, posibilitó y facilitó la institucionalización de la flexibilidad laboral frente a la presión patronal, que para enfrentar la competencia exacerbada en un escenario de crisis, recurre a generar mecanismos de abaratamiento de la fuerza de trabajo, ya no solo en los países periféricos; sino también, en los países centrales, antes sinónimo de buenas condiciones laborales y bienestar social, esto debido a que con la deslocalización de fragmentos importantes de la cadena productiva a países con costos laborales más bajos( que desemboca en la formación de un ejército industrial de reserva para el capital a nivel mundial) la patronal se pone en posición de ventaja, para negociar con los trabajadores, las condiciones en que éstos van a ser contratados, a esto se suma la relativa baja de la tasa de sindicalización, que disminuye la capacidad de las negociaciones colectivas, lo que significa que una parte creciente de trabajadores negocian individualmente sus condiciones de trabajo, tendencia que se retroalimentada por la misma flexibilización laboral..

En estas condiciones, la flexibilización laboral, que se ha tornado en una necesidad irrenunciable, para la valorización del capital, en las condiciones de exacerbación de la competencia mundial que enfrentan los patrones, no ha podido aun ser revertida por una clase obrera que todavía enfrenta las dificultades de recuperar su independencia política e ideológica frente a los patrones, luego de una derrota histórica (caída de los estados obreros de la URSS y este de Europa) seguida de largos años de neoliberalismo, con su secuela de despolitización de las generaciones jóvenes de obreros/as. Esta situación explica, también, que la orientación política de la clase obrera se haya dirigido a apoyar gobiernos de contenido reformista como alternativa al neoliberalismo, gobiernos que como mostramos, en lugar de erradicar la flexibilización, terminaron consolidándola. Sin embargo, el mismo proceso mediante el cual, los patrones buscan abaratar la fuerza de trabajo, al constituir un ejército de reserva de dimensiones mundiales, no solo facilita imponer el “despotismo” del capital sobre los trabajadores (flexibilización laboral), sino que también, contradictoriamente, genera las condiciones para unificar la lucha de la clase obrera, no solo contra la flexibilización laboral, sino sobre todo, contra la madre del cordero, la organización capitalista del trabajo. En la medida en que obreros y obreras comprendan que la flexibilidad laboral no responde a la existencia o no de una u otra norma legal, sino a las necesidades estructurales de valorización del capital en la época contemporánea, concluirán que la mejora de sus condiciones de trabajo pasa por destruir la organización capitalista del trabajo, que no responde a los intereses de los explotados, sino al enriquecimiento de un puñado de patrones, que se reproducen a costa de seguir precarizando las condiciones de vida de la clase trabajadora.  




[i] De hecho el 80% de la población mundial no tiene una cobertura adecuada de seguridad social y más del 50% carece por completo de dicha cobertura. Es decir, no tiene asegurada ningún tipo de protección en caso de desempleo, enfermedad, discapacidad, vejez o maternidad, ver Organización Internacional del Trabajo (2015) Trabajo decente en las Américas: una agenda hemisférica, 2006-2015. Visto en: http://www.summit-americas.org, última visita el 30 de abril de 2016.
[ii] Ídem.
[iii] Maldonado, Enrique (2015) Convergencias y divergencias de la cuestión laboral en América Latina, DESCO, 2015. Visto en: http://www.desco.org.pe, última visita el 30 de abril de 2016.
[iv] Dari Krein, José, Brasil (2015) “Os movimentos contraditórios da regulação
do trabalho dos anos 2000” en  Dossier Políticas laborales en América del Sur siglo XXI, cuadernos de CENDES, No 89pp. 47-82.
[v] Aillón, Tania; Castro, Luis y Piejko, Mauricio (2015) “Bolivia: las paradojas de la política de regulación laboral del gobierno del MAS” en Dossier Políticas laborales en América del Sur siglo XXI, cuadernos de CENDES, No 89, pp. 17-47.
[vi] Lallement, Michel (2014) “Les conséquences de la crise économique sur les marchés du travail européens (2008-2012)” en Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho, Ano 19, nº 32, 2014, 65-80. Visto en:  http://relet.iesp.uerj.br, última visita el 30 de abril de 2016.
[vii] Ídem.
[viii] Ver Natixis: 2009 en Lallement, Michel (2014) “Les conséquences de la crise économique sur les marchés du travail européens (2008-2012)” en Revista Latino-americana de Estudos do Trabalho, Ano 19, nº 32, 2014, 65-80. Visto en:  http://relet.iesp.uerj.br, última visita el 30 de abril de 2016.
[ix] Weller, Jurgen (2009) “Avances y retos para el perfeccionamiento de la institucionalidad laboral en América Latina” en: El nuevo escenario laboral latinoamericano, regulación, protección y políticas activas en los mercados de trabajo. Buenos Aires, CEPAL, siglo XXI, pp. 11-64.

viernes, 15 de abril de 2016

El significado de la lucha obrera contra los patrones chinos en Bolivia


Luis Fernando Castro López




Fotografía: http://www.enlacesbolivia.net/. 01/02/2016
La marcha protagonizada por obreros de la empresa Sinohydro, en enero de este año, fue apenas uno de los episodios de lucha obrera contra las prácticas de explotación y precarización de las empresas chinas  en Bolivia, además de éste, también es conocida la lucha de los obreros que construyen la Hidroeléctrica en San José[i] o el paro de los obreros que construyen los puentes de redistribución vehicular en Cochabamba[ii], sin nombrar otras escaramuzas, en el transcurso de los años 2014 y 2015, que no tuvieron la cobertura mediática de la prensa.

