Luis Fernando Castro López
El libro que reseñamos:
“Tempos de destruição: educação, trabalho e indústria do petróleo no Brasil”, es un aporte importante al conocimiento de una época de
transformaciones profundas en la clase obrera. Estas transformaciones se caracterizaron por la eliminación las principales conquistas de
los movimientos obreros de varios países del continente. Este libro es acerca de esos tiempos de destrucción que hoy
más que nunca, forman parte de la memoria y la situación actual de los obreros
en Latinoamérica.
1.
¿DE QUÉ TRATA EL LIBRO?
Fotografía: http://www.laprensa.com.bo. 09/04/2012 |
En el Libro de Lucena, se analizan las
trasformaciones efectuadas en el proceso productivo y sus consecuencias en la cualificación de los operadores de las
refinerías de la estatal brasilera PETROBRAS. El libro gira en torno a tres
objetivos:
1. “Establecer la dialecticidad entre la
PETROBRAS y las transformaciones del capitalismo monopolista”.
2. “Verificar, cómo los trabajadores petroleros son
afectados por las trasformaciones en el
mundo del trabajo y su resistencia a esas metamorfosis”.
3. “En tiempos de crisis, analizar la
historia de la cualificación profesional de esos trabajadores, polemizando con
los principales cambios que están ocurriendo”[i].
La
tesis central en el libro, parte de la idea de que PETROBRAS, representante del
proyecto de desarrollo económico en el Brasil,
está siendo destruida por las políticas gubernamentales que cumplen con
los intereses del capital transnacional y por la imposición de relaciones
precarias de trabajo que (des)cualifican
profesionalmente a los operadores de la empresa estatal. La retirada continua de conquistas sociales y
económicas, articulada al creciente empobrecimiento intelectual de las actividades laborales de sus
trabajadores, es viabilizada por el
chantaje del desempleo. “El objetivo es el control del trabajo y la abolición
de la resistencia. Los trabajadores rechazan ese proceso, construyendo formas
de lucha dentro y fuera del trabajo”.
El
libro está dividido en cuatro capítulos, en el primero, se hace un análisis del
proceso histórico en el que se crea PETROBRAS. Lucena demuestra cómo es que la empresa
estatal es creada como parte de un proyecto de desarrollo nacionalista,
proyecto que surgió como respuesta a la presión económica y política de los
países capitalistas desarrollados y de los monopolios, por controlar las principales fuentes de
materias primas.
Fotografía: https://tupiwire.wordpress.com 12/12/2014 |
En
el segundo capítulo, el autor relaciona las transformaciones del capitalismo
monopolista (desde la segunda mitad del
siglo XX) con las transformaciones al interior del proceso productivo: cómo
las contradicciones generadas en el desarrollo del capitalismo monopolista, marcan
los límites del proyecto de desarrollo nacionalista y de la transformación de la PETROBRAS, de una
empresa nacional, en una empresa penetrada por el capital transnacional. En este análisis se evidencia, que el proyecto nacionalista de desarrollo
implementado en Brasil, va retrocediendo
en la medida en que el capitalismo monopolista desarrolla respuestas para contener las contradicciones
generadas en su interior.
En los capítulos posteriores, el autor analiza
las consecuencias de la política neoliberal en el Brasil. Sitúa la destrucción
de las conquistas sociales de los trabajadores de la PETROBRAS, en un proceso
de incremento del desempleo y precarización de las condiciones de trabajo. Así,
demuestra que el avance de la privatización de PETROBRAS tiene una relación
positiva con el aumento del número accidentes laborales (con saldos alarmantes
de obreros muertos y heridos). Además identifica, que la estrategia de
elevación del plusvalor, en una etapa de recesión económica, consiste en la
reducción del valor de la fuerza de trabajo (la eliminación de beneficios
salariales y estrategias de flexibilización laboral como la subcontratación) y
la precarización de las condiciones de trabajo.
La reflexión de Lucena desemboca en la
identificación de las contradicciones del capitalismo monopolista respecto a la
cualificación. Por una parte, identifica que el capital impulsa la formación polivalente
de los obreros, con el objetivo de aprovecharla sin reconocer, por ella, ninguna
remuneración al obrero; la educación
formal aseguraría la formación de esta polivalencia. Por otra parte, el sistema de educación superior, al mismo
tiempo que posibilita el acceso al conocimiento, crea barreras que excluyen a
una parte de la población de ciertos segmentos del mercado de fuerza de trabajo.
