Tania Aillón Gómez
A
partir de información recogida, entre los trabajadores de la industria en
Cochabamba, este artículo muestra y reflexiona su carrera ocupacional; para esto,
se recupera la definición de carrera de un exponente de la escuela de Chicago,
E.C. Hughes, quien nos abre la puerta a
la superación de la oposición;
típicamente funcionalista, entre los profesionales poseedores de una carrera y
los trabajadores “ordinarios”, que están desprovistos de ella, porque Hughes redefine a
la carrera como un proceso de cambio en el curso de un ciclo de vida,
entre actividades o tareas que no; necesariamente, son signo de jerarquización,
de ahí que se pueda reconocer, que todo el mundo tiene una carrera, pero no
todo el mundo tiene la oportunidad de contar con una carrera burocrática; es
decir, una progresión más o menos regular; a través de etapas caracterizadas
por un aumento de ingresos, autoridad y prestigio[i]. De hecho, la mayor parte de los trabajadores
que estudiamos, no tienen la oportunidad de pertenecer a espacios laborales,
que les aseguren una carrera bien trazada (más aun, en un periodo histórico
caracterizado por la eventualidad del trabajo); sin embargo, esto no significa
que no existan regularidades, de las que se pueda participar y que no se puedan
descubrir. En
todos los casos, para Hughes, la carrera aparece como una cadena de
alternativas, más o menos estructurada, por una división del trabajo, ella
misma, en proceso de transformación; un proceso en el que la tarea del
sociólogo, consiste en reconstruir la carrera de las personas, situándola en
las modificaciones del contexto, conjugando los aspectos subjetivos y biográficos
con las condiciones históricas que los explican. Desde esta perspectiva, para ir dibujando un
perfil del proletariado fabril en nuestra región, nos proponemos mostrar y
valorar, de manera sucinta: cuáles son algunos los rasgos que caracterizan la
carrera de los trabajadores fabriles en la región de Cochabamba.
1.
SON MIGRANTES DE PRIMERA Y SEGUNDA GENERACIÓN
[A]llá ha sido mucha sequía, más
que todo la agricultura es para el consumo no más a veces no alcanza, a veces, ahí
tiempo no acompaña la lluvia, no acompaña los riegos, si no puro temporales
digamos, con la lluvia no más, cuando no llueve no hay no produce, aja no
produce, falta para consumo(..) por eso hemos emigrado hacia Cochabamba, a
Oruro a las ciudades hemos migrado, entonces, así he estado manteniendo, pero
ya más sequia más sequía ha habido casi estoy como de 17 a 18 años”(Testimonio
de un obrero fabril).
[c]uando se ha fallecido mi papa con mis 11 años yo me quede huérfano de
mi papa, yo vivía con mi mama no más con mi mama yo tenía, tengo 2, 3 hermanos
somos y una hermanastra, como yo era el mayorcito como papa yo era, vivía con
mi mama con mis hermanitos, después cuando ya tenía 15 años jovencito, me he
venido a Oruro, a trabajarme así…” (Testimonio de
un obrero fabril).
“[M]uy bien, yo procedo de una familia que vive acá a lado de la FINO
mismo, a unas dos o tres cuadras, en este sector siempre. Yo me crie con mis
abuelos, que eran agricultores.
Bueno, yo me llamo Senon Cala, vengo de Potosí, mis padres son potosinos
del campo, de halla del norte de Potosí” (Testimonio de un obrero fabril).
Para estos obreros, cuya llegada a Cochabamba se dio en la era neoliberal, el campo no era un lugar donde se podrían labrar una perspectiva económica, el campo está en ellos, asociado a la escasez, a la falta de oportunidades. Estas decisiones individuales y familiares de migrar, se inscriben dentro de la dinámica de disolución de las formas parcelarias de producción, base de la reproducción familiar; disolución acelerada por medidas institucionales de corte neoliberal, que profundizaron la crisis de la economía parcelaria[ii].
