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Llank'aymanta presenta el libro:

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario

La actualidad de las tesis de Marini para entender el proyecto del Capitalismo "Andino - Amazónico

Reseña al libro de Tania Aillón, "Japonización" de la dominación patronal y respuesta obrera

Subcontratación, reforma laboral y lucha obrera: El caso de los obreros del sector industrial en Bolivia

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miércoles, 15 de febrero de 2017

Comentario al libro de Luis F. Castro, Obreros fluctuantes frente a la dominacion patronal



Lorgio Orellana Aillón[i]


Quiero agradecer a Luis y a los miembros del Grupo de Estudios Llank’aymanta, por invitarme a comentar el trabajo de Luis.
Creo que hay muchos aspectos que hay destacar. En primer lugar, quiero destacar que se trata de una investigación a la que yo llamaría militante, que demuestra mucha convicción, porque como ya dijo Tania en la presentación, nadie paga a estos compañeros, para hacer este tipo de trabajo, ellos se autofinancian. Si bien esto, en una buena medida, limita materialmente el trabajo que ellos realizan (como Tania ha indicado, este trabajo se ha realizado a lo largo de varios años), dicha autonomía ha permitido independencia ideológica, es decir, escribir lo que ellos piensan. Normalmente esto no se puede hacer en un ONG, eso no se puede hacer en una entidad del Estado, porque efectivamente, el control económico limita las posibilidades de manifestar lo que se percibe. Bueno, en definitiva, estos compañeros se autofinancian, se podría decir que sacan el lazo del propio cuero y yo creo que eso es un aspecto que; ciertamente, vale la pena destacar.
Tapa del libro
Otro aspecto que quiero destacar es la gran calidad del trabajo de Luis, en un contexto universitario donde el desempeño académico de los estudiantes está por lo debajo de lo mediocre, yo soy docente y bueno, no existen buenos trabajos, prolifera la ley del que no lee, la ley del mínimo esfuerzo. Por lo tanto, encontrar un trabajo así, con esta calidad, es totalmente remarcable. Bueno, yo le otorgo esperanzas, porque viendo en este terreno llano que tiende a convertirse la universidad, no todo está perdido. 
   