En este sentido, el acceso a la formación superior no significa acceso a más
empleos, pero sí un mecanismo de competencia que media la inserción de unos y
la exclusión de otros. Este proceso, provocaría una carrera por la obtención de títulos, más que
por la obtención del conocimiento mismo.
En
el último capítulo, Lucena analiza las modificaciones en la cualificación de
los operadores de PETROBRAS. Él
identifica que la cualificación de los petroleros se basaba en la construcción de
un conocimiento no formalizado (un saber construido desde los años sesenta),
obtenido de la relación directa de los obreros con las máquinas y que era conservado por ellos como una
propiedad a la que no podía acceder la empresa. A este tipo de cualificación era
el “conocimiento tácito”.
Lucena afirma que la dirección de PETROBRAS
logró la “sistematizar” de este conocimiento tácito con la neotaylorizacion del
proceso de trabajo, que consistió en la incorporación de tecnología informática
destinada a registrar todas las variaciones y formas de funcionamiento de las
maquinas, en la adopción de un control directo de los ingenieros que acompañan
las labores de los operadores en la sala de control, un sistema de capacitación
formal, la reducción del tiempo de formación en el trabajo y la profundización
de la división entre las tareas de concepción y ejecución.
Para el autor, PETROBRAS incorporó algunos
rasgos toyotistas en el proceso de
trabajo (como la producción según la demanda, la alta exigencia de constante capacitación
dela fuerza de trabajo, etc.) y los combinó con las medidas despóticas del
fordismo (como la mantención de los niveles de jerarquía y de niveles
salariales que no se corresponden a las exigencias de trabajo y de formación).
Fotografía: http://memoria.petrobras.com.br/ |
Lo más destacable del trabajo es el esfuerzo
del autor por ligar los cambios en el proceso productivo de PETROBRAS con las
transformaciones de la economía nacional y, estas últimas, con las
contradicciones del capitalismo monopolista a nivel mundial. El análisis dialéctico
logra articular la lucha de clases y las transformaciones en la cualificación
de los operadores de PETROBRAS. En este sentido, Lucena muestra el papel activo de un movimiento
obrero petrolero, que se construyó al interior de un proyecto nacionalista de
desarrollo económico y que se consolidó alrededor de la defensa del “saber
obrero”.
Al exponer las transformaciones de la
cualificación de los operadores de PETROBRAS, el autor propone un concepto
diferente de cualificación. Para él, la cualificación no solo se referirá a los
conocimientos técnicos de una máquina, sino también, a la posibilidad política
que abre este conocimiento en la adquisición de conciencia de la posición de clase de los
obreros en el proceso productivo y, por
tanto, la conciencia de su poder. Este concepto de cualificación se contrapone,
según el autor, al de capacitación, que hace referencia a un conocimiento apolítico,
limitado por una concepción tecnicista del proceso productivo. Este último tipo
de conocimiento, según Lucena, predomina
actualmente entre los obreros de PETROBRAS.
2.
LAS CONTRADICCIONES ENTRE LA AUTOMATIZACIÓN DEL PROCESO DE TRABAJO Y LA LECTURA
TAYLORISTA.-
Lucena analiza la transformación del proceso
productivo, del fordismo con rasgos
tayloristas a un neotaylorismo, en el que la separación de las actividades de
concepción y ejecución se acentuaron.
En dicho proceso, se habría llevado adelante una “(des)cualificación”
de los operadores, una prueba de ello estaría en la reducción del tiempo de
cualificación de éstos y en la pérdida de los espacios de formación al
interior del proceso de trabajo. Esta situación reciente, de (des)cualifiacion,
está contrapuesta a la situación anterior en la que un saber obrero habría sido
construido pese a los rasgos tayloristas del proceso de trabajo. Todo este
marco de interpretación esta cruzado por una certeza a priori: “la tesis
bravermaniana de la constante descualificación de la fuerza de trabajo en el
capitalismo” [ii],
que opera en el proceso de trabajo como un despojo constante de
este conocimiento obrero por medio de la introducción capitalista de la tecnología. En este escenario de
(des)cualificación constante, el conocimiento tácito se presenta como una barrera
de resistencia y poder de los obreros contra la explotación y la creciente
(des)cualificación de su fuerza de trabajo.