Lo que llama la atención es que la presencia de empresas chinas en Latino América y en Bolivia no es reciente[iii]. Sin embargo, es justo, en estos años de profundización de las relaciones  económicas entre la República Popular China (R.P.Ch.) y el actual gobierno, que los conflictos laborales con las empresas chinas estallan, este hecho lleva a preguntarnos sobre: ¿cuál es el  significado  de los  episodios de lucha obrera, por las  prácticas  de incumpliendo laboral, dentro las firma chinas en Bolivia?

1. LAS PRACTICAS CHINAS DE SOBREEXPLOTACIÓN DE OBREROS BOLIVIANOS

Después de la inclusión de la R.P.Ch. (República Popular China)  en la Organización Mundial de Comercio en 2001[iv], su presencia en América Latina fue creciendo,  en respuesta  a la política de expansión económica,  que supuso dirigirse  a los mercados del exterior[v]. El caso de la construcción de infraestructura no fue la excepción, después de un largo proceso de experimentación con la construcción local de infraestructura, las empresas chinas tratan de reproducir, en otros países, sus propios procedimientos de construcción, con su materia prima y su maquinaria, pero también, reproducen sus prácticas de explotación de la fuerza de trabajo. Ya sean las prácticas  de intensificación del trabajo, como usualmente pasa en las empresas estatales chinas[vi] o mediante la evasión de compensaciones salariales directas e indirectas a los trabajadores[vii]; todas estas medidas,  destinadas a bajar los costos de la fuerza de trabajo.

Los testimonios de los obreros bolivianos confirman el empleo de diferentes prácticas de sobreexplotación[viii] por parte de las empresas chinas. La primera vía de sobreexplotación, es mediante la contratación de obreros con salarios por debajo de la categoría laboral a la que pertenecen. Según testimonios de los trabajadores, los  maestros encofradores y enferristas fueron contratados en calidad de ayudantes, pese a que desarrollan su trabajo como maestros. Los obreros aceptan ser contratados como ayudantes,  con la esperanza de que la empresa les suba el salario de acuerdo a su categoría en los meses posteriores a su contratación; pero ello no sucede, la empresa china los amenaza con el despido si piden un aumento salarial o una categorización. Además,  la sobre oferta de obreros en el ramo, favorece a las empresas chinas,  para llevar adelante esta práctica.

La segunda vía de sobreexplotación,   consiste en realizar recortes directos en  las planillas de pago. Un obrero de la empresa Sinohydro relataba en la movilización protagonizada el mes de enero de este año : “[E]l siguiente tema ha sido salarios, por ejemplo, en un mes yo hago 60 horas, pero el chino me paga solamente pues de 55 horas, 5 horas mueren así[ix]. En otros casos, realizan descuentos injustificados, como afirma un obrero: [P]or más que tengamos el seguro de salud, no nos dan el permiso para ir a hacernos atender, hacemos eso todo el trámite burocrático, para pedir permiso y encima llega el fin de mes y descuento de ese día y ellos mismos firman un permiso[x].  El objetivo de estas prácticas es reducir el salario percibido por los obreros mediante exacciones directas en forma de descuentos o mediante la contratación de obreros con un salario por debajo de su categoría laboral.

Fotografía: http://www.eldeber.com.bo/. 26/01/2016
La tercera vía es a través de la precarización de las condiciones de trabajo  y de los márgenes de seguridad industrial. La no dotación de ropa de trabajo es una de las formas de precarización, al respecto, los dirigentes de VICSTAR denunciaron que la empresa no les dotaba de ningún tipo de ropa para protegerse de las lluvias y de la humedad, varios de ellos trabajaban con abarcas o con tenis rotos y la ropa de trabajo era ropa vieja que ellos mismos conseguían. Es en los obreros, sobre los que  recae  el gasto en ropa o la dotación de implementos de protección en el trabajo.

  Cuando se precarizan las condiciones de trabajo, se eleva el riesgo laboral y se obliga a los obreros a producir en situaciones en las que se pone en peligro su vida. En las empresas chinas Sinohydro y Vicstar, la precarización de las condiciones de trabajo es una práctica recurrente y aún más, los episodios de despido por la negativa de los obreros a trabajar en estas condiciones, tal y como relata un obrero boliviano en el siguiente extracto: “[S]egundo lugar,  en el tema de la seguridad industrial,  muchos compañeros no cuentan con lo referido, en tema…por ejemplo yo soy encargado del equipo pesado de las volquetas, es una pena que las volquetas de la empresa china, que son una empresa supuestamente grande, pero no les gusta cambiar los repuestos, estamos andando amarrado con una liga, increíblemente y de toda una empresa y poniendo en riesgo la vida del conductor y la vida de los demás que estamos trabajandootro obrero acotaba: “[E]l equipo pesado no está, está fuera de la seguridad industrial ¿Por qué? No tiene guiñadores, no tiene stop, no tiene extinguidor, no tiene triangulo, por último no tiene ni SOAT siquiera eses vehículos ¡andemos así!”[xi].