Bueno, como indicaba anteriormente Luis ha escrito un aporte, tanto en el plano teórico metodológico, como en el plano de la investigación científica. Pero ¿En qué consiste este aporte?  En primera instancia, como indicaba, evidentemente, hay un aporte teórico. Es decir, en el escenario del debate Latinoamericano en el cual él se sitúa, donde él trata de hacer realmente una redefinición de un objeto de estudio, sobre el cual, la gran y apabullante bibliográfica que hay sobre la temática, ha tendido a un enfoque juridisista, un enfoque legalista. La propia definición del sujeto obrero subcontratado, ya es en sí una categorización jurídica; es decir, el subcontratado tiene un estatuto legal que se diferencia del llamado obrero estable, porque el obrero estable tiene un contrato fijo. Entonces, pensar de ese modo al sujeto obrero limita ciertamente la mirada. Entonces, aquí el autor busca arreglar cuentas con el pensamiento jurídico en el espacio concreto de la fábrica. Entre paréntesis quiero decir, que se trata de una cuenta pendiente que existe en muchos terrenos, es decir, el pensamiento jurídico ejerce una especie de lógica imperialista en las ciencias sociales en Bolivia. En el terreno más político en el que yo me muevo, eso lo veo todo el tiempo, basta pensar en este espacio que nos estamos moviendo denominado Estado Plurinacional, cuando el ejército, la policía las leyes, todo lo que conforma el Estado en sí mismo, no ha cambiado. Y así uno puede encontrar un sesgo jurídico en muchas áreas del pensamiento social y en el campo de la Sociología del Trabajo, particularmente, Lucho    busca arreglar cuentas con este pensamiento jurídico y centra su crítica en la categoría de subcontratado. Para de-construir, para desmitificar esta categoría, él hace dos planeamientos teóricos. El primero de ellos, insiste ciertamente,   en  recuperar la discusión sobre las relaciones capitalistas de producción; o sea, Lucho como lo dijo en su presentación,  muestra a partir de la discusión teórica  sobre  el origen del capitalismo,  que la situación de la contingencia del obrero  es una característica inherente a las relaciones capitalistas de producción, o sea, quien tenía una relación  si ustedes quieren vitalicia con su puesto de trabajo,  se constituía un esclavo en la sociedad antigua, o era un siervo, era un pongo de las haciendas en el valle cochabambino antes de la revolución del 52. El origen del capitalismo lo que hace es romper esta relación, el proceso de acumulación originaria del capital, que consiste en la expropiación de los cultivadores de tierra, es decir, la separación del productor directo respecto a los medios de producción, un proceso de expropiación de los campesinos, inicia esta época de contingencia. Los campesinos son lanzados al mercado de trabajo, campesinos sin tierras, como te dice Marx, en condiciones de una gallina desplumada, el obrero no tiene nada más que vender que su fuerza de trabajo. Entonces,  la relación del trabajador y el puesto de trabajo como contingencia se origina con el mismo capitalismo, no es una invención del periodo neoliberal. O sea, basta pensar en una crisis, el cierre de una empresa donde se despide a los trabajadores y ya está. Es importante esta recuperación de la discusión de la acumulación originaria que hace Luis, porque eso le va permitir, ciertamente, dejar claro que la contingencia en la situación del trabajo es una característica inherente al capitalismo.
Ahora bien, el otro desplazamiento teórico indicado, se refiere fundamentalmente, a la categoría de obrero fluctuante. Pero qué es lo nuevo de esta nueva categoría de obrero, como obrero fluctuante, y ciertamente lo diferente es este proceso de renegociar constantemente la condición de obrero, esta constante búsqueda de renegociar y vender tu fuerza de trabajo. El sujeto y la fuerza de trabajo se hallan constantemente mercantilizada, se halla de ir renovando permanentemente el contrato para final preservar su condición de obrero, en términos de lo que el mismo Marx te plantea, es el sujeto proletario por excelencia, porque es un trabajador que constantemente está en pos del asalaramiento. Entonces, aquí hay un reemplazo de la categorización tradicional de obrero subcontratado por la de obrero fluctuante. Esto te plantea una redefinición del objeto de estudio y una nueva forma de entender y comprender la realidad obrera, eso es un aporte teórico   Te está planeando una nueva forma de mirar los problemas y los procesos, y me parece que es importante destacar.
Al desmitificar la subcontratación a partir de estos desplazamientos teóricos, es que Luis; finalmente, logra situar su objeto de estudio en el marco de las relaciones capitalistas de producción, que como él ha indicado, son relaciones de dominación, lucha y resistencia frente a la explotación. Lo relevante de esto es que él va a buscar; ciertamente, a partir de un caso concreto, poner a prueba su reflexión teórica, y su propia problematización desde una situación concreta que se desarrolla el 2007 en la refinería Gualberto Villarroel, donde los obreros subcontratados llevan a adelante una movilización para llegar a construir un sindicato, que fracasa, donde las bases quedan desbandándose, los obreros no logran alcanzar su objetivo. Su pregunta de investigación es ¿Cómo y por qué a partir de una situación    los obreros fluctuantes de la refinería, conscientes de su dominación la resisten y luchan contra ella?   A partir de esta pregunta Luis va a desplegar una estrategia metodológica que, en primera instancia, al ver el foco de su observación se puede definir como tradicional, el enfoque marxista tradicional pone su atención en la fábrica, o sea el enfoque marxista tradicional que esta planteado en Marx, cuando una lee el primer capítulo del capital, ve este tránsito que Marx hace desde la venta de la fuerza de trabajo hasta el secreto mas intimo del capitalismo que es el espacio de la producción. Entonces, eso siempre ha ido a orientar la atención de los marxistas, no solamente los que hacen investigación; sino también, quienes hacen o han hecho acción política en la fábrica. Entonces, la fábrica se convierte en el escenario predominante, en el foco de atención del estudio como también de la acción política.
            Así se planteó desarrollar una estrategia  etnográfica, es decir, hacer una observación in situ  en la fábrica, claro que eso implicó muchos problemas ya que la patronal no permitiría acceder a la misma. Pero además, se le presento otro problema, que para este tipo particular de proletario, que es el obrero fluctuante, era muy difícil solamente quedarse mirando el estrecho marco de la fábrica, para tratar de entender cómo piensan, cómo vivencian los obreros, de construir sus trayectorias laborales, porque lo que encontró el autor es que los trabajadores venían de experiencias pasadas de subcontratación, de gente que había transitado de un lugar a otro, entonces ahí cambió y complejizó la estrategia para aplicar trayectorias laborales. Aquí hay una suerte de deconstrucción, de una complejización de la estrategia metodológica a partir del sentido complejo que asume el objeto de estudio, no se está hablando de obrero que vive durante 20 o 30 años como pasaba con los trabajadores mineros en una empresa, y que ha construido todo una cultura obrera en el marco de esa empresa, aquí de lo que estamos hablando es de un trabajador que esta un año, dos años en una empresa y que migra a otras, transitando de un espacio a otro, por eso tratar de comprender quedándote en un fábrica o en  una sola empresa no sería la forma correcta de analizar la temática, por eso  el autor se pone el desafió de aplicar una herramienta metodológica que permita desbordar el marco limitado de la fábrica.
En el marco no solamente de la aplicación de esta metodología, sino también, del hallazgo, es que puedo identificar un cuarto aspecto que me parece importante remarcar. Como dije, los estudios marxistas generalmente se concentraron en el espacio privilegiado de la fábrica,  para comprender cómo los trabajadores construyen relaciones de solidaridad, entretejen relaciones y cómo construyen finalmente,  su identidad de clase;  sin embargo,  lo que las trayectorias laborales han  posibilitado es  encontrar cómo estos procesos van mas allá del espacio de la fábrica, por ejemplo, entre familiares se entretejen relaciones que se expresan en formas en cómo hacer gancho para que hijos   también se han recomendados y entren a trabajar en un empresa contratista. Por tanto, en esa medida el entretejimiento de las relaciones sociales excede el espacio de la fábrica, es decir, relaciones que no tienen que ver exclusivamente al espacio inmediato de la producción. No estamos hablando de los tradicionales barrios mineros, donde existieron grandes concentraciones obreras, Llallagua, Catavi, Siglo XX, donde existían barriadas obreras, estamos hablando de un fenómeno distinto, de un proceso de articulación de los trabajadores que existe a pesar de la fragmentación de los espacios de trabajo que el neoliberalismo y el capitalismo ha tratado de generar en la propia clase obrera. A colación quiero realizar una reflexión que te plantea David Harvey. David Harvey considera que, en el capitalismo contemporáneo, el tomo 2 y 3 del capital ganan relevancia mayor a la que tenían en la época de Marx. Y bueno, dando vuelta a este asunto, he logrado ver que, en el trabajo de Luis, ciertamente, es en el espacio de la reproducción social, no únicamente en el proceso inmediato de producción; sino también en los espacios de reproducción social de la fuerza de trabajo, donde los trabajadores pueden entretejer relaciones, a pesar de la fragmentación que ha devenido el capitalismo durante las últimas décadas.
Hacer este remarque tiene consecuencias no solamente sociales; sino también, políticas. El autor sugiere en el libro, aunque no saca del todo todas las conclusiones políticas, sobre las luchas de estos trabajadores superando el estrecho limite que te plantea el sindicato, es decir, el autor muestra los procesos de movilización y lucha de los trabajadores que van mas allá de los límites del sindicato.  El autor muestra estos procesos no como procesos de lucha abierta, sino como lucha velada de la clase obrera. Sin embargo, en una investigación que realice en el 2003 en El Alto, una zona de las que tuvo importancia decisiva en el derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada el 2003, fue Santiago Segundo, donde desde décadas pasadas existían mineros que vivían en esa zona, no era extraño pensar que los ex sindicalistas mineros estén encabezando la lucha en esa barricada, pero lo que era realmente interesante era ver que estos ex trabajadores de la minería mediana, que en su vida se hubieran imaginado luchar contra Gonzalo Sánchez de Lozada como propietario de la mina de Porco, en ese momento se encontraban luchando contra él. Es decir, es de esas tantas sociedades en la que ese espacio muestra ver un escenario social como posibilidad de lucha contra el patrón desde una perspectiva más amplia. Luis lo menciona en el libro,  el caso de un cooperativa que no es para nada un sindicato, o sea la cooperativa es una organización; en este caso,  que también lucha contra la sobreexplotación, no quiere convertirse en una empresa intermediaria, que los sobreexplotan a pesar de que la empresa madre los quiere obligar a convertirse en un empresa tercerizada, entonces,  ellos luchan, resisten y defienden su cooperativa, es decir,  es una cooperativa que les permite contrarrestar la explotación. Estamos hablando de una forma de lucha que no es la habitual o tradicional como la sindical, pero es definitivamente una lucha de clases. Entonces, es importante tomar estos aspectos porque nos pueden  llevar, sin dejar de lado a las fábricas, sino tomar mayor atención a esos otros espacios donde las clases subalternas y la clase obrera,  en particular, va creando una comunidad de sentido y de relaciones, que estuvieron presentes en la Guerra del Agua del 2000, han estado en la Guerra del Gas el 2003, han estado en mayo y junio del 2005, movilizaciones que usualmente las hemos entendido bajo el lente étnico pero sin lograr a comprender a cabalidad su matriz clasista y proletaria. Yo creo que el desafío es  tratar de entender, cómo la lucha de clases, que se expresa veladamente en el terreno de la fábrica,  se expresa de modo abierto en escenarios sociales específicos, como estos procesos de insurrección que hemos tenido en el país. 
Otro de los aportes del trabajo de campo del autor ciertamente se encuentra en mostrar las potencialidades y limitaciones de las movilizaciones y luchas de los obreros fluctuantes. Una de las principales contradicciones de los trabajadores, se encuentra entre los obreros propios de la empresa madre  -en este caso PETROBRAS- y los obreros fluctuantes. Tanto en los casos de las luchas de cooperativa analizada 2007, como el caso de la movilización analizada del año 2009, en ambos casos, los obreros de la empresa madre, los denominados obreros propios, boicotearon esa movilización y se alinearon a favor de la patronal. Entonces, hablamos de una contradicción irresuelta que atraviesa gran parte de las fábricas, es decir,  entre los obreros que tienen una situación estable y los trabajadores fluctuantes. Otro de los problemas pendientes en el marco de estas contradicciones irresueltas está relacionada a esta fuerte confianza que los trabajadores de Gualberto Villarroel tenían con el gobierno del MAS. En el año 2007, ellos le apuestan a la movilización, se acercan a una ministra y la ministra les dice que no debería haber subcontratación, así que ellos le apuestan a que el gobierno los va a proteger, estos obreros no confiaron en sus propias fuerzas. Resulta que los trabajadores propios boicotearon la movilización, después sucede la escenificación de la nacionalización que se vivió en el país el año 2007 donde el gobierno retira su apoyo a este grupo de obreros y terminan solos. La alianza de los obreros propios con la patronal termina derrotando a esta movilización y los trabajadores fluctuantes bajo el riesgo de perder su fuente de trabajo se dispersan y se desmovilizan. Entonces, como se verá,  es otro de los problemas pendientes, es decir cómo los trabajadores , van superando esa idea de que tiene que ser un salvador el que tiene que resolverle los problemas, cuando es cada uno que  debe confiar en sus propias fuerzas colectivas.
Para finalizar, el libro platea un cierto número de preguntas que el autor las resuelve satisfactoriamente, sin embargo, también lleva a plantear un conjunto de dudas y que las quiero manifestar a Luis. No obstante, que a lo largo de la investigación se indica que las organizaciones de los trabajadores como las cooperativas que permiten amortizar la lucha de clases a través de la transferencia del conflicto, es decir,  gran parte de los conflictos y contradicciones entre la empresa madre y los obreros se lateralizan y se desvían, entonces ,esto es un fenómeno que existe, donde en la representación de los obreros, el origen de sus problemas no está en la empresa madre ,sino que terminan peleando entre ellos, es decir el conflicto surge de ellos, no responsabilizando a la empresa madre. Sin embargo, lo que muestra el ultimo acápite es que los obreros fluctuantes, ya sea por la vía de la ocupación y la huelga de brazos caídos, terminan responsabilizando a la empresa madre, es decir orientan sus luchas contra la empresa madre y en el trabajo yo no puedo encontrar porque pasa eso, porque se orientan contra la empresa madre, sabiendo que la empresa tercerizada trata de lateralizar el conflicto.
Otra duda que planteo es que la cooperativa, que se presenta como una alternativa visualizada por los obreros, como alternativa que de alguna manera pondría freno al carácter depredador de la empresa intermediaria, entonces, desde esta perspectiva ¿Cuáles serían las proyecciones que surgen de tu terreno sobre las posibilidades de las cooperativas como espacios de organización de los obreros contra la sobre-explotación que ejercen las intermediarias? Pienso esto contrastando un poco con la figura de las cooperativas mineras donde la situación y explotación de los obreros es aun más descarnada por las empresas intermediarias.  Una tercera duda, no obstante, como autor indica, las formas de lucha de estos obreros que asumen formas que exceden las formas sindicales, en definitiva, estos obreros terminan luchando por construir un sindicato. Entonces, eso tampoco queda muy claro en el terreno que has realizado.
Bueno, para concluir, más allá de que en el trabajo de investigación haya podido responder de forma satisfactoria con los problemas planteados, lo que debe remarcarse es que este trabajo propone y muestran nuevas betas de análisis que hay que explotar, nuevas preguntas de indagación, y creo consistentemente, que eso hace el libro de Luis Castro, en vista de ello lo felicito, en este prometedor inicio como investigador militante de la clase trabajadora. Gracias.




