Luis Fernando Castro López
Fotografía: https://www.paginasiete.bo, 28/06/2020 |
1.
LA SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES ANTES DE LA CRISIS SANITARIA
Si bien la crisis
sanitaria ha tenido consecuencias específicas sobre la situación del trabajo,
es necesario hacer un análisis de la condición de los trabajadores, previa a la pandemia y a la cuarentena.
La recesión económica a
nivel mundial, empezó a tener efectos significativos en Bolivia, desde el año
2014; todos los indicadores de producción y de empleo del año 2013 empezaron a
caer[ii]. Por ejemplo, la Tasa de Crecimiento
del PIB a precios constantes, que llego a casi 7% el año 2013, fue cayendo, hasta
que, en los años 2018 y 2019, oscilo entre el 4 y el 4,5%. Entre el 2013 y el 2019, el porcentaje de obreros asalariados cayó entre 6 y 7 %. En el mismo
periodo, el empleo en el sector empresarial se redujo en 7% y en el sector semi-empresarial,
en 3%[iii]. En cuanto a la creación
y cierre de empresas, desde el 2014, se produjo una caída constante de la
cantidad de empresas creadas[iv]. En esta situación, los despidos
aumentaron y, en consecuencia, los episodios de protesta y los
procesos judiciales por problemas laborales. En este periodo, como no podía ser
de otra manera, la contienda, entre obreros, patrones y gobierno, se dio;
principalmente, en torno al problema de la estabilidad laboral[v]. Esta disputa se produjo;
sobre todo, en el espacio legal, donde las burocracias buscaban normas que
aseguren la estabilidad de los sindicalizados, mientras los patrones recurrían
a una serie de medidas legales, para desvincular a trabajadores. Por su parte,
los sindicatos de base estaban atrapados con la patronal, en reyertas propias del
sindicalismo legalista[vi].
Para el 2018, la posición
pro patronal del gobierno, se fue acentuando y, frente al peligro de
movilizaciones, el gobierno del MAS, intervino a las direcciones sindicales
contestatarias e impuso la elección de Juan Carlos Guarachi como ejecutivo de
la COB. La intervención directa del gobierno, en las principales organizaciones
sindicales, fue la manifestación concreta de una crisis de hegemonía de la
burocracia afín al MAS, al interior de la COB; una crisis de hegemonía que, meses
antes de las elecciones nacionales, se manifestó en movilizaciones obreras
fuera del control de las direcciones sindicales; se vivía un proceso de
separación de las bases obreras, de sus direcciones sindicales[vii].
Durante la protesta de la
clase media, liderada por los partidos de derecha y los comités cívicos; la
escasa convocatoria de la COB se debió a esta crisis de dirección; de hecho,
algunas organizaciones obreras, se unieron a los comités cívicos y otras pocas,
salieron a defender al gobierno del MAS, mientras la mayor parte del
proletariado sindicalizado estuvo orgánicamente desmovilizado. En la situación previa a la crisis generada
por la pandemia, se tiene; entonces, una crisis económica, la reducción del
empleo asalariado, que se manifiesta en procesos de despido y cierre de empresas
y una crisis de hegemonía al interior de la COB.
2.
EL CAMBIO CUALITATIVO EN LA DISPUTA ENTRE OBREROS Y PATRONES
En el nuevo gobierno de
facto de Añez, la disputa entre obreros y patrones, se da en medio de la
escalada de contagios del COVID 19 y la implementación de un periodo de
cuarentena que, hasta la fecha, no ha concluido; se vive; actualmente, una
crisis sanitaria por el aumento de contagios y la saturación del sistema de
salud.
Fotografía: RENNO - Noticias Obreras, 11/07/2020 |
Si bien el gobierno decretó
normas que, en teoría, protegían el empleo en el tiempo de la cuarentena, en la
práctica, estas medidas no fueron cumplidas por los empresarios, de hecho, el
propio gobierno despidió a varios trabajadores de la administración pública. En
las semanas de desarrollo de la cuarentena, hubo un aumento de denuncias, no
sólo de despidos; sino también, de incumplimiento de medidas de bioseguridad en
el trabajo y de la escalada de contagios en obreros de diversas empresas,
denuncias frente a la las cuales, el actual gobierno no tomó medidas efectivas.