Las empresas chinas no se limitan a afectar el salario,  reduciéndolo por debajo de su valor, sino que además, mediante la precarización de las condiciones de trabajo, bajan los costos adicionales que implican  la gestión de fuerza de trabajo. Esto último, se expresa en actitudes de cosificación hacia los obreros bolivianos por parte de los encargados de área, los capataces y asesores jurídicos de las empresas chinas.

2. LA EXACERBACIÓN DE LA COSIFICACIÓN DEL OBRERO

El trato a los obreros como cosas, como máquinas, que se dedican a producir, se evidencia en diversos episodios en los que ellos son obligados a trabajar al margen de sus límites físicos:
 “[A] veces los trabajadores tienen algún accidente pero la empresa, el encargado el capataz […] no le da la gana, no te da permiso ni aunque se hayan accidentado, ni aunque esté saliendo, ni aunque te hayas partido el dedo, no te da permiso para que vayas a hacerte curar, o sea no son humanitarios”[xii]

Los capataces y encargados de área chinos, con el objetivo de aumentar la plusvalía (ganancia de la empresa) de sus empresas, llevan las   prácticas de explotación a extremos que desembocan en  la objetualización (en la transformación en cosas) de  obreros, uno de ellos  afirmaba en una entrevista: “[P]ara él [el capataz chino], no tiene nada [el obrero], si tienes que enfermarte tienes que enfermarte mañana cuando no haya trabajo…”[xiii]

En sus prácticas de gestión del  trabajo obrero, los  directivos  y  capataces  de las empresas chinas, reproducen con meridiana claridad, el carácter de mercancía que asume la fuerza de trabajo en la sociedad capitalista. El obrero, desde la representación patronal china, “trabaja y no protesta”, “no se enferma” y  “no necesita sindicato”; esto último, explica las acciones violentas de los capataces chinos, como la de tratar de atropellar con una pala a los obreros de la SINOHYDRO que protagonizaron un paro de actividades o los despidos por la negativa de los obreros a trabajar en condiciones que amenazan su vida.  Sin embargo, estas prácticas despertaron pronto la movilización de los obreros bolivianos, las notas de prensa respecto de las movilizaciones evidencian ello. En este sentido,  es importante  preguntarse: ¿Cuál es la orientación que tienen las luchas sindicales de los obreros que trabajan en las constructoras chinas?

3. LA ORIENTACIÓN DE LA LUCHA OBRERA.

Fotografía: http://www.lostiempos.com. 27/01/2016
Desde el inicio la lucha obrera ha estado presente, pero no  se hizo evidente   sino después de  un  tiempo de acumulación de descontento al interior de los sindicatos obreros. Como en el caso de VICSTAR, que durante los primeros meses de la construcción de los puentes, los obreros tuvieron que soportar las condiciones precarias de trabajo. Lo mismo pasó con los obreros de Sinohydro, que tuvieron varios acercamientos con los directivos de la empresa, antes del primer paro de producción en julio de 2015 y de los 4 posteriores paros protagonizados en octubre y noviembre de 2015 y enero de  este año.

Los episodios de paro  son  explicados por los obreros,  como una lucha “por el respeto a los derechos laborales…” o “a la ley laboral”. Algunos obreros  son    más específicos y nos dicen: “[E]stamos en paro porque a mis compañeros de trabajo los han despedido por reclamar lo justo, que eran sus derechos… trabajar con seguridad… así todo[xiv]

La lucha por lo justo o por sus derechos, no debe ser reducida a un reclamo por el cumplimiento de sus derechos fijados en la reglamentación laboral,  sino que la debemos comprender en torno a la situación concreta y la experiencia vivida de los obreros. En este entendido,  sus reivindicaciones no se reducían a una exigencia del cumplimiento de obligaciones laborales estipuladas por ley, sino que se expresaban una concepción moral de las obligaciones salariales y  las condiciones de trabajo, que para ellos, son aceptables.

Las prácticas de sobreexplotación y precarización de las condiciones de trabajo y las actitudes cosificadoras de los capataces y directivos chinos, eran vividas por los obreros como una situación de esclavitud: “[S]i llueve, llueve…igualito hay que trabajar para ellos no hay nada, cuando nosotros hemos trabajado en alguna empresa en tormentas se para [el trabajo]  en la empresa hasta que pare [la lluvia], y en los chinos sino quieres no!  Dale y dale, los bolivianos ya hemos salido de la esclavitud, del pongueaje, nos hemos librado de los españoles”[xv]

Las analogías con el “pongueaje” y “la esclavitud”, expresan la vivencia de un regreso a formas de violencia que recaen, en el sometimiento del cuerpo, a un trabajo que se vive,  principalmente,  como trabajo forzado por encima de sus límites físicos: “[U]n poquito los chinos tienen otra ideología, un poquito me ha hecho recordar la era española no!, así de patear no te patean”[xvi]