[i] El presente comentario pertenece a la presentación de libro realizada en el Auditorio “Los Tiempos” – Ciudad de Cochabamba,  el 09 de septiembre de 2016. 


jueves, 19 de enero de 2017

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario


Luis Fernando Castro López


Después de las grandes expectativas que  despertó  el Censo Agropecuario del año 2013, sus resultados fueron presentados este último semestre. a la luz de esos datos, es necesario evaluar que tan cerca están de mostrar la realidad agropecuaria de nuestro país; sobre todo,  en un  aspecto muy importante  como es el del trabajo asalariado.

En este sentido,  nuestro breve artículo quiere problematizar, de manera puntual, los datos referidos al trabajo asalariado en la actividad agropecuaria. Según los datos del Censo Agropecuario ¿Qué lugar ocupa  el trabajo asalariado en la producción agropecuaria? ¿Cuáles son las dimensiones aún no exploradas al respecto? ¿Estas dimensiones no exploradas,  responden a algún tipo de concepción de la producción agropecuaria?

1. LA AUSENCIA DE LA DIMENSIÓN CUALITATIVA EN EL ESTUDIO DEL TRABAJO ASALARIADO 

Fotografía: http://www.10minutos.com.bo/?p=1955, 28/04/2015
Según los datos del Censo Agropecuario el 35,98% de las Unidad de Producción Agropecuaria (UPA) emplean personal remunerado en dinero o en especie, este dato muestra un aparente predominio de unidades de producción campesinas; sin embargo, al examinar el número total de trabajadores que perciben alguna remuneración en relación al total de personas que trabajan en el agro, se observa que más de la mitad de la población ocupada en la producción agropecuaria es asalariada (54,06%). La distribución geográfica de esta población asalariada denota una mayor concentración de asalariados en los departamentos del oriente,  respecto de la población ocupada no remunerada; mientras que Potosí, Chuquisaca y Oruro se concentra una menor proporción de población asalariada en relación a la población ocupada sin remuneración. El Departamento con mayor población asalariada es Santa Cruz, tendencia que confirma diversos hallazgos en estudios relacionados a la producción agropecuaria de soya y las diversas formas de expansión de la frontera agrícola,  junto a la extensión del monocultivo[i].

Por otra parte, la distribución de trabajadores asalariados por UPA que pertenecen o no a una comunidad, muestra “que en el país existen 334.705 UPA que contratan trabajadores asalariados para la producción agropecuaria, de las cuales 306.950 (91,7%) forman parte de alguna comunidad y sólo 27.755 (8,3%) no pertenecen a ninguna”[ii].

Los datos del censo agropecuario revelan, en parte, el desarrollo importante del trabajo asalariado no sólo a nivel nacional; sino también,  al interior  de las comunidades originaria campesinas que, coincidiendo con los diversos estudios de caso[iii], actualmente,  se encuentran  en  proceso de disolución de las relaciones comunitarias que las caracterizó, ya que la presencia en su seno  de trabajadores remunerados en dinero o en especie,  es evidencia de un  proceso de separación de algunos productores de sus medios de producción.

Fotografía: http://www.lostiempos.com, 12/09/2016
La distinción del salario en dinero o en especie,  es importante,  pues nos muestra el desarrollo del divorcio de los asalariados de sus medios de producción y la conversión de su fuerza de trabajo en mercancía (una transformación cualitativa en las relaciones de producción). En este sentido, una de las deficiencias de los datos del Censo Agropecuario es que los trabajadores remunerados en especie y los trabajadores remunerados en dinero son agrupados en una sola categoría. Podríamos afirmar que en el trabajo asalariado del agro, se tiene formas combinadas de asalariamiento, por una parte, las formas de remuneración en dinero muestran que el valor de la fuerza de trabajo de una parte de los asalariados, ha tomado completamente su forma dineraria integrando la reproducción de la misma al mercado. Por otra parte, el “salario en especie”, se debe a la existencia de semiproletarios del agro que no están completamente integrados al mercado  o que la remuneración percibida en especie sólo es complementaria en la reproducción de su fuerza de trabajo, teniendo como sustento principal la producción en su propia parcela o actividad. Es decir, hay una parte de trabajadores del agro, que pasan por proceso de transición desde las formas tradicionales de uso de la fuerza de trabajo hacia las formas francamente mercantiles.

En términos generales,  en el análisis de los datos del Censo, se evidencia una  tendencia al creciente asalariamiento de la fuerza de trabajo en el agro (incluso dentro de las comunidades), sin embargo, los datos son  insuficientes para aproximarnos de forma precisa, a las relaciones sociales en las que se sustenta el trabajo en el agro, por ejemplo, no existen indicadores que nos ayuden a explorar el porcentaje de obreros estacionales,  no hay datos de las condiciones de trabajo de los obreros agropecuarios. Tampoco se tiene una aproximación exacta de sus características demográficas (edad y lugar de procedencia). En definitiva, si bien los datos del Censo ayudan a captar procesos generales de la extensión del trabajo asalariado, son insuficientes para analizar sus aspectos cualitativos.

2. TRABAJO ASALARIADO VS. SISTEMAS TRADICIONALES DE TRABAJO

En relación a los llamados "sistemas tradicionales de trabajo", en los datos del Censo, se unen en un solo indicador  formas de trabajo de  la mink’a y el ayni, esta forma de proceder,  parte de entender a estas formas "tradicionales de trabajo",  como totalmente opuestas al trabajo asalariado,  debido a lo cual,  pueden ser incluidas en un solo indicador. En este caso,  hay una confusión muy importante a la hora de unirlas en un solo indicador, ya que estos dos sistemas de trabajo tienen características diferentes, mientras el ayni responde a un sistema de trabajo interfamiliar[iv] que no ha sufrido un proceso de mercantilización, la mink’a es un trabajo realizado a nivel comunal, que con el tiempo empezó a adoptar un carácter mercantil[v] y pasó a  equipararse a una especie de peonaje, transformándose en “un intercambio de servicios a cambio de una retribución en especie (productos de la cosecha, alimentos) o en dinero; intercambio que se practica frecuentemente en actividades agrícolas , entre los que tienen tierra y los que no la tienen”[vi]. Al incluir el ayni y la mink’a en un mismo saco,  se invisibiliza la transición de las formas tradicionales de uso de la fuerza de trabajo hacia una su forma mercantil.

Fotografía: http://www.oxigeno.bo:81/node/14036, 13/01/2016
Además de estas imprecisiones, encontramos lugares vacíos en los datos del censo,  respecto a una precisa caracterización de los productores campesinos,  los mismos que en el Censo Agropecuario, están agrupados bajo las categorías de productores individuales y sociedades de hecho. Cuando analizamos los ciclos de producción en el año agrícola,  podemos observar que el 12,3% de los productores individuales y el 16,8% de las sociedades de hecho,  no sembraron en la campaña de invierno, ni en la campaña de verano. Además,  el 84,3% de los productores individuales y el 77,6% de las sociedades de hecho[vii] cultivaron en la campaña de verano,  y   apenas el 2,8% de los productores individuales  y 4,8% de las sociedades de hecho,  cultivaron sus tierras el año agrícola completo. Esto  nos muestra que más del 90% de los productores campesinos no realizan una explotación intensiva de sus tierras agrícolas; lo  que lleva a preguntarnos ¿qué hacen todo el resto del año?

En caso de que los "productores individuales" se dediquen a otras actividades agropecuarias, como la crianza de animales o la recolección de frutos, estas tendrían que acoger a una proporción significativa de productores agropecuarios; sin embargo, los datos del Censo muestran proporciones poco significativas (menos del 20%) de los productores agrícolas dedicados a estas otras actividades. Si uno cruza los datos de la cantidad de cultivos en las campañas de verano e invierno, se evidencia una población con un  tiempo flotante que no es completamente captado. Lo mismo pasa si examinamos el tiempo de dedicación de estos productores a sus actividades agropecuarias, pues alrededor del 52% de ellos respondió que no se dedica permanentemente a sus actividades agrícolas.

Si examinamos a esta población que declara no dedicarse todo el tiempo a la actividad agropecuaria,   encontramos que hay alrededor de en 41% de casos de productores individuales que no se dedican a otra actividad extra agropecuaria o simplemente no especifican. En este sentido, otra vez se evidencia la existencia de una especie de población con un tiempo flotante que no está totalmente especificado y que es un vacío del Censo Agropecuario. En realidad, se tiene a una gran cantidad de pequeños productores con parcelas muy pequeñas y con formas tradicionales de cultivo que producen a secano y que no se dedican a otras actividades económicas. Inferimos que parte importante de esta población es asalariada, pero no es asalariada en rubros de la construcción o de servicios, sino que es asalariada en actividades agropecuarias. El INE omite dicha  posibilidad,  y solo pregunta sobre sus actividades secundarias en ramos distintos al agropecuario, además, solo indagan por el rubro de la actividad secundaria, pero en ningún momento se especifica,  si en esa actividad se recibe salario. Sin estos indicadores no queda claro qué proporción de los productores individuales (productores campesinos en su mayoría) ha llegado a proletarizarse (o seemiproletarizarse) y con ello el análisis de los datos del Censo nos lleva a una visión parcial e imprecisa de la realidad del productor campesino.

Pero estos vacíos ¿son parte de un descuido o responden a una concepción del agro en Bolivia?

