El presente articulo de T. Aillon y Luis F. Castro fue publicado en el onceavo numero de la Revista Latinoamericana de Antropologia del Trabajo. Se puede acceder a la revista completa en el sguiente link: http://www.ceil-conicet.gov.ar/ojs/index.php/lat/issue/view/36
miércoles, 25 de agosto de 2021
viernes, 30 de abril de 2021
Los trabajadores frente al uso capitalista de la cuarta revolución tecnológica
Tania
Aillón Gómez
“La creencia en la
omnipotencia de la tecnología es la forma específica de la ideología burguesa
en el capitalismo tardío” (Mandel,1979).
La
pandemia ha sido la ocasión para que los recursos de la cuarta revolución
tecnológica se expandan por diversos espacios de la vida laboral, con la
intención de revertir la abrupta caída de la tasa de ganancia, bajo el
imperativo de “fuerza mayor”. En este artículo, dedicado a conmemorar la lucha
de los trabajadores contra la explotación y la opresión capitalistas, queremos
reflexionar, sobre estas trasformaciones y su significado para esta lucha.
1. EL USO CAPITALISTA DE LA DIGITALIZACIÓN:
SU IMPACTO EN EL TRABAJO Y EL EMPLEO
![]() |
Fotografía: https://elportaluco.com, 13/08/2019 |
El primer resultado de la reorganización de los procesos de trabajo, fue el ensanchamiento del ejercito industrial de reserva, que, en los países periféricos, como los de Latinoamérica, resultó en el incremento del desempleo con tasas que alcanzan hasta el 11,5% y en el consecuente aumento del sector denominado informal, que ya en 2019, generaba el 54% del empleo en los países de la región[iii]. En los países centrales, el aumento del paro es resaltado por la oficina de estadística de la Unión Europea (UE), la que estima, que 15.663 millones de hombres y mujeres en la UE estaban desempleados para enero de 2021, de los cuales, 13.282 millones pertenecían a la zona euro, por lo que, en comparación con enero de 2020, el desempleo había aumentado en 1.465 millones en la UE y en 1.010 millones en la zona del euro[iv]; mientras que las empresas de plataforma concentraban la riqueza producida. De acuerdo a datos de la ONU, de los 52.000 millones de dólares en ganancias que generaron estas plataformas en 2019, la mayor parte se concentra en dos países como Estados Unidos y China[v].
Mandel
(1979) afirmaba que el capitalismo tardío[vi],
con todas las características combinadas de la tercera revolución tecnológica,
había intensificado las contradicciones del modo de producción
capitalista; consideramos que la cuarta revolución tecnológica, como continuación
de la tercera, no ha hecho más que
profundizar estas contradicciones, que se muestran en las condiciones de empleo
y de trabajo ofertadas por el
“capitalismo de plataforma”. Estas
condiciones sacan a relucir, el carácter
contradictorio del proceso de automatización capitalista; una automatización
que; potencialmente, podría liberar a la humanidad de la obligación de trabajar
para subsistir, o al menos de realizar un trabajo mecánico, forzado y enajenante; pero los patrones la convierten en una
amenaza; sin precedentes, para la estabilidad y generación de empleo; con
mercados virtuales sin protección social, sin contrato laboral, en los que se mistifica la
relación de sujeción del trabajo al capital, con la denominación a los
obreros de “colaboradores
independientes”.
La organización digital del
proceso de trabajo, torna difusos los límites de la jornada laboral, tanto en
términos de extensión como de intensidad. Una característica de esta forma de organización
del trabajo, es que el costo de los “tiempos muertos”, contra los que lucharon
los patrones, mediante la introducción del cronómetro, la cadena de montaje o
el management participativo, es ahora asumido por los trabajadores de
las plataformas (los “trabajadores
del clic “o “proletariado digital”) imbricados en el denominado “ digital
labor”[vii],
cuyos rasgos organizativos más generales, están asociados a una jornada laboral
configurada por la dinámica de la demanda; con medios propios para la realización del
servicio (medio de transporte, teléfono móvil, computadores, internet, etc.) y
con el domicilio como centro de operaciones; son trabajadores vinculados a
plataformas digitales de propiedad de un empresario, que actúa como mediador[viii]; trabajadores que subordinan su
tiempo de trabajo a la “disponibilidad digital”, en espera de una nueva orden o
un nuevo pedido, habida cuenta que sus “ingresos”; más propiamente, sus
salarios a destajo, dependen del número de entregas o de tareas que realicen.