Fotografía: https://www.oilandgaspeople.com 16/09/2015 |
Pese a lo fructífero que pueda ser este
corpus teórico para el análisis de ciertos procesos productivos, creemos que
encuentra sus límites a la hora de analizar procesos de trabajo de flujo
continuo, que no responden al principio de la cadena, como en el caso de la
industria automovilística[iii].
De hecho Lucena brinda una descripción de las características del proceso de
trabajo e identifica las características particulares del flujo continuo; sin
embargo, a partir de la categoría “neotaylorismo”, no logra retomar todos los
elementos expuestos en su descripción. Así por ejemplo, la afirmación de un
proceso de (des)cualifacion del trabajo de los operadores, se contrasta con la
descripción de un proceso unificado en el que se requiere de un operador que
conozca el proceso de refinación en conjunto. ¿Cómo se puede al mismo tiempo
requerir un obrero cualificado y, por otro lado, llevar adelante un proceso de
(des)cualificación? Lucena responde a esta pregunta aseverando que “el
imperativo de controlar la fuerza de trabajo lleva a la gerencia a un proceso
de sistematización de los conocimientos de los operadores y este último a
una (des)cualifiacion”; pero si el autor afirma que el conocimiento tácito es
inasimilable a un conocimiento formal ¿cómo sistematiza éste, la dirección de
PETROBRAS?
Según el autor, con el establecimiento de un
control directo del grupo de ingeniería sobre los operadores y una separación
aún más profunda de las tareas de concepción y ejecución, facilitados estos dos,
por la tecnología informatizada que registra la forma de funcionamiento de las
máquinas integradas en un autómata. El mismo autor muestra, que la dirección de
PETROBRAS no puede apropiarse del conocimiento tácito directamente, si lo hace
es sólo movilizando al obrero que detenta este conocimiento, en un proceso de
trabajo que le exige al mismo, conocer de manera holista el proceso. Esto
vuelve a traer a colación el problema de por qué en varias empresas de flujo
continuo, ha sido difícil para las direcciones de empresa, el reemplazo de los
obreros. Incluso en Bolivia, en la
industria petrolera[iv],
y en especial, en la industria productora de electricidad[v], se
observa que en un proceso de flujo continuo, el conocimiento tácito y el poder
obrero, encuentran sus condiciones de posibilidad en las características
objetivas del proceso de trabajo. El resultado es que el conocimiento tácito
sigue aún presente como elemento de disputa en el sistema neotaylorista
descrito por Lucena; pero como un elemento suelto que no puede ser asimilado
totalmente a la tesis de la (des)cualificación.
En
consecuencia, encontramos en el autor, una explicación no contundente de la
forma en que este conocimiento obrero fue “sistematizado por la empresa” y cómo
es que ahora se despliega ese conocimiento tácito en relación a la forma de
encadenamiento de las tareas y la resolución de posibles eventos de paro en las
plantas. Creemos que el enfoque del neotaylorismo, no le permite, asimilar la totalidad del proceso
contradictorio de la “sistematización” del saber/fazer obrero por parte de
PETROBRAS. Aunque se dan algunas claves para entender que incluso en “tiempos
de destrucción” hay lucha y los
operadores de las refinerías crean escenarios de resistencia, avance y retroceso en la
defensa de su margen de autonomía y su saber tácito; pero esta beta no es explotada por el autor. Por
otra parte, este enfoque no brinda una explicación contundente de la posición
contradictoria de PETROBRAS, que al
mismo tiempo que trata de eliminar el conocimiento tácito, recurre a él para asegurar la “continuidad operativa”; Esto último, se debe a que los requerimientos de un proceso automatizado vuelven a aparecer
y a cuestionar que una (des)cualificación total
sea posible.
Desde la experiencia del trabajo de campo en
Bolivia, se pudo comprobar que existe una contradicción, entre las formas
rígidas de control de la fuerza de trabajo y la necesidad de cualificación y
autonomía que los mismos obreros necesitan en procesos de flujo continuo[vi].
Esto debido a su alto grado de
automatización y, en cierto grado, a la posibilidad permanente del “evento” que
bloquee todo el sistema productivo[vii].
Esta última contradicción nos remite a los límites de las formas de
organización del trabajo desplegadas por las patronales frente a un proceso que,
en la medida en que se automatiza, se vuelve aún más integrado y complejo[viii].
Acerca de automatización y sus consecuencias en las prácticas de explotación y
de resistencia, las categorías de taylorismo y neotaylorismo muestran sus limitaciones analíticas[ix].
