Luis Fernando Castro López
Después de las grandes expectativas que despertó el Censo Agropecuario del año 2013, sus resultados fueron presentados este último semestre. a la luz de esos datos, es necesario evaluar que tan cerca están de mostrar la realidad agropecuaria de nuestro país; sobre todo, en un aspecto muy importante como es el del trabajo asalariado.
En este sentido, nuestro breve artículo quiere problematizar, de manera puntual, los datos referidos al trabajo asalariado en la actividad agropecuaria. Según los datos del Censo Agropecuario ¿Qué lugar ocupa el trabajo asalariado en la producción agropecuaria? ¿Cuáles son las dimensiones aún no exploradas al respecto? ¿Estas dimensiones no exploradas, responden a algún tipo de concepción de la producción agropecuaria?
1. LA AUSENCIA DE LA DIMENSIÓN
CUALITATIVA EN EL ESTUDIO DEL TRABAJO ASALARIADO
Fotografía: http://www.10minutos.com.bo/?p=1955, 28/04/2015 |
Por
otra parte, la distribución de trabajadores asalariados por UPA que pertenecen
o no a una comunidad, muestra “que en el país
existen 334.705 UPA que contratan trabajadores asalariados para la producción
agropecuaria, de las cuales 306.950 (91,7%) forman parte de alguna comunidad y
sólo 27.755 (8,3%) no pertenecen a ninguna”[ii].
Los datos del censo agropecuario revelan, en parte, el
desarrollo importante del trabajo asalariado no sólo a nivel nacional; sino
también, al interior de las comunidades originaria campesinas que,
coincidiendo con los diversos estudios de caso[iii], actualmente,
se encuentran en proceso de disolución de las relaciones comunitarias
que las caracterizó, ya que la presencia en su seno de trabajadores remunerados en dinero o en
especie, es evidencia de un proceso de separación de algunos productores
de sus medios de producción.
Fotografía: http://www.lostiempos.com, 12/09/2016 |
En términos generales, en el análisis de los datos del Censo, se
evidencia una tendencia al creciente
asalariamiento de la fuerza de trabajo en el agro (incluso dentro de las
comunidades), sin embargo, los datos son insuficientes para aproximarnos de forma
precisa, a las relaciones sociales en las que se sustenta el trabajo en el agro,
por ejemplo, no existen indicadores que nos ayuden a explorar el porcentaje de obreros
estacionales, no hay datos de las
condiciones de trabajo de los obreros agropecuarios. Tampoco se tiene una
aproximación exacta de sus características demográficas (edad y lugar de
procedencia). En definitiva, si bien los datos del Censo ayudan a captar
procesos generales de la extensión del trabajo asalariado, son insuficientes
para analizar sus aspectos cualitativos.
2. TRABAJO ASALARIADO
VS. SISTEMAS TRADICIONALES DE TRABAJO
Fotografía: http://www.oxigeno.bo:81/node/14036, 13/01/2016 |
En caso de que los "productores individuales" se dediquen a
otras actividades agropecuarias, como la crianza de animales o la recolección
de frutos, estas tendrían que acoger a una proporción significativa de
productores agropecuarios; sin embargo, los datos del Censo muestran proporciones
poco significativas (menos del 20%) de los productores agrícolas dedicados a estas
otras actividades. Si uno cruza los datos de la cantidad de cultivos en las campañas
de verano e invierno, se evidencia una población con un tiempo flotante que no es completamente captado.
Lo mismo pasa si examinamos el tiempo de dedicación de estos productores a sus
actividades agropecuarias, pues alrededor del 52% de ellos respondió que no se
dedica permanentemente a sus actividades agrícolas.
Si examinamos a esta población que declara no dedicarse todo
el tiempo a la actividad agropecuaria, encontramos que hay alrededor de en 41% de
casos de productores individuales que no se dedican a otra actividad extra
agropecuaria o simplemente no especifican. En este sentido, otra vez se
evidencia la existencia de una especie de población con un tiempo flotante que
no está totalmente especificado y que es un vacío del Censo Agropecuario. En
realidad, se tiene a una gran cantidad de pequeños productores con parcelas muy
pequeñas y con formas tradicionales de cultivo que producen a secano y que no
se dedican a otras actividades económicas. Inferimos que parte importante de
esta población es asalariada, pero no es asalariada en rubros de la
construcción o de servicios, sino que es asalariada en actividades
agropecuarias. El INE omite dicha posibilidad, y solo pregunta sobre sus actividades
secundarias en ramos distintos al agropecuario, además, solo indagan por el
rubro de la actividad secundaria, pero en ningún momento se especifica, si en esa actividad se recibe salario. Sin
estos indicadores no queda claro qué proporción de los productores individuales
(productores campesinos en su mayoría) ha llegado a proletarizarse (o
seemiproletarizarse) y con ello el análisis de los datos del Censo nos lleva a
una visión parcial e imprecisa de la realidad del productor campesino.