3. LA VISION TEORICA OCULTA EN EL CENSO AGROPECUARIO


Fotografía: https://bolagra.wordpress.com
Si el censo toma como objeto de estudio al productor agropecuario; entonces  la visión,  desde la que se concibieron las dimensiones de análisis del Censo, puede ser rastreada en la definición de este  productor. Cuando en el Censo se define como productor agropecuario, a los campesinos  y, en el caso de las empresas (sociedades accidentales, unipersonales, sociedades de responsabilidad limitada y sociedades anónimas), al conjunto de socios accionistas o al capitalista propietario, en los dos casos define al productor agropecuario en torno a la propiedad y la posesión de la tierra, dentro de esta definición los salariados del agro no están comprendidos.

Esta forma de concebir al productor agropecuario, parte de considerar que el agro boliviano aún se estructura bajo las formas tradicionales y no capitalistas de producción, en las cuales, el productor directo es el propietario de la tierra; así la unidad más simple de la estructura agraria boliviana sería el productor agrícola que tiene control directo de una UPA. Esta concepción tiene serios límites a la hora de abordar otras realidades como las UPA  que funcionan bajo relaciones capitalistas, en las que el productor directo esta desposeído y es explotado por patrones que controlan y poseen la tierra y la tecnología de producción agropecuaria. En este caso,  estudiar el productor agropecuario significaría estudiar al productor asalariado desposeído, que trabaja bajo el mando de los propietarios de las condiciones de producción, es decir al proletario agrícola.

Desde su concepción, en el INE, se obvia que; por ejemplo, varios productores campesinos están en franco proceso de proletarizarse en sus actividades agropecuarias. Para El INE, todos los productores individuales que se dedican a la producción agropecuaria como actividad principal o única actividad, son productores autosuficientes que viven de la producción de sus parcelas y con ello oculta los procesos de proletarización  dentro de la producción agropecuaria.

 En el mismo sentido, esta concepción del INE ha llevado a obviar por completo,  a los verdaderos productores agropecuarios en las UPA que funcionan bajo relaciones capitalistas (nos referimos a las UPA funcionan como sociedades accidentales, unipersonales, sociedades de responsabilidad limitada y sociedades anónimas): al obrero agrícola, el productor directo desposeído de condiciones de producción;  concepción con la que se opaca el acceso a las formas de existencia de este productor directo. De esta forma,  el Censo Agropecuario nos brinda un panorama incompleto sesgado de la realidad agropecuaria boliviana.




[i] Uriroste, M. (2011) Concentración y extranjerización de la tierra en Bolivia. La Paz: Fundación TIERRA; Perez, M. (2007) No todo grano que brilla es oro. Un análisis de la soya en Bolivia. La Paz: CEDLA; Urioste, M. y Kay, C. (2005) Latifundios, avasallamientos y autonomías. La reforma agraria inconclusa en el oriente. La Paz: Fundación TIERRA.
[ii] Ornachea, Enrique  (2016) Comunidades y trabajo asalariado en la agricultura. Visto en: https://www.cedla.org/content/51854, última visita el 14 de enero de 2017.
[iii] Algunos trabajos recientes son: Ormachea, E. y Ramirez, N. (2013) Propiedad colectiva de la tierra y producción agrícola capitalista: El caso de la quinua en el Altiplano sur de Bolivia. La Paz: CEDLA.; Urioste, M.; Barragan, R. y Colque, G. 2007 Los nietos de la Reforma Agraria: Tierra y comunidad en el altiplano de Bolivia. La Paz: Fundación Tierra; Ormachea, E. (2016) Desarrollo del capitalismo en la agricultura y transformaciones en la Sociedad Rural boliviana. La Paz: CEDLA
[iv] El ayni es: “El ayni es un intercambio simétrico o equilibrado, en el cual se presta un servicio a cambio de otro igual que se otorgará en el futuro, una deuda que queda pendiente y que se paga con lo mismo con lo que se ayudó: un servicio es pagado con otro igual (cf. Morrée, 1998b; Rodríguez, 1992 e Izko, 1986). Esta práctica también se manifiesta en la forma de préstamos de herramientas entre unidades de trabajo y personas estrechamente relacionadas, como
familiares y vecinos muy allegados”, en: Geffroy,  C.;  Siles, J. y Soto M.  (2008) La invención de la comunidad: migración de retorno y economía solidaria en Huancarani. La Paz: PIEB y Embajada de Francia
[v] Ídem. Geffroy,  C.;  Siles, J. y Soto M.  (2008) La invención de la comunidad: migración de retorno y economía solidaria en Huancarani. La Paz: PIEB y Embajada de Francia
[vi] Ídem, pp. 68.
[vii] Sociedades de hecho se denominan a los productores individuales agrupados o asociados mediante la unión de sus tierras agrícolas para llevar adelante una producción común

martes, 13 de diciembre de 2016

La actualidad de las tesis de Marini para entender el Proyecto del Capitalismo “Andino Amazónico”




Tania Aillón Gómez


En un periodo histórico caracterizado por divagar en la dimensión de los aparente, en esta ocasión  queremos retomar  a  uno de los autores más representativos y  creativos de la escuela de la dependencia,  Ruy Mauro Marini, quien a partir del eje de reflexión: desarrollo - subdesarrollo (originado en la  corriente desarrollista, que promovió la burguesía latinoamericana), armado con las herramientas epistemológicas de la Economía Política Marxista, buscó identificar las tendencias  a través de las cuales,  se reproducen las trabas a la industrialización y el carácter primario exportador del capitalismo en América Latina (AL). En este pequeño artículo, buscamos indagar si  estas trabas a la industrialización aparecen, en el marco de desarrollo del “capitalismo andino amazónico” impulsado  por el gobierno del MAS.

1. UN  REPASO A ALGUNOS LOS PLATEAMIENTOS TEORICOS DE MARINI

Realizar el análisis de las tendencias que rigen las economías latinoamericanas, dentro de la totalidad de la economía mundial, lleva a Marini (como a otros autores de la Escuela de la dependencia)[i]  a plantear que las relaciones de América Latina con los centros capitalistas europeos, determinaron el curso del desarrollo ulterior de la región. A partir de entonces, se configura la relación de dependencia, una relación de subordinación entre naciones formalmente independientes, en cuyo marco, las relaciones de producción de las naciones subordinadas son modificadas o recreadas para asegurar la reproducción ampliada de la dependencia. En el seno de esta relación, para Marini, la economía latinoamericana, más allá de facilitar el crecimiento cuantitativo de los países centrales, contribuirá a que el eje de la acumulación en la economía industrial se desplace de la producción de plusvalía absoluta a la de plusvalía relativa. Como la cuota de ganancia no puede ser fijada tan sólo en relación al capital variable, sino sobre el total del capital avanzado en el proceso de producción, es decir, salarios, instalaciones, maquinaria, materias primas, etc., el resultado del aumento de la plusvalía tiende a ser una baja de la cuota de ganancia[ii]. Esta contradicción, crucial para la acumulación capitalista, se contrarresta mediante procedimientos que se orientan, ya en el sentido de incrementar aún más la plusvalía, a fin de compensar la declinación de la cuota de ganancia, ya en el de inducir una baja paralela en el valor del capital constante. En la segunda clase de procedimientos, interesa de acuerdo a Marini, el que se refiere a la oferta mundial de materias primas industriales (parte del capital constante), es mediante el aumento de una masa de productos primarios cada vez más baratos en el mercado internacional, como AL no sólo alimenta la expansión cuantitativa de la producción capitalista en los países industriales, sino que contribuye a que se superen los escollos que el carácter contradictorio de la acumulación de capital crea para esa expansión. Esto implica que naciones desfavorecidas, como las latinoamericanas, deban ceder gratuitamente parte del valor que producen, y que esta cesión o transferencia se acentúe en favor de los  países que les vende mercancías a un precio de producción más bajo, por su mayor productividad[iii].