El
control del trabajo
prestado se realiza con algoritmos que funcionan a través un sistema de
ranking, que pondera cada uno de los ítems, con los que se califica la
confiabilidad, la disponibilidad y la rapidez del trabajador; para sancionarlo o premiarlo. Paradójicamente, la
posibilidad liberadora de la digitalización de los procesos de trabajo,
convierte a los algoritmos en nueva fuente de sujeción de los trabajadores a
los requerimientos patronales. Este control técnico de la empresa (cuya función es la de administrar
la información que contiene sobre los proveedores y clientes) dificulta la lucha de los
trabajadores; al menos en dos sentidos: individualiza al extremo el control:
porque debilita la posibilidad de un reclamo colectivo y porque hace ver que la tecnología y no una persona,
es la responsable automática de las calificaciones, sanciones y asignaciones (despersonalización
del control), desviando la presión de los reclamos, a una dimensión tecnológica
inapelable. Parecería que la
dominación clasista tradicional dejó lugar a la dominación anónima de la
tecnología, que, según la ideología burguesa, estaría construyendo una sociedad
neutral entre los grupos o las clases; una sociedad organizada sobre principios
técnicos[ix].
Mediante esta forma de gestión de la fuerza de trabajo, se subcontrata
una multitud de trabajadores a nivel mundial, cuya fluctuación alcanza niveles
deletéreos, en base a una división del trabajo que toma el trabajo, tradicionalmente
realizado por un trabajador, y lo fragmenta en micro tareas online, para que
sean cumplidas con la mediación de las plataformas, como la Mechanical Turk
de Amazon. Un trabajo que ocuparía 20 años a un
asalariado equipado de un ordenador, un año entero a 20 asalariados en CDD
[contrato de duración determinada] o seis meses a 40 becarios, puede realizarse
de forma mucho más rápida y barata gracias a la diáspora de las tareas, como
hace el servicio de Amazon[x]. Es una forma de división del trabajo, que, con la digitalización,
distribuye tareas a escala planetaria de forma instantánea, pero que, sin
embargo, paradójicamente, se asimila en su forma, al trabajo a domicilio de
inicios de la industrialización[xi]. Esta organización del trabajo vuelve a ser un
testimonio de que las posibilidades liberadoras de la automatización, son
convertidas en el capitalismo, en su
contrario, en la
pauperización material, intelectual y moral de masas cada vez más amplias de
trabajadores, que resulta de dos procesos: la creciente expulsión de fuerza de
trabajo por la implementación capitalista de la cuarta revolución tecnológica,
aparejada a las dificultades de valorización que enfrenta el capital a medida
que se expande la automatización. De forma que el “trabajador de las
plataformas” se encuentra aplastado entre las proclamaciones de independencia
que brinda la automatización de los procesos de trabajo y las relaciones
sociales de producción que lo exponen a bajas o inexistentes remuneraciones, a
ritmos y a finalidades hetero determinadas, y a una separación cada vez más
amplia entre su gesto productivo y el resultado de éste[xii].
2.
LA CUARTA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA ATRAVESADA POR LAS CONTRADICCIONES
CAPITALISTAS
![]() |
Fotografía: https://www.losandes.com.ar/, 19/02/2021 |
En última instancia, la
contradicción entre la racionalidad parcial y la irracionalidad general del
capitalismo (la creciente desocupación e incertidumbre) saca a relucir que la
fuente de valorización de capital(la extrema
fragmentación de las tareas a nivel mundial) choca, no solo con la realización
optima de hombres y mujeres, sino con las posibilidades de su subsistencia,
repartiendo incertidumbre y desesperación a medida que se ahonda la fluctuación
de los trabajadores entre el empleo y el desempleo. Como
nunca antes en esta etapa del capitalismo tardío, los medios de trabajo (las plataformas) con
sus algoritmos, se enfrentan a los trabajadores como algo ajeno, hostil y separado
de ellos; un algo abstracto y
misterioso, que los mide, premia o censura; una instancia técnica, que como
indicaba Marx(1989)[xiv],
se convierte en una forma de socialización objetiva del trabajo,
tan opresiva para el trabajador, debido
a que éste participa de forma atomizada,
de un proceso de producción en el que su
propia fuerza productiva se convierte en una cosa separada, en un ente ajeno
y preexistente[xv].
En el caso del “capitalismo digital”, los trabajadores carecen de todo control
sobre la información o administración de las plataformas, para organizar la
prestación del servicio; una situación reconocida como el “despotismo de los
algoritmos”[xvi].
