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jueves, 14 de enero de 2016

El trasfondo de la política tributaria durante el “Proceso de Cambio”



Mauricio Oscar Piejko Patiño


Fotografía: hhttp://correodelsur.com/. 25/08/2015
Nos encontramos en medio de una recesión económica mundial que se generó al interior de las economías de Europa y Norte América para, posteriormente, afectar a las economías de Asia y  América Latina. Al menos, durante los últimos dos años, esta dinámica del capitalismo mundial ha resultado en una continua caída de los precios internacionales de las materias primas en general. Para Bolivia, esta caída en los precios internacionales significa, después de casi una década de altos precios y de “bonanza económica”, una importante reducción del excedente  económico absorbido desde el Estado (por concepto de Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y rentas petroleras). Conscientes de las consecuencias de la recesión mundial de la economía, los altos mandatarios del Estado boliviano, adoptaron una política de endeudamiento interno y mayor presión tributaria que les permita financiar y controlar (a nivel interno) los efectos de la crisis mundial del capitalismo, al tiempo de garantizar la reproducción del Estado Plurinacional de Bolivia, bajo el eslogan y proyecto político del “Proceso de Cambio”.

En este sentido, la actual coyuntura nos motiva a realizar un breve análisis sobre el contenido de la política tributaria emprendida durante la gestión de gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS). Para dicho propósito,  en primer lugar, examinaremos las principales fuentes e instrumentos de recaudación tributaria en el marco de las políticas del “Proceso de Cambio”; para posteriormente,  reflexionar sobre la relación de crecimiento real que ha existido durante la última década,  entre la deuda tributaria y los salarios de los trabajadores. Por último, reflexionaremos sobre la finalidad y contenido de la redistribución los recursos tributarios recaudados por el Estado Plurinacional de Bolivia, a través de un análisis del gasto público  efectuado por el gobierno en general.

1. LOS TRABAJADORES COMO SOSTÉN ECONÓMICO DEL “ESTADO PLURINACIONAL DE BOLIVIA”

Uno de los principales rasgos que caracterizan a las sociedades capitalistas es que la base económica de la reproducción del Estado esta  sujeta a la capacidad que tengan las autoridades públicas para extraer excedentes económicos, bajo la forma de impuestos y tributos, del contingente de laboriosos de la población (Sweezy, 1987[i]; Goigh, 1992[ii]). En el gráfico 1, se puede apreciar que la evolución de los montos tributarios recaudados por el Gobierno durante la última década, siguieron una tendencia creciente, principalmente, aquellos impuestos que son dirigidos a los trabajadores asalariados y no asalariados (IVA y RC-IVA). Por su parte, los impuestos (en términos absolutos) que se dirigen a las utilidades de los empresarios -propietarios de los medios de producción, son menores  al monto absoluto tributado por los trabajadores. Sin embargo, cabe destacar que el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) también juega un papel relevante (en un contexto de precios elevados),  pero no por ello más importante que las contribuciones tributarias de los trabajadores.

GRÁFICO 1.BOLIVIA: RECAUDACIONES TRIBUTARIAS SEGÚN PRINCIPALES IMPUESTOS  (EXPRESADO EN MILES DE BOLIVIANOS)[iii]



Esto significa que es la población trabajadora, a través de una carga tributaria directa a su consumo e indirecta a sus salarios, el principal sostén económico del aparato estatal en la última década. Los datos muestran que la política tributaria del gobierno del MAS no es neutral, ha seguido un endurecimiento fundamentalmente sobre la clase trabajadora y una flexibilización sobre las ganancias de las firmas. De este modo, la política tributaria del “proceso de cambio” se limita a extraer recursos sobre la plusvalía de las firmas capitalistas, denotando una lógica de Estado que impulsa procesos de acumulación de ganancia concentrada en las clases económicamente dominantes (Sweezy, 1987; Goigh, 1992).

Como un primer elemento, identificamos que la política tributaria de recaudación no es neutral y mucho menos equitativa respecto a  echar mano sobre las ganancias de los empresarios. La evolución de la recaudación tributaria evidencia que nos encontramos frente a un Estado que administra el capitalismo, que busca hábilmente nuevos instrumentos y mecanismos[iv], para garantizar económicamente la reproducción de un régimen y  proyecto político, que notoriamente favorece al capital, en concreto, a las clases económicamente dominantes del país.

2. CRECE MÁS LA DEUDA TRIBUTARIA QUE LOS SALARIOS

Ahora, cabe reflexionar un segundo elemento que se presenta implícito, pero que guarda una estrecha relación con contenido de la política tributaria del gobierno del MAS. En el gráfico 2, se evidencia la evolución y el crecimiento nominal de la deuda tributaria con mantención de valor UFV[v], en relación al crecimiento del salario nominal de un trabajador asalariado promedio. Observamos que, desde diciembre 2007 hasta marzo de 2015, la elevación de la deuda tributaria siempre fue mayor al crecimiento nominal del salario medio de los trabajadores, es más, se constata que durante los procesos inflacionarios (inflación del 2008) se acrecienta la brecha  entre  la deuda tributaria y los salarios, mientras que en periodos de reducida inflación  tiende a achicarse.


