Luis Fernando Castro Lopez
1. DE LA REORGANIZACIÓN SINDICAL AL GOLPE DE ESTADO.
El proceso hegemónico entre la clase
obrera y el Estado (controlado por el Gobierno del MAS), comprendió el tránsito
desde un periodo de reorganización sindical hacia el inicio de una ruptura
orgánica (Castro, 2021a)[i].
En los primeros años de gobierno del MAS,
la dominación del Estado sobre la clase obrera, se asentó en una
articulación política orgánica y progresiva.
Las movilizaciones protagonizadas por la COB hacia el gobierno,
resultaron en la aprobación de reformas que permitieron la reorganización del
movimiento sindical y la restitución de ciertas conquistas que fueron negadas a
los obreros con la reforma neoliberal aplicada por la oligarquía en los años
noventa (Castro; Peredo y Aillon, 2014)[ii].
De la reorganización del movimiento
sindical, pronto, el gobierno del MAS pasó a disputarse el control de las
principales federaciones sindicales fabriles (del 2010 adelante). En el caso
específico de los obreros fabriles, la estrategia del paralelismo sindical en
la Federación de Trabajadores Fabriles de Santa Cruz, la oposición frontal contra la
dirigencia de Wilson Mamani en la Federación de trabajadores Fabriles de La Paz y el ascenso de
una nueva dirección sindical en la Federación de Trajadores Fabriles de Cochabamba más afín al
gobierno, fueron algunos de los avances en el control de los sindicatos
(Castro; Peredo y Aillon, 2014).
Sin embargo, este control siempre fue conflictivo, no solo por la
fragilidad de la base industrial sobre la que se asentaba la posibilidad el
sindicalismo fabril, sino también, por una constante resistencia obrera contra
las estrategias de sobreexplotación de la burguesía. Lo característico de esta
época fue que, por lo general, el desvío de la lucha obrera al espacio legal le
funcionó a la burocracia sindical fabril afín al gobierno de MAS, para frenar
la acción directa por fuera del espacio legal. Sin embargo, se puede
identificar cambios sustanciales de esta situación desde el 2016, en ese año la
gran movilización fabril por el cierre de ENATEX (Castro 2021b)[iii],
marcó un escenario de lucha en el cual, la estabilidad laboral se convirtió en
el principal punto de disputa[iv]. En esta última etapa, la necesidad de captar
excedente promoviendo la sobreexplotación de la clase obrera entraba en
contradicción con los compromisos políticos que el MAS entablo con la COB. La
clase obrera sindical ya no encontraba la garantía de una respuesta a sus
demandas en el espacio legal, por el contrario, el espacio legal se convirtió
en un espacio para procesar dirigentes contra el fuero sindical, esto marcó el
inicio de una ruptura orgánica (Castro, 2021a) que se manifestó en la
emergencia de nuevas direcciones sindicales, opositoras al gobierno y el
alejamiento entre las bases obreras y la burocracia sindical aliada al
gobierno.
Para el 2019 (año de las elecciones), la ruptura orgánica empezó no sólo
en el movimiento obrero fabril; sino también, en sectores obreros con un fuerte
vínculo político con el gobierno, como es el caso de los sindicatos petroleros
(Castro, 2022). La burocratización (Trotsky, 1980)[v]
de los sindicatos, con la formación de una costra sindical obsecuente con el
gobierno del MAS, derivó en el alejamiento de las bases respecto de las
direcciones sindicales.
Cuando se produce la movilización de
la pequeña burguesía y durante el golpe de Estado contra Evo Morales, la
clase obrera fabril estaba desmovilizada
(Castro, 2021a). En Cochabamba los obreros fabriles marcharon pidiendo nuevas
elecciones, una gran capa de obreros se negó a marchar en respaldo a Evo
Morales; es decir, la burocracia sindical a la cabeza de Mario Céspedes no pudo
imponer su línea de respaldo al MAS[vi].
En La Paz la Federación de Trabajadores Fabriles quedó inmovilizada por la disputa vigente entre
dos direcciones paralelas (por un lado, el ala articulada al MAS con Mario
Segundo y por el otro la oposición liderada por Wilson Mamani) y en Santa Cruz
(epicentro de poder de la oligarquía), la dirección federativa se replegó, en
tanto que en Sucre la Federación de Trabajadores Fabriles se unió a las protestas de la
pequeña burguesía sirviendo de base a la consumación del golpe de la
oligarquía.
Con la instalación de un gobierno de
facto representado por Jeanine Añez como presidenta, el andamiaje de poder del
MAS sobre los sindicatos se debilitó. La burocracia sindical se declaró en la
clandestinidad y algunas tendencias de oposición obrera vieron la posibilidad
de un recambio de direcciones sindicales, aprovechando la debilidad de la burocracia
sindical afín al MAS. Sin embargo, este
recambio sindical nunca se dio, el avance de la pandemia interrumpió los
procesos de reorganización obrera de tal manera, que nunca se pudo establecer
hasta qué punto la clase obrera podría organizarse sindicalmente con un
gobierno afín a la oligarquía en el poder.
2. LA CLASE OBRERA FABRIL DURANTE EL GOBIERNO DE FACTO DE
JEANINE AÑEZ Y LA CUARENTENA
El ascenso de la oligarquía,
representada por el gobierno de facto de Janine Añez marcó un cambio en
la correlación de fuerzas que se exacerbó con la pandemia. La emergencia de la
pandemia llevó al gobierno de Jeanine Añez a tomar medidas represivas para
establecer la cuarentena rígida, su poca articulación a las organizaciones
subalternas le llevó a imponer estas medidas apoyadas en el aparato represivo
del Estado. Los primeros meses de pandemia, el gobierno de Jeanine Añez ejerció
una represión militar contra poblaciones de trabajadores que se oponían a las
medidas adoptadas.
Durante esta etapa proliferaron los despidos masivos. En un informe de
conflictividad de UNIR (2020)[ix]
se identifica que durante mayo y julio de 2020 el segundo motivo de protestas
fue de carácter laboral. En este contexto de destrucción del empleo por la
cuarentena, el cierre del Ministerio de Trabajo y el paso a la clandestinidad
de varios dirigentes sindicales, se configuró un escenario adverso para un
movimiento fabril plagado de direcciones que perdieron la confianza en sus
fuerzas y se encauzaron a obedecer la ley.
Al respecto, un obrero describe el
contexto en el cual se negociaba con la patronal, la posibilidad de frenar un
plan de despidos durante la cuarentena rígida:
“No, no había sindicatos, en todo ese
tiempo no había sindicatos. ¿El sindicato qué podría haber hecho? ¿Ah? O sea,
el sindicato solamente es un apoyo, o sea es un puente, para...para hablar y
negociar con el empresariado, o sea, con los jefes, pero, nosotros qué más
podríamos haber hecho si nosotros agotábamos hasta lo último de conversar
de...de rogar incluso, de pedir de que no se puede. Sabiendo de que estaba
fuera de la norma el que nos… nos bote y toda la cosa, pero...eh, es que se han
puesto en una situación, bien...bien tajante, de decir, "la toman o la
dejan, y la verdad ni siquiera los metemos aquí a la empresa y ya está". Y
esa era la situación para ellos, pero de dónde nos sujetábamos nosotros,
tampoco había un Ministerio de Trabajo que diga, "no, ustedes no les puede
retirar". No teníamos ministerios, no teníamos quien nos proteja, y todo
ese tiempo que ha estado el anterior gobierno, no hemos estado con ningún...con
ninguna protección para...para el trabajador”[x].
Como testimonia el dirigente fabril,
las direcciones sindicales se sentían desprotegidas y huérfanas por la
imposibilidad de recurrir a instancias legales del Estado. Durante la pandemia,
bajo el gobierno de facto, se rompieron las mediaciones institucionales entre
la clase obrera y el Estado, que el MAS había establecido junto a la burocracia
sindical. Desde la conciencia sindical legalista de los dirigentes sindicales,
era mejor abandonar ciertas conquistas laborales y retroceder frente a la
patronal, en la medida en que la institucionalidad del Estado estaba ausente.
La sensibilidad y la confianza en las instancias legales más que en la propia
fuerza del sindicato, fue lo que llevó a varios dirigentes a convertirse en los
principales defensores de los recortes salariales y los despidos.
Para junio de 2020, el sector sindical principalmente movilizado por el
cierre de fábricas y despidos, es el fabril. Se produjo el cierre en este
periodo de la empresa AFITIERS en La
Paz, en Cochabamba el cierre de PROSIL y VIDRIO LUX y los despidos masivos en
IMBA (Aillón, 2023)[xi],
solo nombrando los casos que tuvieron
cobertura mediática.
Como indica Castro (2020)[xii]
la lucha entre obreros y patrones se fue tornando más violenta, los obreros
tendieron a establecer medidas de presión como el paro de la empresa, con
piquetes de huelga hambre, también la realización de vigilias y toma de los
lugares de ingreso de la fábrica; por otro lado, las medidas de presión de los
obreros fueron respondidas con la intervención de las fuerzas represivas del
Estado.
3. EL RETORNO DEL MAS Y LA RECOMPOSICIÓN BUROCRÁTICA
Un síntoma del poco alcance
hegemónico del gobierno de Jeanine Añez y del bloque oligárquico, fue la
movilización masiva respaldada por trabajadores de El Alto, las comunidades aimaras
de La Paz y las organizaciones campesinas a nivel nacional en agosto de 2020.
La principal exigencia fue que se fije una fecha a nuevas elecciones, con la
amenaza de la movilización masiva para paralizar todo el país; esto obligó al
gobierno de facto a aprobar la convocatoria a elecciones para octubre de 2020.
El triunfo electoral del MAS con Luis Arce Catadora a la presidencia, fue
muestra de que el golpe perpetrado por el bloque oligárquico, se había
respaldado principalmente, en las fuerzas represivas del Estado.
El retorno del MAS al poder del
Estado, implicó la restitución de las mediaciones de dominación estatal que se
habían establecido durante el gobierno del Evo Morales. Una de estas
mediaciones era la burocracia sindical con una ideología de carácter legalista
(Castro, 2022)[xiii].
La restitución del espacio legal como espacio de contienda, estuvo ligada a la
iniciativa de esta burocracia sindical, que impulsó la lucha legal como el
principal método de lucha, para ello, buscaban de manera activa modificaciones
y nuevas disposiciones legales en favor de las demandas de los sindicatos,
demandas que no sobrepasen el “razonable límite” de las condiciones mínimas de
explotación establecidas en las leyes laborales.
La disposición ministerial aprobada
en abril de 2021, por el Gobierno de Luis Arce, prohíbe la utilización de la
“fuerza mayor” como causal de despido y el D. S. 4668 de 2022 que ratifica el
reconocimiento de los derechos adquiridos de los trabajadores; son
disposiciones legales impulsadas por la misma burocracia sindical para proveer
mejores condiciones a la lucha legal. Es interesante observar, que la
aprobación de estas medidas, como parches para favorecer la lucha legal de los
sindicatos fabriles, se dio justamente, con el gobierno del MAS, esto sucede
porque una de las principales formas de dominación desde el Estado, impuesta
por el régimen del MAS, es mediante la subordinación de la lucha obrera a la
vía legal, sitio en el que la burocracia sindical juega un papel importante
(Castro, 2022). Su esfuerzo se concentra en impulsar a que gran parte del
potencial de movilización, sea conducido a la lucha legalista (Castro, 2022).
Esto afectó al escenario que parecía desarrollarse durante la cuarentena con el
gobierno de Jeanine Añez, la confrontación mediante la acción directa fue reemplazada, nuevamente, por la lucha legalista.
Sin embargo, este tipo de lucha por
sí sola tiene grandes límites para
responder a las demandas de los sindicatos obreros, en un contexto en que las
patronales están dispuestas a seguir procesos judiciales, pero no a retroceder
en sus políticas de ajuste laboral. Al respecto, la dirigente fabril de un
sindicato, que sufrió despidos masivos durante la cuarentena rígida, cuenta los
siguiente:
“Nosotros teníamos muchas
esperanzas…en el tiempo de Covid había un...como se dice, golpe de estado, en
ese tiempo es en el que más hemos sufrido...eh, de la parte empleadora
atropellos, todo. Incluso, ¿no?, ha sacado algunas...aaa...algunos decretos la
señora, para entonces, Presidenta Jeanine Añez, a favor de los empresarios.
Entonces, por eso es que todo...no teníamos ni cómo levantar la cabeza, pero,
nosotros todo esperanzados...la mayoría de IMBA apoya al MAS. Hemos visto que
la mayoría apoya al MAS, hemos tenido esa esperanza cuando el compañero o el
Señor Luis Arce Catacora ganó, esa marcha enseguida lloramos, todos abrazados,
ahora ya no más bajar la cabeza. Todos hemos llorado, justamente estábamos
trabajando, hemos llorado, pasó eso...esperanzados que iba a cambiar este tema.
Si ha cambiado, ha cambiado un poco, pero no...no tanto, como nosotros habíamos
previsto...como lo hacían a veces, antes, ¿no?....Eh, si bien Evo Morales
sacaba un Decreto a favor del trabajador, pero también había otra que
también...que nos quitaba, ¿no? Como el tema del aporte solidario, todos esos
temas de las AFPs y todas esas cosas. Entonces, pero sí se respetaba, nosotros
veíamos que los ministerios sí hacían respetar nuestros... nuestros...nuestros
derechos, por lo menos, ¿no?, se percibía eso, algo. Pero, después...ahora en
este tiempo, hablándote de este tiempo, seguimos. Yo creo que el Gobierno, no
sé si le comunican, le informan o no le informan, o hace...o hace oídos sordos,
no está cambiando nada para nosotros, hasta el momento no está cambiando nada.
Ya hemos hecho conocer, ya hemos mandado nuestro pliego petitorio mediante la
Federación, se ha hecho conferencias, se ha hecho congreso, se ha llevado a
cabo un congreso, se ha mandado; pero hasta el momento no hay nada”[xiv].
Las esperanzas de los obreros
fabriles, estuvieron puestas en que el cambio de gobierno podría transformar su
situación, sin embargo, la lucha solamente legal no ha tenido los efectos
esperados; ante este escenario, la burocracia llevó a sus bases a la toma
física de instituciones estatales, para presionar la salida de resoluciones
laborales a su favor. Esta estrategia de lucha se introduce como mecanismo que
frene las movilizaciones a nivel nacional y las medidas de presión masiva de
sus afiliados. Paralelamente, la misma burocracia optó por fragmentar la lucha
y llevar adelante actos de protesta episódicos para no generar inestabilidad
política al gobierno del MAS.
Para julio de 2022, la burocracia
sindical se vio obligada por las bases obreras, a aprobar marchas de protesta a
nivel departamental; las centrales obreras departamentales se involucraron en
la convocatoria y los sindicatos afectados por despidos durante la pandemia,
inician una marcha hacia La Paz organizada al margen de sus entes federativos y
centrales obreras. La aprobación de una ley corta de reincorporación laboral
para los obreros afectados en la pandemia, frenó este ascenso de movilizaciones
y volvió a fragmentar la lucha obrera enmarcandola en el espacio legal. La
efectividad de la conciencia sindicalista legalista se basa en haber implantado
en el razonamiento de los obreros que la aprobación de la norma es el principal
insumo o instrumento para la clase obrera. Desde la aprobación de la Ley corta
de reincorporación laboral, los casos de despidos y la lucha legal de los
obreros no ha concluido. Con la aprobación de esta norma el MAS le ha dado más
combustible a la lucha legal y el principal resultado no ha sido la
reincorporación de los obreros afectados, sino la disolución de los movimientos
reivindicativos afianzados en la solidaridad y la lucha directa.
4. PERSPECTIVAS DEL MOVIMIENTO SINDICAL FABRIL
Sin embargo, durante en el último año
de gobierno de Evo Morales, la inefectividad de la lucha legal y la adopción de
iniciativa política de las bases obreras al margen de la burocracia sindical,
mostraron los inicios de una ruptura orgánica en la relación de hegemonía del
gobierno del MAS con respecto a la clase obrera sindicalizada. Con el ascenso
de un gobierno de facto, alineado a la oligarquía camba, el año 2020 y la
emergencia sanitaria, las mediaciones institucionales entre la clase obrera y
el gobierno dejaron de funcionar y poco a poco la lucha directa y violenta fue
tomando el lugar principal. Con el retorno del MAS al poder en octubre del
2020, las mediaciones institucionales son restituidas y la lucha legal vuelve a
ser puesta en el espacio donde transcurre la lucha obrera.
Actualmente el retorno del MAS al
poder con Luis Arce, ha significado la restitución del legalismo sindical sobre
la clase obrera fabril, clase obrera más afectada por los despidos masivos de
la pandemia. Sin embargo, en este nuevo periodo de gobierno la lucha legal no
ha mostrado tener la efectividad que en los primeros años de gobierno del MAS.
Si bien hasta el momento enmarcar la lucha solo en el espacio legal ha frenado
la protesta obrera, la suma de obreros despedidos y sindicatos a punto de
desaparecer, empujan a la burocracia a pedir mayores recursos legales para
frenar los despidos, por su parte las bases obreras piden cada vez con más
fuerza la adopción de la acción directa como recurso para la lucha obrera.
[i] Castro, F. Luis (2021a) “La ausencia del movimiento obrero ante la
derrota de Evo Morales” en Del trabajo y los trabajadores, vol. 1. Disponible
en:
https://es.scribd.com/document/542353628/Sobre-El-Trabajo-y-Los-Trabajadores-Llankaymanta
[ii] Castro, Luis; Peredo, Samuel y Aillón, Tania (2014) “La lucha del MAS
por la hegemonía al interior de la COB en Bolivia”, en Celis, J. (Coord.)
Reconfiguración de las relaciones entre Estado, sindicatos y partidos en
América Latina, pp. 79 – 116. Medellin: CLACSO.
[iii] Castro, F. Luis (2021b) “Los giros y contragiros de la política
laboral del MAS” en Del trabajo y los trabajadores, vol. 1. Disponible en:
https://es.scribd.com/document/542353628/Sobre-El-Trabajo-y-Los-Trabajadores-Llankaymanta
[iv] Al respecto Castro (2021c) dice apunta los siguientes datos de
empresas cerradas:
“En el año
2012, el cierre de empresas parecía un problema localizado en la industria
textil, ya que la cancelación del ATPDA el 2009 causó el cierre de varias
empresas grandes dedicadas a la exportación. Pero desde el 2014, el cierre de
empresas se ha incrementado ante una inminente recesión económica mundial. Los
datos sobre la creación y el cierre de empresas nos dan una pauta de este
fenómeno; del 2012 al 2017, el cierre de empresas se ha triplicado de 2.034 a
7.331, paralelamente, a este incremento de empresas cerradas, se redujo el
número de empresas creadas por año, de 65.000 el 2013 (año con el número más
alto) a 19.000 el 2015 y 2016 y 18.000 el 2017. O sea, que para el año 2012, de
cada 100 empresas creadas, 8 se cerraban y para el año 2017, de cada 100
empresas creadas se cerraron 40” (103)
[v] Trotsky, Leon (1980) Sobre los sindicatos. Mexico D. F.: Ed. Era.
[vi] La siguiente nota de prensa expresa la posición impuesta por los
sindicatos de base a la burocracia sindical fabril de Cochabamba:
“La federación también exigió la renuncia
de Hermo Pérez, ejecutivo de la Central Obrera Departamental (COD) ‘por
parcializarse con un partido político y dejar de lado los derechos laborales’
[O sea, con el MAS]. Los trabajadores dan un plazo de 48 horas para que Pérez
presente su renuncia. La resolución también señala que la Federación desconoce
la Resolución de la Central Obrera Boliviana en referencia al silencio sindical
y exige que se llame a congresos donde participen la COB, CGTFB y COD. Por
último, los fabriles aseguran que el sector no está parcializado ni se
parcializará por ningún partido político” (Fabriles de Cochabamba exigen nuevas
elecciones, 29 de octubre de 2019. Disponible en: https://eju.tv)
[vii] Orellana, Lorgio (2020) La caída de Evo Morales, la reacción mestiza y
el ascenso de la gente bien al poder. Cochabamba: Ed. Kipus.
[viii] (Orellana, Lorgio (2006) El Gobierno del MAS no es nacionalista ni
revolucionario: Un análisis del Plan Nacional de Desarrollo. Disponible en:
https://cedla.org/publicaciones/pfyd/coyuntura-13-el-gobierno-del-mas-no-es-nacionalista-ni-revolucionario-un-analisis-del-plan-nacional-de-desarrollo/
[ix] UNIR (2020) Boletines de conflictividad abril – julio de 2020.
Disponible en:
https://analisisdeconflictos.unirbolivia.org/
[x] Extracto de entrevista a un dirigente fabril de Cochabamba
[xi] Aillón, Tania (2023) La sobreexplotación capitalista durante la
pandemia: el caso de IMBA S.A.. Disponible en:
https://llankaymantabolivia.blogspot.com
[xii] Castro, F. Luis (2022) Los sindicatos obreros frente a los despidos en la fase recesiva del ciclo económico en Bolivia. Disponible en: https://llankaymantabolivia.blogspot.com
[xiii] Castro, F. Luis (2020) Cambios en el sentido de la lucha obrera sindical en tiempos de COVID. Disponible en: https://llankaymantabolivia.blogspot.com
[xiv] Extracto de entrevista a una dirigente fabril
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