Pero estos vacíos ¿son parte de un descuido o responden a una
concepción del agro en Bolivia?
3. LA VISION TEORICA OCULTA EN EL CENSO AGROPECUARIO
Fotografía: https://bolagra.wordpress.com |
Esta forma de concebir al productor agropecuario, parte de
considerar que el agro boliviano aún se estructura bajo las formas
tradicionales y no capitalistas de producción, en las cuales, el productor
directo es el propietario de la tierra; así la unidad más simple de la estructura
agraria boliviana sería el productor agrícola que tiene control directo de una
UPA. Esta concepción tiene serios límites a la hora de abordar otras realidades
como las UPA que funcionan bajo
relaciones capitalistas, en las que el productor directo esta desposeído y es
explotado por patrones que controlan y poseen la tierra y la tecnología de
producción agropecuaria. En este caso, estudiar el productor agropecuario significaría estudiar al productor
asalariado desposeído, que trabaja bajo el mando de los propietarios de las
condiciones de producción, es decir al proletario agrícola.
Desde su concepción, en el INE, se obvia que; por ejemplo, varios productores campesinos están en franco proceso
de proletarizarse en sus actividades agropecuarias. Para El INE, todos los
productores individuales que se dedican a la producción agropecuaria como
actividad principal o única actividad, son productores autosuficientes que
viven de la producción de sus parcelas y con ello oculta los procesos de
proletarización dentro de la producción
agropecuaria.
En el mismo sentido,
esta concepción del INE ha llevado a obviar por completo, a los verdaderos productores agropecuarios en
las UPA que funcionan bajo relaciones capitalistas (nos referimos a las UPA
funcionan como sociedades accidentales, unipersonales, sociedades de
responsabilidad limitada y sociedades anónimas): al obrero agrícola, el
productor directo desposeído de condiciones de producción; concepción con la que se opaca el acceso a las
formas de existencia de este productor directo. De esta forma, el Censo Agropecuario nos brinda un panorama incompleto sesgado de la realidad
agropecuaria boliviana.
[i] Uriroste, M. (2011)
Concentración y extranjerización de la
tierra en Bolivia. La Paz: Fundación TIERRA; Perez, M. (2007) No todo grano que brilla es oro. Un análisis
de la soya en Bolivia. La Paz: CEDLA; Urioste, M. y Kay, C. (2005)
Latifundios, avasallamientos y autonomías. La reforma agraria inconclusa en el
oriente. La Paz: Fundación TIERRA.
[ii] Ornachea,
Enrique (2016) Comunidades y trabajo
asalariado en la agricultura. Visto en: https://www.cedla.org/content/51854,
última visita el 14 de enero de 2017.
[iii] Algunos trabajos
recientes son: Ormachea, E. y
Ramirez, N. (2013) Propiedad colectiva de
la tierra y producción agrícola capitalista: El caso de la quinua en el Altiplano sur de Bolivia.
La Paz: CEDLA.; Urioste, M.; Barragan, R. y Colque, G. 2007 Los nietos de la Reforma
Agraria: Tierra y comunidad en el altiplano de Bolivia. La Paz: Fundación Tierra; Ormachea, E. (2016) Desarrollo del capitalismo
en la agricultura y transformaciones en la Sociedad Rural boliviana. La Paz: CEDLA
[iv]
El ayni es: “El ayni es un intercambio simétrico o
equilibrado, en el cual se presta un servicio a cambio de otro igual que se
otorgará en el futuro, una deuda que queda pendiente y que se paga con lo mismo
con lo que se ayudó: un servicio es pagado con otro igual (cf. Morrée, 1998b;
Rodríguez, 1992 e Izko, 1986). Esta práctica también se manifiesta en la forma
de préstamos de herramientas entre unidades de trabajo y personas estrechamente
relacionadas, como
familiares y vecinos muy
allegados”, en: Geffroy,
C.; Siles, J. y Soto M. (2008) La invención de la comunidad: migración
de retorno y economía solidaria en Huancarani. La Paz: PIEB y Embajada de Francia
[v] Ídem.
Geffroy,
C.; Siles, J. y Soto M. (2008) La invención de la comunidad:
migración de retorno y economía solidaria en Huancarani. La Paz: PIEB y Embajada
de Francia
[vi] Ídem, pp. 68.
[vii] Sociedades de
hecho se denominan a los productores individuales agrupados o asociados
mediante la unión de sus tierras agrícolas para llevar adelante una producción común