Luis Fernando Castro López
Durante las negociaciones entre
el gobierno y la COB, ésta pedía la definición de una política salarial, puesto
que según sus dirigentes, al no haber dicha política, los conflictos anuales eran
inevitables. Según los mismos dirigentes, el gobierno no tendría norte alguno a
la hora de definir dichos aumentos salariales.
¿Sera que el gobierno actúa
de manera improvisada en la fijación nacional de salarios o es que tiene una
política salarial planificada?
Nosotros pensamos que el
gobierno sí tiene una política y de lo que se trata es de analizarla y ver
en qué consiste y cuáles son sus
implicaciones sobre la lucha de la clase obrera. A continuación analizamos
algunos aspectos de esta política salarial:
1. UN REAJUSTE DEL SALARIO MÍNIMO SOBRE LA BASE
ESTABLECIDA POR LOS GOBIERNOS NEOLIBERALES.
Pese a los significativos
porcentajes de elevación del salario mínimo nacional (impulsados por la COB); los incrementos fueron realizados con referencia al salario
base (440 bs.) heredado de la época neoliberal ortodoxa. Así, la política del
gobierno, negocia con la COB sobre esta base,
que es el resultado de la política neoliberal de congelamiento del
salario.
La consecuencia
de aplicación de esta política, es una elevación
insuficiente, en términos de las necesidades básicas de los trabajadores, del
Salario Mínimo Nacional (SMN), como se puede observar en el siguiente cuadro:
RELACIÓN PORCENTUAL ENTRE
EL VALOR REAL DEL SALARIO MINIMO Y EL
VALOR DE LA CANASTA NORMATIVA ALIMENTARIA
Fuente: Elaboración propia, en base a datos UDAPE, INE,
CEDLA, Piejko y
Castro 2014.
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Los datos muestran, que pese al incremento nominal (alrededor
del 20%) del Salario Mínimo Nacional (SMN), el valor real de éste, no cubre la
cantidad mínima de productos necesarios para el hogar, cantidad calculada en la
canasta normativa alimentaria (CNA) para el año 2012. Por ejemplo, los datos revelan
que el incremento salarial aprobado este año (1656 bs), apenas llega a cubrir
el 78% del valor de la CNA. Es decir, el
SMN del 2015 no alcanza a cubrir la CNA
calculada con los precios de los alimentos del 2012, que tenían un costo
más bajo, respecto de este año. La política salarial ha consistido; entonces, en un aumento nominal del SMN, que resulta
insuficiente para cubrir las necesidades básicas de las familias de los
asalariados.
2. SUJETAR EL CRECIMIENTO DEL SALARIO BÁSICO A
UN “CONVENIENTE” ÍNDICE DE INFLACIÓN.-
La política de incremento
del salario básico consistió en la fórmula: “un aumento salarial mayor a la tasa de inflación”. Según
el gobierno, esta fórmula asegura la elevación de la capacidad de compra de los
salarios, ya que estaría por encima del índice de elevación de los precios de
la canasta familiar, pero esto no es cierto. Veamos por qué:
a)
Antes
de implementar su política salarial, el gobierno cambió el año base para el
cálculo de la inflación. Antes el año base de cálculo de elevación de los
precios era 1991, pero después de los
altos índices de inflación registrados en el 2007 (que duplicaron los precios
de la canasta familiar), el gobierno decidió cambiar el año base de cálculo, al 2007. Por ejemplo, supongamos
que calculamos el índice de inflación en el precio del azúcar, si tomamos como
referencia los precios de 1991, el índice de inflación será mucho más alto que
si lo calculamos tomando la referencia de los precios del 2007, porque el
precio del azúcar era más bajo el año 1991 que el 2007. De ahí
que mientras el gobierno argumenta tasas relativamente bajas de inflación; las
familias sienten que los precios se han duplicado y casi triplicado.
b)
Con
un índice de inflación manipulado (que
no expresa la elevación real de los precios de la canasta familiar), el
gobierno ha convencido a los dirigentes de la COB a negociar los aumentos salariales, tomando como referencia este índice de
inflación de 2007. El truco del gobierno, consiste en que, mediante ese índice
bajo de inflación, impone porcentajes
bajos de incremento salarial.