El aumento de contagios y
muertes por COVID19 ha llevado a una crisis sanitaria y de colapso del precario
sistema de salud, al mismo tiempo que aceleró la crisis económica en curso,
empujando a las patronales a tomar medidas de hecho, para salvar su capital,
con el consentimiento del actual gobierno. En estas circunstancias, si bien, la
lucha entre obreros y patrones, se iba tornando cada vez más abierta antes de
las elecciones nacionales de 2019, la caída de Evo Morales puso una pausa a ese
proceso, pausa en la cual, los obreros estaban buscando reposicionarse, frente
al ascenso del nuevo gobierno de facto.
Con la crisis sanitaria
acelerada por la pandemia, los enfrentamientos entre obreros y patrones, fueron
modificándose en algunos términos. Los puntos de lucha en torno al problema de
la estabilidad laboral se acentuaron, pero, además, ha emergido un espacio de
contienda alrededor de las medidas de bioseguridad en el trabajo, donde obreros
y patrones se disputan por definir quién va a cargar con la responsabilidad del
contagio de COVID19. La disputa entre
obreros patrones y gobierno, cada vez más, gira entorno a quien va a terminar
cargando las consecuencias de la crisis económica agudizada por la epidemia del
COVID19.
Hoy, con motivo de la crisis sanitaria, el gobierno y los
patrones están aplicando un plan de recorte y flexibilización laboral, de
manera práctica, este plan no ha sido legalmente aprobado, porque su
legalización provocaría una escalada acelerada de movilizaciones sindicales,
que ahondaría la crisis política de un gobierno transitorio asentado en las
armas.
La aplicación de este plan
flexibilizador, por parte de las patronales, ha empujado a los obreros a
adoptar medidas de presión y movilizaciones sectoriales, para la defensa de su
trabajo y su salud. El escenario de luchas dejó de ser el espacio judicial (dominante
en la época del MAS) y, cada vez más, los obreros toman las calles, esto se
debe; no sólo a la posición pro patronal del gobierno central de Añez; sino
también, a la ineficacia del espacio legal, para persuadir a los patrones, para
que cumplan la Ley[ix].
Los patrones están
dispuestos a omitir cualquier responsabilidad legal con sus obreros, como es el
caso ALFITIERS, donde los patrones se niegan a cumplir con la disposición
judicial de reincorporación o en VIDRIOLUX, donde retiraron a trabajadores sin
ninguna declaración de quiebra. También, utilizan diversas formas de presión,
para que los obreros decidan retirarse voluntariamente. Los patrones ya no recurren
a ninguna argucia legal, para sus
acciones, cada vez más, actúan de hecho, incluso en torno a los problemas de
bioseguridad, las patronales toman la decisión de obligar a los trabajadores a
trabajar aun con COVID, sin temor a alguna sanción penal.
Con el avance acelerado de
la crisis, la lucha entre obreros y patrones se ha ido tornando más violenta, los
obreros han tendido a establecer medidas de presión como el paro de la empresa
(es el caso de los sindicatos de INCERPAZ, INCERCRUZ), con piquetes de huelga
hambre (el caso del sindicato de FANCESA), también la realización de vigilias y
tomas de los lugares de ingreso de la
fábrica (es la medida asumida por los sindicatos de PROSIL, ALTIFIBERS, del
HOTEL PLAZA); al mismo tiempo, las medidas de presión de los obreros son respondidas con la intervención de las fuerzas represivas del
Estado, como la intervención en la vigilia sindicato de ALTIFIBERS o la represión
física a los obreros de INCERCRUZ. Los despidos masivos en la época de
cuarentena y las muertes por COVID por la exposición de los obreros al
contagio, van planteando al asalariado en general; y al movimiento sindical en
particular, una lucha por su sobrevivencia, como decía un obrero fabril, “ahora
los obreros estamos viviendo varias bajas, varios estamos muriendo, hoy nos
estamos jugando nuestra vida porque estos nos quieren eliminar”[x]. Para los obreros, hoy el
sindicalismo se está jugando una de sus cartas de sobrevivencia. Los llamados a
marchas de protesta por parte de las federaciones departamentales de fabriles y
las centrales obreras departamentales, muestran; justamente, que los obreros están
tomando medidas de hecho, frente a “la masacre blanca”[xi] practicada por las
patronales.