Frente a esta transferencia de valor, podemos identificar un mecanismo de compensación, como el incremento del valor intercambiado, por parte de la nación desfavorecida, esto permite neutralizar  total o parcialmente los efectos de la trasferencia de valor, mediante el aumento del valor realizado. Para incrementar la masa de valor producida, el capitalista del país que trabaja con un grado menor de productividad, debe necesariamente, echar mano de una mayor explotación del trabajo, a través del aumento de su intensidad o mediante la prolongación de la jornada de trabajo o combinando los dos procedimientos.  Ahora bien, en los países de nuestra región, el aumento de la intensidad y/o la prolongación de la jornada de trabajo o el pago de salarios por debajo del valor de la fuerza de trabajo, configuran un modo de producción fundado; sobre todo, en la mayor explotación del trabajador, y no en el desarrollo de su capacidad productiva, esto  permite bajar la composición orgánica del capital, que sumada a la intensificación del grado de explotación de la fuerza de trabajo, hace que se eleven, simultáneamente, la ganancia y las cuotas de plusvalía[iv].

Como además, por la forma de articulación de las economías latinoamericanas a la economía capitalista mundial, la producción latinoamericana no depende, para la realización de las mercancías que constituyen su principal fuente de producción de excedente, de la capacidad interna de consumo, se produce así, el divorcio de los dos momentos  del ciclo del capital (la producción y la circulación de mercancía) cuyo efecto es hacer que aparezca de manera específica, una profundización en la economía latinoamericana de la contradicción propia  a la producción capitalista en general;  es decir, la que opone el capital al trabajador en tanto que vendedor y comprador de mercancías[v]. Como la circulación de la producción que genera el excedente más significativo, se separa de la producción y se efectúa; básicamente,  en el ámbito del mercado externo, el consumo individual del trabajador no interfiere en la realización del producto, aunque sí determine la cuota de plusvalía. En consecuencia, la tendencia natural del sistema será la de explotar al máximo la fuerza de trabajo del obrero, sin preocuparse de crear las condiciones para que éste la reponga. Esta profunda contradicción que caracteriza al ciclo del capital y sus efectos sobre la explotación del trabajo, incidirán de manera decisiva en el curso que tome la industrialización en los países de AL.

En el marco de estas consideraciones, a más de diez años de la puesta en marcha del proyecto de desarrollo del “capitalismo andino amazónico” por el MAS,  nos preguntamos acerca de si la dinámica  del sector industrial-manufacturero en este periodo,  acentuó las contradicciones propias del capitalismo neocolonial o las  superó, toda vez que  los Planes de Desarrollo del MAS proponían la superación del carácter primerio exportador de nuestra economía.   

2.  LA POLÍTICA EXPANSIVA DEL GOBIERNO Y LA RESPUESTA DEL SECTOR INDUSTRIAL

La política expansiva del gobierno, apoyada en el excedente hidrocarburifero y basada en una política de bonos, subsidios y expansión del crédito tanto de consumo como productivo, hizo crecer la demanda agregada, de forma más notoria  a partir de 2005. Dentro de esa dinámica, el crecimiento de la demanda interna (abstrayéndonos de la exportación de bienes y servicios), se explica principalmente,  por el consumo final de hogares (Grafico 1).

GRÁFICO 1: EVOLUCIÓN Y COMPOSICIÓN DE LA DEMANDA AGREGADA
(En millones de Bolivianos)[vi]



Con el fin de proteger el mercado interno,  para la industria local, el gobierno del MAS puso en marcha un conjunto de medidas arancelarias[vii] y una serie de políticas  de incentivo y promoción a la producción nacional, como la promoción de compras estatales[viii], para la producción artesanal e industrial. Institucionalmente, se determinó la creación de una entidad que promueva el desarrollo del mercado interno, para los productores bolivianos. Para facilitar que se dinamice la oferta del aparato productivo nacional y que la producción nativa encuentre el financiamiento necesario para producir, el gobierno bajo el rótulo de la “democratización de acceso al crédito[ix], implementó una política dirigida a incentivar a los pequeños productores, a los que identificó como sujetos del desarrollo del capitalismo andino amazónico[x]. La política del gobierno dirigida a disminuir la brecha entre de los dos momentos fundamentales del ciclo del capital (la producción y la circulación de mercancía)[xi], parece haber tenido buenos resultados. Es decir, que la expansión de espacios internos de realización para la producción nativa provocó procesos virtuosos de acumulación de capital industrial,  que se muestran en el aumento permanente de los volúmenes de producción, relacionados con la formación Bruta de Capital fijo (Grafico 2).  


Gráfico 2  COMPOSICIÓN Y EVOLUCIÓN REAL DE LA FORMACIÓN BRUTA DE CAPITAL FIJO (FBCF) EN EL SECTOR PRIVADO, 2000-2015.
(En miles de bolivianos)[xii]



Sin embargo, se hace necesario, ahondar en el análisis de los procesos analizados. ¿En qué medida esta dinámica del sector industrial manufacturero, dependiente del sector primario exportador, puede a mediano y/o lago plazo desprenderse de este cordón umbilical y alcanzar una auto dinámica relativa, que suponga, como dice Marini (1973), que el flujo de la producción industrial se resuelva adecuadamente en el flujo de la circulación, en base a una demanda producida por la propia dinámica del sector industrial?