GRÁFICO 2. EVOLUCIÓN NOMINAL DE LA DEUDA TRIBUTARIA RC-IVA Y DEL SALARIO MEDIO DE UN  TRABAJADOR ASALARIADO
(EXPRESADO EN BOLIVIANOS)[vi]


Pero ¿Qué implica la política de actualización del valor tributario  en base a la UFV? Al asumir la metodología de la  UFV,  el gobierno fija la  la deuda tributaria[vii] al margen del poder de compra real que tienen los trabajadores y las trabajadoras con su salario e ingresos. Es por ello que la información obtenida, muestra que los impuestos crecen a un ritmo más elevado que los salarios que reciben los trabajadores. En consecuencia,  esta metodología de actualización de valor tributario, que surge con el neoliberalismo (ADN) y que se sigue reproduciendo con el gobierno del MAS, es la fiel expresión de la necesidad del Estado de extraer progresivamente más ingresos del trabajo de los asalariados y hacerse de recursos que garanticen la estabilidad  del aparato estatal  en periodos de crisis (inflación).

Partiendo del enfoque que analiza al Estado en cuanto administrador del capitalismo, podemos afirmar que el gobierno del MAS busca controlar los procesos de crisis a partir de la extracción más intensa de recursos económicos de los trabajadores y las trabajadoras (Alvater, 1976)[viii], esto es, cargar el costo de la crisis sobre la espalda de los trabajadores,   para generar condiciones de estabilidad macroeconómica que promuevan la competencia y la inversión. En este sentido, el actual gobierno focaliza la presión tributaria sobre el ingreso de los trabajadores  asalariados, más que sobre las ganancias del empresario capitalista.

3. ¿CUÁL ES EL DESTINO Y FINALIDAD DE LOS RECURSOS TRIBUTADOS?

Todos los elementos analizados hasta el momento, llevan a plantearnos un último elemento, para entender el trasfondo de la política tributaria durante el “proceso de cambio”.  Nos referimos, a la orientación de los gastos públicos efectuados por el gobierno del MAS. Como vimos, la política tributaria  del gobierno se dirigió principalmente, a extraer de manera progresiva mayores recursos económicos de los trabajadores, también se observó que, en periodos de crisis, esta tendencia crece aún más. Sin embargo, la identificación del contenido de su política tributaria, no puede ser respondida sin antes identificar la finalidad y el uso que el gobierno del MAS le da a los recursos recaudados con los impuestos.

En el gráfico 3, se aprecia los principales gastos corrientes que efectúa el gobierno  general durante los últimos quince años. En el gráfico se observa que el gasto público efectuado por el MAS, creció de forma  significativa en relación al gasto de los gobiernos del periodo neoliberal (2000-2005). No obstante, este mayor gasto se manifiesta  en un significativo crecimiento en los montos destinados a  remuneraciones y salarios de  funcionarios y empleados públicos, esto no significa que los obreros y empleados de servicios públicos tengan mejores salarios y remuneraciones[ix], sino que este crecimiento se debe a la ampliación de la burocracia estatal parasitaria, cuya existencia se explica por el papel que desempeñan como sujetos que reproducen la estructura de poder al interior del Estado (Piva, 2012)[x]. Por ejemplo,  los 120 ítems fantasmas ediles encontrados en la alcaldía del Alto[xi], o bien la creación de oficinas extraordinarias del UNASUR para el control del narcotráfico[xii], son la clara representación de  funcionarios excedentarios en el Estado Plurinacional, que no tienen una relevancia funcional para los servicios públicos, pero sí, para la reproducción del poder en las instancias de gobierno como afiliados del partido. En definitiva, este crecimiento de la  burocracia estatal en Bolivia manifiesta una continua introducción de agentes en el Estado, que se nutren y alimentan a  expensas  de los impuestos que pagan los trabajadores; poniendo en evidencia, lo que  Marx (1978)[xiii] denominaba como “el carácter parasitario del Estado”.


GRAFICO 3 BOLIVIA: EVOLUCIÓN DE LOS PRINCIPALES GASTOS CORRIENTES DEL GOBIERNO GENERAL, 2000-2014.
(EXPRESADO EN MILES DE BOLIVIANOS)[xiv]