Esta situación pone a los
obreros, en la encrucijada, de continuar la resistencia por la vía legal o adoptar
la acción directa, como método de lucha. Se trata un de un proceso de desprendimiento
paulatino, de la lucha legalista que caracterizó a la práctica sindical durante
la era del MAS[xii],
hacia medidas de hecho, que la clase obrera va asumiendo, abriendo la
posibilidad al desarrollo del “buen sentido obrero”[xiii], aun en su fase
germinal.
3. LA COB FRENTE AL NUEVO ESCENARIO Y LAS
ALTERNATIVAS DE LA LUCHA OBRERA EN CURSO
Fotografía: https://www.radiofides.com, 14/07/2020 |
Al inicio del año, los
obreros, bajo la consigna de independencia sindical, planteaban un recambio
dirigencial en todos sus niveles; es decir, en un contexto de despidos masivos,
de ascenso de un gobierno afín a los patrones, las bases obreras veían necesaria
la reorganización de sus organizaciones sindicales, mediante la sustitución de
la burocracia afín al derrocado gobierno del MAS, ya que estas dirigencias
habían perdido legitimidad.
Sin embargo, la pandemia y
el estado excepcional de cuarentena, ha frenado este proceso, no sólo por la imposibilidad de
que se realicen congresos y elecciones
directas; sino también, porque las medidas tomadas por el gobierno, en favor de
la patronales, impusieron como prioridad,
dar una respuesta inmediata, a
las denuncias de incumplimiento patronal, de manera que se vive una ambiente de
quiebre o división irresuelta entre las bases y dirección de la COB, en
medio una situación, que demanda la
unidad frente al ajuste patronal impulsado por el gobierno de transición.
Por otro lado, el
derrocamiento de Evo Morales, propicio la dispersión de la capa burocrática de
dirigentes sindicales, que aun actúan de forma sectorial, así, mientras la
burocracia de la COB y de las FSTMB convocó a la “Marcha por la salud, la vida,
la educación y la estabilidad laboral”, contra el gobierno de Añez. Otros
burócratas regionales tratan de impedir la movilización de los obreros y
reencauzar la lucha por la vía legal.
La presión de las bases es
un elemento determinante de la acción calculada de la burocracia. En un
contexto de escalada de movilizaciones, la burocracia de la COB, ha encontrado
una especie de respiro, se agarra de la demanda de unidad llamando a acciones
de movilización, en un momento en que los obreros necesitan adoptar medidas más
contundentes, para frenar el avance patronal. Tanto la demanda de elecciones,
frente al intento reiterado de prorrogarse del gobierno de transición, como el
llamado a la marcha, son acciones de la burocracia en busca de reposicionarse;
de mejor manera, en la actual situación política. Con la presión por elecciones, buscan
cambiar el escenario político a su favor, con el posible regreso del MAS al
poder.
Cabe preguntarse, hasta
donde, la burocracia de la COB, bajo la visión legalista y reformista, en su
práctica sindical[xiv],
podrá liderar una lucha sostenida contra la patronal y el gobierno. Por su
lado, las bases obreras están más dispuestas al enfrentamiento, se vive un
ascenso en el ánimo de los obreros, en medio de la desconfianza y el rechazo a
sus líderes sindicales y de la despolitización a la que fueron sometidos en la
era del MAS.
4.
CONSIDERACIONES FINALES
La pandemia del COVID ha
acentuado la crisis que se desarrollaba desde hace unos años, propiciando un
cambio cualitativo en la lucha entre obreros, patrones y gobierno.
A diferencia de principios
de año, los patrones adoptaron una postura más agresiva en la ejecución de despidos y recortes al
salario, lo que ameritó una respuesta con medidas de presión, por parte de los
sindicatos obreros. La lucha cada vez se torna más directa y el espacio legal va siendo desplazado como escenario principal de disputa.
