-->

Llank'aymanta presenta el libro:

Trabajo asalariado, el claroscuro del Censo Agropecuario

La actualidad de las tesis de Marini para entender el proyecto del Capitalismo "Andino - Amazónico

Reseña al libro de Tania Aillón, "Japonización" de la dominación patronal y respuesta obrera

Subcontratación, reforma laboral y lucha obrera: El caso de los obreros del sector industrial en Bolivia

1 2 3 4 5

jueves, 30 de abril de 2015

¿Porque la política salarial del gobierno no beneficia a los trabajadores?



Luis Fernando Castro López


Durante las negociaciones entre el gobierno y la COB, ésta pedía la definición de una política salarial, puesto que según sus dirigentes, al no haber dicha política, los conflictos anuales eran inevitables. Según los mismos dirigentes, el gobierno no tendría norte alguno a la hora de definir dichos aumentos salariales.

¿Sera que el gobierno actúa de manera improvisada en la fijación nacional de salarios o es que tiene una política  salarial planificada?

Nosotros pensamos que el gobierno sí tiene una política y de lo que se trata es de analizarla  y  ver en qué consiste y  cuáles son sus implicaciones sobre la lucha de la clase obrera. A continuación analizamos algunos aspectos de esta política salarial: 

1.  UN REAJUSTE DEL SALARIO MÍNIMO SOBRE LA BASE ESTABLECIDA POR LOS GOBIERNOS NEOLIBERALES. 

     Pese a los significativos porcentajes de elevación del salario mínimo nacional (impulsados por la COB);  los incrementos  fueron realizados con referencia al salario base (440 bs.) heredado de la época neoliberal ortodoxa. Así, la política del gobierno, negocia con la COB sobre esta base,  que es el resultado de la política neoliberal de congelamiento del salario.

     La consecuencia  de aplicación de esta política, es una elevación insuficiente, en términos de las necesidades básicas de los trabajadores, del Salario Mínimo Nacional (SMN), como se puede observar en el siguiente cuadro:

RELACIÓN PORCENTUAL ENTRE EL VALOR REAL DEL SALARIO MINIMO  Y EL VALOR DE LA CANASTA NORMATIVA ALIMENTARIA
Fuente: Elaboración propia,  en base a datos UDAPE, INE,
CEDLA, Piejko y Castro 2014.


Los datos muestran, que pese al incremento nominal (alrededor del 20%) del Salario Mínimo Nacional (SMN), el valor real de éste, no cubre la cantidad mínima de productos necesarios para el hogar, cantidad calculada en la canasta normativa alimentaria (CNA) para el año 2012. Por ejemplo, los datos revelan que el incremento salarial aprobado este año (1656 bs), apenas llega a cubrir el 78% del valor de la CNA.  Es decir, el SMN del 2015 no alcanza a cubrir la CNA  calculada con los precios de los alimentos del 2012, que tenían un costo más bajo, respecto de este año. La política salarial ha consistido; entonces,  en un aumento nominal del SMN, que resulta insuficiente para cubrir las necesidades básicas de las familias de los asalariados.


2.  SUJETAR EL CRECIMIENTO DEL SALARIO BÁSICO A UN “CONVENIENTE” ÍNDICE DE INFLACIÓN.-

     La política de incremento del salario básico consistió en la fórmula: “un aumento  salarial mayor a la tasa de inflación”. Según el gobierno, esta fórmula asegura la elevación de la capacidad de compra de los salarios, ya que estaría por encima del índice de elevación de los precios de la canasta familiar, pero esto no es cierto. Veamos por qué:

a)    Antes de implementar su política salarial, el gobierno cambió el año base para el cálculo de la inflación. Antes el año base de cálculo de elevación de los precios era  1991, pero después de los altos índices de inflación registrados en el 2007 (que duplicaron los precios de la canasta familiar), el gobierno decidió cambiar  el año base de cálculo, al 2007. Por ejemplo, supongamos que calculamos el índice de inflación en el precio del azúcar, si tomamos como referencia los precios de 1991, el índice de inflación será mucho más alto que si lo calculamos tomando la referencia de los precios del 2007, porque el precio del azúcar era más bajo el año 1991 que el 2007.   De ahí que mientras el gobierno argumenta tasas relativamente bajas de inflación; las familias sienten que los precios se han duplicado y casi triplicado. 

b)    Con un índice de inflación  manipulado (que no expresa la elevación real de los precios de la canasta familiar), el gobierno ha convencido a los dirigentes de la COB  a negociar los aumentos salariales,  tomando como referencia este índice de inflación de 2007. El truco del gobierno, consiste en que, mediante ese índice bajo de inflación,  impone porcentajes bajos de incremento salarial. 

Esta política salarial tuvo  implicaciones negativas sobre el crecimiento de los salarios,  como se puede ver en siguiente gráfico:


RELACIÓN ENTRE EL IPC (INDICE DE PRECIOS AL CONSUMIDOR) PROPUESTO POR EL GOBIERNO, EL IPC EN BASE A 1991 Y  EL INCREMENTO SALARIAL APROBADO POR AÑO (2008-2014)

Fuente: Elaboración propia, en base a datos del INE y http://www.economiabolivia.net


Se observa que  los incrementos salariales (que según el gobierno estaban por encima de la inflación), vistos desde el cálculo de la inflación real, no superan los índices de subida de los precios, sino que están por debajo.