3. LOS RASGOS DE LA ACUMULACION DE LA INDUSTRIA NATIVA

Un indicador de la limitaciones que encuentra el desarrollo industrial en Bolivia, pese a la dinámica alcanzada por la política de expansión del mercado interno, es percibida por el Programada las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que en su informe sobre Bolivia del año 2015, hace notar que en términos relativos, la participación de la industria manufacturera tuvo una tendencia decreciente, ya que de una participación del 18% en el PIB en 1988, pasó a una participación del 10% en 2013. Este rezago  se muestra en la baja productividad de su economía. En las estadísticas del PNUD[xiii] se evidencia  que la evolución de la productividad en Bolivia, medida a través del crecimiento de la productividad total de los factores (PTF),  entre 1990 y 2011 fue del 10%, algo menos de medio punto porcentual por año, uno de los más bajos de la región[xiv], lo que  indicaría que las mejoras en productividad han sido relativamente pequeñas en comparación al notable crecimiento de la economía en el ciclo favorable del presente siglo. Indagamos mediante un trabajo de terreno, realizado entre empresarios locales en Bolivia, las razones que,  desde su percepción, explican el persistente rezago de la industria en el país e identificamos que la falta de integración entre los diferentes ramos y sectores productivos, con su efecto de sinergias que reduzcan los costos de producción y mejoren la calidad de los productos, es una de las razones que explica la baja productividad y,  en consecuencia, la baja competitividad de la industria boliviana. Esta seria limitación para la competitividad de la industria nativa, es asociada por los mismos industriales a las formas no capitalistas de producción, dentro de las que se produce la materia prima.

La celeridad y la eficacia con que pueden convertirse las mercancías producidas en dinero acrecentado para la inversión industrial encuentran serias trabas en la insuficiencia en infraestructura caminera y en equipamiento aéreo. En un país con abundancia de fuentes energéticas, los industriales señalan la ausencia del Estado medidas concretas que aseguren la provisión de energía barata para la industria. En estas condiciones: ¿cuáles son las estrategias a las que recurre el empresario local para garantizar la valorización del capital invertido? Es decir, cómo compensa el industrial nativo,  la falta de productividad que provenga de una mayor composición orgánica del capital.  Nos detenemos entonces,   a valorar si en Bolivia, la ausencia de productividad basada en mejoras al capital constante (aspecto al que nos referimos líneas arribas) se compensa con ajustes  en el capital invertido en fuerza de trabajo. En el periodo analizado: ¿qué sucedió con el salario como precio de la fuerza de trabajo?


Gráfico 3: EVOLUCIÓN DEL SALARIO MÍNIMO NACIONAL, SALARIO MEDIO NOMINAL Y SALARIO MEDIO REAL
 (En Bolivianos)(Base=1995)[xv]



Pese a que el salario mínimo nacional y el medio nominal aumentan de forma significativa en la era del MAS (grafico 3), el salario real, es decir, la capacidad de compra de los asalariados cae desde 2004, para regresar a los niveles que tenía a fines de los años noventa, en la etapa de auge del neoliberalismo. Esto tiene un impacto directo en la proporción de las necesidades básicas que puede cubrir este salario, en relación a lo que se denomina la Canasta Normativa Alimentaria[xvi] Para el año 2015, el SMN de 1.656 Bs, sólo alcanza a  cubrir el 78% de la canasta CNA[xvii]. En  consecuencia, un análisis estadístico nuestra que la brecha de distribución de la riqueza entre capital y trabajo en términos porcentuales, es aún más desfavorable para la clase obrera, entre el 2006 y el 2013, que en el año 2001(Grafico 4 )

Gráfico 4: DISTRIBUCION DEL INGRESO ENTRE CAPITAL Y TRABAJO, 2012 Y 2013(En porcentaje)[xviii]



El contenido de los conflictos obreros por la extensión de la jornada laboral, más allá de las 8 horas sin una remuneración equivalente o por medidas patronales que reducen de forma arbitraria el tiempo de descanso en la jornada diaria, el establecimiento de todos los días como laborables con descanso en cualquier día de la semana, el desconocimiento de la jornada de 7 horas para las mujeres y/o la ampliación del trabajo a tiempo parcial (mujeres/jóvenes), el no pago a las horas extras, son los motivos frecuentes de conflictos laborales, lo que nos permite refrendar las tendencias mostradas en la información precedente[xix].

En cuanto a la intensificación del trabajo, en nuestro trabajo de terreo (2012-2013) encontramos diferentes métodos, por limitaciones de espacio, nos referiremos sólo a algunos. En industrias textiles, el tiempo de trabajo necesario para la producción de cada prenda, es la base de la competitividad, este tiempo de trabajo se traduce en un proceso de costeo que se establece en base a tiempos normalizados. Con salarios básicos bajos, la política del bono de producción se convierte en un dispositivo efectivo, para alargar e intensificar la jornada laboral. Otro método de extensión de la jornada laboral es el de la flexibilización funcional, por la que se exige que un obrero cumpla distintas funciones dentro del proceso productivo, que muchas veces implica el cambio y uso simultaneo de distintas herramientas y/o maquinas, una suerte de polifuncionalidad, que obliga a los obreros a intensificar su jornada laboral[xx].

4. LA REAVIVACION DE LAS VIEJAS CONTRADICCIONES

Hasta aquí el desenvolvimiento del proyecto de desarrollo de capitalismo andino amazónico, parece reproducir la tendencia de la economía dependiente identificada por Marini (1973) de explotar al máximo la fuerza de trabajo del obrero, sin preocuparse  por crear las condiciones para que éste la reponga. Situación que se convierte en freno para una producción asentada en la innovación tecnológica, capaz de competir en mercados externos; es decir, capaz de convertir al sector industrial en una alternativa similar a la del sector primario, la situación parece agudizar más esta tendencia, cuando se observa que las formas no capitalistas de producción, en las que se asienta el desarrollo del capitalismo andino amazónico, se convierten en freno no solo para expandir el mercado interno en base a mejores salarios y condiciones de vida de la clase obrera, sino también, para mejorar las potencialidades del capital constante (materia prima), de cara a una producción industrial masiva, como se pudo apreciar, a partir de los testimonios de industriales locales, recogidos durante nuestro trabajo de terreno. Así se reproduce un hecho paradójico, Bolivia no tiene la capacidad de hacer crecer el aparato productivo, al tamaño suficiente y necesario, como para que sea el capital nativo el que cubra este crecimiento y la dinámica del sector industrial, continúa reproduciendo las contradicciones que lo caracterizan: la incapacidad de generar un mercado interno, para su acumulación, que se base en niveles salariales que expandan la capacidad de compra de los asalariados. Este rasgo estructural de la industria nativa, que centra su actividad en la sobreexplotación de la fuerza de trabajo; cuando finaliza el periodo de auge, se hace evidente en la incapacidad de la pléyade de pequeños empresarios, para enfrentar la desaceleración económica. No es casual que entre los años 2014 y 2015 se incremente de forma notoria,  el número de empresas que se cierran. De acuerdo a los informes de FUNDEMPRESA (entidad encargada del registro de comercio en Bolivia), en el año 2014 se cierran 2.584 empresas y esta cifra se duplica en el año 2015 con el cierre de 5.3478 (el mayor cierre de empresas del último quinquenio), de las cuales en 2015, 5.066 eran empresas unipersonales[xxi]. El inicio del ciclo recesivo se muestra también,  en el incremento de la cesión gratuita de parte del valor producido hacia los países centrales con una mayor productividad relativa[xxii], mediante  el aumento del deterioro de los términos de intercambio, que es el indicador del grado de dependencia de nuestra economía respecto a  la exportación primaria:

Grafico 5: ÍNDICE DE TÉRMINOS DE INTERCAMBIO DE BIENES Y SERVICIOS, 2005 - 2015
(Base=2010)[xxiii]



Esto no solo hace evidente la incapacidad del sector industrial, por su baja productividad, para neutralizar la caída del valor de las exportaciones producto de la baja  de los precios de las materias primas, sino que también  niega los postulados neo desarrollistas, ya criticados por Marini (1978), sobre la  posibilidad de un  desarrollo industrial  en países neocoloniales( en alianza con el capital transnacional), sin la realización de un proyecto político comprometido con cambios estructurales sustantivos, basados en la organización de la clase trabajadora  como sujeto político en sus formas más avanzadas y orgánicas, lo que incluye la socialización de la gestión de empresas, del Estado y de la sociedad en general[xxiv].