3. LAS CONDICIONES MATERIALES PARA LA FORMACIÓN DE UN
PROLETARIADO MUNDIAL
![]() |
Fotografía: ttps://www.federacionanarquista.net, 20/02/2021 |
De suerte que en la última década, se abrió paso, entre el proletariado digital, la discusión acerca de estrategias organizativas de lucha en contra de las condiciones de explotación en que trabaja; un proletariado que está abocado al intercambio de información de distintas latitudes, con el fin de planificar un apoyo mutuo y estrategias comunes de lucha; es el caso de los trabajadores de Amazon en Poznan y Wroclaw en Polonia (2015) o de los paros generales de carácter internacional, que en el curso de la pandemia llevaron adelante los trabajadores de las plataformas “Glovers”, “Rappi” y “Pedidos Ya”, exigiendo un aumento salarial del 100 por ciento" y denunciando la precariedad laboral agravada por la crisis sanitaria . Se trató de una movilización respaldada por Glovers Unidos Argentina, la Asociación de Trabajadores de Reparto (ATR), Glovers Unidos España, Glovers Ecuador, Glovers Costa Rica, Glovers Elite de Guatemala; todos organizados en un “Frente Único Internacional” (2020). En Bolivia los trabajadores de “Pedidos Ya”, realizaron paros, cuando en plena pandemia, los patrones anunciaron la reducción de sus salarios por el servicio de delivery; un reajuste que no consideraba los costos de prestación del servicio, que corren a cuenta de los trabajadores (costos de gasolina, pago de impuestos emisión de facturas, etc.), en situación de pandemia, con el agravante de que la empresa no dio barbijos ni otros implementos de bioseguridad, para el desempeño del trabajo. Son luchas en las que los trabajadores van adquiriendo experiencia, tanto con sus fracasos como con sus éxitos, uno de los cuales cabe resaltar: el fallo de la justicia, a favor de un grupo de trabajadores que fueron “bloqueados” por la aplicación de “Rappi” en Argentina, en noviembre de 2020. La sentencia ordenó el cese de las prácticas antisindicales y determinó un plazo de 24 horas para que la empresa cumpla con la disposición. En la medida en que el “bloqueo” fue considerado como un despido antisindical; se trató de un reconocimiento de la relación laboral, al ordenar la reinstalación de los trabajadores en la plataforma, negando el criterio patronal, de que se trataría de “colaboradores independientes”. De cómo se asimilen estas experiencias de lucha, dependerá que las condiciones objetivas producidas por las contradicciones del capitalismo tardío, en la era de la cuarta revolución tecnológica, faciliten la formación de una clase trabajadora a nivel mundial, en los términos establecidos por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista. Una clase trabajadora cuyas posibilidades organizativas se ensanchan, con el uso de la digitalización, que facilita una coordinación de acciones a nivel mundial y en tiempo real, atravesando fronteras de tiempo y espacio.
CONSIDERACIONES FINALES
Se observa que la contradicción entre la creciente socialización del trabajo y la apropiación privada, en la era de la cuarta revolución tecnológica, adquiere niveles explosivos que sacan a la luz la irracionalidad general del capitalismo tardío, que se manifiesta en la expansión sin precedentes del desempleo, el subempleo y la precariedad, pero también, en la explotación irracional de las fuentes naturales del trabajo, cuyas consecuencias, como la pandemia, desatada por el COVID-19, han puesto en peligro, no solo la forma existente de sociedad , sino a toda la civilización humana.
Es
evidente que en un periodo de progresiva contradicción, entre las fuerzas
productivas y las relaciones sociales de producción, no se puede esperar que
sean las innovaciones tecnológicas o los descubrimientos científicos, antes de
que las relaciones sociales de producción se transformen, los que eliminen esta
contradicción, que ha puesto en peligro
la vida humana en el planeta; es
decir, antes de que la apropiación privada de la riqueza producida por el
trabajo, de paso a una forma de organización de la producción y distribución de
la riqueza, que corresponda con las grandes posibilidades, para una vida más plena y humana, que abre el
desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas. Esta es la tarea que tienen los trabajadores
del mundo entero y sus aliados, una tarea que en lugar de verse lejana y
utópica, parece estar tocando a la puerta (por los efectos del uso capitalista
de la cuarta revolución tecnológica), para superar esa oposición objetiva en el
capitalismo, de la que nos hablaba Mandel (1979): entre la racionalidad parcial
(la búsqueda de ganancia de cada caótañosta) y la irracionalidad general (la
generación de desocupación, hambre y muerte).
[i] El modelo de acumulación
que encarna Google y facebook, Apple y microsoft, Siemens y General Electric,
Uber, AirBnb se ha generalizado en el contexto de la pandemia, y ha permitido
verificar que los datos y las plataformas realizan una serie de funciones
capitalistas claves como la capacidad para impulsar la deslocalización y la
precarización e la fuerza de trabajo. Ver: (Kohen,2020).
[ii] Osganizacion Internacional
del Trabajo (2021) Perspectivas Sociales y del Empleo en el
Mundo: El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del
trabajo. Visto en: https://www.ilo.org/,
última vista el 29 de abril de 2021.
[iii] CEPAL/OIT (mayo 2020) “El
Trabajo en tiempo de pandemia, desafíos frente a la enfermedad por coronavirus
(COVID-19)”, coyuntura laboral, No 22. Visto en: https://www.cepal.org/, última
vista el 29 de abril de 2021.
[iv]España sigue liderando el
paro en la UE con un desempleo juvenil que casi dobla al resto de países, según
Eurostat. Publicado en: https://www.rtve.es/,
el 04 de marzo de 2021
[v] El boom del empleo en las
plataformas digitales genera tantas oportunidades laborales como desafíos.
Publicado en: https://news.un.org/, el 23 de
febrero de 2021.
[vi] Mandel con el concepto de
capitalismo tardío diferencia una era del capitalismo que se abre después de la
segunda guerra mundial, luego del fracaso de una revolución socialista mundial.