Las condiciones de sobreexplotación, las prácticas de cosificación y la vivencia obrera respecto de ellas, fueron los móviles de la lucha de los sindicatos obreros de la construcción. Por ejemplo, en VICSTAR los obreros aguantaban los bajos salarios y los descuentos en las horas de trabajo, todo ello por conseguir un certificado de trabajo en una empresa extranjera; pero en la medida en que las condiciones de trabajo se fueron tornando insoportables y el despotismo de las empresas chinas fue más evidente, los obreros vieron como única salida la movilización obrera. Lo mismo pasó en SINOHYDRO, la movilización obrera no se tornó efectiva sino después de que los mismos obreros no pudieron continuar soportando las condiciones cada vez más precarias de trabajo que además, en su vivencia,  reducían su condición de trabajador asalariado a la de esclavo.

La vivencia contenida de un sentido moral del trabajo, explica el rumbo de la lucha obrera, expresada en las justificaciones e interpretaciones acerca de los motivos de la movilización y de sus reivindicaciones:  
“[N]uestra marcha es porque... no entiendo como estas empresas hacen las cosas... en mi experiencia de trabajo con varias empresas en construcción de caminos... primera vez que no hay ni control de mantenimiento de las volquetas... peor aún de la seguridad para el trabajador, ni en la peor empresa... hasta en la peor [empresa] obligado tenían que asegurar al trabajador... aquí no les interesa o no sé qué quieren estos chinos o están esperando que uno de nosotros muera... entonces, en contra de todas esas cosas que van en contra de nuestro... de las leyes… y de nuestro salud… […] todo eso que no podemos seguir tolerando… no somos esclavos… nos traten como esclavos… somos trabajadores…”

En las movilizaciones obreras contra las empresas chinas, se expresaba un sentido moral acerca del trabajo, que se concretizaba en el respecto a la ley laboral. La lucha sindical, entendida por los obreros, era por defender la medida histórico- social del salario, que las empresas chinas buscaban modificar mediante la sobreexplotación de los obreros, con miras al  abaratamiento de la fuerza de trabajo. Esta concepción moral de la medida histórico-social, contempla, además  las condiciones mínimas de trabajo, que los obreros consideran aceptables,  frente a las empresas chinas que llevan las condiciones de trabajo a un estado continuo de riesgo laboral en el que se pone en juego la vida de los obreros.

4. LA SOBREEXPLOTACIÓN OBRERA DENTRO DEL  RÉGIMEN DEL MAS

Si bien, como dijimos,  la presencia de empresas chinas no es nueva en Bolivia, los conflictos abiertos contra estas empresas se   dieron  en estos dos últimos años, cuando la presencia de estas empresas creció significativamente. Esta conflictividad sindical, sucede en el marco de dos hechos. El primero,  referido a los ciclos de acumulación de capital, desde el 2012 la economía china empezó a desacelerarse y con ello cambió el comportamiento de los patrones chinos y el gobierno R.P.Ch. Si bien el gobierno chino había aprobado una reforma laboral (que elevaba el salario, fijaba una jornada laboral y aprobaba diversos beneficios sociales para los obreros chinos) el año 2008, para bajar la conflictividad laboral en una época de auge; la situación actual, de desaceleración de la economía, ha obligado al gobierno y al empresariado privado (sus principales socios), a evadir las obligaciones laborales en busca de ahorrar costos[xvii], al punto que estas prácticas se volvieron más recurrentes en los ramos de la minería y de la construcción[xviii]
Esta misma política de ahorro de costos de las empresas chinas, se ha puesto en práctica en diferentes países latinoamericanos, lo que nos remite al segundo hecho al que nos queremos referir,  los cada vez más estrechos lazos de subordinación de la economía boliviana al imperialismo chino, concretizados en una dependencia al crédito otorgado por R.P.Ch.,  para llevar adelante megaproyectos de construcción de infraestructura, que además sirven de campaña política para el gobierno. Eso explica la paciencia con la que el gobierno del MAS ha presenciado la lucha obrera contra las empresas chinas que, sintiéndose protegidas por los acuerdos económicos entre los dos países, hizo caso omiso de las sanciones y advertencias del ministerio de trabajo.

En este contexto,  la lucha obrera para que se respete el valor histórico social del salario y las condiciones de trabajo, contra las prácticas de sobreexplotación que degradan (desde la visión del obrero) el estatuto del  trabajador al de esclavo, se da en un contexto de recesión en que el gobierno chino busca que sus empresas estatales, privada y mixtas, extraigan más plusvalía y saquen factura a los créditos concedidos al Estado Boliviano, de suerte, que los créditos chinos se conviertan en una vía de acumulación para el imperialismo chino. Sin duda,  la lucha de los obreros de la construcción fue significativa en tanto frenó coyunturalmente,  las intenciones de implantar un régimen de sobreexplotación cada vez más brutal; pero no es suficiente, es necesario que la unidad y la lucha obrera se dirija al  núcleo de este problema, que está en la alianza neocolonial que el gobierno del MAS trata de consolidar con el imperialismo chino, como forma de sostén a su régimen y a la formación de una nueva burguesía “andino amazónica”, mediante la entrega los recursos naturales y de los proyectos de construcción a las empresas chinas.