Por otro lado, desde el 2007, también se evidencia un importante crecimiento del gasto público (transferencias) en políticas rentistas y asistenciales; dentro de estas políticas,  tenemos el Bono Juancito Pinto, el Bono Juana Azurduy, la Renta Dignidad, etc. Desde el punto de vista del gobierno, estas políticas son el resultado de un proceso de cambio en la redistribución de los ingresos, una redistribución que beneficiaría a los sectores populares vulnerables y deprimidos de la sociedad, y no así a los sectores sociales económicamente poderosos. Sin embargo, más allá de estos magnificentes discursos populistas de transformación social, la política de rentas y bonos del “proceso de cambio” se centra en neutralizar las contradicciones sociales con compensaciones monetarias directas, sin trastocar el problema estructural de las desigualdades socio-económicas inherentes a una sociedad regida por  los intereses de acumulación los grandes capitalistas.  En última instancia, este cuantioso gasto en rentas y bonos, busca  adormecer con dinero y “regalos del Evo” (como manifiesta Álvaro García Lineras en las entrega de obras y bonos en las comunidades indígenas y campesinas, aduciendo que son regalos del presidente) a las clases subalternas, que por su condición social rezagada, son potencial caldo de cultivo de conflictos sociales, que pondrían en jaque la estabilidad política que requieren el gobierno y los patrones capitalistas. Cabe destacar,  que estas políticas de bonificación constituyeron, durante estos últimos años, un mecanismo políticamente eficiente, para  generar adeptos y simpatizantes en los procesos electorales. 

Finalmente, otro gasto que “casualmente” se encubre en todas las bases de datos oficiales del gobierno, pero que ha tomado mucha relevancia  en términos de la política pública del “proceso de cambio”, es la inversión en la militarización del Estado. Tomando como referencia,  algunos datos del Banco Mundial[xv], observamos que el gasto militar en Bolivia pasó de 2.493.millones de bolivianos el año 2011, a 3.192 millones de bolivianos el año 2014, es decir, que el flujo de gasto público en militarización creció en más del 25% en tan solo tres años. Este importante crecimiento en los gastos de militarización, en el fondo, nos muestra que el gobierno del MAS se encuentra en la tarea de fortalecer la fuerza represiva del poder estatal, esto significa, endurecer  la columna vertebral de una estructura social que reproduce una división entre clases dominantes y clases dominadas. Así, si en un futuro periodo, se da una  progresiva efervescencia de las contradicciones sociales, el gobierno procurará asegurar el “orden” con un aparato militar más fortalecido [xvi] que mitigue a las fuerzas políticas emergentes que  atenten contra el régimen del “Proceso de cambio” y su contenido capitalista.

4. CONSIDERACIONES FINALES 

En definitiva, vemos que la actual dinámica del capitalismo mundial exige al gobierno del MAS endurecer la política tributaria, empero no de forma neutral y “proporcionalmente equitativa”, sino  en desmedro de la clase trabajadora. Los datos nos revelaron que en la última década, los/as trabajadores/as (asalariados y no asalariados) fueron el principal sostén económico  del “Estado Plurinacional de Bolivia”, pues las fuentes e instrumentos de mayor recaudación tributaria  son el IVA y el RC-IVA (dirigidas principalmente al consumo e ingreso de los/as trabajador/as). Asimismo,  la reducción a tres salarios mínimos nacionales como parámetros de cálculo para el pago del RC-IVA, y la implementación de un nuevo sistema informático de tributación, son algunas de las medidas de endurecimiento tributario que implementará el gobierno del MAS  sobre los trabajadores, para garantizar recursos económicos en un contexto de bajos precios internacionales de los hidrocarburos. En este sentido, se torna elocuente, también  que, en la última década,  los salarios de los trabajadores en general, crecieran a un menor ritmo que la deuda tributaria, y que la brecha entre ambos,  se acreciente en periodos de inflación y de crisis.

Todos los elementos expuestos revelan que el trasfondo de la política tributaria durante el “proceso de cambio” consistió en el perfeccionamiento del Estado capitalista  como  extractor de mayores excedentes del trabajo, que formalmente se presentan   como impuesto a los salarios, al consumo  y a las ganancias de las empresas. El Estado Plurinacional de Bolivia es un Aparato de dominación reformado a la necesidad de absorción de excedente del trabajo que requiere el gobierno del MAS para su proyecto político, pues, por una parte, con una política tributaria restringida para el empresariado, promueve procesos de acumulación de ganancia capitalista; y por otra, con mayores impuestos al consumo y al salario, carga sobre las espaldas de los trabajadores y trabajadoras –con mayor énfasis en periodos de crisis y de inestabilidad económica-, la reproducción material del poder estatal. Con ello se crean las condiciones económicas que  garantizan un cierto grado de estabilidad política del régimen al mismo tiempo que  se fortalecen las instancias represivas del Estado, mediante el crecimiento de la burocracia  y del aparto militar.

           Las recurrentes expresiones  del gobierno, que hacen referencia a la transformación  histórica de un Estado capitalista-neoliberal, hacia un "Estado Plurinacional y socialista, que promueve el interés de los pobres y los marginados", son tan solo discursos abstractos alejados de la realidad. Como evidenciamos, de ningún modo, el “proceso de cambio” ha significado una modificación de la lógica de reproducción del Estado, ya presente en los gobiernos  neoliberales. El contenido de clase de las políticas públicas es el mismo, pero ahora se encubren detrás de un discurso abstracto de socialismo  que busca  adormecer a las clases subalternas de la sociedad, y que en los hechos, sigue reproduciendo con sus políticas, las desigualdades socioeconómicas congénitas  a una sociedad regida por  los intereses de la burguesía nacional y la burguesía imperialista.

