Tania Aillón Gómez
El 8 de marzo de cada año,
instituido como día de la mujer, nos recuerda el rol determinante de las
luchas obreras en la búsqueda de transformar la sociedad clasista y patriarcal
en la que vivimos, puesto que se rememora la lucha de las obreras
textiles contra la explotación de los patrones en Norteamérica.
Jornadas extenuantes de hasta 12 horas de trabajo, bajos salarios e
inseguridad en los lugares de trabajo, caracterizaban las condiciones laborales
de estas obreras del textil, que desde mediados del siglo XIX
manifestaron su descontento y su predisposición a luchar por mejores
condiciones laborales.
Fotografía: http://www.laprensa.com.bo. 09/04/2012 |
Hoy, a siglo y medio de estas luchas, que fueron respondidas con la fuerte represión de los patrones, el sexismo patriarcal continúa permeando las relaciones laborales de las trabajadoras, las que se ubican en los segmentos menos favorecidos del mercado de fuerza de trabajo, mostrando con claridad que en la sociedad clasista, todo discurso de igualdad de género solo sirve para encandilar a los crédulos/as.
En el caso concreto del sector industrial en Cochabamba, las obreras se ubican en los segmentos de mercado más segregados por la patronal. Son las obreras, las que en mayor proporción no tienen seguro de salud ni aportes a la jubilación(cuadro 1).
CUADRO No 1
TRABAJADORES/AS DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA DE COCHABAMBA QUE NO CUENTAN CON SEGURO A CORTO Y LARGO PLAZO SEGÚN SEXO
Fuente: Encuesta IESE-2014 |
En el mismo sentido, la patronal concentra la capacitación de
fuerza de trabajo en la empresa, en los trabajadores;
mientras que importante proporción de trabajadoras son segregadas
de la misma, limitando sus posibilidades de estabilización laboral y
ascenso. Esta política patronal expresa cómo, la propia división
técnica del trabajo, al interior de la industria, está
atravesada por relaciones patriarcales de dominación.
CUADRO 2
TRABAJADORES/AS DE LA INDUSTRIA MANUFACTURERA DE
COCHABAMBA QUE RECIBIERON CAPACITACIÓN, SEGÚN SEXO
Fuente: Encuesta IESE-2014 |
No es casual; entonces, que dentro de esta política patronal de
segregación por sexo, sean las trabajadoras las que en menor proporción
gocen de los beneficios del ascenso laboral (gráfico 1).
GRAFICO 1
TRABAJADORAS/RES BENEFICIADA/OS CON ASCENSO LABORAL
Fuente: Encuesta IESE-2014 |
El resultado de esta política patriarcal es que sean;
principalmente obreras, las que están asociadas al trabajo
manual, como operadoras directas y/o en tareas de servicios de
limpieza; mientras que son trabajadores, los que principalmente,
ocupan los puestos de operadores de maquinarias y tienen
la exclusividad de ascenso a puestos como técnicos de campo y/o
controladores de proceso, puestos que están asociados a mejores niveles
salariales. No es casual; entonces, que sean obreras,
las que se concentren, en los tramos de salarios más bajos
(entre 700 y 1400 Bs); y que prácticamente, sea insignificante, la
proporción de obreras ganando de 3.500 a más de 4.200 bolivianos (gráfico 2).
Los bajos salarios tienen relación con los empleos
periféricos a los que se destina la fuerza de trabajo femenina; trabajos que
al no desarrollar tareas centrales a los procesos productivos, son
trabajos subvalorados.
Gráfico No 2
REMUNERACIÓN MENSUAL SEGÚN SEXO
Los datos expuestos, muestran al mercado de fuerza de
trabajo de la industria regional, como un mercado sexista, un rasgo que por
cierto, caracteriza al mercado de fuerza de trabajo capitalista desde sus
remotos orígenes; debido a que los patrones re-funcionalizan la discriminación
patriarcal entre los sexos , a los fines de acumulación que persiguen,
colocando a las mujeres como fuerza de trabajo barata, fuerza de trabajo
ocupada en tareas que aprovechen las “habilidades femeninas” configuradas
por la sociedad patriarcal(tareas manuales, de limpieza y/o control
de calidad) . Se trata de una fuerza de trabajo secundaria respecto de
la del trabajador, porque desde la lógica patronal, el
salario femenino sólo complementa el salario principal, que es el salario del
marido; lógica que; sin duda, reproduce la ideología patriarcal que
desvaloriza el trabajo femenino colocándole en posición de subordinación,
respecto al trabajo masculino. Por esto, la lucha por mejores
condiciones de trabajo y vida, para la gran mayoría de las mujeres, las mujeres
trabajadoras, está indisolublemente ligada a la lucha por una sociedad sin
patrones. La historia parece confirmar esta afirmación, luego de
siglo y medio, desde el 8 de marzo de 1857, la segregación laboral por
sexo, que reproducen los patrones, continúa posicionando a las mujeres como a
una fuerza de trabajo sobre-explotada y oprimida.
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