Es la era cuando el capitalismo muestra características decadentes, con más
claridad que en etapas anteriores.
[vii] Abdelnour,
Sarah y Bernard, Sophie (octubre 2018) “Vers un capitalisme de plateforme ?
Mobiliser le travail, contourner les régulations”, en La nouvelle revue du travail, Nº 13. Visto en: http://journals.openedition.org/nrt/3797,
última vista el 30 de abril de 2021.
[viii] Existen dos tipos de plataformas:
“las basadas en la web”,
en las que los trabajadores realizan sus tareas en línea y de modo remoto,
y “las basadas en la
ubicación”, como chóferes de taxis o repartidores que
trabajan en una localización geográfica determinada.
[ix] Mandel, Ernest (1979) El
Capitalismo Tardío, México: Ediciones ERA.
[x] Para esto, la empresa
publica un anuncio solicitando, por ejemplo,
a 500.000 personas que transcriban dos líneas cada una; mediante este
anuncio recluta a centenares de miles de trabajadores de todos los lugares del
mundo, con el fin de que transcriban documentos, etiqueten fotos o filtren
vídeos, tareas que las máquinas no son capaces de realizar. Ver: Confavreux, Joseph (2019) “Los trabajadores del clic,
nuevos proletarios digitales”. Visto en: En: https://ecuadortoday.media/2019/02/12/los-trabajadores-del-clic-nuevos-proletarios-digitales/,
última vista el 29 de abril de
2021.
[xi] Abdelnour,
Sarah y Bernard, Sophie (octubre 2018) “Vers un capitalisme de plateforme ?
Mobiliser le travail, contourner les régulations”, en La nouvelle revue du travail, Nº 13. Visto en: http://journals.openedition.org/nrt/3797,
última vista el 30 de abril de 2021.
[xii] Confavreux, Joseph (2019) “Los trabajadores del clic,
nuevos proletarios digitales”. Visto en: En:
https://ecuadortoday.media/2019/02/12/los-trabajadores-del-clic-nuevos-proletarios-digitales/,
última vista el 29 de abril de 2021.
[xiii] Mandel, Ernest (1979) El
Capitalismo Tardío, México: Ediciones ERA.
[xiv] Marx, Karl (1989) Los Grundisse (1857-1858), Tomo I,
México: Siglo XXI Editores.
[xv] Contrariamente a las
plataformas de trabajo por pedido, en las que los conflictos sociales permiten
hacer reconocer la relación de sujeción entre el prestatario y las empresas que
organizan el trabajo en el siglo XXI, las reglas de gestión algorítmica del
trabajo y las condiciones de contractualización del micro-trabajo oscurecen aún más,
la actividad de producción de valor
y, debido al estallido geográfico, los trabajadores no encuentran
interlocutores patronales frente a ellos, como en el caso de Uber y otros
Deliveroo”. Amazon encarna perfectamente el “papel de plataforma neutra, de
útil técnico de puesta en contacto que desintermedia el trabajo y desaparece en
tela de fondo”, como si fuera un “tercer beneficiario”. Ver: Confavreux, Joseph (2019) “Los trabajadores del clic,
nuevos proletarios digitales”. Visto en: En: https://ecuadortoday.media/2019/02/12/los-trabajadores-del-clic-nuevos-proletarios-digitales/,
última vista el 29 de abril de
2021.
[xvi] Scasserrra, Sofia (enero-febrero
2019) “El despotismo de los algoritmos como regular el empleo en las
plataformas”, en Rev. Nueva sociedad,
Nº 79, Visto
en: https:// www.nuso.org, última vista el 29 de abril de 2021.
[xvii] Una tendencia que encuentra su origen en la concentración
sin precedentes del poder económico en manos de unas pocas docenas de firmas,
que presionan para monopolizar el poder político y social. Ver: Mandel,
Ernest (1979) El Capitalismo Tardío, México: Ediciones ERA.
[xviii] Ídem.
domingo, 7 de marzo de 2021
Las formas de explotación del trabajo femenino desde dos estudios de caso en Bolivia
Luis Fernando Castro López
Bolivia no es la excepción; desde hace
una década, el trabajo femenino dentro del sector servicios creció de manera
significativa (de 43% en 1996 a 69% en 2019). Un importante número de mujeres
se insertan en trabajos de servicio de todo tipo: de cuidado, comercio,
hoteles, restauració0n, salud, limpieza, servicios sociales colectivos,
administración pública, etc. Este
crecimiento hace contraste con la reducción de la población femenina dedicada a
la agricultura, que cayó del 44% en 1996 al 27% en 2019; mientras que la
participación femenina en el sector manufacturero se mantuvo casi igual en 30
años (10% aproximadamente)[ii]. Es decir, el índice de
participación por género, prácticamente no cambió en 20 años, pero sí la forma
de ocupación de las mujeres. Actualmente, los 3 sectores que absorben más
trabajo femenino son los servicios de comercio, hoteles y restaurantes, los
servicios de administración pública, los servicios sociales y comunales y la
industria manufactura. En este artículo, en base a dos estudios de caso, se
busca responder a la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las formas de explotación subordinación
y disciplinamiento de las obreras en los servicios de limpieza en hospitales y
servicios municipales?