[i]Más de 300 trabajadores de la hidroeléctrica San José en paro. Publicado en: http://eju.tv, el 13 de enero de 2016.

[ii] Dato extraído de una entrevista a un dirigente del sindicato de trabajadores VICSTAR
[iii] Jenkins, Rhys (2015) “La expansión global de China y su impacto en América Latina” en Mantilla Sebastián (Ed.), La Expansión de China en América Latina. Quito: -Centro Latinoamericano de Estudios Políticos (CELAEP)
[iv] Ídem.
[v] Harvey, David (2007) Breve historia del neoliberalismo. Madrid: Akal
[vi] Rodríguez Mario (2011) Situación de los derechos laborales en China: implicaciones políticas y económicas. Visto en: http://www.fundacionalternativas.org/, última visita el 15 de abril de 2016.
[vii] Ídem.
[viii] Entendemos por sobreexplotación,  la extracción de trabajo del obrero mediante la reducción del salario por debajo del valor necesario para reproducción de su fuerza de trabajo, sobre este concepto ver: Marx, Carlos. El Capital. Tomo I, vol. 1. 13ª edición. México D. F.: Siglo XXI Editores, 1985  
[ix] Extracto de una entrevista a un obrero de la empresa Vicstar.
[x] Extracto de una entrevista a un obrero de la empresa Sinohydro.
[xi] Ídem.
[xii] Extracto de una entrevista a un obrero de la empresa Vicstar
[xiii] Extracto de una entrevista a un obrero de la empresa Sinohydro
[xiv] Ídem.
[xv] Extracto de una entrevista a un obrero de la empresa Sinohydro.
[xvi] Ídem.
[xvii] Otra interpretación de la crisis china. Publicado en: http://www.corrienteroja.net, el 28 de agosto de 2015.
[xviii] Rodríguez Mario (2011) Situación de los derechos laborales en China: implicaciones políticas y económicas. Visto en: http://www.fundacionalternativas.org/, última visita el 15 de abril de 2016.

jueves, 14 de enero de 2016

El trasfondo de la política tributaria durante el “Proceso de Cambio”



Mauricio Oscar Piejko Patiño


Fotografía: hhttp://correodelsur.com/. 25/08/2015
Nos encontramos en medio de una recesión económica mundial que se generó al interior de las economías de Europa y Norte América para, posteriormente, afectar a las economías de Asia y  América Latina. Al menos, durante los últimos dos años, esta dinámica del capitalismo mundial ha resultado en una continua caída de los precios internacionales de las materias primas en general. Para Bolivia, esta caída en los precios internacionales significa, después de casi una década de altos precios y de “bonanza económica”, una importante reducción del excedente  económico absorbido desde el Estado (por concepto de Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y rentas petroleras). Conscientes de las consecuencias de la recesión mundial de la economía, los altos mandatarios del Estado boliviano, adoptaron una política de endeudamiento interno y mayor presión tributaria que les permita financiar y controlar (a nivel interno) los efectos de la crisis mundial del capitalismo, al tiempo de garantizar la reproducción del Estado Plurinacional de Bolivia, bajo el eslogan y proyecto político del “Proceso de Cambio”.

En este sentido, la actual coyuntura nos motiva a realizar un breve análisis sobre el contenido de la política tributaria emprendida durante la gestión de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS). Para dicho propósito,  en primer lugar, examinaremos las principales fuentes e instrumentos de recaudación tributaria en el marco de las políticas del “Proceso de Cambio”; para posteriormente,  reflexionar sobre la relación de crecimiento real que ha existido durante la última década,  entre la deuda tributaria y los salarios de los trabajadores. Por último, reflexionaremos sobre la finalidad y contenido de la redistribución los recursos tributarios recaudados por el Estado Plurinacional de Bolivia, a través de un análisis del gasto público  efectuado por el gobierno en general.

1. LOS TRABAJADORES COMO SOSTÉN ECONÓMICO DEL “ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA”

Uno de los principales rasgos que caracterizan a las sociedades capitalistas es que la base económica de la reproducción del Estado esta  sujeta a la capacidad que tengan las autoridades públicas para extraer excedentes económicos, bajo la forma de impuestos y tributos, del contingente de laboriosos de la población (Sweezy, 1987[i]; Goigh, 1992[ii]). En el gráfico 1, se puede apreciar que la evolución de los montos tributarios recaudados por el Gobierno durante la última década, siguieron una tendencia creciente, principalmente, aquellos impuestos que son dirigidos a los trabajadores asalariados y no asalariados (IVA y RC-IVA). Por su parte, los impuestos (en términos absolutos) que se dirigen a las utilidades de los empresarios -propietarios de los medios de producción, son menores  al monto absoluto tributado por los trabajadores. Sin embargo, cabe destacar que el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) también juega un papel relevante (en un contexto de precios elevados),  pero no por ello más importante que las contribuciones tributarias de los trabajadores.