NOTAS.


[i] Sweezy, P.M. (1987) Teoría del Desarrollo Capitalista. México D. F.: Fondo de Cultura Económica.
[ii] Gough, I. (1992) Economía política del Estado del Bienestar. Madrid.
[iii] Elaboración propia, en base a datos de la Unidad de Análisis de Política Social y Económica (UDAPE)
[iv]Una clara ilustración de esto, es el Decreto Supremo 2421 aprobado el 19 de agosto, que establece que a partir del 1 de enero del 2016, todos los trabajadores y trabajadoras que ganen por encima de tres salarios mínimos nacionales estarán sujetos a tributar el RC-IVA, ampliándose de este modo, los montos tributarios y la base de trabajadores asalariados contribuyentes al Estado. Complementaria a esta disposición el Impuesto Nacional afirmo la implementación a partir del 2016 un nuevo sistema de tributación, que implica la adecuación informática de la declaraciones tributarias de tal modo se amplié la base de contribuyentes y se mejore la fiscalización de los montos adeudados al fisco. 
Ver artículos relacionados:
[v]Creada durante el gobierno del ADN, por el Decreto Supremo 26390 del 8 de noviembre de 2001 y vigente desde el 7 de diciembre del mismo año. El objetivo es el mantener el valor  del financiamiento de viviendas y todos los “actos jurídicos” (obligaciones tributarias, entre estas) que requieran mantener el valor del boliviano de acuerdo a los procesos inflacionarios. A partir de esta determinación gubernamental, es que surge la metodología de actualización de valor de la deuda tributaria (multas por retraso).
[vi] Elaboración propia, en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y del Banco Central de Bolivia (BCB).
* La evolución del salario medio nominal  se obtuvo  del  Instituto Nacional de Estadística (INE).
** La evolución de la deuda tributaria se realizó a partir de las cifras diarias de UFV publicadas en el Banco Central de Bolivia (BCB) y la fórmula de mantenimiento de valor de la deuda tributaria: VA(t)= VA(i) *  [UFV(t)/UFV(i)]
Donde: VA(t): Es el valor actualizado al periodo t
VA(i): Es el valor inicial de la deuda tributaria que corresponde a al mes de diciembre de 2007.
UFV(t): Corresponde al valor de la UFV para el periodo t
UFV(i): Corresponde al valor inicial de la UFV, que representa al mes de diciembre de 2007. UFV= 1,28835
Nota: El monto inicial de deuda tributaria de 2.452 bolivianos ha sido fijado hipotéticamente con propósitos comparativos  con el salario medio nominal (mismo punto de inicio). No representa el monto o deuda tributaria que paga un trabajador asalariado promedio.

[viii] Alvater, E. (1976) Estado y capitalismo. Cuadernos Políticos, número 9. México, D.F.: Editorial Era.
[ix] Existe una diversidad de estudios: “El nuevo mundo del Trabajo” realizado por Carla Azcarruns, Víctor Hugo Calisaya, Eliana Quiñones y Gabriel Rodríguez, el año 2014; “Más asalariados, menos salario” efectuado por el CEDLA el año 2010; entre otros, que afirman la existencia de procesos de precarización laboral en trabajadores y obreros del sector público durante el gobierno del MAS.
[x] Piva, A. (2012) Burocracia y teoría marxista del Estado. Revista sociológica de pensamiento crítico, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires.
[xiii] Marx, C. (1978) El dieciocho brumario de Luis Bonaparte, Ediciones en Lenguas Extranjeras.
[xiv] Elaboración propia, en base a datos de la Unidad de Análisis de Política Social y Económica (UDAPE)
[xvi] Lenin, V.I.U. (1976) El Estado y la revolución.  Moscú: Editorial Progreso.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

Cuándo el capitalismo también es popular: Una crítica al libro de la Economía Popular (parte 1)




Luis Fernando Castro López



Esta es una reseña sobre el libro: La economía popular en Bolivia: Tres miradas, está dirigida a comentar la primera parte del libro por dos razones: primero, por las características del libro, el cual está compuesto por tres ensayos que constituyen textos independientes, que analizan diferentes aspectos de lo que en el mismo, se entendería por “economía popular. La segunda razón es que los autores no tienen una posición completamente definida de lo que es la economía popular, ellos mismos aceptan que en sus trabajos la economía popular tien
e distintos matices.

La primera parte es un estudio de Juan Arbona, María Elena Canedo, Carmen Medeiros y Nico Tasi, se titula: “El sistema económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia”.