1.
EL CONTROL DE LOS CUERPOS EN LOS SERVICIOS DE LIMPIEZA HOSPITALARIA
En Bolivia, la industrialización de
los servicios[iii]
significó la incorporación cada vez más amplia de mujeres en el trabajo
asalariado. El servicio de limpieza se convirtió en una actividad industrial[iv] a partir de la creación
de empresas especializadas que venden este servicio como producto de consumo
final o intermedio. Este es el caso de los hospitales privados, que transfieren la labor de
limpieza a manos de empresas pequeñas, sin dejar de controlar y explotar a las
obreras de limpieza; pues este servicio, aunque parezca periférico y no
vinculado a las actividades relacionadas directamente con la salud, es en realidad, una dimensión central del
funcionamiento de un hospital. Hoy los grandes hospitales venden la
bioseguridad como un servicio a ser garantizado a sus pacientes y esto solo se
logra mediante la explotación de fuerza de trabajo destinada a la limpieza.
Las tareas de limpieza hospitalaria
son organizadas en flujo[v], o sea, hay una constante
movilidad de la fuerza de trabajo ( un flujo continuo que no cesa) en las
tareas de limpieza y mantenimiento de las secciones de alto riesgo de infección;
en este caso, nos referimos a las secciones de internación de pacientes,
quirófano, servicios de hemodiálisis, etc.; además, de la constante
desinfección de las áreas comunes como pasillos y salas de espera; la fuerza de
trabajo es movilizada dependiendo de los eventos infecciosos que surjan en
cualquier lugar del centro hospitalario.
Toda esta organización del trabajo,
requiere; al mismo tiempo, un control espacial y temporal de la movilidad de
las trabajadoras de limpieza; en ese sentido, la empresa de servicios
contratada por la dirección del hospital, despliega una serie de medidas de
control del trabajo de las obreras de limpieza, una de estas medidas es el
control directo ya sea mediante la vigilancia personal o la vigilancia con
cámaras. El objetivo no es solo controlar la movilidad de las obreras de una
sección a otra; sino también, controlar las operaciones físicas en la realización de sus diversas
tareas, buscando en último término, el disciplinamiento del cuerpo de las
obreras.
Desde el momento en que una obrera
entra a trabajar en el servicio de limpieza, la calificación de su trabajo se
mide por la calidad de sus operaciones de limpieza, esta calificación no solo se
basa en la evaluación del producto final, también se califica el
desenvolvimiento del cuerpo de las obreras. No solo se trata de controlar, cómo
la obrera agarra la escoba o la franela; sino como logra resolver una serie de
obstáculos y demandas de la limpieza; el siguiente extracto es muy esclarecedor,
sobre el trabajo de una obrera de limpieza en el área de informática de un
hospital:
“No entendía porque los trabajadores
del sector de informática se mostraban insatisfechos con el trabajo de Silvano,
hasta que se fue y tuve que poner en su lugar a Doña Ligia… ya habiendo pasado
unas dos semanas desde que se cambió al
trabajador por la obrera de limpieza la actitud del personal de informática ha
cambiado y ya no protestan por la limpieza… fui a ver como realizaba la
limpieza doña Ligia y ella se encontraba limpiando uno de los escritorios y me
dice: ‘Joven ya estoy terminando ya salgo, después de esto me voy al pasillo
grande ¿no?... […] Me he tardado porque este ingeniero [refiriéndose a uno de
los trabajadores de informática] deja su escritorio mugre y no quiere que le
toquemos nada, el primer día que fui me dijo que no toque nada, pero yo no le
hice caso igual lo acomode… […] igual cuando me vio mover me ha mirado y no me
dijo nada… pero yo le he arrinconado como debe ser… aquí los lapiceros, aquí
sus hojas, es este lado se lo pongo sus cosas estas de las computadoras… y así…
y te cuento que al día siguiente me ha pedido que se lo ordene el escritorio…
[…] hay que ordenárselos como su mama aunque no quieran les pones un orden y se
acostumbran… igual es con la licenciada… ella es delicada de que toquen y
desordenen sus cositas… sus fotitos y sus adornitos…’, cuando me dijo todo eso
me di cuenta que Silvano no tenía un criterio de orden solo limpiaba y para el
personal de oficina significaba un desorden de sus propias cosas”[vi]
El trabajo de limpieza requiere, como
indica la trabajadora, un criterio de orden, en este caso, la obrera dice “ordenárselos
como su mama”, consciente de que lo que despliega es un criterio que ella misma
se ha formado en su experiencia de madre; luego, habla de lo “delicadas que son
las licenciadas con sus adornos” y que, en ese caso, ella capta esa delicadeza.
Este sentido de orden, no es constituido en el espacio de trabajo, por lo
general viene de afuera, de las habilidades formadas por las obreras, no solo
en el espacio domestico privado del hogar (por eso mismo la obrera equiparaba
su forma de limpiar al de la forma de limpiar de “su mama”); sino también, en
un larga trayectoria de empleos como limpiadora de casas; se trata a veces, de
una tradición generacional, son hijas de
madres que trabajaron años en la limpieza; las obreras no abandonan estas
actividades, sino que las heredan.
Este sentido de orden formado en sus
actividades domésticas, hace carne en el cuerpo y se convierte en una forma de
apropiación[vii] de este espacio: “le doy
un orden”; una forma de apropiación de la que; por lo general, carecen los
obreros, quienes son destinados a trabajos de fuerza como el manejo de máquinas
de limpieza. En el trabajo de la limpieza, la modelación del cuerpo se da sobre
la explotación de las habilidades adquiridas fuera del trabajo; en este caso,
las habilidades adquiridas por la obrera en el marco de los roles de género
establecidos por la reproducción de la división social del trabajo por sexos[viii]; se trata del primer
paso hacia su disciplinamiento; las obreras que demuestren el desarrollo de
estas disposiciones tienen mayores posibilidades de quedarse en el puesto.
Pero ¿por qué es necesario
un disciplinamiento aun después de que las obreras demuestran tener ciertas
disposiciones desarrolladas en el oficio de la limpieza?
Se debe a que, a
diferencia del espacio del hogar, los procedimientos de limpieza en los
hospitales que industrializan este servicio, requieren ser estandarizados a un
ritmo y a una calidad de trabajo. Las habilidades de las obreras son enmarcadas
dentro de una economía de movimientos y de tiempos[ix], donde se mide el minuto:
“Limpiar un cuarto solo lleva media hora si tarda más no sirve!!”, decía uno de
los dueños de la empresa de servicios.
Los estándares de tiempos son
complementados con la inculcación de un sentido en el procedimiento de
limpieza, éste debe ser pulcro y cuidadoso en presencia del paciente internado,
que en este caso, es el cliente. Al respecto, el control a las obreras, de
parte del personal médico, consistía en observar y corregir la forma en que usaban
la franela; con que guante abrían la puerta; con que guante limpiaban el
velador; también, la forma del servicio; la presentación de la obrera; la forma
en que se para y en que entabla la comunicación con el paciente.
El objetivo final de toda la
vigilancia era que las obreras, mediante el desenvolvimiento corporal y los
procedimientos adecuados en el manejo de los materiales, no incomoden al paciente
y muestren cuidado en la bioseguridad. Ello implicaba muchas veces, que frente
a los malos procedimientos el personal de jerarquía del hospital les diga: “¡¡usted
no está en su casa, este es un hospital!!”, dando a entender, que en ese
espacio se cumple un protocolo estandarizado, que no contempla las costumbres
de limpieza que traen de casa las obreras. Se trata de pulir sus propios
cuerpos a la minuciosidad y la actuación, pero también, a la resistencia física,
ya que todo eso debe ser hecho con una economía del tiempo cronometrado (una
correlación entre tareas, que significa la medición del tiempo de movilidad de
una sección a otra) y densificado con la incorporación de nuevas actividades.
El tiempo densificado con tareas ponía en evidencia, cualquier retraso, ya que partir de este primer retraso, se forma una
cadena de actividades desfasadas de tiempo.
En el servicio industrial de
limpieza, el disciplinamiento del cuerpo, significa un proceso de subsunción
real del trabajo por el capital[x], porque lo que se busca no
es solo la subordinación y la explotación de las habilidades desarrolladas por las
obreras en el espacio doméstico, sino su modelación y su transformación, bajo
una anatomía política[xi] del cuerpo[xii], que responda a las
exigencias de valorización de capital. En esta repetición constante de tiempos
y procedimientos, las correcciones y las llamadas de atención, calan la
subjetividad de las obreras, que terminan por asumir una “forma ideal” en los
procedimientos de limpieza y en su apariencia.
La trabajadora de limpieza
presenta la “fachada”[xiii] de la bioseguridad,
donde su apariencia de pulcritud (tener el uniforme muy bien cuidado) y los
medios de trabajo limpios y clasificados, deben corresponder con ciertos
modales de prudencia, de delicadeza, exactitud y energía inagotable. Se forma
una “idealización”[xiv] de lo que es la obrera
de limpieza, que trata de responder a las ideas estereotipadas y generales de
los centros hospitalarios, como centros de pulcritud, limpieza y; sobre todo,
de cuidado de la salud, aunque esto signifique poner en riesgo la salud física
de sus obreras, por cuidar las apariencias y las ganancias.
Esta “fachada” de la
obrera de limpieza, es rota en ocasiones en que una nueva trabajadora presenta
una serie de disposiciones que contravengan a esta forma ideal de actuación,
movimientos y apariencia. Estas trabajadoras pasan por la valoración moral de
las antiguas, quienes la califican de “sucia, mal arreglada, que quita las
ganas de trabajar”. En este caso, las obreras que no logran encajar en este
marco son despedidas, y si algo impide su despido inmediato, son sometidas a
actos de descalificación por parte de sus compañeras, que consideran que no son
buenas trabajadoras.