Fotografía: Geraldo Falcao / Banco de Imágenes Petrobras |
Por otro lado, este mismo enfoque lleva, a
nuestro parecer, a una concepción un tanto idealista de la procedencia del
conocimiento tácito y sus potencialidades. Uno de los problemas del enfoque del
taylorismo, el fordismo y el neotaylorismo, es que tiende a poner al conocimiento tácito
como un conocimiento creado fuera del circuito de relaciones capitalistas[x],
por tanto, se sobredimensiona sus potencialidades y se lo sitúa como uno de los bastiones de la lucha obrera
anticapitalista. Este enfoque lleva a la idealización del saber obrero, como
alternativa que contradice las relaciones capitalistas en el proceso de
trabajo, caracterizadas como relaciones de constante (des)cualificación de la
fuerza de trabajo. Antes, debemos ser conscientes de que, con la extensión del trabajo
asalariado al conjunto de la sociedad, se opera una separación la composición de los procesos productivos y los trabajadores directos[xi],
la conformación de la fábrica y su configuración técnica y política, en un
primera instancia, no es controlada por los obreros; por tanto, los conocimientos
adquiridos por los ellos: el conocimiento tácito, serán adquiridos de acuerdo a
las exigencias prácticas y formales de este proceso de trabajo[xii].
Por tanto, estos conocimientos no se generan al margen de las relaciones
capitalistas, sino al interior de un proceso configurado y dispuesto antes de
que el obrero adquiera esos conocimientos, así la naturaleza del conocimiento
tácito tendrá que ser puesta dentro de
las relaciones de explotación, dominación y hegemonía desplegadas por la
patronal, para tener una idea más precisa de su verdadera naturaleza, alcances
y limitaciones.
Partiendo de estas consideraciones, se evidencian las limitaciones de este conocimiento tácito, que al responder a un tipo de configuración técnica,
social y política, puede llegar a ser, no sistematizado (pues las máquinas no pueden
apropiarse de las operaciones realizadas por el obrero, pues estas son de diferente naturaleza)[xiii] sino mutado[xiv] en el marco de una correlación de
fuerzas favorable a la dirección de PETROBRAS. Desde este marco interpretativo tal vez entender
las limitaciones del movimiento petrolero que analiza Lucena.
Ahora bien, esta imprecisión no está
completamente desplegada en el trabajo de Lucena, él mismo afirma las
limitaciones de este conocimiento tácito, como conocimiento alienado; pero, al
mismo tiempo, sobredimensiona el
contenido político de la detención de éste, al punto de rozar con una posición
romántica sobre la cualificación. Entonces,
en el trabajo se observa la tensión constante entre una posición marxista, como
concepción general del análisis (relaciones
de explotación, lucha de clases, acumulación de capital, alienación, etc.) y
una postura regulacionista de la que toma algunas categorías de análisis (Taylorismo,
fordismo, neotaylorismo).
Para salir del problema, que el préstamo de
las categorías del regulacionismo trae consigo, es mejor partir del enfoque de
la subsunción[xv], o sea, un enfoque que
antes de cerrar la mirada sobre una tendencia preestablecida (la descualificación),
trata de analizar la forma en que el proceso de valorización de capital tiende
a dominar todos los elementos presentes en el proceso de trabajo, incluso la
subjetividad obrera. Desde esta mirada, los procesos de descomposición y
recomposición de los saberes obreros se muestran más conflictivos y dinámicos. Este
enfoque nos ayuda a entender la diversidad de situaciones en las que no siempre ocurren
procesos de (des)cualificación, sino más bien, de cualificación, me remito otra
vez a algunos resultados del trabajo etnográfico en Bolivia, donde existen empresas que antes de
atacar estos conocimientos y aptitudes tratan de incorporarlos mediante ciertas
estrategias manageriales como el Total Productive
Maintenance (TPM)[xvi].
Esto no deja de generar contradicciones, ya que el TPM impulsa a los obreros a
buscar cualificarse más allá de los intereses de la empresa, generando
episodios de disputa entre la patronal y los
obreros. Aquí el problema no es la (des)cualificación, sino más bien,
los límites y el control que la empresa busca tener sobre estas cualificaciones[xvii].