Esta política salarial tuvo implicaciones negativas sobre el crecimiento
de los salarios, como se puede ver en
siguiente gráfico:
RELACIÓN ENTRE EL IPC (INDICE DE PRECIOS AL
CONSUMIDOR) PROPUESTO POR EL GOBIERNO, EL IPC EN BASE A 1991 Y EL INCREMENTO SALARIAL APROBADO POR AÑO (2008-2014)
Fuente:
Elaboración propia, en base a datos del INE y http://www.economiabolivia.net
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Se
observa que los incrementos salariales (que
según el gobierno estaban por encima de la inflación), vistos desde el cálculo
de la inflación real, no superan los índices de subida de los precios, sino que
están por debajo.
En realidad, se verifica que la política del gobierno, aparentemente,
buscó neutralizar la devaluación del salario básico, con incrementos que no
aumentan su capacidad adquisitiva;
es decir que, si bien no congela el
salario en términos nominales, sí lo hace en términos reales. La consecuencia de esta política salarial, es que contiene el crecimiento del salario real, en perjuicio de los
asalariados y a favor de la patronal, en la medida en que los precios crecen
siempre por encima de los salarios.
Estas medidas tuvieron
efectos políticos; por una parte, permitieron al gobierno, mistificar el verdadero impacto de los
incrementos salariales (que no llegan ni a reponer el valor perdido del salario
por causa de la inflación), pues en términos nominales (o sea, en cantidad de
dinero), parecería que el salario crece por encima de la subida de precios de
la canasta familiar. Por otra parte, esta política da al gobierno un amplio margen de maniobra,
para rayar la cancha a favor de la
patronal, en las negociaciones con la
COB, porque relaciona el aumento
salarial con el índice de inflación,
en lugar de relacionarlo, con su capacidad de compra (salario real). Este hecho muestra
que el gobierno no ha abandonado la política monetarista neoliberal, sino que
la implementa jugando con las ilusiones
de los explotados.
3. UNA
POLÍTICA SALARIAL QUE REPRODUCE
LA CONCEPCIÓN NEOLIBERAL DE LA FUERZA DE TRABAJO.-.
Esta concepción neoliberal, subordina las necesidades de los asalariados a
una visión monetarista, que trata de fortalecer la economía, no a partir de
impulsar el desarrollo industrial, sino de retener el crecimiento de los salarios, para elevar la tasa de plusvalía en el sector privado.
4. LA ELIMINACIÓN DEL VALOR DE LA CANASTA FAMILIAR COMO
REFERENTE DEL INCREMENTO SALARIAL.-
Finalmente, en
el debate entre la COB y el gobierno, acerca del incremento salarial, se eliminó
cualquier referencia al valor de la
canasta familiar y se puso sobre la mesa un debate dirigido a definir
porcentajes más o porcentajes menos, sin poner en duda, si el salario mínimo
nacional y el salario básico, cubren
o no las necesidades de las familias de los trabajadores. Desde esta
perspectiva, tanto la COB como el
gobierno buscan fórmulas, para elevar o
reducir el porcentaje del incremento salarial. Como vimos, el gobierno propuso
la formula antes analizada (unir el salario al índice de inflación); por su
parte, la COB buscó fórmulas para elevar los incrementos salariales, una de sus
propuestas fue unir el crecimiento del salario al crecimiento del PIB (Producto Interno
Bruto), como indicador de la productividad del trabajo. En los dos casos, se evade el problema central
acerca del salario, como expresión del valor de la fuerza de trabajo.
En el caso del gobierno, cuando trata de fijar el aumento salarial, tomando como referencia su fórmula: “un
aumento mayor a la tasa de inflación”, parte del supuesto de que el SMN y el salario
básico vigentes, cubren las necesidades de los asalariados y los considera como
precio fijo del trabajo, al cual sólo se le deben realizar reposiciones, para supuestamente, mantener su valor.
En el caso de la COB,
que propone ligar los aumentos
salariales al crecimiento del PIB, se condiciona el crecimiento del salario a una mayor explotación de los obreros, pues al ligar los
salarios a la productividad, se presiona a que aquéllos intensifiquen su trabajo, para que suban su
salario, al mismo estilo que las primas por productividad ofertadas por la
patronal. Cabe preguntarse: ¿Qué pasaría en una situación de crisis y de disminución del crecimiento del
PIB? ¿Los incrementos salariales bajarían como expresión de la disminución de
la producción?
En base a estas
consideraciones, los asalariados deben exigir
que todo aumento salarial tenga como referente básico, el valor de
reproducción de su fuerza de trabajo y
de la de su familia; consiguiendo así sobrepasar la trampa de la política
salarial, tanto del gobierno como de los dirigentes de la COB.
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