En varios hospitales, donde
los servicios de limpieza se organizan con cánones industriales, se siguen
estos procesos de disciplinamiento de las obreras, que modelan la feminidad a
un estándar productivo, mediante la economía del cuerpo; canal de acceso a la
incorporación subjetiva de una disciplina que, luego se convierte en una ética
de trabajo.
2.
EXPLOTACIÓN Y NATURALIZACIÓN DE
“LO FEMENINO” EN LAS EMPRESAS MUNICIPALES
Otro hecho, que se reproduce en la incorporación de las mujeres al
espacio productivo, es la naturalización[xv] y la extensión de las
habilidades designadas socialmente como propias de la feminidad; es el caso de
las tareas destinadas al cuidado. En una empresa municipal de mantenimiento de
áreas verdes; se realiza un contrato masivo de fuerza de trabajo eventual
femenina, aprovechando los ciclos del
trabajo doméstico, por ejemplo, las vacaciones escolares son un momento de
afluencia de fuerza de trabajo femenina disponible debido a que varias mujeres
se liberan de la responsabilidad de atender las necesidades propias de la
asistencia a clases de sus hijos (lavar los uniformes de sus hijos, preparar la
comida a tiempo, ayudar en las tareas escolares, etc.); de manera que en tiempo
de vacaciones escolares, existe una gran cantidad de mujeres que se presentan
en la puerta de esta empresa buscando un trabajo temporal.
Esta empresa municipal, presenta
una marcada división de las tareas básicas del mantenimiento de áreas verdes y
parques. Mientras los trabajos de construcción de infraestructura son
realizados por los hombres, las tareas de cultivo y cuidados de plantas se
destina a las mujeres. El trabajo de
vivero es un trabajo cumplido, en su mayoría, por las mujeres. Cuando se
consultaba a las obreras sobre por qué había más mujeres que hombres en viveros,
ellas respondían lo siguiente:
“Sí,
pero como te digo vivero parece que es más para mujeres no para hombres porque
las plantitas son muy delicadas, las cosas que hacemos son más para manos de
mujeres yo pienso no por eso es que hay más mujeres que hombres, hay hombres
pero esos hombres son para que trasladen cosas pesadas mezclen la tierra lleven
en carretilla cualquier cosa pesado ¿no? y el resto son cosas muy delicadas las
plantitas, si por eso yo creo que hay más mujeres aquí que hombres […] como te
dije las plantitas son para mujeres porque son bien delicadas son… desde
bebecitos tenemos que agarrar en las manos y de las manos poner a la tierra con
calma”[xvi]
La
percepción de la obrera es que el trabajo de vivero, al ser un trabajo
delicado, para manos de mujeres, es un trabajo solo apto para ellas. Entre las obreras hay una tendencia a
naturalizar las disposiciones atribuidas a la feminidad con las tareas
productivas como algo dado, propio del sexo femenino, en contraposición al
trabajo pesado atribuido a los hombres. No es que ellas no sientan que pueden
realizar las tareas de los hombres, sino que aceptan esta división del trabajo.
Que para ellas tiene su justificación en los roles de género de las trabajadoras en el espacio doméstico.
A diferencia del caso anterior, en este
caso, la inserción de la mujer al espacio productivo se da por la subsunción formal[xvii] de las disposiciones de
género adquiridas en el marco de la división social del trabajo por sexos, es
decir que, las habilidades y disposiciones adquiridas en el espacio domestico no pasan por un
proceso de modelación, sino que se explotan directamente, como habilidades relacionadas
con el cuidado doméstico y el
sentimiento materno.
Las
obreras que asumen estas tareas, soportan el trabajo monótono y pesado con la
satisfacción que sienten cuando logran un óptimo cuidado de las plantas. Es
como criar un hijo y verlo crecer con el esfuerzo de sus propias manos. Como
afirma la obrera: “No. Más bien el
trabajo para mi es bien tranquilo, porque me desestreso, digamos. Porque son
tan chiquititas las plantas, y les veo como a mis hijos. Es un cariño bien
grande, por las plantitas, yo que tengo. Son bien chiquititos, que cuando me
viene otra persona y me lo riega digamos “! ay! ¡ya me pongo a llorar!” porque
“¿por qué has hecho así? Tienes que hacer con calmita, como bebes recién
naciditos”, entonces, tengo harto cariño por las plantas”[xviii]
Se
percibe que, en sus tareas en el vivero, este cuidado a las plantas, despierta entre
las trabajadoras, una identificación afectiva equiparada con el cariño a un hijo,
a la función materna. Esto explica en alguna medida, que estas trabajadoras soporten
las intensas jornadas de trabajo y las afecciones reumáticas en los dedos por
los cambios de temperatura en el uso de los guantes[xix]. En el mismo sentido, la naturalización de
estas actividades ligadas al sexo femenino, ha hecho que las trabajadoras de vivero
acepten una escala salarial estancada, por la imposibilidad de acceder a otros
puestos que son monopolizados por varones, como la construcción de
infraestructura, soldadura o el manejo de la fibra de vidrio para la
construcción de parques. Se trata de una segregación ocupacional que da ventaja
a los hombres, porque ellos pueden subir de categoría ocupacional, hasta ganar
7.000 bs. en promedio, mientras que las mujeres de vivero se quedan estancadas
en un salario de 3.000 bs., si es que llegan a ser supervisoras del vivero. Esta naturalización de la división de las
tareas por sexo, en estas empresas de servicios municipales, termina
legitimando las desigualdades laborales en términos de oportunidades de ascenso
laboral y de mejoras salariales.