Otro grupo de trabajadores, hijos de mineros, que se vieron obligados a emigrar de las minas a Cochabamba, cuando sus padres fueron despedidos con la “relocalización”; en este caso, la disolución de un ciclo de acumulación basado en la actividad minera estatal y los cambios en la regulación de las relaciones laborales (flexibilización laboral) explican la decisión de las familias de los ex mineros, de migrar a centros urbanos como Cochabamba. Para otro grupo de trabajadores, el vuelque ocupacional no es tan abrupto, ellos nacieron en la ciudad de Cochabamba; unas veces, se trata de una segunda generación de migrantes, mientras que otros provienen de familias de la periferia de la ciudad de Cochabamba; algunos de ellos, viven en barrios que circundan las fábricas, de las que luego se convierten en sus trabajadores: “[S]i, y la casita, como le digo, siempre hemos sido lugareños, de este lugar, desde mis abuelos. Por eso, desde que tengo uso de razón, conozco lo que es la fábrica, el crecimiento de la misma fabrica, tengo conocimiento desde que tengo uso de razón” (Testimonio de obrero fabril).
2. LOS PRIMEROS REFUGIOS LABORALES
Las
ocupaciones, anteriores al ingreso a la fábrica, en la que encontramos a estos trabajadores,
dependen de si se trata de una mujer o de un varón. Las mujeres al llegar a la
ciudad o insertarse por primera vez al mercado laboral, trabajan como empleadas
domésticas o en servicios diversos que tienen que ver con ser ayudante de
cocina o mesera en restaurantes o dedicarse al pequeño comercio. Como vemos en las
estadísticas siguientes; en la categoría anterior- anterior (que se refiere a esta
primera inserción laboral), se encuentra más del 50% de las mujeres
distribuidas, entre el empleo como trabajadoras domesticas o en servicios
diversos; solo el 29%, en la categoría anterior-anterior eran ya trabajadoras
del sector industrial.
GRÁFICO 1 TRAYECTORIAS LABORALES DE OBRERAS DE LA
INDUSTRIA MANUFACTURERA SEGÚN RAMO DE ACTIVIDAD DE SUS TRABAJOS ANTERIORES (EN
PORCENTAJE)[iii]
Para
estas trabajadoras, su inserción laboral en servicios varios y/o del hogar, es
considerada como una situación de tránsito, en la perspectiva de encontrar un
trabajo que les ofrezca mayores ingresos y/o estabilidad laboral. Una dirigente
obrera evocaba su primer empleo en la ciudad: “[N]o, yo trabajaba en
salteñería “Canguro”, yo aprendí a pulgar para hacer salteñas, entonces, yo
sabía hacer salteñas, entonces empecé a trabajar en salteñeria “Canguro”y ahí
solamente pulgaba las salteñas, y ganaba de eso,
conseguí el trabajo por una amiga que
tenía que trabajaba y estudiaba, ella estaba estudiando en el magisterio, en la
normal, entonces, de casualidad nos encontramos y le dije , mira yo sé trabajar
y necesito, yo sé hacer pulgado, entonces, de esa manera yo llegue ahí” (Extracto de entrevista a obrera fabril).
GRAFICO 2 TRAYECTORIAS LABORALES DE OBREROS DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA SEGÚN RAMO DE ACTIVIDAD DE SUS TRABAJOS ANTERIORES (EN PORCENTAJE)[iv]
Cuando
se trata de los varones, las actividades
que en mayor grado los acogen en el
mercado laboral, en la categoría anterior-anterior, son las de albañil en el sector de la
construcción y en servicios varios que; en este caso, están asociadas a ser
ayudante de plomería, electricidad, chapería, trabajos de ayudantes en talleres
donde se prestan servicios de similar índole;
trabajos caracterizados por la inestabilidad y la incertidumbre (30% de
los obreros encuestados están
distribuidos en estas primeras ocupaciones) (gráfico 2); mientras una menor
proporción, el 26% tenía ya una
ocupación en el sector industrial ( hay que considerar que, en estas
configuraciones de carrera, incide
además, la edad de los trabajadores,
relacionada con su antigüedad en la industria).