Esta
breve crítica nos conduce a reflexionar sobre el estado de la
investigación en nuestros países. Creemos que en Latinoamérica, el problema de
la cualificación y la lucha obrera en la industria petrolera tiene pendiente un
debate importante en el que se puedan contrastar resultados de investigación y
enfoques de diversos lugares del continente. De hecho, el valioso trabajo de
Lucena nos presenta un tema no muy estudiado: “Los avatares de la cualificación y la resistencia obrera en tiempos de
destrucción (de neoliberalismo)”. Sin embargo, la lucha obrera se abre paso
aun en periodos en que la vorágine capitalista y todos sus males (por ejemplo
la alienación, la (des)cualifación, la precarización laboral) se imponen. Tenemos,
entonces, la certeza que los tiempos de destrucción
también generan tiempos de construcción, tiempos de creación de resistencia
obrera, tiempos de reconstitución de movimientos y luchas, tiempos de
recomposición de los conocimientos obreros. Una tarea pendiente es ayudar a su
visibilización.
El libro de Carlos Lucena, nos confronta con
esta tarea y su lectura puede ayudar al lector a visibilizar otros problemas y temas aún no planteados
sobre la relación entre educación y el
trabajo.
[i] Traducción nuestra, del libro original en portugués.
[ii] Para profundizar acerca de
la tesis de descualificación se pude revisar: BRAVERMAN, Harry (1980) Trabajo y capital monopolista. México D.F., Editorial Nuestro Tiempo.
[iii] SAUNIER, Pierre (2005)
“Las tribulaciones de la autonomía y el saber de los obreros” en Lo que el trabajo esconde, García, Jorge
et al. (ed.). Madrid, Traficantes de sueños.
[iv] Al
respecto se puede consultar el trabajo de AILLON, Tania (2011) L’évolution
du travail au cours de la restructuration
productive: l’enjeu entre efficacité productive et
controle au sein de l’automatisation croissante. Deux études de cas dans
l’industrie pétrolière en Bolivie.
Tesis doctoral en sociología, Universidad Paris-X Nanterre, Paris (Mimeo)
[v] PEREDO, Samuel (2013). Dominación, control y resistencia en el
curso de las transformaciones del proceso de trabajo en la era Neoliberal: El
caso de la hidroeléctrica “Corani S. A.”. Tesis de pregrado en sociología,
Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba (Mimeo).
[vi] AILLON, Tania (2009) “El
control como freno a la eficiencia de la fuerza de trabajo en industrias de
flujo continuo: el caso de las empresas petroleras en Bolivia” en La precarización del trabajo en América Latina.
Perspectivas del capitalismo global, de Claudia Figari y Giovanni Alves (org.). Buenos
Aires, Praxis
[vii] Ver: TERSSAC, Gilbert de (1992) Autonomie dans le travail. Paris,
Presses Universitaires de France y VATIN,
François (2004) Trabajo, ciencias y sociedad. Ensayos de sociología y epistemología del
trabajo. Buenos Aires,
Ceil/Piette/conicet.
[viii] TERSSAC, Gilbert de (1992) Autonomie dans
le travail. Paris,
Presses Universitaires de France.
[ix] SAUNIER, Pierre (2005)
“Las tribulaciones de la autonomía y el saber de los obreros” en Lo que el trabajo esconde, Garcia, Jorge
et al. (ed.). Madrid, Traficantes de sueños.
[x] Ídem.
[xi] GARCIA, Jorge (2003) “La
fuerza de trabajo es una mercancía…” en Cuadernos
de Relaciones Laborales, Vol. 21, número 2. Madrid.
[xii] Rolle, Pierre (1974) Introducción
a la sociología del trabajo.
Barcelona, Planeta.
[xiii] GARCIA, Jorge et al.
(2005) “El trabajo como relación social” en Lo
que el trabajo esconde, Garcia, Jorge et al. (ed.). Madrid, Traficantes de
sueños.
[xiv] GARCIA, Jorge (2009)
¿Explica el trabajo la sociedad? En torno a la sociología del asalariado de
Pierre Naville” en Rev. Laboreal, vol. 5,
n° 2. Ciudad Real, UCLM.
[xv] MARX, Karl (1985) El Capital, Libro I, Capítulo VI (inédito).
México D. F., Ed. Siglo XXI.
[xvi] AILLON,
Tania (2011) L’évolution du travail au cours de
la restructuration productive: l’enjeu
entre efficacité productive et
controle au sein de l’automatisation croissante. Deux études de cas dans
l’industrie pétrolière en Bolivie.
Tesis doctoral en sociología, Universidad Paris-X Nanterre, Paris (Mimeo).
[xvii] Ídem.