CONCLUSIÓN
La incorporación de las mujeres en los
espacios productivos implica la subsunción de sus disposiciones y roles de
género al servicio de los objetivos patronales. Ya sea por medio la modelación
de estas disposiciones, para conseguir una disciplina corporal o por medio de
la asimilación de estas disposiciones, sin ningún tipo de modelación o modificación.
Estas formas de subsunción de las disposiciones femeninas a los objetivos
patronales, reproducen la división social del trabajo por sexos y por ende las
prácticas patronales de segregación laboral y discriminación salarial.
[i] Revisar el siguiente enlace: https://www.ilo.org/infostories/es-ES/Stories/Employment/barriers-women#intro
[ii] Dossier de Estadísticas Sociales y
Económicas: https://www.udape.gob.bo/
[iii] Cuando nos referimos a la
industrialización de los servicios tomamos como referencia a Albarracin, Daniel
(2003) “La sociedad salarial de servicios a debate: Ciclo del capital,
estructura social y subjetividad obrera quien también toma algunas reflexiones
de Mandel” en Cuadernos de relaciones
laborales, año 21, No 2, pp. 43 – 66; para explicar que la forma de
servicios no se contrapone a la de productos atribuida a la industria, mas al
contrario la “formación del servicio no sustituye a la
forma producto en
la misma. Incluso puede promoverla. Este sería el caso,
por ejemplo, de los servicios de entretenimiento o atención de salud personal
que suponen, sea por caso, la producción de bienes de producción de maquinaria
especializada de corte industrial (por ejemplo, la producción de las
infraestructuras de un parque de atracciones, la fabricación de instrumental
médico, etcétera...). En definitiva, se
produce una industrialización del servicio y una terciarización de la industria
(pp. 196)
[iv] Castro, Luis (2020) “Resistencia de
las obreras fluctuantes en los servicios de limpieza hospitalaria en Bolivia”,
en Palermo, H. y Capogrosi, L., Tratado Latinoamericano
de Antropología del trabajo. Buenos Aires: CEIL-CONICET y CLACSO.
[v] Ídem.
[vi] Extracto de notas de campo sobre el
trabajo de limpieza en un Hospital de Cochabamba 2018 – 2019.
[vii] Kosik, Karel (1990) Dialéctica de lo concreto. Mexico D.F.:
Editorial Grijalbo.
[viii] Aillon, Tania (1997) “Alienación y
relaciones de género: las determinaciones comunes de clase y de género”, en Revista Escarmenar, No 2, año 1997, La
Paz, plural
[ix] Foucault, Michael (1975) Vigilar y
castigar. Nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
[x] Marx, Karl (1971) El capital, libro 1, capítulo VI (inédito). Buenos
Aires: Ediciones Signos
[xi] Una "anatomía política",
que es igualmente una "mecánica del poder", está naciendo; define
cómo se puede hacer presa en el cuerpo de los demás, no simplemente para que
ellos hagan lo que se desea, sino para que operen como se quiere, con las
técnicas, según la rapidez y la eficacia que se determina (Foucault, 1975)
[xii] Ídem.
[xiii] La fachada, está referida a la parte
de la actuación del individuo que funciona regularmente de un modo general y
prefijado, a fin de definir la situación con respecto a aquellos que observan
dicha actuación. En Gofman, E. (2004) La
presentación de la persona en la vida cotidiana. Buenos Aires: Amorrortu
Editores, pp. 33 -34. La fachada de se conforma de medios, una apariencia y
modales.
[xiv] Ídem.
[xv] Trabajamos la naturalización en los
términos que define Gramsci como naturalización de la dominación. Burawoy, M. (2006) O marxismo contra Bourideu. Sao
Paulo: UNICAMP
[xvi] (Extracto de entrevista a una trabajadora de una
empresa municipal)
[xvii] Marx, Karl (1971) El capital, libro 1, capítulo VI (inédito). Buenos
Aires: Ediciones Signos
[xviii] (extracto de entrevista a trabajadora
de vivero municipal).
[xix] Si bien hay obreras que ven el trabajo
como satisfactorio; desde hace años hay una demanda de solución a las afecciones físicas del
trabajo.