Fotografía: http://www.bolivianueva.com. 26/05/2014
El presente trabajo, es un estudio antropológico, inspirado en las teorías de la economía étnica[i], que vuelca la mirada sobre “las prácticas económicas de aquellos grupos excluidos de las instituciones capitalistas oficiales”[ii].  Sujetos emprendedores aimaras o quechuas que no rompen sus vínculos y tradiciones comunitarias,  más al contrario, en la llamada economía popular, encontramos una serie de actores, que al ser desplazados  por la economía global hacia procesos de precarización y fragmentación, son empujados “a apostar, consolidar y expandir sus propias formas sociales y su lógica económica, por la imposibilidad de participar en la  sociedad y en la economía oficiales”[iii].

Ya en el inicio del libro los autores se oponen a los enfoques que ven a los actores de la economía popular como sujetos pasivos y subordinados a las reglas del mercado global y del capitalismo. Para ellos la economía popular es un proceso en el que los actores emprendedores construyen sus relaciones económicas inyectándoles, mediante su práctica, su singular rúbrica.

Entonces, la economía popular es la construcción de un sistema económico en el que se relacionan actores excluidos, que desde su emprendedurismo, articularían zonas económicamente desarticuladas, creando una sinergia económica que enlaza el comercio con la producción local, que crea relaciones económicas locales, translocales e internacionales, que establece instituciones y relaciones de intercambio que desafían la lógica impersonal y “meramente económica” del capitalismo,  para incluir en ellas, formas religiosas, étnicas y vínculos personales. Además,  esta economía  popular se caracterizaría por estar volcada a la economía local, planteando desde ese espacio, su propia forma de articulación con la economía global; es decir, actores e instituciones desde los cuales  se negocian los vínculos con la economía global, esto desembocaría en último término,  en el establecimiento de una “propuesta propia de modernidad y desarrollo”[iv],  diferente a la de las clases dominantes que excluyeron a estos actores.

La economía popular desafia la posición de enclave productivo al que habría sido destinado nuestro país dentro de la estructura “económica global” y estaría erigiendo un sistema económico flexible capaz de aprovechar nichos de mercado y periodos de bonanza, mediante procesos de aprendizaje de un “know how” sobre el funcionamiento de los mercados locales e interncacionales, y una readaptación de la tecnología y de las mercaderías extranjeras a la demanda local.

Una de las virtudes de este trabajo es que cuestiona las visiones tradicionales de la economía, que basan sus estudios en la gran empresa y los flujos masivos de importaciones y producción, e ingresa a estudiar las dinámicas locales de la economía, para describir de manera detallada, las formas concretas de funcionamiento del capitalismo en nuestro país. El trabajo, muestra la forma en que las relaciones étnicas de las comunidades y las relaciones familiares se convierten en los principales pilares de un sistema de relaciones económicas. Además,  en el estudio se pone en evidencia,  cómo esa economía catalogada como informal genera una sinergia económica que “eslabona sujetos, territorios y fases económicas”.

En síntesis, en el trabajo se muestra que la economía boliviana no puede ser comprendida sin el estudio detallado de esos sectores mal llamados informales en los cuales se agrupan “sujetos excluidos” de los mercados oficiales de exportación. Lo segundo que se rescata,  es que la comprensión de estos elementos puede ayudarnos,  a entender porque las crisis económica en Bolivia toma un ritmo muchas veces laxo, es decir, explicar por qué las crisis tienen un efecto retardado sobre la economía boliviana, pues estas sinergias llamadas  "economía popular",  tratan de mantener una dinámica económica constante a nivel local (aquí las readecuaciones de productos importados o la reproducción local de algunos productos que antes se importaban, forman cadenas productivas enlazadas con la actividad comercial), la flexibilidad para acomodarse a diferentes situaciones es una de las ventajas de los emprendimientos de la “economía popular”, otra ventaja de estas sería la conformación de sus márgenes de autonomía,  mediante la construcción de sus propias formas de articulación al mercado global.

Algo que llama la atención en el presente trabajo es que, en su análisis, los  actores  y las  instituciones,  aparecen como realidades autóctonas externas al capitalismo, de ahí que en el estudio se encuentra de manera reiterada, la figura de algo externo que entra y modifica las formas “puras”, para crear un híbrido que desafía desde adentro las formas dominantes de la economía capitalista. No negamos, como diría Certeau[v], a que  los actores sean capaces de conformar sus propias “formas de empleo” de los espacios y objetos y relaciones y que algunas desafíen al capitalismo dentro del mismo, la cuestión radica en que, como resaltan los autores,  la “economía popular” esté al nivel de ser catalogada como un sistema diferente que desafié  a la llamada “economía global” (capitalismo).

Fotografía: http://www.bbc.com/. 25/02/2015
Tal vez nos serviría para el análisis partir de identificar, cómo los actores se conforman dentro de la economía popular y para ello es necesario preguntarnos si estos emprendedores: ¿son emprendedores de qué? Y si construyen un tipo de modernidad y desafían sus procesos de exclusión ¿en que se basa esta modernidad, para definir a la economía popular como algo diferente? ¿Qué tipo de exclusión desafían?