Los obreros sindicalizados
hoy, se plantean la necesidad de ejercer métodos de lucha más allá de la via legal, frente a la posibilidad de que los despidos masivos pongan en peligro la
vitalidad del movimiento sindical. La
burocracia sindical de la COB consiente de esta necesidad, busca volver a
juntarse con las bases mediante la convocatoria a marchas nacionales.
En este escenario, se
pueden plantear; al menos, dos alternativas: que la burocracia movilice a las
bases obreras en torno a sus intereses político-partidarios y que la clase
obrera, en este proceso, no logre desprenderse de la capa burocrática actual o
que el camino de la lucha directa derive en la independencia de los obreros
sindicalizados, respecto de sus direcciones burocratizadas y permita el ascenso
de nuevas direcciones sindicales, que encaminen una nueva política sindical. En todo caso, el
predominio de una u otra vía, dependerá de cómo cristalice el “buen sentido
obrero” en una conciencia política de clase, alternativa a la del legalismo
sindical, promovido por la burocracia de la COB.
[i] Trabajadores presentan más de 400
denuncias de despidos en cuarentena. Publicado en http://www.laprensa.com.bo,
el 06 de junio de 2020
[ii] Aillón, Tania (2019) “El empleo
industrial dentro del patrón de acumulación primario exportador en Bolivia”.
Ponencia presentada en el Encuentro de investigadores: “Avances y desafíos de
la investigación en ciencias sociales en Cochabamba”, INCISO-UMSS (mimeógrafo),
[iii] Datos extraídos del Dossier de estadísticas,
vol. 29. Publicado en www.udape.gob.bo
[iv] Castro, Luis F. (2018) “El trasfondo
de la política del gobierno ante el cierre de empresas”. Visto en: https://llankaymantabolivia.blogspot.com,
última vista el 24 de julio de 2020.
[v] Castro, Luis F. (2019) “La ausencia
del movimiento obrero ante la derrota de Evo Morales”. Visto en: https://llankaymantabolivia.blogspot.com,
última vista el 24 de julio de 2020.
[vi] Castro, Luis F. (2020) “Las
implicaciones del legalismo burgués en la práctica sindical”. Visto en:
https://llankaymantabolivia.blogspot.com, última vista el 24 de julio de 2020.
[vii] Castro, Luis F. (2019) “La ausencia
del movimiento obrero ante la derrota de Evo Morales”. Visto en:
https://llankaymantabolivia.blogspot.com, última vista el 24 de julio de 2020.
[viii] Datos extraídos de https://www.ine.gob.bo
[ix] En este camino, los asesores
empresariales y otros abogados laboralistas, entraron en la discusión, sobre la
determinación de legalidad y aplicabilidad de figuras legales que permitirían
el retiro o, por el contrario, la reincorporación de trabajadores despedidos.
Por ejemplo, sobre la causal de fuerza mayor, como figura de legal, para recorte
de personal, hay laboralistas que interpretan esta causal, a favor de las
patronales, mientras que otros descartan su aplicabilidad. En esta situación,
se agudiza la contraposición de intereses y se visibilizan los límites de la
norma, al sacar a luz que sus diferentes interpretaciones no están sujetas a la
razón legalista, sino a la razón que se imponga fuera de la esfera legal. Como
dice Marx, “entre derechos iguales decide la fuerza”. La pandemia ha exacerbado
las confrontaciones entre interés de obreros y patrones, y finalmente, parece
ser la fuerza, la que imponga su interpretación legal legítima.
[x] Testimonio extraído de la página de
Facebook Trabajadores/as y sus derechos.
[xi] La expresión expresada en las
resoluciones de los ampliados de las COD y federaciones departamentales.
[xii] Castro, Luis F. (2020) “Las implicaciones
del legalismo burgués en la práctica sindical”. Visto en:
https://llankaymantabolivia.blogspot.com, última vista el 24 de julio de 2020.
[xiii] Gramsci, Antonio (1985) Introducción al estudio de la filosofía,
Barcelona, Editorial Crítica
[xiv] Castro, Luis F. (2020) “Las implicaciones
del legalismo burgués en la práctica sindical”. Visto en:
https://llankaymantabolivia.blogspot.com, última vista el 24 de julio de 2020.
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