GRÁFICO 1.BOLIVIA: RECAUDACIONES TRIBUTARIAS SEGÚN PRINCIPALES IMPUESTOS  (EXPRESADO EN MILES DE BOLIVIANOS)[iii]



Esto significa que es la población trabajadora, a través de una carga tributaria directa a su consumo e indirecta a sus salarios, el principal sostén económico del aparato estatal en la última década. Los datos muestran que la política tributaria del gobierno del MAS no es neutral, ha seguido un endurecimiento fundamentalmente sobre la clase trabajadora y una flexibilización sobre las ganancias de las firmas. De este modo, la política tributaria del “proceso de cambio” se limita a extraer recursos sobre la plusvalía de las firmas capitalistas, denotando una lógica de Estado que impulsa procesos de acumulación de ganancia concentrada en las clases económicamente dominantes (Sweezy, 1987; Goigh, 1992).

Como un primer elemento, identificamos que la política tributaria de recaudación no es neutral y mucho menos equitativa respecto a  echar mano sobre las ganancias de los empresarios. La evolución de la recaudación tributaria evidencia que nos encontramos frente a un Estado que administra el capitalismo, que busca hábilmente nuevos instrumentos y mecanismos[iv], para garantizar económicamente la reproducción de un régimen y  proyecto político, que notoriamente favorece al capital, en concreto, a las clases económicamente dominantes del país.

2. CRECE MÁS LA DEUDA TRIBUTARIA QUE LOS SALARIOS

Ahora, cabe reflexionar un segundo elemento que se presenta implícito, pero que guarda una estrecha relación con contenido de la política tributaria del gobierno del MAS. En el gráfico 2, se evidencia la evolución y el crecimiento nominal de la deuda tributaria con mantención de valor UFV[v], en relación al crecimiento del salario nominal de un trabajador asalariado promedio. Observamos que, desde diciembre 2007 hasta marzo de 2015, la elevación de la deuda tributaria siempre fue mayor al crecimiento nominal del salario medio de los trabajadores, es más, se constata que durante los procesos inflacionarios (inflación del 2008) se acrecienta la brecha  entre  la deuda tributaria y los salarios, mientras que en periodos de reducida inflación  tiende a achicarse.


GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN NOMINAL DE LA DEUDA TRIBUTARIA RC-IVA Y DEL SALARIO MEDIO DE UN  TRABAJADOR ASALARIADO
(EXPRESADO EN BOLIVIANOS)[vi]


Pero ¿Qué implica la política de actualización del valor tributario  en base a la UFV? Al asumir la metodología de la  UFV,  el gobierno fija la  la deuda tributaria[vii] al margen del poder de compra real que tienen los trabajadores y las trabajadoras con su salario e ingresos. Es por ello que la información obtenida, muestra que los impuestos crecen a un ritmo más elevado que los salarios que reciben los trabajadores. En consecuencia,  esta metodología de actualización de valor tributario, que surge con el neoliberalismo (ADN) y que se sigue reproduciendo con el gobierno del MAS, es la fiel expresión de la necesidad del Estado de extraer progresivamente más ingresos del trabajo de los asalariados y hacerse de recursos que garanticen la estabilidad  del aparato estatal  en periodos de crisis (inflación).

Partiendo del enfoque que analiza al Estado en cuanto administrador del capitalismo, podemos afirmar que el gobierno del MAS busca controlar los procesos de crisis a partir de la extracción más intensa de recursos económicos de los trabajadores y las trabajadoras (Alvater, 1976)[viii], esto es, cargar el costo de la crisis sobre la espalda de los trabajadores,   para generar condiciones de estabilidad macroeconómica que promuevan la competencia y la inversión. En este sentido, el actual gobierno focaliza la presión tributaria sobre el ingreso de los trabajadores  asalariados, más que sobre las ganancias del empresario capitalista.

3. ¿CUÁL ES EL DESTINO Y FINALIDAD DE LOS RECURSOS TRIBUTADOS?

Todos los elementos analizados hasta el momento, llevan a plantearnos un último elemento, para entender el trasfondo de la política tributaria durante el “proceso de cambio”.  Nos referimos, a la orientación de los gastos públicos efectuados por el gobierno del MAS. Como vimos, la política tributaria  del gobierno se dirigió principalmente, a extraer de manera progresiva mayores recursos económicos de los trabajadores, también se observó que, en periodos de crisis, esta tendencia crece aún más. Sin embargo, la identificación del contenido de su política tributaria, no puede ser respondida sin antes identificar la finalidad y el uso que el gobierno del MAS le da a los recursos recaudados con los impuestos.

En el gráfico 3, se aprecia los principales gastos corrientes que efectúa el gobierno  general durante los últimos quince años. En el gráfico se observa que el gasto público efectuado por el MAS, creció de forma  significativa en relación al gasto de los gobiernos del periodo neoliberal (2000-2005). No obstante, este mayor gasto se manifiesta  en un significativo crecimiento en los montos destinados a  remuneraciones y salarios de  funcionarios y empleados públicos, esto no significa que los obreros y empleados de servicios públicos tengan mejores salarios y remuneraciones[ix], sino que este crecimiento se debe a la ampliación de la burocracia estatal parasitaria, cuya existencia se explica por el papel que desempeñan como sujetos que reproducen la estructura de poder al interior del Estado (Piva, 2012)[x]. Por ejemplo,  los 120 ítems fantasmas ediles encontrados en la alcaldía del Alto[xi], o bien la creación de oficinas extraordinarias del UNASUR para el control del narcotráfico[xii], son la clara representación de  funcionarios excedentarios en el Estado Plurinacional, que no tienen una relevancia funcional para los servicios públicos, pero sí, para la reproducción del poder en las instancias de gobierno como afiliados del partido. En definitiva, este crecimiento de la  burocracia estatal en Bolivia manifiesta una continua introducción de agentes en el Estado, que se nutren y alimentan a  expensas  de los impuestos que pagan los trabajadores; poniendo en evidencia, lo que  Marx (1978)[xiii] denominaba como “el carácter parasitario del Estado”.