Partamos desde el actor que conforma la economía popular: los emprendedores. Los autores describen a sujetos conformados desde una historia de exclusión étnica y económica, éstos buscan formas de superar la precariedad y la fragmentación a la que llevaría dicha exclusión, no conformándose con su situación actual, reinventan formas de articulación con la economía más allá de las opciones de trabajo que se les presentan en una primera instancia, . El desafío a ese destino de exclusión, desembocaría en la conformación de emprendimientos desde los cuales no sólo cambian su rumbo, sino que renegocian su vínculo con la economía global, articulando dentro de ella, su propia lógica de pensamiento y relacionamiento con la conformación exitosa de relaciones comunitarias y familiares no ancladas en lo “estrictamente económico”[vi]. Así,  el emprendedor es un sujeto que ha logrado constituir, con cierta autonomía, su propia forma de relacionamiento; resiste el destino fatal del capitalismo y su modernidad dominante y reinventa un espacio “propio” desde sus propios términos.

Nos parece que los autores parten de una identificación petrificada del capitalismo. En él,  el movimiento y la dinamicidad la tienen los emprendedores, una relación entre contexto y sujeto en que se sobredimensiona los movimientos del actor, en la forma de una obra de teatro donde el fondo del escenario queda inmóvil,  mientras se aprecia el movimiento dramático del actuante, se trata en definitiva, de los rasgos de un individualismo metodológico.

Pero en seguida,  extractos del texto,  nos persuaden a retractarnos de esta primera apreciación, nos muestran por ejemplo, que los emprendedores parten de algo: "la exclusión étnica y económica del capitalismo oficial"  y, además, éste siempre pone límites a sus acciones; entonces,  la virtud del emprendedor estaría en la reinvención de recursos para superar la exclusión étnica y económica. Otra vez el fondo queda inmutable mientras que del acto de varios emprendedores nace algo que está fuera, que no está relacionado al contexto, al punto de partida: “la economía popular”.

Pensamos que el problema está en la visión estereotipada del capitalismo de la que parten los autores, esta posición no nos parece  inocente,  es más bien una forma de desvincular a los sujetos (los emprendedores) de cualquier relación comprometedora y necesaria con aquello que puede desnudar otro tipo de sentido de sus acciones. Partamos; más bien,  de una concepción dinámica del capitalismo, no lo circunscribamos a una visión de modernidad,  sino que veamos,  cómo dentro de las relaciones capitalistas, las proyecciones hegemónicas tienen una inestabilidad política y mutable. Entonces,  podremos entender que los emprendedores de los que escriben los autores, son sujetos que (viviendo un proceso de exclusión por una clase dominante de burgueses de pensamiento gamonal, que oligarquizan el poder y las vías de acceso al Estado) buscan en los mismos intersticios de la economía capitalista,  sus propias posibilidades. Este será el inicio de un proceso originario de acumulación de capital[vii], a partir de pequeños comerciantes que aprovecharon las vías de fuga del mercado, respecto al control del Estado,  para llevar adelante prácticas de importación; primero, desde Arica y luego desde China. Así, la llamada economía popular no es pues un proyecto alternativo de relaciones económicas que desafían la modernidad y su capitalismo, sino el desarrollo de la economía capitalista en el mundo de la comunidad aymara, al final, el éxito de los emprendedores empuja, a los mismos integrantes de la comunidad y a sus familias, a entrar en el sistema, como engranajes importantes de la circulación de mercancías. Entonces, no son los “actores” de la economía popular, como sujetos libres per se, los que definen su situación y la transforman, sino que lo hacen en una dinámica relación con su medio social, al mismo tiempo que este medio social se transforma constantemente.

Los Limachi, por ejemplo, no se plantean la vía de la importación sino después de una larga trayectoria en la que ellos se constituyen como sujetos inmersos en un mundo de mercancías y adoptan esta lógica desde sus propias cargas culturales e históricas. Al llevar adelante su emprendimiento, no sólo innovan formas de importación o formas de reproducción de tecnología y productos locales, sino que ellos se adaptan a  las modificaciones del capitalismo (eso responde porque justo ahora importan mercancías desde China y no de EEUU). Estén o no conscientes los Limachi, la liberalización del mercado Boliviano y sus fronteras abrió una vía de desarrollo que hasta hoy muestra sus consecuencias. Al mismo tiempo que el capital imponía sus propias reglas del juego,  las comunidades las adoptaron y se convirtieron en una  forma particular de capitalistas; adoptaron la ley del valor,  pero la asumieron con nuevo ropaje.