En realidad, se verifica que la política del gobierno, aparentemente, buscó neutralizar   la devaluación del salario básico,  con incrementos  que no  aumentan  su capacidad adquisitiva; es decir que,  si bien no congela el salario en términos nominales, sí lo hace en términos reales.  La consecuencia de esta política  salarial, es que   contiene el crecimiento  del salario real, en perjuicio de los asalariados y a favor de la patronal, en la medida en que los precios crecen siempre por encima de los salarios. 

Estas medidas tuvieron  efectos políticos; por una parte, permitieron al gobierno,  mistificar el verdadero impacto de los incrementos salariales (que no llegan ni a reponer el valor perdido del salario por causa de la inflación), pues en términos nominales (o sea, en cantidad de dinero), parecería que el salario crece por encima de la subida de precios de la canasta familiar. Por otra parte, esta política  da al gobierno un amplio margen de maniobra, para rayar la cancha a  favor de la patronal,  en las negociaciones con la COB, porque relaciona el aumento  salarial con el índice de inflación,  en lugar de relacionarlo, con su capacidad  de compra (salario real). Este hecho muestra que el gobierno no ha abandonado la política monetarista neoliberal, sino que la implementa  jugando con las ilusiones de los explotados.

3.  UNA   POLÍTICA SALARIAL  QUE REPRODUCE LA CONCEPCIÓN NEOLIBERAL DE LA FUERZA DE TRABAJO.-.

    
Como mencionamos, la política salarial del MAS,  reproduce la ideología neoliberal; porque reduce a los obreros (propietarios de la fuerza de trabajo) a un factor de producción. Ya no se trata de los sectores asalariados y sus necesidades, sino de la necesidad de “estabilidad macroeconómica del país”. Como la fuerza de trabajo de los obreros, es desde la visión del gobierno, un factor más de producción, es necesario buscar la forma de bajar los costos de dicho componente, su política salarial llegaría a cubrir este requerimiento. Desde la concepción que sustenta esta política salarial, solo hay un camino para sostener  “la economía del país”: mantener controlado el precio de la fuerza de trabajo del obrero,  porque   cualquier desequilibrio provocado por un incremento salarial,  puede causar “la fuga de inversionistas”.

     Esta   concepción neoliberal,  subordina las necesidades de los asalariados a una visión monetarista, que trata de fortalecer la economía, no a partir de impulsar el desarrollo industrial, sino de  retener el crecimiento de los salarios, para  elevar la tasa de plusvalía  en el sector privado.

4.  LA ELIMINACIÓN  DEL VALOR DE LA CANASTA FAMILIAR COMO REFERENTE DEL INCREMENTO SALARIAL.-

     Finalmente, en el debate entre  la COB y el gobierno,  acerca del incremento salarial, se eliminó cualquier referencia al  valor de la canasta familiar y se puso sobre la mesa un debate dirigido a definir porcentajes más o porcentajes menos, sin poner en duda, si el salario mínimo nacional y  el salario básico,  cubren  o no las necesidades de las familias de los trabajadores. Desde esta perspectiva,  tanto la COB como el gobierno buscan fórmulas,  para elevar o reducir el porcentaje del incremento salarial. Como vimos, el gobierno propuso la formula antes analizada (unir el salario al índice de inflación); por su parte, la COB buscó fórmulas para elevar los incrementos salariales, una de sus propuestas fue unir el crecimiento del salario  al crecimiento del PIB (Producto Interno Bruto), como indicador de la productividad del trabajo.  En los dos casos, se evade el problema central acerca del salario, como expresión del valor de la fuerza de trabajo.

     En el caso del gobierno,  cuando  trata de fijar el aumento salarial,  tomando como referencia su fórmula: “un aumento mayor a la tasa de inflación”,  parte del supuesto de que el SMN y el salario básico vigentes, cubren las necesidades de los asalariados y los considera como precio fijo del trabajo, al cual sólo se le deben realizar reposiciones,  para supuestamente,  mantener su valor.

     En el caso  de la COB,  que propone  ligar los aumentos salariales  al crecimiento del PIB, se  condiciona el crecimiento del salario a  una mayor  explotación de los obreros, pues al ligar los salarios a la productividad, se presiona a que aquéllos  intensifiquen su trabajo, para que suban su salario, al mismo estilo que las primas por productividad ofertadas por la patronal.  Cabe preguntarse:  ¿Qué pasaría en una   situación  de crisis y de disminución del crecimiento del PIB? ¿Los incrementos salariales bajarían como expresión de la disminución de la producción?

     En base a estas consideraciones, los asalariados deben exigir  que todo aumento salarial tenga como referente básico, el valor de reproducción de su fuerza de trabajo  y de la de su familia; consiguiendo así sobrepasar la trampa de la política salarial, tanto del gobierno como de los dirigentes de la COB. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario