Luis Fernando Castro
En el año 2020 se vivía el ascenso de un
gobierno de facto dirigido por fracciones políticas de la oligarquía del
oriente, en esa ocasión, una noticia hacía eco en varios medios de comunicación:
En una declaración pública los trabajadores petroleros de 6 sindicatos pedían
la desafiliación de la Federación de Trabajadores Petroleros, porque ésta aún
estaba dirigida por una cúpula de obreros alineada al MAS, pese a que este
partido ya no tenía el poder del Estado[i].
Fue un momento en que los dirigentes
alienados al MAS perdían el respaldo Estado, pero al mismo tiempo, esa
situación parecía no ser suficiente para provocar la caída de esta cúpula de
dirigentes. Una situación que lleva a preguntarnos: ¿Por qué, pese a la
formación de una oposición organizada de sindicatos y la perdida de respaldo
del Estado, la cúpula alineada al MAS aún conservaba el control de los
sindicatos petroleros?
1.
LA REORGANIZACIÓN SINDICAL BAJO EL GOBIERNO DEL MAS.
Junto a las reformas de restitución de
derechos laborales, el gobierno del MAS llevó adelante su propia reforma al
sector de producción de hidrocarburos, que consistió en la compra de la mayoría
de acciones de algunas empresas del sector petrolero, una serie de reformas que
extendían el porcentaje de la renta petrolera recibida por las actividades de
exploración y explotación de hidrocarburos y la adopción de mecanismos de
control de la comercialización del producto extraído por las empresas privadas
del sector.
No se eliminó la presencia del capital
privado, en cambio YPFB (refundada el 2006) se convirtió en una corporación que
media y acuerda proyectos de exploración y explotación con el capital privado,
bajo la formación de sociedades mixtas. Si bien esta reforma contempla la
regulación estatal de la comercialización de los hidrocarburos, en los hechos,
no da curso al control del Estado sobre la producción, porque el capital
invertido en esta fase pertenece a las empresas transnacionales que operan en
el país[ii], de hecho, la mayor parte
de la extracción de gas e hidrocarburos
está en manos de empresas privadas como Petrobras y Repsol[iii].
Desde el 2006, año en que empieza la
reforma al sector hidrocarburífero, hasta el 2010, la sindicalización se dio con
mayor frecuencia en las empresas subsidiarias de YPFB, mientras que fue menos
frecuente en empresas privadas. Entre los años 2007 y 2011, hubo un mayor
número de reconocimiento de personerías jurídicas de sindicatos en el sector
petrolero[iv]. Esto coincide al mismo tiempo,
con la etapa progresiva de la reforma laboral del MAS[v], cuando el gobierno aprobó
decretos para restituir los derechos laborales contemplados en la Ley General
del Trabajo.
La presencia mayoritaria de obreros
sindicalizados de las empresas subsidiarias de YPFB, ha determinado que la
conducción de la Federación Nacional de Trabajadores Petroleros sea disputada
entre frentes sindicales de obreros de la empresa estatal, mientras que los
obreros de las empresas privadas son una fracción marginada del acceso a estas
instancias de representación sindical.
Pese a los avances en la sindicalización
y el reconocimiento de conquistas laborales, la subcontratación no ha sido
eliminada en el sector hidrocarburífero, al contrario, ésta se ha extendido
hasta las empresas subsidiarias de YPFB y con el tiempo se ha formado un grupo
de trabajadores con contrato temporal que, junto a los obreros en subcontrato
de las empresas privadas, no están sindicalizados. En los pocos datos oficiales
sobre empleo en el sector de hidrocarburos durante el gobierno del MAS, se hallaron
casos que ayudan a aproximarse a la situación de los obreros del sector.
El primer caso es de Repsol E&P-
Bolivia, una de las empresas transnacionales que tiene varios contratos de operación
firmados con YPFB, entre ellos contratos de operación en el pozo Margarita, uno
de los más importantes de Bolivia. En un informe sobre las operaciones de
Repsol en Bolivia realizado por Muñoz (2011)[vi], se muestra que entre el
2006 y el 2011, el número de trabajadores contratados como personal propio de
la empresa, se redujo significativamente,
de un poco más de 300 trabajadores a menos de 200, mientras que los
trabajadores agrupados en el informe bajo la denominación de empleos indirectos
(denominación ambigua porque según el informe son empleos relacionados
directamente con las actividades de Repsol), creció de 1.500 a casi 3.500. Este
caso muestra que la reducción de empleos directos se dio en el mismo periodo en
que el MAS retrocedió en sus medidas de prohibición de la tercerización y la
subcontratación y en su lugar aprueba su empleo legal[vii].
En cuanto a las empresas subsidiarias de
YPFB, se logró acceder a datos de YPFB Transporte, empresa creada a partir de
la compra de las acciones de Transredes S.A. (formada por capitales de Enron y
Shell). Una revisión de sus informes anuales se evidenció que, desde el 2011,
creció el número de trabajadores con contratos a plazo fijo, por otro lado,
también se observa la aparición de trabajadores con contratos de servicio por
proyecto. En las empresas subsidiarias
de YPFB se efectúo la contratación de fuerza de trabajo temporal (respecto a
los trabajadores temporales, hay diversas noticias de prensa sobre el pedido de
la Federación Nacional de Trabajadores Petroleros de la incorporación a la
planilla fija de trabajadores con contrato temporal). Por otro lado, desde el
2016 la tercerización de trabajadores, bajo la forma de contrato de prestación
de servicios, se convirtió en el mecanismo principal de provisión de obreros
fluctuantes. Todo esto sin contar que aún existen obreros fluctuantes, bajo
régimen de subcontratación, en tareas no directamente relacionadas con la
actividad petrolera.
La cuestión que se quiere
mostrar en este punto, es que los primeros años de reforma del sector de
hidrocarburos (2006-2009), que coinciden con los primeros años de reforma
laboral (2006-2010), la sindicalización en el sector petrolero avanzó, sin que
ello signifique la eliminación de la subcontratación y otras formas de
flexibilidad laboral, incluso dentro de las empresas subsidiarias de YPFB. Por ejemplo,
en el caso de YPFB Transporte, la empresa declaró que para los años 2015 y 2016
la sindicalización alcazaba hasta el 70% de la fuerza de trabajo con la que
operaba, este porcentaje no cubre ni al total de los trabajadores fijos.
La sindicalización en el sector
petrolero se limitó a los trabajadores fijos de las empresas privadas y de la
estatal YPFB, mientras que la mayoría de los obreros fluctuantes bajo régimen
de subcontratación o contratados bajo diversas formas de tercerización están
excluidos del derecho a formar sindicatos. Esta exclusión no se estableció automáticamente,
sino que fue una de las condiciones bajo
las cuales se reestableció el sindicalismo petrolero actual, es decir, el
sindicalismo petrolero se reestableció excluyendo de este proceso a los obreros
fluctuantes. Un claro ejemplo de ello fue el caso de los obreros fluctuantes
que trataron de formar el Sindicato Mixto de Trabajadores Petroleros Gualberto
Villarroel en la refinería del mismo nombre el año 2007. En Castro (2016) se
explica cómo en el caso de los trabajadores fijos y recientemente
sindicalizados de esta refinería, la dirección empresarial de PETROBRAS y el
Gobierno del MAS, contribuyeron a eliminar este movimiento que reivindicaba la
sindicalización para esos obreros fluctuantes que se autodenominaban
contratistas o tercerizados.
El sindicalismo petrolero actual
dentro del proyecto político del MAS, se ha constituido en un sindicalismo de
elite, que solo abarca al grupo reducido de obreros estables, excluyendo de
esta posibilidad a las capas mayoritarias de obreros petroleros fluctuantes,
este aspecto, refleja las limitaciones de las reformas laborales del MAS que
solo alcanzan a beneficiar a un grupo minoritario de la clase obrera. Este
sindicalismo de elite impulsado por el MAS y los obreros estables, es un
sindicalismo moldeado a los intereses de acumulación de capital en el sector
petrolero. Al excluir a la mayoría de la
fuerza de trabajo, explotada bajo modalidades de subcontratación, de la
posibilidad de formar un sindicato, asegura su subordinación y evita la lucha
organizada de los obreros fluctuantes contra el régimen de subcontratación.
Este sindicalismo se presenta, así como el privilegio a un grupo minoritario de
explotados que acentúa las diferencias internas de la clase obrera petrolera.
Este sindicalismo de elite significa al mismo tiempo, la formación de ciertos
pactos políticos entre el Estado y los sindicatos de elite, para su
consolidación es establecimiento, este aspecto lo analizaremos a continuación.
2.
LA ARTICULACIÓN DE LOS SINDICATOS PETROLEROS CON EL GOBIERNO DEL MAS
La etapa de sindicalización
masiva de los obreros de elite de las empresas petroleras y la emergencia de
movimientos de fluctuantes por la sindicalización marcó un periodo donde aún,
la reorganización sindical no tomaba una forma definida. Sin embargo, desde el
2010 este proceso ya muestra la conformación de sindicatos de obreros de elite,
tanto en empresas subsidiarias de YPFB, como de empresas privadas, cuyos
trabajadores se aglutinan en la Federación de Trabajadores Petroleros de
Bolivia. Es entonces, que se articula un tipo de sindicalismo con
reivindicaciones, que implica una
articulación con el Estado y con la clase obrera en general, que alcanza su
punto de estabilidad hasta el 2016.
La articulación entre sindicatos
petroleros y Estado comprende dos aspectos. Un primer aspecto tiene que ver con
el establecimiento ciertas condiciones salariales de explotación de la fuerza
de trabajo, que se dio en un contexto de precios elevados del petróleo, contexto
que permitió no sólo la reorganización sindical; sino también, la concesión a
reivindicaciones salariales y de estabilidad laboral, para los obreros que se
sindicalizaron; es decir que hubo un cierre de líneas entre el gobierno del MAS
y la Federación Nacional de Trabajadores Petroleros, que tenía como piedra fundamental,
el establecimiento de un sistema de empleo estable para el sindicalismo de
elite. Junto a estas concesiones económicas, un segundo aspecto tiene que ver
con las concesiones políticas, que no solo consistieron en la aceptación legal
y formal de los sindicatos, mediante la aprobación de su personería Jurídica,
sino también, en su integración a canales de participación política y de apoyo
al gobierno del MAS que, al mismo tiempo, sostuvieron las concesiones
económicas logradas por los petroleros[viii]. A esta relación de integración, la denominamos
cooptación, entendida por Goran Therborn (1979)[ix], como una forma de
ejercicio del poder de clase a través del Estado, un proceso de totalización del
Estado mediante la subordinación de las clases subalternas. En este caso, esta
cooptación se dio mediante la integración de los obreros petroleros al proyecto
político del MAS, que son parte del sector productivo, considerado el pilar del
desarrollo nacional.
Las mejoras salariales en toda
la etapa de altos precios de los hidrocarburos[x], la otorgación de sedes
sindicales, los espacios formales de participación de los obreros en el control
social de los contratos y planes de exploración y explotación[xi], fueron mecanismos de
integración del sindicalismo petrolero en el esquema de poder del MAS en el
Estado. Una relación de dominación sobre los sindicatos, que incluyo al grupo de
obreros petroleros, como beneficiarios
de las reformas económicas en el sector, algo que Therborn (1979) ha
identificado como la cooptación por crecimiento económico, que además, se combinó con una “cooptación por democracia” denominada como “el proceso en virtud del cual
se consigue la lealtad de la clase obrera -es decir su sumisión y colaboración
en el proceso de su propia dominación- como consecuencia de que la propia
burguesía domina de un modo democrático”[xii]. El MAS al recuperar la
autonomía relativa del Estado[xiii], abrió canales de
participación democrática de carácter burgués, como la organización sindical
que había sido eliminada y constantemente reprimida en el periodo de hegemonía
de la oligarquía donde, como dijimos antes, prevaleció en el sector petrolero,
un despotismo hegemónico[xiv], como medio de articulación
política entre Estado y empresa.
Otra
forma de articulación del sindicalismo petrolero al gobierno se dio a través de
la “restricción de una oposición” entendida ésta como una forma de represión
contra la libertad de protesta o también la eliminación de la democracia
interna sindical, cuando la “organización interna y la toma de decisiones de
los sindicatos han sido sometidas a la regulación y la supervisión del Estado”[xv]. Este fenómeno se dio con
un control no solo de parte de los dirigentes afines al MAS, con la rotación de
obreros a otros puestos de trabajo o a otras empresas subsidiarias, con el
objetivo de acallarlos.
Esto
pasó el 2021 cuando se dieron diversos intentos de restricción a la oposición, en
esta época, hubo tomas y paros de planta por parte de los obreros de YPFB La
Paz y de la Refinería Gualberto Villarroel en Cochabamba[xvi]. Otro caso es el que se
dio hace unos meses atrás con el despido de cerca de 57 trabajadores de YPFB
Transporte[xvii],
según el dirigente del sindicato, se debería a que los trabajadores despedidos
pertenecen al directorio del sindicato, un sindicato que critica la
subordinación política de la Federación de Trabajadores Petroleros de Bolivia
al gobierno del MAS.
La restricción a la oposición ha
significado la eliminación de la democracia sindical y el paso a un proceso de
burocratización de los sindicatos, donde los actuales dirigentes son parte de
una cúpula sindical que actúa como representante y canalizador de las demandas
obreras, pero también, como agente de control
del Estado sobre los sindicatos.
3.
PUNTOS DE RUPTURA: LA CRISIS DE LA
RELACIÓN SINDICATOS PETROLEROS Y GOBIERNO
La caída del precio de petróleo
a finales del 2014, tuvo un impacto directo sobre las actividades de
exploración y explotación. Las consecuencias negativas de esta caída se
evidenciaron el 2016 en las empresas subsidiarias de YPFB. Las empresas CHACO y
ANDINA mostraron sus primeros indicadores de déficit y el gobierno tuvo que
aplicar medidas de recorte de personal y un control sobre el crecimiento del
salario de los trabajadores[xviii].
En el 2016 empezaron los
primeros despidos de personal provocando el primer ampliado de emergencia del
sector. Luego en el año 2017, se anunció una reingeniería de la empresa donde
se llevaría adelante una fusión de las subsidiarias CHACO, ANDINA Y YPFB
TRANPORTE, que implicaría el despido de 1.500 trabajadores con contratos
vencidos y sin posibilidad de renovar, mientras se diseñe el plan de
reorganización interna[xix]. Proceso de reingeniería
que según el presidente Morales derivo en 318 despidos[xx].
El 2018 se inició una
movilización exigiendo la reincorporación a 214 ex empleados el incremento
salarial; el 2019, antes
de las elecciones presidenciales, las bases de los trabajadores petroleros protagonizaron por su
lado, una serie de reclamos directos donde no logró mediar la Federación de Trabajadores
Petroleros de Bolivia. En este caso, los trabajadores afiliados al Sindicato de Trabajadores
Petroleros de La Paz, publicaron una nota de denuncia donde exigieron a las
autoridades “consolidar los derechos de sus compañeros con contratos a plazo
fijo, a quienes les corresponde el contrato indefinido, ya que cuentan con más
de tres contratos y varios años de trabajo y así garantizar la estabilidad
laboral”[xxi].
La cooptación por crecimiento económico
que permitió la integración de los trabajadores petroleros en el proyecto
histórico del MAS como un sector beneficiado con altos salarios, incrementos
salariales periódicos y estabilidad laboral, no pudo ser sostenida por el
gobierno en un contexto de crisis económica, esto derivó en movilizaciones
obreras, aunque enmarcadas en estrechas reivindicaciones económicas.
La capacidad de otorgar concesiones
económicas a los obreros sindicalizados es uno de los pilares principales del
proceso de integración de los sindicatos al Estado, en la medida en que este
requisito no logra cumplirse aparecen espacios de contienda que interrumpen este
proceso de integración[xxii]. En
el caso del sindicalismo petrolero boliviano, el control de la dirigencia
sindical afín al MAS, sobre los trabajadores petroleros de base, se asentaba en
la garantía del empleo estable, con exclusión de los obreros fluctuantes(tercerizados),
una garantía que era renovaba, mediante la negociación colectiva a favor de los
trabajadores petroleros de planta. En la medida en que estos acuerdos de
carácter económico corporativo, entre el Gobierno y los obreros petroleros de
elite, no se cumplieron, el equilibrio inestable contenido por la burocracia
sindical se volvió insostenible, al punto de provocar divisiones en la misma
burocracia sindical, generando disputas públicas entre el Secretario General de la Federación de Trabajadores
Petroleros de Bolivia y la dirigencia de
la Federación Departamental de Trabajadores Petroleros de La Paz, del sindicato de YPFB transporte y
de la Federación Departamental de Trabajadores
Petroleros de Santa Cruz.
4.
LAS TENDENCIAS SINDICALES DISCREPANTES
En un contexto de crisis de las
relaciones entre gobierno del MAS y los obreros petroleros, la restricción de
oposición fue menos efectiva, porque las bases obreras tomaron una dinámica
política propia muy difícil de ser controlada por la burocracia sindical. Ante la presión de los trabajadores de
diverso rango, se fue gestando un movimiento paralelo a la cúpula que
controlaba la Federación de Trabajadores Petroleros de Bolivia. Sobre la
emergencia de esta tendencia paralela, un obrero de base decía: “Es gente que
va a ser opositora, pero en sentido de defender las demandas del sector, el
sindicato es para defender a los trabajadores, crear leyes, más allá del tema
político de ir a marchar o apoyar a un binomio”
Una concepción en sintonía con el sindicalismo pragmático[xxiii] desarrollado en la época de los noventa en el sindicalismo fabril. El derrocamiento de Evo Morales en noviembre de 2019, provocó finalmente que este esquema de dominación del gobierno y la burocracia sindical se debilite permitiendo la emergencia de estas tendencias contrarias a la burocracia. Para el 2020, si bien la Federación de Trabajadores Petroleros de Bolivia estaba en manos de la dirigencia afín al MAS, representantes de sindicatos tomaron una acción crítica hacia su ente federativo como ocurrió en el Congreso de la Federación de Trabajadores Petroleros de Bolivia convocado en octubre de 2020, que fue objeto de crítica por parte de dirigentes de las federaciones departamentales. Esto explica los últimos enfrentamientos entre la gerencia de la Refinería Gualberto Villarroel y el sindicato (a cargo de una nueva dirigencia, que fue objeto de amedrentamiento) o los intercambios públicos entre el máximo dirigente de la Federación Departamental de Trabajadores Petroleros de La Paz y el máximo dirigente de la Federación de Trabajadores Petroleros de Bolivia (afín a las disposiciones de despido del gobierno).
CONSIDERACIONES
FINALES
La articulación del actual sindicalismo
petrolero con el Estado se da mediante la cooptación de sus direcciones
sindicales por parte del gobierno del MAS. Cooptación lograda a partir de la
otorgación de concesiones económicas y políticas a los obreros petroleros
sindicalizados. La cooptación se complementó con el establecimiento de un
control sobre las direcciones nacionales y sobre los espacios de deliberación
sindical, un control ejecutado desde el gobierno con una serie de estrategias
de restricción de la oposición. Este tipo de articulación, en sindicatos y
Estado, ha derivado en la burocratización de las direcciones sindicales, las
cuales se alejaron de los intereses de las bases y se apegaron al gobierno del
MAS.
Pese a que la crisis económica y los
reajustes del gobierno del MAS contra los petroleros abrieron un proceso de
ruptura en la relación de subordinación de los sindicatos petroleros al
gobierno del MAS, este proceso no fue suficiente para romper con los pilares de
la dominación del MAS sobre los sindicatos, de hecho, fue interrumpido con el
golpe y la emergencia de un gobierno transitorio de ideología liberal.
En este proceso ruptura se formó un grupo de
oposición a la burocracia sindical. Pero este grupo no logro influir en las demás
direcciones sindicales, menos durante el gobierno transitorio, el cual, bajo la
amenaza de la privatización del sector, impulso a la cohesión de los petroleros
detrás de la defensa de las concesiones realizadas por el gobierno del MAS. Esto
al mismo tiempo fortaleció a la burocracia sindical aliada al MAS, la cual se convertía
en la garantía de la permanencia de las concesiones salariales y políticas conquistadas
por el sindicalismo petrolero
[i] Seis sindicatos de trabajadores
de YPFB buscan desafiliarse a la Federación Nacional, 26 de julio de 2020.
https://eldeber.com.bo
[ii] Orellana, Lorgio. (2012)
Regulación y acumulación de capital en el sector de hidrocarburos (1998-2011).
Editorial Kipus
[iii] Idem.
[iv] Una revisión exhaustiva de la
Gaceta Oficial de Bolivia, nos permitió identificar que entre los años 2006 y
2011, se aprobaron la mayor parte de las resoluciones de constitución de
sindicatos en el sector petrolero. En los años posteriores a ese periodo las
únicas resoluciones existentes en la gaceta son de cambio de razón social en
los sindicatos de las empresas que fueron compradas por YPFB.
[v] Castro, Luis. (2021). Las
implicaciones del legalismo burgués en la práctica sindical. En Grupo de
Estudios del Trabajo Llank’aymanta (Ed.). Sobre el trabajo y los trabajadores.
Selección de artículos de Llank’aymanta (223-238). Grupo de Estudios del
Trabajo Llank’aymanta.
[vi] Muñoz,
Irina. (2011). Repsol YPF E&P Bolivia [Diapositiva de PowerPoint].
[vii] D. S. N° 107, en el que se
reconoce la subcontratación y obliga a las empresas intermediarias a cumplir
con los beneficios sociales de los trabajadores.
[viii] Es necesario mencionar la
presencia constante de la Federación de Trabajadores Petroleros en las
reuniones del CONALCAM, un frente sindical creado por el gobierno del MAS y sus
organizaciones sindicales afines. Este espacio tenía el objetivo de aprobar
acciones conjuntas de respaldo sindical a las decisiones gubernamentales bajo
la consigna de la defensa del “Proceso de Cambio”.
[ix] Therborn, Göran (1979). ¿Cómo
domina la clase dominante? Aparatos de estado y poder estatal en el feudalismo
el capitalismo y el socialismo. Siglo XXI editores.
[x] La inclusión de los petroleros en los
ajustes salariales anuales negociados con la COB y la garantía de la
estabilidad laboral a los obreros de elite de las empresas subsidiarias de
YPFB, fueron concesiones que impulsaron la adhesión de la mayoría de las
organizaciones sindicales organizadas bajo la Federación Nacional de
Trabajadores Petroleros.
[xi] La participación de la Federación De
Trabajadores Petrolero en reuniones técnicas de planificación de proyectos de
exploración y explotación desde YPFB, es un ejemplo claro de estas instancias
de decisión en las que participaban los petroleros.
[xii] Ver página 283 de Therborn, Göran
(1979). ¿Cómo domina la clase dominante? Aparatos de estado y poder estatal en
el feudalismo el capitalismo y el socialismo. Siglo XXI editores.
[xiii] Orellana, Lorgio. (2006). Nacionalismo,
populismo y régimen de acumulación en Bolivia Hacia una caracterización del
gobierno de Evo Morales. Documentos de Coyuntura (11).
http://biblioteca.clacso.edu.ar/Bolivia/cedla/20120912015929/coyun11-1.pdf
[xiv] Burawoy,
Michel. (1990). A transformação dos
regimes fabris no capitalismo avançado. Revista Brasileira de Ciências Sociais,
5(13). http://www.anpocs.com/images/stories/RBCS/13/rbcs13_02.pdf
[xv] Ver página 273 de Therborn,
Göran (1979). ¿Cómo domina la clase dominante? Aparatos de estado y poder
estatal en el feudalismo el capitalismo y el socialismo. Siglo XXI editores
[xvi] Trabajadores de YPFB denuncian seis
despidos y déficit en la refinería, 13 de abril de 2021.
https://www.lostiempos.com/
[xvii] Anuncian segunda ola de despidos en
YPFB Transporte; denuncian que se busca beneficiar a afines al MAS, 2 de
septiembre de 2021. https://eldeber.com.bo/
[xviii] Se advierte reestructuración en YPFB
Chaco por pérdidas, 29 de abril de 2016. https://impresa.lapatria.bo/
[xix] Revelan fusión de 4 estatales y más
ajustes en YPFB Chaco, 29 de abril de 2017. https://datos-bo.com/
[xx] YPFB: Evo confirma 318 despidos y hay
protestas, 01 de septiembre de 2017. https://www.lostiempos.com/
[xxi] Petroleros en estado de emergencia, 19
de junio de 2019. https://www.hoybolivia.com/
[xxii] Lenin, 1960 citado en Hyman, Richard
(9178). El marxismo y la sociología del sindicalismo. Ediciones Era
[xxiii] Castro, Luis. (2021). Las implicaciones
del legalismo burgués en la práctica sindical. En Grupo de Estudios del Trabajo
Llank’aymanta (Ed.). Sobre el trabajo y los trabajadores. Selección de
artículos de Llank’aymanta (223-238). Grupo de Estudios del Trabajo
Llank’aymanta.
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