Su empuje emprendedor, en la búsqueda de una vía de salida a la exclusión no es inocente. Esta búsqueda ya no es inicial, los emprendedores se la plantean porque ya están dentro de estas relaciones sociales mercantiles[viii], ya pasó un proceso de comprensión y adopción de un razonamiento mercantil y es que los seres humanos estamos “todo el tiempo reescribiendo historia, dando retroactivamente a los elementos su peso simbólico incluyéndolos en nuevos tejidos”[ix]. Desde las acciones de sentido mercantil de los emprendedores de la economía popular, la apertura del mercado, a causa de las reformas neoliberales, no sólo beneficia a la nueva clase dominante de neoliberales,  sino que al mismo tiempo, deja espacios vacíos no cubiertos por ella, donde los emprendedores aimaras y quechuas encuentran  vías de solución a su proyecto de vida. Ahora,  tal vez podamos entender su posterior empuje emprendedor, ya introducidos ellos, en la carrera de la acumulación, las relaciones mercantiles los empujan a seguir el juego, dentro del cual, se reproduce la alienación, en  que los sujetos viven para el capital, visten al capital y festejan el capital ¿o será que el empuje de los emprendedores se puede explicar al margen de estas relaciones? Los autores del omiten este proceso previo de constitución de los actores que conforman la "economía popular"; pero esta omisión no es casual, ya Riesco advierte que las teorías de las economías étnicas, dejan sobreentendido el proceso previo de constitución de los emprendimientos, para llevar adelante un análisis desde lo que Riesco llama la temporalidad truncada, refiriéndose a que el análisis se concentra en momentos fragmentados de una secuencia temporal (de un proceso más largo), no explicitado[x].   

Esta omisión lleva a los autores a mantener la dualidad tan criticada por ellos a las teorías de la informalidad.
Fotografía: http://www.lapatriaenlinea.com/. 31/08/2014
Si bien ellos superan la discusión en torno a designar un  espacio del mercado como formal y otro espacio (el no regulad
o por el Estado) como informal, crean otra dualidad y todo para validar la importancia de su concepto de “economía popular”. Para los autores, hay una economía oficial y otra popular, mientras una es impulsada por el Estado, la otra  nace en los intersticios de la economía global y articula espacios abandonados por esta ¿Que  hace diferentes a estas economías?

Un proyecto de modernidad o un diferente proyecto de acumulación, nosotros creemos que, al mismo tiempo,  la llamada  economía  popular es complementaria y necesaria  a la expansión del capital.

De todas formas, como para cualquier proyecto capitalista, lo más incómodo es referirse al lugar de donde se genera la riqueza, para los autores, que adoptan la posición de los capitalistas indígenas y aimaras, hablar del trabajo se vuelve problemático. Ellos aceptan que  los trabajadores de la economía popular están bajo procesos de explotación y precarización, pero prefieren no abundar en el tema para referirse a la relativa autonomía que tienen en su trabajo y la posibilidad de dejar de ser obreros explotados, para convertirse en emprendedores autónomos al igual que sus jefes. Aquí otra vez, la visión estereotipada del capitalismo, ¿Acaso la contingencia de los productores, desligados de sus condiciones de trabajo, no es una condición histórica para la expansión del capitalismo? La autonomía de los trabajadores a la que se refieren, los autores de la economía popular, no es ajena al capitalismo. Como ya indicó Marx[xi],  y lo resaltaron posteriormente Naville[xii], Rolle[xiii], Garcia[xiv], el capitalismo se funda en la desvinculación  del productor directo de su producto y de sus medios de producción, así las relaciones entre el trabajador y el empleo llegan a ser contingentes.  Desde esta perspectiva,  podremos observar que la economía popular o los emprendedores de la economía popular,  están en mejores condiciones para aprovechar esta relación contingente y  la ponen a su servicio. Ahora tal vez podamos decir que la riqueza de los emprendedores no es sólo fruto de su esfuerzo emprendedor,  como nos tratan de mostrar los autores de la “economía popular”, sino de la explotación desplegada por los emprendedores sobre otros miembros de su comunidad. Parecería que, para los autores, les es incómodo hablar de la profunda naturaleza de la economía popular y de la verdadera esencia de los emprendedores.

Fotografía:http://lapatriaenlinea.com/. 14/11/2014
Este estudio, de la economía popular, es un análisis sobre un capitalismo configurado  alrededor de una pequeña burguesía y una burguesía aimara, que amasó capital en la especulación comercial fruto de la liberalización del mercado y que luego aumentó su capital,  mediante procesos de producción basados en la sobre-explotación y precarización del trabajo. Pero los autores de este estudio, sólo hablan del ropaje con el que se viste este proceso de acumulación de capital, prefieren hablar de las solidaridades que la pequeña burguesía y burguesía tejen,  resaltando el  etnocentrismo de su análisis. Pero no profundizan acerca de la explotación sobre la  que se levantan los emprendimientos de los actores de la economía popular.