GRAFICO 3 BOLIVIA: EVOLUCIÓN DE LOS PRINCIPALES GASTOS CORRIENTES DEL GOBIERNO GENERAL, 2000-2014.
(EXPRESADO EN MILES DE BOLIVIANOS)[xiv]



Por otro lado, desde el 2007, también se evidencia un importante crecimiento del gasto público (transferencias) en políticas rentistas y asistenciales; dentro de estas políticas,  tenemos el Bono Juancito Pinto, el Bono Juana Azurduy, la Renta Dignidad, etc. Desde el punto de vista del gobierno, estas políticas son el resultado de un proceso de cambio en la redistribución de los ingresos, una redistribución que beneficiaría a los sectores populares vulnerables y deprimidos de la sociedad, y no así a los sectores sociales económicamente poderosos. Sin embargo, más allá de estos magnificentes discursos populistas de transformación social, la política de rentas y bonos del “proceso de cambio” se centra en neutralizar las contradicciones sociales con compensaciones monetarias directas, sin trastocar el problema estructural de las desigualdades socio-económicas inherentes a una sociedad regida por  los intereses de acumulación los grandes capitalistas.  En última instancia, este cuantioso gasto en rentas y bonos, busca  adormecer con dinero y “regalos del Evo” (como manifiesta Álvaro García Lineras en las entrega de obras y bonos en las comunidades indígenas y campesinas, aduciendo que son regalos del presidente) a las clases subalternas, que por su condición social rezagada, son potencial caldo de cultivo de conflictos sociales, que pondrían en jaque la estabilidad política que requieren el gobierno y los patrones capitalistas. Cabe destacar,  que estas políticas de bonificación constituyeron, durante estos últimos años, un mecanismo políticamente eficiente, para  generar adeptos y simpatizantes en los procesos electorales. 

Finalmente, otro gasto que “casualmente” se encubre en todas las bases de datos oficiales del gobierno, pero que ha tomado mucha relevancia  en términos de la política pública del “proceso de cambio”, es la inversión en la militarización del Estado. Tomando como referencia,  algunos datos del Banco Mundial[xv], observamos que el gasto militar en Bolivia pasó de 2.493.millones de bolivianos el año 2011, a 3.192 millones de bolivianos el año 2014, es decir, que el flujo de gasto público en militarización creció en más del 25% en tan solo tres años. Este importante crecimiento en los gastos de militarización, en el fondo, nos muestra que el gobierno del MAS se encuentra en la tarea de fortalecer la fuerza represiva del poder estatal, esto significa, endurecer  la columna vertebral de una estructura social que reproduce una división entre clases dominantes y clases dominadas. Así, si en un futuro periodo, se da una  progresiva efervescencia de las contradicciones sociales, el gobierno procurará asegurar el “orden” con un aparato militar más fortalecido [xvi] que mitigue a las fuerzas políticas emergentes que  atenten contra el régimen del “Proceso de cambio” y su contenido capitalista.

4. CONSIDERACIONES FINALES 

En definitiva, vemos que la actual dinámica del capitalismo mundial exige al gobierno del MAS endurecer la política tributaria, empero no de forma neutral y “proporcionalmente equitativa”, sino  en desmedro de la clase trabajadora. Los datos nos revelaron que en la última década, los/as trabajadores/as (asalariados y no asalariados) fueron el principal sostén económico  del “Estado Plurinacional de Bolivia”, pues las fuentes e instrumentos de mayor recaudación tributaria  son el IVA y el RC-IVA (dirigidas principalmente al consumo e ingreso de los/as trabajador/as). Asimismo,  la reducción a tres salarios mínimos nacionales como parámetros de cálculo para el pago del RC-IVA, y la implementación de un nuevo sistema informático de tributación, son algunas de las medidas de endurecimiento tributario que implementará el gobierno del MAS  sobre los trabajadores, para garantizar recursos económicos en un contexto de bajos precios internacionales de los hidrocarburos. En este sentido, se torna elocuente, también  que, en la última década,  los salarios de los trabajadores en general, crecieran a un menor ritmo que la deuda tributaria, y que la brecha entre ambos,  se acreciente en periodos de inflación y de crisis.

Todos los elementos expuestos revelan que el trasfondo de la política tributaria durante el “proceso de cambio” consistió en el perfeccionamiento del Estado capitalista  como  extractor de mayores excedentes del trabajo, que formalmente se presentan   como impuesto a los salarios, al consumo  y a las ganancias de las empresas. El Estado Plurinacional de Bolivia es un Aparato de dominación reformado a la necesidad de absorción de excedente del trabajo que requiere el gobierno del MAS para su proyecto político, pues, por una parte, con una política tributaria restringida para el empresariado, promueve procesos de acumulación de ganancia capitalista; y por otra, con mayores impuestos al consumo y al salario, carga sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras –con mayor énfasis en periodos de crisis y de inestabilidad económica-, la reproducción material del poder estatal. Con ello se crean las condiciones económicas que  garantizan un cierto grado de estabilidad política del régimen al mismo tiempo que  se fortalecen las instancias represivas del Estado, mediante el crecimiento de la burocracia  y del aparto militar.

           Las recurrentes expresiones  del gobierno, que hacen referencia a la transformación  histórica de un Estado capitalista-neoliberal, hacia un "Estado Plurinacional y socialista, que promueve el interés de los pobres y los marginados", son tan solo discursos abstractos alejados de la realidad. Como evidenciamos, de ningún modo, el “proceso de cambio” ha significado una modificación de la lógica de reproducción del Estado, ya presente en los gobiernos  neoliberales. El contenido de clase de las políticas públicas es el mismo, pero ahora se encubren detrás de un discurso abstracto de socialismo  que busca  adormecer a las clases subalternas de la sociedad, y que en los hechos, sigue reproduciendo con sus políticas, las desigualdades socioeconómicas congénitas  a una sociedad regida por  los intereses de la burguesía nacional y la burguesía imperialista.

NOTAS.


[i] Sweezy, P.M. (1987) Teoría del Desarrollo Capitalista. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
[ii] Gough, I. (1992) Economía política del Estado del Bienestar. Madrid.
[iii] Elaboración propia, en base a datos de la Unidad de Análisis de Política Social y Económica (UDAPE)
[iv]Una clara ilustración de esto, es el Decreto Supremo 2421 aprobado el 19 de agosto, que establece que a partir del 1 de enero del 2016, todos los trabajadores y trabajadoras que ganen por encima de tres salarios mínimos nacionales estarán sujetos a tributar el RC-IVA, ampliándose de este modo, los montos tributarios y la base de trabajadores asalariados contribuyentes al Estado. Complementaria a esta disposición el Impuesto Nacional afirmo la implementación a partir del 2016 un nuevo sistema de tributación, que implica la adecuación informática de la declaraciones tributarias de tal modo se amplié la base de contribuyentes y se mejore la fiscalización de los montos adeudados al fisco. 
Ver artículos relacionados:
[v]Creada durante el gobierno del ADN, por el Decreto Supremo 26390 del 8 de noviembre de 2001 y vigente desde el 7 de diciembre del mismo año. El objetivo es el mantener el valor  del financiamiento de viviendas y todos los “actos jurídicos” (obligaciones tributarias, entre estas) que requieran mantener el valor del boliviano de acuerdo a los procesos inflacionarios. A partir de esta determinación gubernamental, es que surge la metodología de actualización de valor de la deuda tributaria (multas por retraso).
[vi] Elaboración propia, en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Banco Central de Bolivia (BCB).
* La evolución del salario medio nominal  se obtuvo  del  Instituto Nacional de Estadística (INE).
** La evolución de la deuda tributaria se realizó a partir de las cifras diarias de UFV publicadas en el Banco Central de Bolivia (BCB) y la fórmula de mantenimiento de valor de la deuda tributaria: VA(t)= VA(i) *  [UFV(t)/UFV(i)]
Donde: VA(t): Es el valor actualizado al periodo t
VA(i): Es el valor inicial de la deuda tributaria que corresponde a al mes de diciembre de 2007.
UFV(t): Corresponde al valor de la UFV para el periodo t
UFV(i): Corresponde al valor inicial de la UFV, que representa al mes de diciembre de 2007. UFV= 1,28835
Nota: El monto inicial de deuda tributaria de 2.452 bolivianos ha sido fijado hipotéticamente con propósitos comparativos  con el salario medio nominal (mismo punto de inicio). No representa el monto o deuda tributaria que paga un trabajador asalariado promedio.

[viii] Alvater, E. (1976) Estado y capitalismo. Cuadernos Políticos, número 9. México, D.F.: Editorial Era.
[ix] Existe una diversidad de estudios: “El nuevo mundo del Trabajo” realizado por Carla Azcarruns, Víctor Hugo Calisaya, Eliana Quiñones y Gabriel Rodríguez, el año 2014; “Más asalariados, menos salario” efectuado por el CEDLA el año 2010; entre otros, que afirman la existencia de procesos de precarización laboral en trabajadores y obreros del sector público durante el gobierno del MAS.
[x] Piva, A. (2012) Burocracia y teoría marxista del Estado. Revista sociológica de pensamiento crítico, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires.
[xiii] Marx, C. (1978) El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Ediciones en Lenguas Extranjeras.
[xiv] Elaboración propia, en base a datos de la Unidad de Análisis de Política Social y Económica (UDAPE)
[xvi] Lenin, V.I.U. (1976) El Estado y la revolución.  Moscú: Editorial Progreso.