“[E]stuve trabajando en una tienda embolsando los azúcares, arroz en eso trabajaba, embolsaba, pesaba kilos, medio kilos, arrobas en unas bolsitas y pillaba, y eso entregábamos a las tiendas”; “[N]o, trabajaba en un taller que era mmm mecánica Soto, trabajé, más o menos durante un año, de ahí ya sabía más o menos como reparar motor”; “[B]ueno, tal vez, donde trabajaba no era, un, el caballero que trabajaba era muy bueno, nos enseñaba, también, como reparar un camión no, todas las experiencias que tenía pero, para entonces ,no se ganaba mucho, el sueldo era muy poco pero ganabas digamos, en el aspecto que estaba aprendiendo mucho más”; “[L]uego de peregrinar un poco en el tema de trabajo, porque empecé de pintor, hacía letreros luminosos, en PANAFLEX, he estado unos seis meses en esa actividad”; “[D]e peón si, de peoncito así casi hasta mis 18 años, desde mis 16 años me empecé a trabajar, aquí a una empresa JEISS, hasta mis 21 años, “[V]endedor ambulante o los que ofrecen de otras empresas, si, ahí fui, el trabajo era muy pesado, porque esas veces estuvimos vendiendo licuadoras, ganábamos por porcentajes, el trabajo era más jodido porque entrabamos a las 7:30, tenía que ir de Quillacollo a la ciudad, de la ciudad me llevaban al lado de Sacaba a ofrecer los productos, desde las 6 de la tarde teníamos que cambiar de oficina, informes, casi a las 8 llegaba a mi casa, con eso inicie” (Extractos de entrevistas a trabajadores fabriles).
3. LAS EXPECTATIVAS DE
ESTUDIO TRUNCADAS
Las carreras de estos
trabajadores tienen, como una de sus dimensiones explicativas, las expectativas
del estudio truncadas. Debido a su origen anclado en clases sociales
subalternas, un acontecimiento familiar, como la pérdida del principal
proveedor de ingresos de la familia, el padre, o los bajos ingresos
familiares que no alcanzan para sostener el estudio de los hijos, suelen ser
motivo para el abandono de las perspectivas de profesionalización:
“[P]ero; lamentablemente, te digo la vida te coloca
trabas y no puedes salir como tu quisieras; entonces; como te digo, él
falleció(se refiere a su papá), ya no había sostén en mi familia, mi hermano
mayor se casó, se fue con su respectiva familia, mi madre quedó sola, entonces,
yo tenía que hacerme cargo de mi familia, fue de esa manera, también, que dejé
los estudios y me puse a trabajar; “[S]i y a mí me han hecho estudiar, mis papas, me han
dejado así como de 8 años de edad, no me dio después con mi mama no más ya he
vivido y me ha hecho estudiar hasta 5to básico no más, y después me dediqué así
poco a poco, a trabajarme, así de peoncito”; en otros casos, la necesidad de
priorizar el trabajo, para no perderlo, se convierte en fuente de presión, para
dejar el estudio: “[E]n realidad, los turnistas tienen
poca posibilidad al respecto de seguir capacitándose, porque cuando estás en el
turno de segunda o tercera, es un poco complicado ir a pasar, o sea, no hay
tiempo de pasar, y si solo vas a pasar una semana, y otra no, pierdes el hilo
¿no? Es por esa razón que no he continuado con los estudios ¿no?” (Extractos de entrevistas a trabajadores fabriles).
“[M]e voy a estudiar mecánica automotriz al Germán Busch, al instituto Germán Busch, del Germán Busch he salido, para mecánico motores diesel y a explosión ya, he salido de eso del Germán Busch y estuve sin trabajo”; “[P]or qué elijo digamos motores, eh, mi papa tenía como te digo camiones trabajaba como te digo, con mi papa siempre, era mayorista como te digo tenía camiones, entonces, como tenía camiones, bueno entrando al instituto podía haber digamos reparado sus camiones de mi papa de algo me serviría tal vez, con alguno de eso camiones puedo trabajar en el negocio pero no se dio eso y fui a trabajar al taller mecánico, taller mecánica Soto”; “[T]ambién, estudie después, ya el 82, en este instituto como se llama, el Abaroa, ahí sí, en el Abaroa ahí sí, instituto ahora todavía no se si sigue; entonces, ahí estudie mecánica de movilidades, también, trabajaba de ayudante, de esa forma, estuve cuando el 82 o a ver, el 82 o el 79, 80 me case”; “[E]n la escuela de la Vida, hice mis primeros pasos en el colegio Victor Agustin, Victor Manuel Mallón, un colegio industrial, donde hice mecánica automotriz, cursé tres años de mecánica automotriz y me fui a Tupiza, no pude seguir estos cursos, y con esa base empecé a trabajar como mecánico” (Extractos de entrevistas a trabajadores fabriles).