Así queda  claro que si bien, los autores escriben acerca de la forma en que se desenvuelve este capitalismo andino (refiriéndose a los actores que  articula en su constitución y las redes, instituciones y mercados que teje),  prefieren denominar a esta dinámica como  “economía popular”,  con lo que dejan las cosas sumidas en la ambigüedad, ya que el término popular es tan general,  que puede comprender escenarios de explotación y dominación, como procesos de reivindicación y resistencia de grupos oprimidos y explotados. Así no nos queda claro que tiene de diferente y desafiante la “economía popular” frente al capitalismo, dentro del cual somos aún hoy,  una neocolonia. A no ser que lo desafiante, sea hacer práctico el derecho y reclamo a que  los aimaras, y los indígenas en general, puedan también ser, a su modo, capitalistas. Por su parte, el capitalismo muestra que en su desenvolvimiento, es fuente de un abanico de oportunidades para la acumulación (más allá de que lo quieran las fracciones de clase que han dominado tradicionalmente este país); solo que el precio a pagar es cruzar una línea y estar en el mismo carril que la oligarquía tradicional, a la que supuestamente, se tendría que oponer el proyecto histórico que respalda  a los emprendedores de la “economía popular”.  




[i]  Arbona, Juan;  Canedo, María; Medeiros, Carmen y Tasi, Nico (2015) “El sistema  económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia” en La Economía popular en Bolivia: Tres miradas. La Paz: Centro de Investigaciones Sociales .
[ii] Ídem.
[iii] Ídem.
[iv] Ídem.
[v] Certeau, Michel (2000) La invención de lo cotidiano I. Artes de hacer. Mexico D. F.: Universidad Iberoamericana.
[vi] Arbona, Juan;  Canedo, María; Medeiros, Carmen y Tasi, Nico (2015) “El sistema económico popular. Consolidación y expansión de la economía popular en Bolivia” en La Economía popular en Bolivia: Tres miradas. La Paz: Centro de Investigaciones Sociales .
[vii] Marx, Karl (1985) El Kapital, tomo I, volumen 3. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores
[viii] Riesco, Alberto (2003) “Enclaves y economías étnicos desde la perspectiva de las relaciones salariales” en Cuadernos de Relaciones Laborales, n° 2. Madrid: UCM.  
[ix] Página 89 en Zizek, Slavoj (2003)       El sublime objeto de la ideología. Buenos Aires: Siglo XXI.
[x] Riesco, Alberto (2003) “Enclaves y economías étnicos desde la perspectiva de las relaciones salariales” en Cuadernos de Relaciones Laborales, n° 2. Madrid: UCM.al respecto el autor indica los siguiente: “En las teorías de los enclaves y economías étnicos, pese a que amplían el ámbito de estudio considerado, al final, el trabajo es nuevamente recluido en un espacio/esfera social sustantiva delimitada: el trabajo formaría parte de la esfera de lo económico, identificada por otro lado con el mercado. El resto de elementos intervinientes configurarían, como vimos, «lo social», «lo cultural», etc., entidades todas ellas cuya génesis y procesos de configuración nunca son del todo explicados ni explicitados… […]. La mayor parte de iniciativas emprendedoras por parte de los inmigrantes suponen un punto en un recorrido de mucho mayor alcance, una travesía en la que la constitución de un negocio propio ha sido antecedida por un proceso de «acumulación» por medio del ahorro y de jornadas de trabajo interminables en empleos poco atractivos del mercado de trabajo «autóctono». Igualmente, muchos de quienes participan en economías y enclaves étnicos lo hacen compaginándolo con otro tipo de empleos ajenos a dichas economías. Todas estas fluctuaciones y movilidades —tan características de la fuerza de trabajo capitalista y que en el caso de los inmigrantes parecen radicalizarse— no suelen aparecer en el análisis de los enclaves y economías étnicos. Lo único que sabemos es que el inmigrante ocupaba una posición (en un grupo determinado y el grupo en la sociedad) y que disfrutaba —o carecía— de una posesión (de recursos étnicos y/o de clase, de capital social, humano, financiero...) y que esto le permitía entrar en una relación determinada con el empleo (abrir o no una empresa étnica, participar o no de la economía del enclave...). La heterogeneidad de las secuencias temporales con las que se partía queda disuelta al constituirse el vínculo del inmigrante con su puesto de trabajo, aplanada desde el momento en que el inmigrante queda imbricado con los trabajos de la economía étnica y del enclave, de ahí que nos refiriéramos a esta temporalidad como una temporalidad truncada…”
[xi] Marx, Karl (1985) El Kapital, tomo I, volumen 3. Mexico D. F.: Siglo XXI Editores
[xii] Naville, Pierre (1957) De l’aniénation à la jouissance. La genèse de la sociologie du travail chez Marx et Engels. París: Ediciones Marcel Rivière.
[xiii] Rolle, Pierre (1988)    Travail et salariat. bilan de la sociologie du travail (Tome I). Grenoble: Presses Universitaires.
[xiv] García, Jorge (2003)  “La fuerza de trabajo es una mercancía...” en Cuadernos de Relaciones Laborales. Año 21, Nº 2. Madrid: UCM.