[i] Entre estos autores estánDos Santhos, T. (1978). Imperialismo y Dependencia. México D. F.: Ed. Era y Bambirra, V. (1977). Teoría de la dependencia: Una anticrítica. México D. F.: Ed. Era.
[ii] Marini, R. (1973). Dialéctica de la Dependencia. Buenos Aires: Editorial Era.
[iii] Ídem.
[iv] Ídem.
[v] En las economías desarrolladas, pese a que el capital privilegia el consumo productivo del trabajador (o sea, el consumo de medios de producción que implica el proceso de trabajo), y se inclina a desestimar su consumo individual (que el trabajador emplea para reponer su fuerza de trabajo), el cual le aparece como consumo improductivo, esto se da exclusivamente en el momento de la producción, porque al abrirse la fase de realización, esta contradicción aparente entre el consumo individual de los trabajadores y la reproducción del capital desaparece, una vez que dicho consumo (sumado al de los capitalistas y de las capas improductivas en general) restablece al capital la forma que le es necesaria para empezar un nuevo ciclo; es decir, la forma dinero (Marini, R. (1973). Dialéctica de la Dependencia. Buenos Aires: Editorial Era.).
[vi] Elaboración propia, en base a datos de UDAPE e INE.
[vii] D. S. 293495(noviembre 2007), 0125 (Mayo 2009), que aplica una tasa arancelaria de 5 a 20% para diversos artículos manufacturados (tapicería mueblería textiles), 0125(Mayo 2009) 35% Jun-12, 40%con la finalidad de proteger la industria nacional e incentivar el consumo de productos hechos en Bolivia.
[viii] Como el D.S. 27328 (Compro Boliviano) Promoción de compras estatales para la producción artesanal e industrial de la micro, pequeña, mediana y gran empresa, tanto urbana como rural. D.S. 29727(Base legal: Ley 3351, de 2006). Creación de PROMUEVE-BOLIVIA, entidad pública desconcentrada con dependencia del Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural. Establecer una entidad que promueva el desarrollo del mercado interno para los de producción diversificada y con mayor valor agregado. Productores bolivianos, en el marco de un patrón de producción diversificada y con mayor valor agregado. la Gaceta Oficial de Bolivia.
[ix] Aillón, T. (2010). El Significado Histórico de la Redistribución del Excedente del Sector de Hidrocarburos en la Era del MAS-IPSP. En Revistas Búsqueda, N° 36, pp. 101 - 138.
[x] Ídem.
[xi] Marini, R. (1973). Dialéctica de la Dependencia. Buenos Aires: Editorial Era.
[xii] Elaboración propia, en base a datos obtenidos del Instituto Nacional de Estadística.
[xiii] Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2015)  Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia. El nuevo rostro de Bolivia transformación social y metropolización. Visto en: http://www.bo.undp.org/content/dam/bolivia/docs/undp_bo_IDH2016.pdf
[xiv] Ídem.
[xv] Elaboración propia, en base a datos de Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE).
[xvi] Es un indicador estadístico que tiene por objeto determinar el valor o costo mensual en bolivianos de un conjunto de alimentos, que cubren los requerimientos de energía y nutrientes de una familia tipo de la población.
[xvii] Castro, L. (2015) ¿Por qué la política salarial del gobierno no beneficia a los trabajadores?. Visto en: http://llankaymantabolivia.blogspot.com/2015/04/porque-la-politica-salarial-del.html
[xviii] CEDLA “Trabajo asalariado, explotación laboral y crisis capitalista”. Visto en: http://cedla.org/content/51511
[xix] Uno emblemático,  entre ellos, pero no por ello el único, es el conflicto que se produjo en la industria de la construcción: en mayo de 2015,  en el Proyecto Hidroeléctrico de San José, donde los obreros que tenían jornadas laborales superiores a las 10 horas denunciaron que recibían solamente una comida al día, soportaban agresiones físicas y verbales de su superior, y otros actos ilegales relacionados con sus pagos (Entrevista a obreros de SINOHIDRO), otro conflicto de SINOHYDRO con sus trabajadores fue en noviembre de 2015,  en el proyecto carretero Ivirgarzama-Ichilo, donde reaparecen las quejas por maltrato verbal, físico y psicológico, la falta de pago de horas extras, reducciones salariales y despidos injustificados (El Deber, 12/11/2015; Los Tiempos, 13/13/2015, cit. en: CEDLA “Empresas extranjeras y nacionales de construcción: constantes violaciones de los derechos laborales”. Visto en: http://cedla.org/content/51398.
[xx] Encontramos este método en fábricas de alimentos y bebidas, muchas de estas fábricas enfrentaban lo problemas de la alta rotación de personal, debido a que la marcada intensidad de la jornada laboral. Estas políticas de intensificación de la jornada laboral estarían en la base explicativa del crecimiento del producto industrial con un crecimiento apenas positivo del empleo en la industria, en la última década, como indica el PNUD, organismo que también asocia esta situación (en su términos), al uso más eficiente del trabajo (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2015)  Informe sobre Desarrollo Humano en Bolivia. El nuevo rostro de Bolivia transformación social y metropolización. Visto en: http://www.bo.undp.org/content/dam/bolivia/docs/undp_bo_IDH2016.pdf).
[xxi] Diario Página Siete, La Paz, 26 de Agosto.
[xxii] Marini, R. (1973). Dialéctica de la Dependencia. Buenos Aires: Editorial Era.
[xxiii] Elaboración propia en base a datos obtenidos de: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2015) “Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2014: desafíos para la sostenibilidad del crecimiento en un nuevo contexto externo”. Vsito en:
[xxiv] Marini, R. (2008) “Proceso y tendencias de la globalización capitalista” en Martins, C (Comp.),  América Latina, dependencia y globalización. Fundamentos conceptuales Ruy Mauro Marini. Bogotá: Siglo del Hombre – CLACSO, pp. 247 – 272.