Esta presencia importante de trabajadores fabriles que optan por el estudio de carreras técnicas, se relaciona con la política que asumen los empresarios dentro de sus mercados internos de trabajo, en relación a la designación de puestos y a la promoción de los obreros a puestos de mayor rango relativo. A la hora de contratar fuerza de trabajo, si el trabajador tiene una formación a nivel técnico, podrá ser contratado como ayudante de técnico de mantenimiento o como técnico de mantenimiento, lo que le permite acceder, rápidamente, a un puesto mejor pagado y reconocido que los de operador manual o de operador de maquinaria; esto moviliza a los grupos de potenciales trabajadores de las fábricas en nuestro medio, pero también, a los trabajadores que ya son parte de la plantilla de alguna fabrica. El estudio sacrificado en institutos técnicos luego del trabajo, forma parte de la expectativa de promocionarse a mejores puestos de trabajo entre ellos. El otro aspecto movilizador, tiene connotaciones de jerarquización social; el situarse en puestos como el de técnico de mantenimiento, desde la percepción de estos obreros, los hace desprenderse de la condición de obrero, para transitar a una más próxima a la de un ingeniero; más reconocida y valorada; no solo económicamente; sino además, socialmente.
4. LA CARRERA PERMEADA POR
LA CLASE DE ORIGEN Y EL SEXO
Una sociedad como la nuestra, donde reina la división de clase, la
discriminación de sexos y de etnias, hace que cada individuo se desarrolle de
forma extremadamente unilateral, desplegando algunas habilidades, mediante la
eliminación de desarrollar otras; esto
saca a la luz, los límites que encuentran los individuos, para hacer de las riquezas de la
cultura su propiedad, porque estos límites no dependen; solamente, de ellos,
sino de la división del trabajo
característico de la sociedad[v]. Esto
significa que, la asimilación real de
una u otra área de la cultura, de una u otra forma de actividad humana, para
cada individuo, alcanzará el límite en que es capaz de desarrollarla, dentro de
determinadas condiciones históricas; en la medida en que, como bien precisaba Marx[vi], los
individuos asimilan el mundo y lo constituyen, pero no lo hacen a su libre
albedrío; sino en el marco de determinadas condiciones históricas. En este sentido, el curso que dibujan las
carreras de los trabajadores de la industria regional, está permeado por las
desigualdades de clase y las discriminaciones sociales de sexo o de etnia.
GRÁFICO 3
NIVEL DE INSTRUCCIÓN DEL OBRERO/A DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA SEGÚN
OCUPACIÓN DEL PADRE (EN PORCENTAJE)[vii]
De esta manera, una primera aproximación, nos muestra que cuando relacionamos el nivel de instrucción de
estos trabajadores con la ocupación paterna (como proxy de la posición de clase
de la que provienen), la mayor proporción de trabajadores, que tienen como
padre a un campesino agricultor, alcanzan sólo el nivel primario de instrucción, una notoria
menor proporción de ellos estudian hasta nivel secundario, mientras es menos
frecuente encontrarlos con una formación a nivel técnico o universitario (gráfico
3). La posibilidad de formarse, a nivel
de técnico medio, técnico superior o universitario, está asociada; más bien, a
padres que han tenido o tienen como ocupación, actividades que se realizan en
el espacio urbano, resalta; como ejemplo, que los hijos de oficinistas (que
pueden asimilarse a una clase media urbana) en importante proporción, alcanza a
formarse a nivel de técnico superior y universitario (gráfico 3).
GRÁFICO 4
PUESTO DE TRABAJO DEL OBRERO/A DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA SEGÚN
OCUPACIÓN DEL PADRE (EN PORCENTAJE)[viii]
Estas posibilidades de formación, relacionadas con la posición en la ocupación del padre, dentro la división social del trabajo, parecen; también, atravesar el curso de la carrera de estos trabajadores, dentro de la división técnica del trabajo, al interior de la fábrica. Los hijos de los trabajadores agrícolas o pecuarios; en mayor proporción, ocupan los puestos más bajos en la escala de ocupaciones. Transporte y logística (asociada a tareas de limpieza), concentran a la mayor proporción de hijos que provienen de agricultores, los que no tienen ninguna presencia como capataces o supervisores; una presencia mínima, como técnicos de mantenimiento (un puesto bien valorado por los obreros, como vimos anteriormente) y; en alguna proporción, están colocados como obreros manuales y operadores de maquinaria. Mientras que los hijos de oficinistas, asociados más a una clase media urbana, ocupan, en importante proporción, puestos de control como los de capataz o supervisor (gráfico 4). De alguna manera, la posición que la familia tiene dentro de la división social del trabajo, permea las posibilidades de carrera y de colocación de estos trabajadores, dentro de la división técnica del trabajo.
Ser mujer
trabajadora en la industria, delinea; también, una perspectiva de carrera, es
notoria la segregación ocupacional, que las concentra en ciertas ocupaciones.
Sí al inicio de su carrera laboral; a la llegada a la ciudad, las encontramos
concentradas como trabajadoras domésticas,
auxiliares de restaurantes o en el pequeño comercio, en las fábricas
tienen la exclusividad de las tareas de limpieza; ellas están; también, concentradas en ocupaciones que
demandan ciertas destrezas manuales, como las de control de calidad y / de
operador directo o manual; en cambio, las
encontramos excluidas de ocupaciones como la de operador de instalaciones o de
mantenimiento, o de ocupaciones de técnico de campo o de controlador de
procesos; ambas relacionadas con cierto
nivel de formación técnica y mejores salarios
(gráfico 5).
GRÁFICO 5 OBREROS/AS DE LA
INDUSTRIA POR TIPO DE FUNCIÓN, SEGÚN SEXO
(EN PORCENTAJE)[ix]
GRÁFICO 6 PUESTO DE TRABAJO DE LOS OBREROS/AS
DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA SEGÚN ASCENSO EN EL MERCADO INTERNO DE LA
INDUSTRIA MANUFACTURERA
(EN PORCENTAJE)[x]
Este análisis es coherente con los resultados que, respecto a las posibilidades de ascenso laboral entre sexos, encontramos en el conjunto de trabajadores considerados en nuestra muestra, entre los varones, el 54% fueron ascendidos de sus puestos iniciales, mientras que sólo un 38% de las trabajadoras tenían esta situación.
5.
LA FÁBRICA COMO MEJOR ALTERNATIVA LABORAL
El material empírico presentado, nos muestra la carrera de estos trabajadores, como un proceso de cambio en el curso de su vida, entre actividades o tareas que no; necesariamente, pueden considerarse como una progresión más o menos regular; que signifique, como nos dice Hughes un aumento de ingresos, autoridad y prestigio (aunque también puede tener ese significado), pero que está marcada, por la búsqueda de una mayor estabilidad laboral. Para estas personas que, al llegar a la ciudad, solo encuentran trabajos esporádicos, poco estables, en pequeños negocios o comercios; alcanzar a formar parte de la plantilla laboral de una fábrica, significa la seguridad en el ingreso mensual, este es uno de los criterios que predomina; entre ellos, cuando les preguntamos el motivo por el que dejaron los empleos anteriores (gráfico 7).
GRÁFICO 7
OBREROS DE LA INDUSTRIA
MANUFACTURERA SEGÚN MOTIVOS POR EL QUE CAMBIAN UN TRABAJO ANTERIOR, POR EL DE
LA FÁBRICA (EN PORCENTAJES)[xi]
REFLEXIONES FINALES
Este bosquejo de algunos hitos del entramado laboral de los trabajadores fabriles de nuestra región, nos permite ver a su carrera ocupacional, como una cadena de alternativas, más o menos estructurada, por una división del trabajo por clase, por lugar de origen y por sexo; el termino de alternativas[xii], nos abre la posibilidad de romper, con una mirada determinista (estructuralista), porque; como nos muestran los testimonios obreros; trabajadores y trabajadoras hacen elecciones, buscan alternativas, dentro de las posibilidades que les ofrece su origen de clase o su sexo; es decir, que en el recorrido que toman sus carreras, se conjugan ambas dimensiones, los aspectos subjetivos y biográficos, con las condiciones históricas que los explican. Se trata; entonces, de comprender y explicar, las carreras laborales, como un entramado (más que como una trayectoria, que da la idea de procesos lineales) en el que se conjugan condiciones objetivas, con biografías familiares y decisiones individuales, que constituyen a los trabajadores como sujetos activos, sin abstraerlos (como hace el individualismo metodológico) de su situación histórico social, como hijos de obreros o de oficinistas de la clase media urbana o como hijos de campesinos del área rural, como mujeres o varones, con todas las implicaciones que aquello tiene, para sus posibilidades de carrera. Enfrentados a decisiones individuales, por falta de ingresos familiares o por la muerte del padre, como principal sostén del hogar, esos trabajadores van constituyendo su carrera laboral, permeada por las desigualdades de clase y discriminaciones de sexo o de etnia, que les muestran que sus posibilidades y sus límites no dependen; solamente, de sus elecciones o de su voluntad; sino también, de la división social del trabajo que caracteriza nuestra sociedad[xiii].
[i] Es desde esta perspectiva,
que Hughes se propone un cuadro de análisis, para estudiar a los pescadores de
alta mar de la ciudad de Hull. Ver: Tripier, Pierre (1998) “De la Theologie protestante
a la sociologie du travail : archeologie des travaux de Hughes et de la
‘Seconde Ecole de Chicago‘”, en Travail et Emploi, Nº 75.
[ii] En la era neoliberal, los
flujos migratorios del campo a la ciudad, se incrementaron por la profundización de la crisis de la pequeña
economía campesina; en la medida que la política de administración de
tierras estuvo dirigida a apoyar un proceso de concentración y
centralización de tierras; principalmente, en el sector capitalista del oriente, con
instrumentos de legitimación como la Ley
INRA, que estuvieron
dirigidos a consolidar la orientación agroexportadora (mono productora)
de las políticas neoliberales, con
la legalización de la concentración de tierras productivas en el
oriente del país, en manos de terratenientes. Ver: Grupo Llank’aymanta (2008) Lucha
de clases en Bolivia: Contenido y tendencias del proceso político actual. Ponencia
presentada en las I Jornadas Internacionales de Investigación y Debate Político
“Proletarios del mundo, uníos”.
[iii] Fuente: Elaboración
propia, con base en datos obtenidos de la encuesta a obreros y obreras de la
industria de Cochabamba, en el marco del proyecto “Mercados de trabajo y
acumulación de capital”, Instituto de
Estudios Sociales y Económicos (2014).
[iv] Ídem.
[v] Ilienkov, Elvad
Vasilievich (2007) Dialéctica de lo abstracto y lo concreto en “El Capital” de
Marx. Quito: Ediciones EDITHOR
[vi] Marx, Karl (1971) Obras
Escogidas, Tomo 1. Moscú: Editorial Progreso
[vii] Fuente: Elaboración
propia, con base en datos obtenidos de la encuesta a obreros y obreras de la
industria de Cochabamba, en el marco del proyecto “Mercados de trabajo y
acumulación de capital”, Instituto de Estudios Sociales y Económicos (2014).
[viii] Ídem.
[ix] Ídem.
[x] Fuente: Elaboración
propia, con base en datos obtenidos de la encuesta a obreros y obreras de la
industria de Cochabamba, en el marco del proyecto “Mercados de trabajo y
acumulación de capital”, Instituto de Estudios Sociales y Económicos (2014).
[xi] Ídem.
[xii] Tripier,
Pierre (1998) “De la Theologie protestante a la sociologie du travail :
archeologie des travaux de Hughes et de la ‘Seconde Ecole de Chicago‘”, en
Travail et Emploi, Nº 75.
[xiii] Ilienkov, Elvad
Vasilievich (2007) Dialéctica de lo abstracto y lo concreto en “El Capital” de
Marx. Quito: Ediciones EDITHOR
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